miércoles, 30 de junio de 2010

Diario

Elias Canetti (1905-1994)



¿Por que elige uno a un autor? ¿ Por que se desecha (por el momento) por ejemplo a Garcia Marquez o Maritain? Y al contrario ¿Porque el espíritu se incendia de inmediato con cualquier página de Elias Canetti?
Por que lo que dicen es lo que uno siempre ha querido que digan. La sustancia esta dada, solo al estilo le ha sido dado casualmente ser libre... Por esto que en Camus siento el candor de un amigo y en Sartre el frío de un jefe.


“No se sabe nada , pero se coquetea con ello hasta dar la impresión de que se tiene una gran sabiduría oculta”

“El verdadero elogiador se va quedando solo, de lo contrario su elogio no valdría nada”.

"Siempre que observamos atentemente a un animal, tenemos la sensación de que en su interior hay un hombre que se burla de nosotros."

“¿Cuántas lecturas nos ahorraríamos si conociéramos antes a los escritores? ¿Todas las lecturas?” (Elias Canetti . Apuntes )


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El conocimiento... vivir para el. Se me criticara de inmediato falta de modestia, incapacidad de sentir (por que se señala comúnmente al conocimiento como la antítesis fría de la sensibilidad). Pero me refiero a la capacidad y condición de conocer, si se pudiera prescindir de ella, pero es imposible. Esa capacidad, ese límite, ese extraño misterio. Vivimos en el conocimiento. En el “como administrarlo” se producen los inconvenientes.

La respuesta de Kant es sublime, un monumento que intento descifrar (sin éxito) como cualquier parásito que se acerca a su animal abastecedor. No puedo y temo reprocharle cualquiera de sus postulados. La distancia entre un genio y un hombrecillo corriente como yo , no impide que piense que este errado. El habla también de mi condición humana y por ende debo tener algún poder sobre sus ambiciosos postulados.

¡Que Kant descubriese con horror que algún día alguien pensase que su a priori fuese solamente una rabieta fisiológica!

Para esto es la retórica, para convertirse en un pavo real, que con su belleza nos hace ignorar su taxonomía científica.

La simbiosis del parásito consiste en transformarse y reconocerse como parte del sistema. Kant ha legislado, frente a eso no puedo guardar silencio. Ha elevado algo difícil de bajar.


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Es tan absurdo, genial y misterioso a la vez utilizar “conceptos”, por ejemplo: “gente”.
¿Que se dice cuando se dice gente? La genial adecuación biológica del hombre, que dotado de lenguaje, hace que algo tan ficticio como un concepto, actúe como algo ligero , normal, imperioso.

Una idea sería el espíritu santo, mientras un concepto solo un cuerpo histórico digno de azotes.



"Todo conocimiento suelto será valioso mientras se mantenga aislado. Pues al caer en el intestino del sistema se diluye en nada". (Canetti, Apuntes)


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jueves, 24 de junio de 2010

Diario


"El Charlatán". Giovanni Domenico Tiepolo. (1754).



¿Como sonará una ironía para un curso de quinto básico? (en promedio niños de diez años) .No les suena invasiva. Les llama la atención su novedad y su estructura incisiva. Lo inédito de la ironía les atrae. Un aprendizaje en el gozo de la burla consigo mismo. El defecto mostrado en un discurso relajado, poco legal y poético. Siento que llegan a amarla. Su conducta, que antaño se moldeaba con estructuras rígidas y abstractas, ahora se regocija en la ειρωνεία, (eironeia), en la simulación, ya que como todo género dramático, esta actuación le gana con creces a la sequedad absurda del reglamento.

Más que un juez, un actor, mas que un maestro un charlatán honesto y vital.


