martes, 22 de diciembre de 2009

Del "Diario Intimo". Henry Frédéric Amiel



Viernes 9 de Febrero (1849)

Día triste; triste de vergüenza por la mañana y de melancolía por la tarde . Corro el riesgo de no estar alegre mañana en el baile, pues además de mi preocupaciones de pensamiento, estoy descontento de mí en el aspecto moral, y reblandeciendo por todas las novelas que leo esta temporada.

He rezado con fervor para obtener el arrepentimiento y la humildad.

“El yo me aburre” decía Dumont. También a mí. No tengo gusto ni aliciente para vivir, obrar , amar por mi cuenta. No siento ambiciones de gloria, ni de carrera, ni de riqueza, ni de felicidad. No tengo gana alguna de casarme, ni de adquirir una posición, o unos hábitos. La necesidad de definirme, de conservar un puesto, de fijarme, me aterra. Soy indolente y orgulloso, indeciso y desafiante, tímido e inconstante. Por todas partes veo gentes que ganan, se sitúan, se casan, compran, mejoran, etc.; todo esto me resulta completamente extraño; los miro con curiosidad, pero no creo que eso tenga que ver conmigo. Y precisamente por comparación con las actitudes de mis contemporáneos, me doy cuenta de mi extraño carácter. Y sin embargo soy orgulloso, y necesito afecto; y no sé ocuparme seriamente de mí bajo ningún aspecto. No siento mi propia edad , ni necesidad alguna apremiante, ni un deber positivo. Haría falta que alguien me inspirase ambición , para ennoblecer mis esfuerzos . Me afecta , sí, el dedicarme a cualquier cosa de gran interés, pero no creo ser necesario , y no veo que mi celo o mi inercia puedan tener la menor importancia. Para adquirir energía necesito confianza, y un austero control que me revele mi fuerza y mi responsabilidad….


…Puedes influir en la juventud, puedes escribir pensar, perfeccionarte. Dios no te impone más obstáculo que tu voluntad. Tu enemigo eres tú mismo. Tu vanidad, tu indolencia , tu desgana , tus tentadoras inclinaciones que te anonadan. No hay felicidad sin paz interior, y esta paz no llega mientras no se renuncia a uno mismo para entregarse a un noble deber, a un gran amor, a la misión divina.
¡Volved, jornadas de entusiasmo y de serenidad, cuando sumido en la vida universal, en la vida eterna, me olvidaba de mi mismo, pero no de mi deber, y no pensaba en mí, pero glorificaba la existencia, Dios y el universo! ¡Cuanta beatitud, en aquel reposo en la eternidad de mi tiempo ; como sentía palpitar dentro de mí toda la historia! ¡Volved horas de éxtasis, de contemplación, de santa avidez! ….


…Todo es instructivo, significativo , edificante, moralizante, para quien sabe mantener abiertos los ojos del cuerpo y los del espíritu. La gran desgracia del tiempo presente es la superficialidad; la atención mantenida es una cualidad que va desapareciendo ; la facultad filosófica, creadora , de invención, consiste en seguir una observación, un pensamiento e ir hasta el fin en sus consecuencias ¿Por qué? ¿Por qué? Esta es la pregunta eterna.
Invención es alcanzar el centro de un objeto, aislar lo esencial de lo accesorio, simplificar, y luego seguir, proseguir el pensamiento, deducir todas sus consecuencias . El genio consiste en hacerlo todo rápidamente.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Diario


Sandro Botticelli "Natività mistica" (1501)













Cuantas personas espiritualmente ligadas conozco en la historia , por ejemplo el Diario de Henri-Frédéric Amiel . Deleite, incluso sus derrotas. Animo, consejo, Amistad ¡Mis amigos fallecieron hace más de cien años!
Del “Diario íntimo” de Amiel abro al azar una página, leo un párrafo y lo marco:



