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sábado, 24 de marzo de 2012

Un pequeño cuento nocturno




Ella le llama en la madrugada, le asusta, le corta su sueño sistemático que sube y que baja en intensidad pero siempre es el mismo… y lo hace solo para preguntarle: ¿me quieres? y el aún durmiendo le contesta un silencioso y automático “Si”…- "Bueno" -dice ella - y se despide triste…Pero ya era tarde, no pudo dormir por mucho tiempo y cuando lo consiguió se produjo un gran temblor. No diferenció ambos miedos, el querer y el temblor fueron lo mismo, la llamada no era una confesión como todas, una declaración normal de un: “te llamo por que te quiero” , ella no le quiere, ella solo quiere saber si “él la quiere” entre ambos deseos surge un abismo , un abismo que debe saciarse a toda costa, principalmente de madrugada, que es donde se materializan los demonios que de día solo susurran débiles en nuestros oídos. El querer no era nada mágico, era un requerimiento asimétrico que madruga y que ataca como cualquier insulto vulgar…”necesito saber si me quieres”…¿Pero porque él no pregunto de vuelta? ¿y tú me quieres?, no preguntó porque conoce muy bien esa sensación, conoce muy bien los demonios nocturnos y comprende que ella necesita la respuesta no a él. (Él lo sabe porque ha llevado incondicionalmente la asimetría amorosa durante toda su vida) . Ella no necesita querer, necesita que la quieran, la pregunta era perfecta, no había que analizarla, había que decir simplemente “sí” ,ese sí que permite la vida y la condena.



Quería saber y él le hizo saber, por eso ella no se extendió y le susurró un “bueno” tímido y triste que reemplazó a un “chao”, que hubiese dado una señal lógica al pequeño diálogo, un sello coherente, un “chao” que quizás hubiese incluso pasado por una divertida broma ebria, pero el “chao” no vino, solo el “bueno”, extraño y melancólico que no sellaba ni explicaba nada (ese bueno es lo contrario y destroza de inmediato a un “yo también”, el te quiero -yo también, suena musical, ensayado, como una marcha que empezaron los hombres hace miles de años y que uno ya no sabe porque tararea, pero el “bueno” no suena a nada, ni angustia ni felicidad , el bueno no es nada , es la nada donde se funde cualquier intento de amor ).
Quizás ella ahí recién pudo dormir. Quizás sus demonios se estabilizaron, no hay cariño, ni deseo, ni amor en una interrogación tan tenue, hay solamente eso, una interrogación que calma un miedo , (la misma calma que exigió Moisés a su dios cuando le pregunto ¿quién eres? , con esa pregunta fundió todos los dioses del antigüedad en uno y ese “uno” le calmo el caos pagano), pero justo cuando ambos intentaban volver al sueño se produce el temblor…ese temblor que simboliza la muerte del entusiasmo y la bienvenida eterna de la burocracia sentimental.



El sonido de la respuesta de él , su “sí”, sonó tenue, sin eco, solitario, que como el temblor, no buscó, ni buscara jamás una especie de contención, de seguridad, y que se cuela en la noche para dejar a la gente pensando atemorizada por su falta de control y lógica. El vive así, en una naturaleza que sólo acontece, que a lo mas desarrolla una causa y un efecto pero que honestamente ya no desea un “yo también…”. El “bueno” le sacia, el “yo también” corre el riesgo de ser hipócrita, compensatorio, infantil.

Los temblores vienen, despiertan y luego se van, la angustia no surge tanto del movimiento en sí, sino de la ignorancia de su aparición, la incertidumbre de la presencia del temblor es la parte más salvaje del mismo, su parte invisible, pero aunque no actúe físicamente está actuando en las personas , les hiere , les angustia, les dice “vengo, pero siempre ignorarás cuando” , así también la falta de seguridad y control del “yo también” es la parte más horrible y salvaje del amor, es su parte invisible, que somete a la angustia mas cruenta a los amantes, disfruta llegar sin aviso que es como no llegar , desvela , y se retira como el temblor actuando siempre absurdamente en todos los “síes” que le restan por vivir…

Ambos durmieron e intentaron que no les afectase la desgracia de no saber cuándo vendrá, ni que intensidad tendrá el próximo temblor y que esto no les impidiera seguir su vida normal, saben que vendrá pero ya no será lo mismo, será otra noche, será otro temblor, será otro desvelo… el mundo es inseguro …pero el “yo también” lo es aún más…

lunes, 18 de julio de 2011

El fuego inolvidable.