¿Qué es la ironía? La unidad de pasión ética, que infinitamente afianza en unidad al propio yo, y de la educación, la cual en su exterior hace infinitamente una abstracción de ese mismo yo. [..] y en esto consiste el arte, en la verdadera infinitización de la interioridad.
( Søren Kierkegaard, Sobre el concepto de ironía)




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jueves, 17 de junio de 2010

Notas etnográficas




No explicar solo describir dice Wittgenstein , ¿acaso él nunca ha explicado? Es su lucha continua: no pensar sólo ver.

En etnografía se conoce como “Descripción Densa” a una estructura estratificada de significados , es decir, enfrentarse en gloria y majestad con el imperio de la explicación , trono histórico de las Ciencias Sociales. Estas estructuras son en principio "extrañas, irregulares, no explícitas, y el etnógrafo debe ingeniarse de alguna manera, para captarlas primero y para explicarlas después" .Esto se puede observar en el clásico ejemplo etnográfico de Geertz sobre la acción de cerrar un ojo. Fotografiado, es decir observado como fenómeno puro, no habría diferencia entre un tic nervioso y un guiño. Entre simple conducta automática y concesión cultural, pero es el gesto el que nos inserta en el corazón mismo de la cultura. Un entramado hecho por humanos para humanos.

Pienso en la película Yo Robot , el guiño de Sonny, el robot prototipo que precisamente por serlo es que podemos entender su gesto, que superaría la mecánica, el fenómeno y rozaría lo cultural. El guiño es un simulacro , Sonny tiene la capacidad para sentirse hombre y decir : estoy actuando, engaño a la lógica , por que no soy esclavo irrestricto de ella , sé que un guiño puede ser más que un simple reflejo nervioso...¿O este es sólo un patrón aprendido? ¿Una mecánica disfrazada?

“El que guiña el ojo está comunicando algo y comunicándolo de una manera bien precisa y especial: 1) deliberadamente, 2) a alguien en particular, 3) para transmitir un mensaje particular, 4) de conformidad con un código socialmente establecido y 5) sin conocimiento del resto de los circunstantes. Como lo hace notar Ryle, el guiñador hizo dos cosas (contraer un ojo y hacer una seña) mientras que el que exhibió el tic hizo sólo una, contrajo el parpado. Contraer el ojo con una finalidad cuando existe un código público según el cual hacer esto equivale a una conspiración es hacer una guiñada. Consiste, ni más ni menos en esto: una pizca de conducta, una pizca de cultura y –voila¡–- un gesto”. (Clifford Geertz, La Interpretación de las Culturas)


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“El origen de los problemas: la tensión opresiva que una vez se apelotona en una pregunta y se objetiva” (Wittgenstein Diario 24.5.15).

Difícilmente me reconozco inteligente, llega un tiempo en que no es relevante parecerlo, llega una relajación que presiente la muerte y solo quiere un diagnóstico, una conclusión a la eterna pregunta que persigue a sol y a sombra , pero quizás esa “tensión opresiva” de la que habla Wittgenstein, sólo haya sido una proposición religiosa absurda que repetía mi abuela a la hora del mate, y que yo en mi niñez me negaba a aceptar (y que ahora acepto con nueva admiración) . Esa proposición es el germen, el virus o la enfermedad de todo lo que yo puedo reconocer como mi existencia. La verdadera inteligencia no surge ni de patrones genéticos ni de méritos de labor y esfuerzo, sino de las cuotas de valentía con que enfrentamos al absurdo.


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¡Cómo hacer para alejarme de “los lenguajes técnicos”!



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Mi reacción hacia la publicidad es religiosa, conservadora. No la valoro por que veo claramente su objetivo. Acabo de ver un comercial estéticamente bello , sin embargo no lo aíslo de su propósito , el consumo frio y orgánico. Un acto culturalmente hipertrofiado. Tal como el escolástico aborrecía el cuerpo (o a lo menos desconfiaba de su majestuosidad) .

En el cuerpo la belleza pierde su valor por que el medieval ve que detrás de todo cuerpo se esconde el enigma del placer (y el descuido de la trascendencia) .