“Cada vez que pienso en la vida de privaciones de mi abuelo y de mi padre, me doy cuenta de lo mucho que les debo, pues no sería lo que soy sin el ocio que sus trabajos me han permitido. Pero que existencias más pobres, mas circunscritas, mas insignificantes han llevado estas dos generaciones de las que procedo, y que yo casi he ignorado, pues desde los doce años he estado libre y en la holgura. ¡Qué estrechez de horizonte, que monotonía de trabajo, de preocupaciones, de pensamiento! Sí; el trabajo es sagrado, y también es sagrada la solidaridad entre generaciones, pues el padre trabaja para sus descendientes, y el sudor de la frente, la abnegación de vidas enteras gastadas para economizar un pequeño capital, debe convertirse en pensamiento en la mente del nieto. Sólo la lucha contra la materia hace posible el espíritu, y es el sufrimiento de los unos lo que permite la liberación de los otros…”



¡Que inspirador! Los libros me buscan, yo no a ellos. Todo llega cuando tiene que llegar. Una película, un dios, un verano. No es que el universo este pendiente de mí sino que yo soy parte del universo. Sin el censo de Augusto la sagrada familia no se hubiese movido, el pesebre es efecto de una burocracia romana. Es mas cierto ser parte de un reloj que ser libre, la "Libertad" es un concepto francés económicamente paranoico. No tiene que ver con un valor en sí mismo. Es una fiesta de otro siglo no nos corresponde. No hay libertad cuando se es parte del todo (ya que no hay necesidad).
El diario de Amiel devora los demás libros ¡Lo sé! No puedo parar de leerlo. (Originalmente tenía diecisiete mil páginas que lo hacen la confesión mas grandiosa de la historia en un hombre desapercibido. Un héroe de polvo).
Hasta he pensado, en mi locura , que es una de mis vidas pasadas.
La reencarnación, hace tiempo que no fantaseaba con ella. Nacer de nuevo es un insulto. ¡Ofendo al mundo!


*



¿Que pájaro puede cantar hasta estas horas de la noche? Me acompaña en mis bucólicas. Pero pienso de pronto que no soy Edgar Allan Poe, no hay nada de misterioso en ese pájaro. El moderno no ve ya símbolos. Todo hecho es atómico.


*


El problema es cómo la modernidad se hace cargo de su Historia. No se siente ni una gota de espíritu, vivo de anacoreta, pero al menos antes había demonios que tentaban , hoy es todo seco, sin música. Por ejemplo vi una foto de un pesebre callejero de tamaño natural que en su centro tenía un cartel que decía: “falta virgen y niño Jesús por robo”. Enfrentemos ese pesebre con el de Boticelli. Eso es la modernidad, no es ni el robo , ni la secularización antipoetica de la escena , ni el comercio desenfrenado ¡Es ese letrero!






martes, 15 de diciembre de 2009

El verano de Camus



Beber y leer libros, desencadenar un sentimiento donde todo lo que no se parezca a un yo es amenazante, no por eso amable al pensamiento, el espacio vital para el libro hoy es en el bus. Viajo en el recorrido que va desde bosques de Santa julia en Reñaca hasta el cerro esperanza en Valparaíso, es decir un recorrido entero del conductor (veo como en ambos extremos del recorrido da vuelta el letrerito, en una actitud de eterno retorno). Durante el viaje leo el tremendo libro de Camus El Verano (L'été). Da esperanzas, pero solo a mí , el libro es un diálogo que nadie puede romper , es algo mío, mi construcción y en ese sentido soy más que Camus cuando abro sus páginas y salto los cerros en el bus del eterno retorno, cuando recorro las calles de Tipasa en Argelia , el mar, los atardeceres , y por las ventanas entra ese extraño olor de litoral mezcla de eucaliptos y aire costero, ese aire me enseña a escribir (y me da esperanza al escribir) sólo por ese viajero , el francés que desea África, por que ve en esa dicotomía el gran problema del hombre moderno, amo esas líneas maravillosas de un hombre que busca. Que ha estado en el abismo por que lo ha pensado, pero que aparenta estar en este preciso momento , el libro viaje, el libro invocación , el libro paisaje, el libro muerte , todo es lo mismo.. Amor a una patria extraña , amor a esas sensaciones climáticas , por ende poéticas. Amor a la condición humana, extraña, vasta, inalcanzable pero concebible a su vez. El verano, el verano, me lleva acá, en el bus más triste de todos, recorriendo los cerros pobres de Viña del Mar y sin embargo genera esperanzas, esperanzas mientras se ame la soledad total del viaje.