Tarkovsky “El sacrificio




Siempre he creído que hacer obras es una acto de desesperación, en el paraíso ni siquiera se trabajaba y pensaba en hacer siquiera algo que tapara sus genitales. Posteriormente, expulsión del paraíso de por medio, la torre de babel fue la gran obra de los hombres que enfadó a dios tanto así que nos condujo a la incomunicación internacional de la lenguas.

Perdón por las asociaciones bíblicas crecí en un hogar religioso como muchos y de ahí nacieron mis primeras metáforas. Luego pensé que todo era mierda, pero ahora lo veo como bellos mitos, al igual que los Kawéskar o los nepaleses , (¿que sería de William Blake o los románticos sin la biblia?, eso me permite dejarla en paz por un momento) , pero todo este preámbulo era para explicar que nunca me han interesado las obras, hacer obras , en este sentido como Adán que le importaba una mierda taparse las bolas . Pero me doy cuenta que admiro muchas obras, giro en torno a ellas, aunque el arte vital es lo primero, las obras no dejan de ser importantes para mí en el día a día, una pintura, una canción, un poema, etc. Cuando supe que los arquitectos de las catedrales góticas no dejaban su nombre en sus obras porque creían que era algo demasiado sublime, alucine con ellos, hoy lo encuentro eso una soberana mierda.


¿Que lo acerca a uno a hacer una obra?, sencillamente estar cerca de la muerte , todos estamos igual de cerca de la muerte, incluso el gerente de la empresa que pasa en su convertible cuando atravieso el semáforo en Santiago, y que todos los que esperamos que la luz del peatón verde se encienda, lo miramos como si fuera una pelota de tenis en cámara lenta en el último punto de un Grand Slam, y él despreocupado, ignorando su muerte, dobla en su silencioso jaguar , que por lo general hace olvidar la muerte. (Pongo Jaguar por que básicamente debo ser el tipo más ignorante en materia de automóviles del mundo , y no he hecho nada por superar esa ignorancia casi vergonzosa a la hora de hablar de autos, si mi primo no hubiera enfermado de cáncer y yo no hubiese sido el único cesante que estaba en condiciones de acompañarlo a la quimioterapias en la camioneta de mi padre, probablemente nunca hubiese sacado documentos de conducir). Me refería antes del largo paréntesis simplemente a que todos estamos a la misma distancia de la muerte. (Estos largos paréntesis han sido los culpables de hacerme una especie de ser confuso en las conversaciones, ya que no existe en ellas una posibilidad de avisar cuando uno se mete en uno , a menos que uno lo anuncie , pero eso quita toda la musicalidad enferma que imprimo en cualquier conversación)



Ahora quiero hacer obras, ¿estoy más cerca de la muerte? , no, no más cerca de cuando nací y me puse amarillo y me dejaron unos días solo en una incubadora y extrañe tanto a mi madre que lo amarillo no se me pasaba, y cree un perfecto y eterno complejo de Edipo amarillo.(¿Muchas “Y” para un buen redactor y un hombre inteligente? ¡Me importa una mierda los ilativos y esa superchería sintáctica conservadora y poco musical!) Luego dada la organización primitiva de los hospitales, me fueron a entregar a casa de mi abuela en una especie de furgoneta, sí, al igual que el pan en los negocios de barrio. Le entregaron a mi abuela otro bebé, más grande según me dijeron, y ella sospechando por el tiempo de nacimiento rechazó el bebe que le entregaron alegando que no era tal. Hasta que finalmente después de este alegato surrealista en plena calle, los repartidores de pan decidieron entregarle a este personaje, el cual ella aceptó no con menos desconfianza. Siempre me surgía la duda obvia ¿habré sido yo el bebé adecuado?