Publicidad –Consumo
Cuerpo – Placer



"La “demostración” del producto no convence en el fondo a nadie: sirve para racionalizar la compra, que de todas maneras precede o desborda los motivos racionales. Sin embargo, sin “creer” en este producto, creo en la publicidad que me quiere hacer creer.” (Jean Baudrillard “El sistema de los objetos”)



¿Por que no solamente observo y dejo las explicaciones, las causas y las hipótesis que sólo se regocijan en el fallo?


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lunes, 7 de junio de 2010

Diario


Rembrandt "Jeremías lamenta la destrucción de Jerusalén" (1630)




El mundo no se especula. La compasión también se agota. ¿Y cuando el compadecido ya no es digno? ¿De que sirvió compadecerlo? , y es peligroso además, que fruto de esa compasión surja una historia, ella no podrá agotarse , se defenderá de cualquier modo para exaltar y mantener ese sentimiento.
El mundo no es descrito, es explicado, por eso es imposible.
Un pueblo que vivió muchos siglos de la misericordia indiscutiblemente terminara dominando. Los “sabios” han ocupado el sacerdocio como fábrica de valores, que mientras se estimen absolutos tendrán asegurado un cupo eterno en nuestra memoria, que sólo sabe compadecer y olvida lo más importante: “olvidar”

Pensando en este gran problema no hay más guarida que la lucidez de los moralistas franceses. ¿Soy un moralista? , desde luego, todos mis escritos son deudores de esos grandes franceses que olían a la sociedad como un sabueso autorizado. Nietzsche también juega con su admiración hacia ellos cuando se declara “inmoralita”. Pero en los franceses no se ve la moralidad como un sacerdote que regula y censura a la sociedad, sino como un observador de costumbres (mores), un poeta social, que no necesita interminables tratados para describir la decadencia de su siglo, sino le basta un par de máximas, aforismos o cualquier frase fragmentaria para clavar la flecha en lo absoluto, extrayéndole la mayor cantidad de carne posible. Sueña un absoluto desnudo.



“La humildad, no es a menudo, más que una sumisión fingida y asumida para someter a otros, un artificio de la arrogancia, que se rebaja para luego alzarse...” (La Rochefoucauld, Máximas)


“Cuanto mas reluce la obra, mas sustraigo de su valor moral, por la sospecha que en mí despierta de que haya sido expuesta más por lucimiento que por bondad : los bienes que se exponen se encuentran ya a medio camino de ser vendidos.” (Montaigne, Ensayos)



“Nuestros enemigos están mas cerca de la verdad en la opinión que se hacen de nosotros de lo que estamos nosotros mismos.” (La Rochefoucauld, Máximas)


“[Incluso los filósofos que escriben en contra de la vanidad] quieren gozar del prestigio de haber escrito bien, quienes los leen quieren el prestigio de haberlos leído y puede que yo, que escribo esto, quiera la misma cosa...” (Pascal, Pensamientos)



¡Qué difícil es estar contento de alguien! (Jean de la Bruyère, Los carácteres o las costumbres de este siglo)

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jueves, 3 de junio de 2010

Cioran sobre Joubert



...“Existen dos categorías de espíritus: los que aprecian el proceso y los que aprecian el resultado; a los primeros les atrae el desarrollo, las etapas, las expresiones sucesivas del pensamiento o de la acción; a los segundos la expresión final, con exclusión de todo lo demás. Por temperamento, yo siempre he preferido estos últimos, un Chamfort, un Joubert, un Lichtenberg, que nos dan una fórmula sin revelarnos el camino que les ha conducido a ella, autores que, sea por pudor o por esterilidad, no logran liberarse de la superstición de la concisión, que quisieran decirlo todo en una página, en una frase, en una palabra; a veces lo logran, aunque raramente, debemos reconocerlo: el laconismo debe resignarse al silencio si no quiere caer en la profundidad falsamente enigmática. Pero cuando se aprecia esa forma de expresión quinta-esenciada o, si se prefiere, esclerosada, es difícil desapegarse de ella y admirar otra. A quien haya leído mucho a los aforistas le costará comprender a Balzac; podrá, sin embargo, adivinar las razones de quienes sienten pasión por él, de quienes extraen de su universo una sensación de vida, de dilatación, de libertad, desconocida para el aficionado a las máximas, género menor en el que se confunden perfección y asfixia”.