Todos los hombres odian su época, pero no es el presente el que odian, han vivido las demás épocas sólo bajo el imperio del conocimiento, por ende ellos no quieren experimentar sino ser narrados. Quiero ser arrastrado en cualquier texto, quiero el África , quiero la soledad total.

En un bus leyendo a Camus , en una tarde que se aleja y que me deja más solo, pero ese es el acto literario por excelencia , cuando recibo el texto, cuando re-creo el texto, cuando olvido de tanto admirarlo, al autor. Pero es urgente que yo salga vivo y él siga depositado en la gloria de su tumba.

Un atardecer de Argelia vale lo mismo que un atardecer de mi niñez, cuando asustado aún por los apocalipsis mentales, veía a dios en colores, los colores del poniente, de mi casa, cuando el sol jugaba conmigo y yo con lo que el dejaba, la noche, el miedo , el otro día.

Cuando no necesite a nadie comprenderé lo que es el amor, mientras tanto, necesito arroparme por que voy sólo en este bus que se expande por la ciudad que ve el mar brumoso , que muestra el atardecer con otra luz. La luz de la costa poética y sin embargo costa igual que Tipasa con sus ruinas romanas, olor igual que Tipasa, ruinas igual que el pensamiento de Camus que sin embargo se conservan en la arquitectura del texto. Si esta sensación poética de la luz se debe solo a la angulación del sol, es decir es un fenómeno geométrico, óptico, entonces podemos poetizar ese fenómeno sólo cuando la óptica y la geometría expliquen esa sensación cromática. No habría ahí espíritu. Habría un orden que se antepone a la sensación, pero ¿que poesía es esa que geometriza? , que nombra a los sentidos para mantenerlos a regla , les da propiedades, que aprisiona la sensación , la sensación del atardecer es más que su geometría particular, por ende no hay un orden mientras la sensación no suelte al espíritu, la luz nos emociona , es necesario no comprender el fenómeno, para que este se deposite suave en el texto.


Entonces ¿que nos revela este hecho triste? : que buscamos belleza, pero para llegar a ella ¿deberemos apegarnos al arma metafísica de los griegos? , no, la belleza no es necesariamente una imagen de algo bello, (esto es una proposición ilógica) , el objeto bello participa de la idea de belleza para hacerla una , es decir para alejarlo del arte. El uno y el todo, lo universal y lo particular ¿de donde puede agarrarse la poesía sino de la desesperación de ambos extremos? Si cantamos al amor o cantamos a las putas en ambas se busca la belleza ignorando su objeto, pero aún así debemos tener una idea de belleza. Goethe nos dio ese equilibrio poético , el poeta se vivifica en lo particular pero no descuida lo universal , esta en ese extraño equilibrio o abismo- en donde puede contradecirse, aún siendo ilógico y seguir a la belleza. No debe especular, ni calcular, la poesía busca simplemente lo que no poseerá nunca: la belleza. Es absurdo puro pero lleno de fuerza. La búsqueda de un animal sagrado.

De Santiago a Viña de París a Argel, el bus dará vueltas todo el día , solo el destino circular de su letrero intentara cambiar su sentido , pero igual no lo hará , el viaje , el aire , la puesta de sol todo deviene . El Camus melancólico que paradójicamente me da esperanza. El verano, mi libro.