Escucho música todo el día, no la escuche por años, cuando me pongo irresponsable lo hago compulsivamente, y este es un momento irresponsable, siempre han sido los mejores momentos de mi vida. Me acuerdo que el año 95 quizás mi año mas irresponsable, fue el año que escuche mas música, no tenía techo y tomando en cuenta que no existía internet masivo ni rápido que hoy te baja todo mediante un click, conocía bastante. En ese tiempo para la música había que caminar mucho, regrabar, robar cassette a tus amigos o en fiestas , comprar revistas underground , todo valía. Supongo que todo eso era igual a una especie de click del mouse pero más costoso. Como que todo en la vida se amaba más, ya que un cassette se dejaba en una repisa especial y no sólo se escuchaba se le miraba , aunque sé que la nostalgia es la morfina de los que no han sabido recibir su adultez con estoicismo, se debe reconocer que la nostalgia del futuro será más plástica . (Si la música venía en un LP aún mejor, pero no tenía tocadiscos, ¡Sí! ya sé , estos suenan incomparables pero además de encontrarlos pedantes mi fetichismo tenia límites : mi bolsillo)

El cassette más caro que me compre fue uno importado “The Peel Sessions” de Syd Barrett cuando a Barrett por estos lados se le pensaba como una marca de camisas . El cassette se observaba, se olía, generaba igual una especie de fetichismo pero no tan burgués como el LP , era una puta relativamente económica, sobre todo después de saber que en ferias alternativas regrababan LP exclusivos a casettes (ahí obtuve todo Jimi hendrix, Ten Years After , Jefferson Airplane , Grateful Dead , Miles Davis , Coltrane, etc) . El cassette se abría y se cerraba por ocio, ahora una carpeta de mp3 se olvida por ahí descuidada por meses. Un tiempo baje tanta música que consideraba igual de importante conocer de pop que desconocerlo, entonces me dedique con devoción a borrar mucha del computador.

Me acuerdo que un verano lijé sillas con un amigo un mes entero para comprarme todos los cassette de U2, otros se compraban ropa o salían de viaje, yo sólo pensaba en esa música (es increíble pensarlo ahora pero la única forma de conseguirla era comprándola). Recuerdo la impresión que me causó “The Unforgettable Fire”, todas esas manos destrozadas por ese trabajo valieron la pena al escuchar esa música azucarada de los irlandeses pasados por la mano de Brian Eno (Cuando Bowie lo escuchó por primera vez se compró como 15 copias para regalarlas a sus amigos , pero él no lijó sillas). Las sillas tenían una extraña conexión con el rock, ya que fue en ese patio en la casa de mi “jefe”, que nos dejaba poner música con tal que lijáramos rápido, que escuche por primera vez Smells Like Teen Spirit, efectivamente olíamos así. A pesar que estaba en una etapa muy Brian Eno y Chill Out , me sorprendió.
Las sillas que lijé se fueron a un pub horrible cerca de mi casa en las que unos años después yo me sentaría y pensaría borracho que había estado de más lijarlas, pero gracias a eso podía yo considerarme avanzado en esto del pop.(No sé que es realmente considerarse avanzado , pero creo que va por la devoción por la música.)


Bueno el año 95 fue irresponsable, lo sabían, había salido del colegio y estaba en una constante fiesta con mi amigo Marco que era también mi vecino. Nos sentábamos todas las tardes en su patio a escuchar música, fumar de todo y tomar cerveza. Cada día uno llevaba una banda distinta, el tocaba la guitarra genialmente y yo gritaba como Yoko Ono. Grabamos eso ¿Dónde estará eso? Iba a un preuniversitario, pero sólo a beber vino y a ver una mujer que me enloqueció, perdí como 10 kilos por ella. Ella amaba a los Pixies , en dos semanas me puse experto en Pixies . Pero nunca me atreví hablarle. Nadie tenía futuro en ese preuniversitario, es mentira claro todos lo tuvieron, pero se sentía el ambiente como que eran estudiantes deslumbrados por usar el pelo largo, fumar y beber impunemente y ver mujeres, era un ambiente de fiesta cada día. En ese tiempo no existía aún el ambiente bohemio que las universidades privadas actuales han instalado, no existían barrios universitarios privados como tales, rodeados de bares dionisiacos, pocos estudiantes bebían a las 10 de la mañana. Bueno estar en un preuniversitario no es estudiar, es estrenarse como un hámster en su aro de metal o un perro que salta obstáculos y recibe su galleta. Yo ni siquiera entrenaba, por lo tanto no recibí mi galleta.