...“¡Cómo me gustan los espíritus de segundo orden, (sobre todo Joubert) que, por delicadeza, vivieron a la sombra del genio de los demás, y temiendo también ellos tenerlo, rechazaron el propio!”

Émile Cioran



miércoles, 2 de junio de 2010

Diario




Temor y temblor frente al entusiasmo...
Más estudios ¿Para que? Pequeñas desesperaciones de pobre...
Me he desecho de gran parte de mi biblioteca, es inútil. Aspiro, aunque parezca ridículo, a quedarme con un sólo libro, que pueda llevarse en un morral y ser subrayado completamente hasta desarmarse. Las estanterías son indiscretas. Las bibliotecas de mal gusto.


Nuevamente cambios. Más importante que los libros que compro (he llegado a no comprar ninguno por meses) son los que desecho. Un escritor “exitoso” como Pablo Simonetti (que alguna vez robé por ahí y que nunca leí ) cambiado por algo que a estas alturas (donde la sorpresa no abunda) me ha dejado profundamente impresionado: José María Gironella “Los fantasmas de mi cerebro”.


Los libreros saben que ganan en estas transacciones , por cantidad y calidad de la edición de los libros, pero siempre quedan con un mal sabor cuando salgo por esa puerta con estos ejemplares irrepetibles y subterráneos (con el entusiasmo y la satisfacción de un niño que aún no conoce el poder de los símbolos y sólo se conforma, en su primera infancia , con un juguete barato, de plástico). Los libreros desconfían de estos extraños negocios a pesar de que han ganado. Siempre ganan.

La edición de “Los fantasmas...” es profundamente humilde (GP) ¿que será eso?. En la segunda página dice escuetamente : Portada de Alvaro... al divisarla nuevamente noto que la portada es blanca.. no hay nada....¿Cuál es el mérito de Alvaro?


Algunos fragmentos de “Los fantasmas de mi cerebro” :



“Hay libros para leer de noche . Me doy cuenta de ello desde mi sillón, repasando una y otra vez los títulos de nuestra biblioteca . Hay títulos que de día son neutros y que a medida que la noche avanza van adquiriendo majestad”...


“El acto más insignificante es un desafío, un atentado contra la serenidad, contra la paz. Quien besa o quien planta un árbol no sabe si practica el bien o el mal”...


“Por de pronto yo relaciono con mi dolor todo lo creado. El rumor del mar es el mismo que me duele en la cabeza. El frenazo de un automóvil se parece a la obturación de un vaso sanguíneo. Nada me sucede que no sea gemelo de otros muchos avatares de la naturaleza”...



“Conozco los peligros de auscultarse a si mismo, por un lado uno se desprecia; por otro , uno se convierte en soberbio. La soledad se parece a la lepra. Empieza comiendo facciones y dedos, y acaba devorando el alma”...


“A veces veía de lejos a mi padre. Caminaba un poco arrastrando los pies, con el sombrero colocado con descuido. Había en él algo de fatiga moral, prematura. Parecía estar pensando puñales. Yo lo seguía a distancia, avergonzado. Sabía que algunos de estos puñales eran míos”...



“Hay noches horizontales (sosiego y sueño). Noches como un pozo (pesadilla o vicio). Noches verticales (oración o estudio).
También hay noches heladas: cuando alguien muere en nuestra propia casa o cuando bruscamente se rompe nuestra coherencia interior”...



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