En el capitulo El Mar : diario de abordo leo algo que siendo texto en movimiento, me sucede, por ende me pertenece y me define:

"Crecí en el mar y la pobreza me fue fastuosa; luego perdí el mar y entonces todos los lujos me parecieron grises, la miseria intolerable. Aguardo desde entonces. Espero los navíos que regresan, la casa de las aguas, el día límpido.
Aguardo pacientemente pues soy civilizado con todas mis fuerzas. La gente me ve pasar por las hermosas calles; admiro los paisajes, aplaudo como todo el mundo, estrecho la mano de los conocidos, más no soy yo quien habla. Se me alaba, yo, mientras tanto, sueño un poco; se me ofende, y apenas me asombro. Luego lo olvido y sonrío a quien me ha ultrajado o saludo con demasiada cortesía a quien amo.
¿Qué hacer si no tengo memoria para una sola imagen?
Por último se me exige que diga quién soy. “Nada todavía, nada todavía…”


Siempre son los demás los que se mueren.( M. Duchamp).



Nietzsche nos dice: “He aquí una alegoría para cada uno de nosotros: cada cual ha de organizar el caos que lleva en sí, recapacitando sobre sus legítimas necesidades”. Pero el enciclopedismo se ve hoy más como una amenaza de animales que quieren aparearse con una mayor ventaja y no se descubre su verdadero sentido: desesperación. Hermes no puede traer ni acompañar ya a nadie, Hoy nada se trae todo se cocina. Incluso ¿que más cruel que imaginar un Prometeo sin padecer la crueldad? Es decir ¿como concebir un Prometeo desencadenado?. El lenguaje es el fuego, se recibe como una dádiva .


No hay cosa que mas me repele que esos tumores culturales que se dan la mano , pero en esta época televisiva Jesús viene, él es el que nos evitó dar espadazos poéticos ¡Qué terrible que una cultura minoritaria de pescadores se transforme en civilización! Por que institucionalizar el corazón es de mal gusto. De Cafarnaúm a Roma , la ironía más grande de la Historia.

Que bien hubiese nacido en Roma (un plebeyo rebelde del Aventino), en esa República aristocrática, pero me asumo en esta democracia, electrificada, decadente y tediosa. La antigüedad ya se hizo mi casa y me pone ajeno a todo lo actual.

Hoy es mas poético enumerar una feria que describir el sentido de lo humano, las palabras se vuelven pescado, por que necesitan alimentar al pueblo hambriento y falto de fe, las vanguardias han sido las culpables de que hoy todos los poetas no vean el lenguaje ni lo jueguen, solo lo actúen. Por que esta época (y con razón) necesita de “gratos momentos”. Camaradería, humor . Pero no un humor juglaresco sino un humor que proviene de la “travesura” de jugar con los significados , las palabras se ponen pícaras por que vienen etiquetadas de poesía, pero a su vez son mecánicamente vulgares. Esa trasposición es la maldad y la revolución de los poetas de hoy , es una vanguardia de la vanguardia . Avant-garde :Ir hacia adelante. Delante de otro. Que ingenuidad: ir adelante ¡A costa del “valor” de las palabras!, del valor del contexto. Duchamp hizo de esto una protesta, un estilo, un urinario en un museo es arte y por esto surge hoy nuestra antítesis odiosa: un museo dentro de un hombre es un urinario.


Los poetas de Cafarnaum se deslumbraron con el avant-garde comunicacional de Roma y la hicieron suya. Asumen el lenguaje de la cristiandad en torno a esa vanguardia. San Agustín : "Bene curris sed extra viam", ("Corres bien, pero fuera del camino") . Dejan su casa de pescadores ahora para mandar, por que toda vanguardia quiere mandar y encarcelar el espíritu puro del origen. La poesía hoy le incomodan sus frenillos, lanza y no piensa, ríe pero no llora impacta con la sintaxis rebelde (aunque Lautreamont pidiendo “copyright” la encontraría añeja), nos defrauda con su sentido. Cafarnaum pesca bajo el sol solitario y Roma le presta su burocracia al cielo. La poesía al igual que Cafarnaum vendió de un día para otro su metafísica al mejor postor y la puso al lado de tragasables y domadores de leones , la poesía solo confía en si misma cuando es espectáculo, ignorando que su poder mas grandioso en palabras de Hölderlin es ser “la más inocente de todas las ocupaciones”.