Un día por la tarde, en casa de mí amigo mientras escuchábamos The Cure con una cerveza y varios “cigarros” en su patio, una señora sonrientemente (y nunca entendí esa sonrisa extraña, quizás nerviosa) me dijo: Oye tu casa se está quemando. Yo sonreí unos segundos, por su sonrisa, intente buscar la metáfora, la broma, pasaron unos segundos más y sentí que era en serio, corrí unas cuadras y vi esa escena dantesca (es curioso que tu nombre se vuelva un adjetivo, ¿puedo citar una frase de Lichternberg que me enloquece por su desidia e insolencia? , es sutil claro pero genial para su época dice : “En su Comedia, Dante Alighieri llama a Virgilio, con gran respeto, su maestro, y, sin embargo..hace un pésimo uso de él; una prueba evidente de que ya por entonces se elogiaba a los antiguos sin saber por qué”. ) Bueno la escena era dantesca pienso ahora y también pienso que debe ser triste elogiar sin saber porqué.

Bueno el panorama era el siguiente: una casa llena de gente, los bomberos afuera, infierno, llantos y el agua hasta los tobillos , llegue y mi familia me abrazó pensaba que yo dormía siesta y que me había carbonizado , no, estoy acá - dije –gracias a que escuchaba The cure y fumaba marihuana. Mi amigo llego atrás mío corriendo, me pregunté por que llegó unos minutos después y no junto conmigo, quizás corrí muy rápido o se quedó unos segundos pensando que me iba a decir para apoyarme en ese momento. Cuando llegó fatigado , ya que el no corría, y después de ver mi pieza hecha carbón me dijo:- no te preocupes , yo te regrabaré toda mi música.


Luego de eso llore diez minutos en el baño pensando en que todo mi esfuerzo musical , mis caminatas, mi inversión de las sillas era en vano. Me sequé las lágrimas, tome mi bicicleta, fui a la botillería de enfrente, compre vino blanco lo eche en una botella plástica y fui a la cancha de “Bicicross” de mi barrio y borracho me di como 30 vueltas como un competidor de elite suicida , pero no alcanzaba a terminarlas ya que me caía cada cinco minutos , luego pare me senté bajo un árbol y terminé el vino. Nunca supe porque fui a dar vueltas a esa cancha de bicicletas. Ese fue mi primer fuego inolvidable, comenzaba a quemarme y aún no estaba preparado, nada sería igual después de eso.






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martes, 26 de abril de 2011

Pequeña historia personal de los cerros




Siempre he querido escribir sobre los cerros, no esos cerros que en el corazón de la ciudad se convierten rápidamente en parques por algún urbanista del siglo XIX, que ve en ellos los símbolos de la ciudad jardín que apaña un poco el carbón de la industria.. No, me refiero por el contrario a esos cerros marginales, esos cerros áridos a las afueras de la ciudad salvaje llenos de espinos, y dueños de nuestra niñez. Sin cercos, sin animales localizables, sin nada, depositados como espaldas de gigantes míticos pero que nunca se atrevieron a mitificar…
No hablo ni de montañas que por su altura e historia necesitan de especialización, ni de montes….muy espesos, inaccesibles y faunos para mostrarnos la belleza pobre y solitaria de los verdaderos cerros.

Los antiguos narraban muy bien su geografía…la han mitificado, los cerros medianos construyeron la independencia de la polis griegas, tan alejada de la teocracia despótica de los grandes valles agrícolas de los orientales. Santiago mi ciudad es una ciudad acechada por cerros. La ciudad en su explosión demográfica ha llegado a sus faldas, hoy estos cerros acosados así, pierden lo que me ha llamado profundamente la atención de ellos desde mi niñez, su silenciosa soledad, su aridez, su estampa milenaria que se impone al horizonte monótono del piso…


Cerro de su origen etimológico cirrus (o copo) que importa , escribir sobre los cerros es abandonar la investigación (¡cuando la abandonaremos por fin para siempre! ) de todos modos insisto , me fascinaron desde pequeño, y desde ese sentido soy mediterráneo , lo único que vi desde niño fue cerros, no esos cerros tan habitados con forma de anfiteatros que se encuentran en Valparaíso, que se olvidan a si mismos para dar ofrenda eterna al mar, sino cerros sofocantes que abrazan la ciudad y la aíslan , pero que no son parte integra de ella, que flotan en su periferia, que sobreviven gracias a su soledad.



