miércoles, 30 de abril de 2008

Metáfora como tabú

Michel Comte – Carla Bruni



Georges Seurat - Les Poseuses


A veces se confunde la metáfora con la poesía misma. Es que es casi imposible separarlas, hoy todos escriben poemas por que básicamente “metaforean” bien. Una metáfora también ahorra el daño, se nombra con un rococó lenguaje lo que de otra forma no toleraríamos. Ciertas tribus primitivas usaron la metáfora como tabú, no podían nombrar los bienes del rey porque nombrar significaba en parte poseerlos, entonces cada vez que se referían a ellos buscaban un símil en la naturaleza, por ejemplo había una necesidad de hablar de las antorchas del rey pero lo apropiado era nombrarlas como las estrellas brillantes del firmamento, la belleza de la metáfora radicaría originalmente en un tabú , una prohibición.

Que la poesía sea un recurso es extraño, más aun, que el recurso literario mismo se trague a la poesía. La profundidad estética de la metáfora hace a veces confundirnos, no por una situación ornamental en sí sino por que aún mantenemos una especie de tabú con el hecho real. Detrás de cada metáfora hay algo duro e insoportable que es necesario embellecer, se busca un símil estético para lo profundo del objeto, lo intocable, lo tabú. ¿Hagamos poesía sin metáforas? claro hay buenos ejemplos, pero no hay hecho que no tienda a volverse tabú. Que no busque un lenguaje paralelo, no trate de escaparse del hecho simple y vulgar.

¿Habrá nuevos poetas que no quieran embellecer la palabra, el mundo a costa de simples tabús?, el giro primario quizás fue dado por Francois Villon, Baudelaire y Lautréamont. Aun así lo bello en lo macabro, en lo sucio como lo vieron estos poetas sólo cambiaron el objeto, no el tabú, entre mas corrosión, suciedad y dolor mayor metáfora . ¿Y si vamos a las cosas mismas?, si lidiamos con el recurso, las flores incluso con los “metaforeos” sucios de Lautréamont, ¿por que no volvemos al barrio (barro) original de las cosas?

Huidobro casi alcanzó el sol con tanto deseo de crear su propio lenguaje. Con el no había tabú, ni perfección, ni nada, sólo había “belleza Huidobro”.

Cada vez que utilizamos una metáfora embellecemos un mundo pero matamos otro, cada vez que usamos una metáfora nos estamos prohibiendo algo, un enganche al mundo, un recurso de prohibición toma el poder del lenguaje.



ella se desnuda en el paraíso

de su memoria

ella desconoce el feroz destino

de sus visiones

ella tiene miedo de no saber nombrar

lo que no existe

(Pizarnik: Árbol de Diana)


No me verán, en mi hora última (escribo esto en mi lecho de muerto), rodeado de curas. Quiero morir, mecido por las olas del mar tempestuoso, o de pie so­bre la montaña... no con los ojos hacia lo alto: sé que mi aniquilamiento será completo. Por otra parte, no puedo esperar ninguna gracia.

(Lautréamont , Los cantos de Maldoror)


“Todos me tratan mal

las vendedoras de la Feria del Disco

el mozo del Bar Nacional

ni se despidió

limpió la mesa con tantas ganas

que si no me voy

me limpia a mí también”.

(Bertoni. De vez en cuando)




Lunatando

Sensorida e infimento

Ululayo ululamento

Plegasuena

Cantasorio ululaciente

Oraneva yu yu yo

Tempovío

Infilero e infinauta zurrosía

Jaurinario ururayú

Montañendo oraranía

Arorasía ululacente

Semperiva

ivarisa tarirá

Campanudio lalalí

Auriciento auronida

Lalalí

Io ia

iiio

Ai a i a a i i i i o ia

(Huidobro , Altazor)

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