domingo, 13 de diciembre de 2009

El espíritu del Capitalismo en Max Weber




Si bien Lutero inspiró y puso en marcha la Reforma, fue Calvino quien la sostuvo gracias a sus ideas que logran acomodarse más adecuadamente al espíritu del mundo moderno en formación. Desde este punto de vista podemos agregar las consideraciones que el protestantismo otorgó indirectamente al individuo y su relación con Dios, ya que la “teología protestante y más concretamente la teología política civil, conforman un constructo de pensamiento que nace de la comunidad misma y de sus pastores hará vivir de acuerdo a los mandatos del evangelio, pero siempre según un régimen de autonomía”[1]

Bajo esta premisa hay que entender el audaz postulado weberiano de relacionar el “espíritu” del Capitalismo con el protestantismo, especialmente el Calvinismo con su creencia predistinatoria, tiene que necesariamente matizarse bajo el mismo prisma con que él señala ese “espíritu”. Por que es claro que el afán de lucro y ganancia se ha percibido desde los albores de la civilización, lo novedoso estriba en la racionalidad de ese capitalismo, de las relaciones de trabajo, de la riqueza como fin.


Para elaborar una primera idea acerca del espíritu del capitalismo, Weber recurre a los escritos de Benjamín Franklin (“Consejos necesarios para hacerse rico”), deísta, pero cuyo padre fue calvinista. Weber le atribuye particular importancia a los textos de Franklin porque ellos fueron, por un tiempo, libros de lectura escolar en los Estados de América del Norte, presume que ellos ayudaron a formar una mentalidad.

Weber nos recuerda las siguientes expresiones de Franklin como significativas.

“Considera que el tiempo es dinero. Aquel a quien le está dado ganar diez chelines por día con su trabajo y se dedica a pasear la mitad del tiempo, o a estar ocioso en su morada, aun que destine tan solo seis peniques para sus esparcimientos, no debe calcular sólo esto, sino que, realmente, son cinco chelines más los que ha gastado, o mejor, ha derrochado”.

“Considera que el crédito es dinero. Si la persona a quien le un dinero deja que éste siga en mi poder, permite, además, que yo disfrute de su interés y de todo cuanto me sea posible ganar con él en tanto transcurre el tiempo. De tal manera se puede acumular una cantidad considerable si se tiene buen crédito y capacidad para emplearlo bien”.

“Considera que el dinero es fecundo y provechoso. El dinero puede engendrar dinero, los sucesores pueden engendrar aún más y así unos a otros. Si cinco chelines son bien colocados, se convertirán en seis, éstos, a su vez, en siete que, asimismo, podrán devenir en tres peniques, y llegar en sumas sucesivas hasta constituir un todo de cien libras esterlinas. A cuanto más dinero invertido, tanto más es el producto. Así, pues, el beneficio se multiplica con rapidez y en forma constante. Aquel que mata una cerda, reduce a la nada toda su descendencia hasta el número mil. Aquel que derrocha una moneda de cinco chelines, destruye todo cuanto habría podido originarse con ella: montículos compactos de libras esterlinas”.

“Considera que, conforme al refrán, un buen pagador es amo de la bolsa de quien sea. Al que se le conoce como puntual pagador en el plazo convenido, es merecedor en todo momento, del crédito otorgado por aquellos amigos a quienes no les hace falta”.

[].. “De ser una persona de prestigiada prudencia y honradez, con seis libras llegarás al goce de cien. El que derrocha diaria mente tan solo un céntimo, es igual a derrochar seis libras en un año, lo cual viene a ser el uso de cien. Quien desperdicia una fracción de su tiempo equivalente a un céntimo (así represente, únicamente dos minutos) malogra día a día la prerrogativa de beneficiarse con cien libras al año. Aquel que en vano desaprovecha el tiempo que representa un valor de cinco chelines, se des prende de cinco chelines, lo cual viene a significar lo mismo que si los hubiera tirado al mar. Quien haya perdido cinco chelines, es como si hubiera perdido todo cuanto pudo haber ganado con ellos si los hubiese invertido en la industria, por lo cual, cuando el joven llegue a una edad avanzada mucho habrá de lamentar la falta de tan enorme cantidad”. [2]

Según Weber, en estas expresiones “se trasluce el espíritu capitalista” . En Norteamérica, hasta poco antes de la Guerra de Independencia, para tener plenitud de derechos políticos, era necesario que un hombre no solo fuese eficiente en los negocios, sino que, además, perteneciese a una sociedad religiosa, lo que indicaba que practicaba “una ética profesional ascética que fue característica de las primeras etapas del capitalismo moderno”. Esto era garantía de que jamás cobraban dos precios distintos por las mercaderías que vendían. De allí se formó la idea de que “la honradez es la mejor política”.