Tanto fue la obsesión que después me dio por subirlos, salir a las afueras de la ciudad y romper la soledad árida de ellos y subirlos, subirlos… ¡subirlos! , jamás pensar en la bajada (error de los inexpertos) y mientras los subía el ruido del camino desaparecía y el horizonte plano, ese que te hace sentir el piso uniforme y que te acompaña durante toda tu vida, se va perdiendo. Agradecería que me ayudara con los cerros tanto un poeta como un topógrafo… San Agustín leyendo versos en su cima…y Petrarca imitando ese gesto siglos después…


Escribo sobre los cerros, los extraño, cerros pequeños solos y secos
El mar es histórico, potente, poético, pero no es mío, el mar suelta el ojo del niño poco entrenado a la inmensidad, (escribí tiempo atrás de esto en lo que llamé el efecto Rimbaud ) en mi pueblo por el contrario, los cerros siempre me dieron la impresión de vivir en medio de inmensos animales echados tras pastar, pacíficos y familiares… se sigue vivo ahora en un útero geográfico…


La escritura íntima, sin afán investigativo, es el refugio de la progresiva prostitución de la información, del aguijón académico, de la soledad artificial y objetiva de la ciencia. Los cerros sólo pueden relatarse en esta escritura familiar, que quiere más que gustar, rescatarse para uno mismo, simplemente ver que fue lo que rodeó al niño eterno atrapado en nuestra vejez creciente , lo que le tatuó el espíritu para siempre, el paisaje hegemónico, certificado, eternamente presente.


La información que manejo (y no digo conocimiento en el mas sano de los términos) es mucho mas rápida y mayor que la capacidad que tengo de pensar, en ese sentido soy un lisiado (si es que creo en la voluntad o libertad, etc.) ya que soy esclavo ilegitimo de una época, que cede, que entrega estrellas, pero no da el tiempo para digerirlas, no se alcanza nunca un firmamento en ese bombardeo continuo de luces ajenas.


Ese bombardeo es la rutina geográfica de la ciudad no hecha para pensarla, pero cuando uno se aleja un poco de esta ciudad, ve esos extraños montículos terrestres que se elevan unos pocos metros de la tierra y que por eso mismo nos invitan mentalmente al desafío no tan exigente de subirlos por unos segundos, esos segundos que dura el bus frente a su presencia mágica y sola. Subir cerros… es un poco mas dificultoso que caminar en la explanada, pero no tanto para no imaginarse en la cima sin ninguna fatiga seria …Los cerros dentro de su soledad son amigables porque son abordables …¿y que haremos luego allí en la cima? ..leer un poema , acostarnos.. mirar nuestro triste suelo que se empecina en invitarnos a volver ….callarnos por una hora seguida sin ninguna explicación , pensar en la vida superficial, la vida que no escala.



Las grandes ideas germinan en pequeños domicilios anónimos…nadie los conoce, pero pasan los siglos y esas ideas anónimas reinan sobre la faz de la tierra…los ermitaños racionales están por ahí y para mandar en el futuro es necesario que nadie los conozca… así funciona el espíritu…pero los cerros son ermitaños naturales …no mandan , no necesitan mandar …están ahí y los observamos igual que los indios del pasado , antes que llegara la racionalidad legal arriba de galeones , aunque hoy nuestra perspectiva contaminada de historia no nos deje ponernos esos anteojos chamánicos…pero sin lugar a dudas es el mismo cerro que pisaron los hombres sagrados del pasado… la polución hace de pequeño gesto, los mudables dioses inoportunan.