Debemos aclarar eso sí la critica de Weber hacia Lutero en el sentido de apoyar cierto Status Quo en relación a la estructura social-económica, tomando directamente las ordenanzas bíblicas especialmente las tomadas de la primera de Corintios donde señala que cualquier estado es bueno para conseguir la prosperidad. Vemos ahí un sesgo eminentemente arraigado de mentalidad medieval , aunque paradójicamente es la racionalidad del trabajo y de lo que Weber llama el verdadero sentido religioso de “profesión “, esto será lo que vaya paulatinamente generando diferencias. De hecho la misma palaba alemana que señala profesión (Beruf) tiene connotaciones eminentemente religiosas, la idea de misión impuesta por Dios, “En cualquier caso, lo nuevo, de manera absoluta, era que el contenido más honroso del propio comportamiento moral consistía, precisamente, en la conciencia del deber en el desempeño de la labor profesional en el mundo. Esa era la ineludible secuela del sacro sentido, por así decir, del trabajo y de lo que derivó en el concepto ético-religioso de profesión: concepto que traduce el dogma extendido a todos los credos protestantes, opuesto a la interpretación que la ética del catolicismo divulgaba de las normas evangélicas en praecepta y consilia y que como única manera de regirse en la vida que satisfaga a Dios acepta no la superación de la moralidad terrena por la mediación del ascetismo monacal, sino, ciertamente, la observación en el mundo de los deberes que a cada quien obliga la posición que tiene en la vida, y que por ende viene a convertirse para él en ‘profesión”.[3]

Se percibió una “salida a la calle” de la actitud conventual medieval , en donde el trabajo era mirado como una actividad buena en si misma y se relacionaba con la glorificación a Dios. El trabajo era relacionado no con un enriquecimiento a toda pompa (de hecho algunos calvinistas se vestían humildemente) sino con una prueba de ser elegidos dentro del paradigma calvinista de la predestinación.

El ascetismo protestante valoraba en ciertos términos el trabajo dentro de un marco autónomo y ya no colectivo y glorificado como el monacal, aun tenia reminiscencias de negar la ambición individualista del capitalismo, es decir debía desenmarcarse de la reticencia del afán de lucro y riquezas. Por un lado ese espíritu hábil capitalista que se va haciendo racional debía conservar el ímpetu por el trabajo, rebajando las reticencias acéticas de la negación de la acumulación de capital, “La creación de una ética capitalista fue obra -no deliberada- del ascetismo intramundano del protestantismo, que empujó a la vida de los negocios a los elementos más piadosos y más rigoristas, que buscaban el éxito en los negocios como fruto de una conducta racional de vida… Sobre todo, el calvinismo destruyó en general las formas tradicionales de la caritas. Lo primero que eliminó fue la limosna sin orden ni concierto…La atención a los pobres se organiza con miras a asustar a los haraganes”[4]

Es necesario hacer una diferencia que en Weber es importante, dos espíritus en contraste se enfrentan en su concepción “materialista” en torno al problema del Capitalismo moderno ,el Catolicismo y el protestantismo se analizan en torno dicho problema, de esa racionalidad capitalista, Podríamos intentar la explicación de la antítesis, desde un punto de vista superficial y moderno, afirmando que el mayor “distanciamiento del mundo” católico, el cariz ascético peculiar de sus más altos ideales, tiene que ejercer su influjo en el espíritu de sus fieles con respecto a un despego ante los bienes terrenales. En tal explicación podría hallarse la coincidencia con el popular esquema que sirve en la actualidad para juzgar las dos confesiones. En cuanto a los protestantes, éstos se valen de dicha concepción para censurar el idealismo ascético, real o supuesto, de la vida del católico, a lo cual éste responde reprobándole el espíritu materialista, que podría tomarse como resultado de la campaña de instrucción laica de toda la compilación vital llevada a término por el mundo protestante”[5]