Y todo el arte que habla de uno gusta, por ende el arte es insignificante frente a ese gusto personal, intransferible y monstruoso...la arbitrariedad geológica es ese arte que expele cerros, y nuestro gusto absurdo, esquivando siempre lo universal, salta sobre ellos, son parte del terremoto estético que convierte un accidente natural en una obra...en un cerro. Y la creación ¡atención con esto!, no se basa en ningún origen bíblico, la creación acá esta en el ojo espiritual del gusto, la nostalgia y la historia del sujeto… El cerro es como todo lo que amamos; una proyección vaga de nuestra desesperación, que quiere a pesar de su exitoso reinado descansar, hacerse sólida, enfrentar el paisaje pensando que este existe en si mismo …gran sueño del hombre realista que lleva tanto años derrotado por el volcán abstracto de la razón.

Petrarca lo refleja en su excursión al monte Ventoux y nota claramente esa dicotomía de las experiencias fuertes con el dolor de la “silenciosa melancolía del descenso”.

Y por esto Petrarca escribe de su subida al monte Ventoux en Francia :

“…En cuanto a mí, ciertamente, todavía me quedan muchos asuntos ambiguos y penosos. Lo que solía amar, ya no lo amo; miento, lo amo pero menos. He aquí que he vuelto a mentir: lo amo, pero más vergonzosamente, con mayor tristeza; finalmente ya he dicho la verdad. Pues así como es: amo, mas lo que querría no amar, lo que desearía odiar; no obstante, amo, pero contra mi voluntad, forzado, coaccionado, con pesar y deplorándolo. Y reconozco en mí el sentido de aquel famosísimo verso: “Odiaré, si puedo; si no, amaré a mi pesar”. No han transcurrido aún tres años desde que aquella voluntad disoluta y perversa, que me dominaba del todo y reinaba en el castillo de mi corazón sin que nadie se lo opusiera, comenzó a verse reemplazada por otra, rebelde y reluctante. Entre ambas se ha entablado desde entonces una lucha agotadora, que tiene como campo de batalla mi mente, por el domino del hombre dividido que hay en mí”…

(Petrarca, carta a Dionigi da Borgo San Sepolcro, tras la subida al Monte Ventoux, el 26 de abril de 1336)

miércoles, 2 de febrero de 2011

Delirios de Yogurth



Adoro los yogurth...nuestra relación es más estrecha que nunca… sólo comparable a los pimentones, esta última aún más extraña ya que aprendí a quererlos de a poco y llego a pagar mucho dinero en un sándwich insignificante sólo por el hecho de que el local (hablo el local como si tuviese una personalidad, y la tiene) me deja hacerlo. Y veo como la niña fatigada que lo atiende obedece todas mis órdenes como una gran grumete que oye a su capitán decir fuerte y conciso: cebolla , aceituna (así cortante y sin dejar espacio para ningún otro diálogo que no sea la orden principal) , y …pimentones muchos pimentones , (surge igual el diálogo que se evitó..¡antropólogos atentos!!) ella sonríe y yo le digo que voy a su local (horrible, de centro comercial con la bulla del homo erectus murmurando sus compras) exclusivamente por los pimentones y que llego a pagar el costo de tres sándwich normales solo por esa famosa verdura..

¿Por qué no me extendí con los yogurth tanto como con los pimentones? …creo que porque una de las características de los yogurth es que están siempre cerca…escuche por ahí que los ángeles fueron los que le dieron la receta a Abraham , tienen por lo tanto un pasado mítico e idiota y eso me hace disfrutarlos más porque mis mañanas también son idiotas…


El yogurth me ronda, el deseo y Lacan...Los hacesores de imagen han descuidado toda delicadeza con sus clientes, por ejemplo arrojan a una animadora de TV, de la cual estoy enamorado (jajaja eso se dice cuando uno se ha masturbado pensando en ella , eso creo que es el “modern love” del que hablaba Bowie…Y aprovecho este paréntesis (siempre los aprovecho, y me gustaría hacer paréntesis hasta el infinito) ¿Por qué las novelas no incorporan más jajajajajajaja en sus textos ? Mucho mas esfuerzo para las imprentas es poner por ejemplo textos en griego donde se notaba que el impresor lo hacía de malas ganas, sólo para que el bizantino profesor en la universidad encandilara con la musicalidad de las frases griegas: Θάλασσα καὶ πῦρ καὶ γυνή, κακὰ τρία )