Es importante destacar el hecho que este ascetismo protestante actuó de palanca en el erguimiento definitivo del Capitalismo Moderno, pero a su vez al establecerse este con Leyes mecánicas (a través de leyes económicas) hizo abandonar este precepto, dado que este espíritu derivó en la acentuación de la lucha y competitividad, perdiéndose el sentido religioso de los comienzos. Posteriormente la consolidación de este Capitalismo ya no necesitaría ese apoyo por que ya se autoregulaba.

Si en sus comienzos la racionalidad Capitalista necesitaba de un apoyo ético, su autoregulación posterior superó su idea original. Para Weber este hecho constituía una clara objeción que puede hacerse a una concepción meramente materialista del capitalismo. La sola acumulación material habría sido incapaz de generar el capitalismo moderno. Éste necesitó una superestructura teórica que lo generara y apoyara. De hecho, el capitalismo no surgió entre ricos mandarines chinos o acaudalados patricios romanos con una absoluta carencia de escrúpulos en los negocios.

La acumulación de riquezas -que ya existía en el pre-capitalismo ha tomado, en la Modernidad, una vía racionalizadora que lo ha convertido en una finalidad independiente de toda otra. Las riquezas, los bienes materiales dejaron de ser medios -como se los pensaba en la Edad Media- y adquirieron una dinámica propia, un valor en sí mismos. Todo lo que no procuraba esta finalidad de acrecentar la inversión lucrativa se volvía irracional, incluso la búsqueda de la utilidad sin inversión o la sola consecución de goce.


[1] Marco Huesbe Llanos,Patricio Carvajal Aravena. Martin Lutero y Juan Calvino. Ediciones Universitarias de Valparaíso. Pag. 32

[2] WEBER, Max. La ética protestante.Editorial Gradifco.Buenos Aires 2004. Pág.46

[3] Idem . Pág. 85

[4] WEBER, Max. Economía y sociedad. México, FCE, 1977, pp. 460, 461.

[5] Iibidem. Pág 34.




martes, 1 de diciembre de 2009

El librero





El librero se ve triste, tiene un perro chow-chow amarrado en la puerta, específicamente amarrado a la manilla,- es mi hija -me dice, algo anda mal, yo solo cruzo por arriba del perro y lo tomo entre mis brazos , gesto extraño en mí casi instintivo , él se alegra por unos segundos, luego vuelve a su mundo ¿Pero qué mundo tendrá entre tanta mercancía? y de que calaña, (digo por ejemplo “Los justos” de Camus a un precio que se nota que él sabe cuanto puede ser un precio justo para esa obra , esa es la gracia de un librero, “que sabe” ). Un par de palabras con él, no las suficientes. Hace falta que uno de esos viejos intelectuales de puerto con mucha jubilación y tiempo libre llegase para que el librero contara todo su drama, esta por separarse, esta demasiado triste y el viejo es un sacerdote infalible. Yo solo escucho desde las estanterías continuas. Un librero esta a mitad de camino entre un comerciante de joyas y un pequeño intelectual, pero solo de las contratapas (es mas, saber del libro por las contratapas es crucial en el oficio del librero, además de agregarle a su antojo cualquier mérito literario al libro que se vende).