Bueno volvamos a la animadora de TV (No correspondia un punto aparte parece,pero estamos en el siglo XXI, tengamos la decidia Flaubertiana, eso que nos permite encontrar todo estúpido)… estos inútiles hacesores de imagen la contratan para que sea el rostro de una campaña de yogurth laxantes y dicen, sin ningún reparo, que mejora el tránsito intestinal, ahora como el inconsciente es un dispositivo sin control, asocia inmediatamente su rostro angelical con ese intestino lleno de mierda…las masturbaciones cesaron de inmediato , el Ello freudiano me sodomizó nuevamente…



Un experto (nótese experto) me dijo una vez que los que divagan jamás serán escritores (y tu eres uno de ellos me apuntó) Sí probablemente conteste… pero cuando se invente el género novelístico de la divagación quizás seremos importantes…


Me gustaría escribir una novela que avanzara hacia adentro , hacia miles de paréntisis que no dejaran avanzar…aún (1) no se le ha sacado provecho como debiera al paréntesis, por ejemplo aún (2) nadie nota que el cristianismo es un paréntesis en el devenir, quizás por miedo a reconocer que algún día tendrá que cerrarse… Bueno esta misma podría ser la novela que quiero hacer ,ya que en estos tiempos es importante ahorrar energías , en el futuro las reseñas serán a su vez novelas...(Dos "aún" en menos de 3 segundos, eso denota más falta de talento que porfía)


(Cualquier problema con las comas o la redacción será trabajo de otro solucionarlo, ese otro misterioso y que no conoceré jamás , permitirá no solo generar trabajo , por ejemplo en un redactor de comas profesional, sino también hará como que los editores trabajan ingeniosamente…)



Tras la mañana idiota me dispongo …no sé a qué pero es importante que “me disponga” .Un viejito en la librería daba cátedras de literatura, decía por ejemplo que todas las enseñanzas básicas para vivir están en la Odisea …Uno busca respuestas existenciales, religiosas, éticas o empresariales y ahí en los viajes de Odiseo las encontrará con facilidad…probablemente es cierto es una habilidad abstraer la forma, el escenario, el panorama literario de una obra y rescatar los colores, los valores, las fábulas …pero sigue siendo el mundo homérico (fascinante ) pero otro mundo…Yo abogué también, sin ni siquiera pensar en contradecir al viejito (jamás me atrevería a contradecirlo sin temor a que me desprecie con una frase inteligente) que a veces necesitaba escenarios cercanos , guardando proporciones por ejemplo : “Ampliación del campo de batalla” de Houellebecq …. Me gusta sus descripciones de la soledad, de la espera tras los cajeros automáticos …el sentimiento de quedarse sin auto (“Confesar que uno ha perdido el coche es casi excluirse del cuerpo social”) en realidad hoy donde la clase media baja ha podido endeudarse con más facilidad se ha desenmarcado del gallinero de los pobres y ha podido comprarse departamentos pequeños y city cars, y con ello entra a otro quintil no sospechado por los sociólogos y economistas , un quintil híbrido, el quintil del horrible departamento con vista a la muralla y el city car oriental lleno de semen infiel.

Bolaño escribe en El Gaucho insufrible.. “Somos malos para la cama, somos malos para la intemperie, pero buenos para el ahorro….Sólo nos interesa el éxito, el dinero, la respetabilidad. Somos la generación de la clase media”…



Me canse de escribir no tiene ningún sentido… pero seguiré…




Entonces estas escrituras cercanas no vienen a reemplazar las hazañas pedagógicas de Odiseo vienen a enseñarle al viejito heleno que tras el cajero automático hay también literatura (aunque él no la vea o le parezca vulgar)

Esto no es novedad. El mundo moderno o hipermoderno (Lipovetsky) ha sido ya descrito con muchos detalles por escritores agobiados con su vida práctica (pero al parecer es la única vida que se puede tener)

El librero mediador de ambos interrumpe con amabilidad y me dice : "No lea tanto (mientras me vendía dos libros[1]) el que lee mucho no ama"...mmm tiene demasiada razón pero también contesté …el que ama mucho no lee… (Si alguien se pone a estudiar matemáticas a los 30 años es por que fracasó en el sexo)


Entonces el lector necesita además de Odiseo y sus tretas mediterráneas, un hombre que se parezca a él, que se fascine con su tarjeta de crédito, con la tecnología multimedia y con el mejoramiento muscular de las prostitutas.