Luego no tarda en llegar otro librero mas joven pero mucho mas pedante, lanza frases con un tono taxativo, de hecho en él todo es taxativo, hasta como toma los libros, con solo dos dedos los voltea rápidamente y los deja en su lugar , parece saber todo de ellos (no sabe que la gracia de la literatura es saber que nunca se llegara a saber, la literatura nos recuerda que nunca llegaremos a todos los rincones de la tinta humana, que el canon literario es una torta gigante que nuestro espíritu infantil nunca degustara por completo). El mira que entre mis manos tengo “Chicago Chico” de Armando Mendez Carrasco un libro mas mítico que literario, escrito por un ex -paco realista , él mira siempre lo que uno toma por que quiere hacernos saber que todo lo que uno toma a él de una u otra forma le pertenece. Le pregunto al dueño que quien habrá inflado tanto estos libros como para que cuesten tan caros incluso si están rajados por sus cuatro costados. El librero joven se adelanta – los Mendez Carrasco .- y así lo nombra “Mendez Carrasco” como si fuera una especie de auto convertible -, siempre han sido caros. Fuguet fue el que le dio ese precio al hablar tanto de ellos-le digo. Fuguet nunca habló de ellos- señaló rápidamente el joven librero. -Sí por ahí por el año 1995 escribió un reportaje sobre los escritores marginales , de papel roneo -le contesto silenciosamente deseando que no me escuche y no en busca de polémica sino de una real explicación de porque un libro roído y de una edición humilde cueste 20000 pesos. El librero joven calla, no cree, los “Mendez Carrasco” fueron y seguirán siendo caros , como las cámaras Nikon o el detergente Drive.


El joven librero se retira ignorando completamente que el librero mayor- mi amigo- esta destruido pero lleno de libros imperdibles, a su esposa no le importa en lo más mínimo que la respuesta a su drama esta en Flaubert, y a sólo 3000 pesos.

Ahí están los grandes libros, ya que el librero es alguien que escoge sus libros y aborrece los Best Sellers (eso lo diferencia de un típico vendedor de libros) aunque detrás de esa maña intelectual siempre habrá un afán comercial. Hay una colección completa de Nikos Kazantzakis , también una serie de Giovanni Papini, las vida de San Agustín y de Jesús de los que recuerdo y “Cuestiones disputadas” de Thomas Merton , todos pertenecían a un extraño señor llamado Alfredo Salazar , noto esto por que mientras escucho las sufridas confesiones del librero sin querer escucharlas , me fijo que llevan un timbre con su nombre en las primeras páginas, orgulloso, reclamando propiedad eterna, además de subrayados muy precisos, incluso recortes de reportajes sobre el mismo autor del libro , cuentas de tintorerías y operaciones matemáticas de los años setenta que guardo ágilmente en mi bolsillo.


Pienso en la tristeza de una biblioteca viuda , Alfredo Salazar esta muerto, estoy casi seguro ( o le robaron casi toda su biblioteca algo muy poco probable para alguien que timbra con su nombre sus libros), ahora sus mejores libros , algunos extraordinarios y extraños están acá , subrayados, gastados, solitarios, listos para la venta exótica al intelectual fatigado, anciano, con pocos años de vida por delante, pero que igual sigue comprando libros con una energía imparable ¿No será la literatura nada más que una especie de timbraje orgulloso antes de morir? . Anoto algunas de esas frases que el extraño personaje subrayó en Thomas Merton como por ejemplo: “Cuando las ventanas del monasterio no se abren ya hacia los vastos horizontes del desierto, la comunidad monástica se ve inevitablemente inmersa en la vanidad”. También de Rilke tomo un extraño libro de prosa “Historias del buen Dios” que dice cosas como: “¡Qué agradable resulta contar una historia a una persona paralítica!”.


Veo que la librería es el espacio sagrado que muestra la calma de un día plagado de notarías. Y estas se ofrecen necesarias a los trámites pero no puedo mas que horrorizarme ante ese espectáculo de medio día, absurdo de tan necesario y social. El cielo también cayó por un estado burocrático. El librero esta siendo abandonado por sus esposa y yo con mi libreta le robo trozos de su vida desecha, de sus páginas selectas que a él poco le importan ahora. Y me hago la sencilla pregunta del fiel que se asoma en las librerías creyéndolas iglesias, para restablecer la paz destruida en la ciudad llena de hormigueo notarial ¿Por qué “Méndez Carrasco”? ¿Por que el timbre en los libros? ¿Por qué se acaba el amor cuando uno se rodea de él? ¿Por que el absurdo de descansar en la sequedad del polvo de una estantería?