Nota: El hombre de hoy, con el Apolo más que nunca metido en su líbido, no acepta como el hombre de antaño, lo lúdico en las películas porno, por ejemplo: hombres gordos follándose a sus perras , como Ron Jeremy ese actor porno horrible pero que los hombres amaban…ahora el hombre debe ser igual de atractivo que la mujer. Apolo totalizó el panorama porno y excluyó a Aristófanes.


Houellebecq es un caso, quizás el más polémico o el más criticable, ¿pero que me dicen ustedes de “Los domingos de Jean Dezert” de Jean de La Ville de Mirmont? Ese tipo de libros y esos autores que para que se graben se deberán anotar en un papelito para poder encargárselos al librero (si el mismo que aconsejaba no leer mucho). Dezert es el típico hombre moderno (inocente pero kafkiano, también con cierto tipo a lo Umberto D, ese personaje de la película de Vittorio de Sica , al que no le pasa nada) pero Dezert tiene una característica , nadie como él disfruta los domingos , partiendo por mí que ni siquiera noto los domingos , ese hombre moderno tan agobiado con su mundo feo , (bueno el mundo siempre fue feo, pero el hombre moderno hizo nacer extrañamente una capacidad para sentir y refunfuñar su existencia, inédita en la historia de la humanidad). Un domingo , de los que el tanto disfrutaba se deja guiar por los volantes comerciales y hace todo lo que ellos le dictan ….así conoce a una mujer y esto caga toda la historia…bueno el sentido de esta reseñita es decir que el hombre moderno lleno de técnica y burocracia es un campo increíble para la literatura , quiero decir que un cajero automático esta al mismo nivel de conflicto literario que un cíclope iracundo…



"En cuanto uno entra en el mundo del trabajo, todos los años se parecen" (Michael Houellebecq. Las partículas elementales)



Me gustaría hacer un libro que consistiera en puras citas… yo sería como un capataz de ideas haciendo que se cumpliera la solidez de la estructura, pero el trabajo pesado, de pensar, debería venir hecho. Tener lo que los escritores llaman un “commonplace book” o libros comunes para recopilar información relevante que sea útil a la hora de escribir…a veces siento que yo mismo soy nada más que un odioso commonplace book.

Anoté en mi improvisada libreta de lugares comunes , después de dialogar con un comunista: “Toda visión del mundo de la izquierda es para mí frustrante...la seguridad religiosa en sus discursos, el disfrute del mundo unilateral a pesar de su dios dialéctico, la guerra soterrada con sus enemigos que para ellos siempre son poco dignos. Un club gigante y amargo. El mundo de derecha no merece comentario...”

Pero a veces en las fiestas olvido llevar esa libreta y utilizo de emergencia mis brazos incluso invito a mujeres que desarrollen pensamientos breves en mis brazos, en una disco por ejemplo una mujer escribió en mi brazo derecho...”lo echo mucho de menos” …su honestidad compensaba su poca profundidad filosófica…otra escribió ¡¡¡judíos de mierda suelten el mundo!!!! Y así sucesivamente…


Ahora si realmente me cansé…que estúpida vida y las letras… ¡idiotas! ¡Cómplices!


Podría seguir...Lo decidiré más adelante, tal como ese ridículo libro que fascina a los adolecentes por que parece juego, ese que ilusiona al lector con un truco chino, como se llama…. a Rayuela.


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[1] Roberto Bolaño “Entre paréntesis” y “Heidegger” de George Steiner.



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martes, 25 de mayo de 2010

Sobre la mano de Elver






“O ser inmortales e inexpresivos o expresarse y morir”. (Pier Paolo Pasolini)



¿Cual es el valor de una escritura? Mucho mas que una estética, mucho más incluso que una “literatura”, es una forma de fijar al mundo. Veamos esas manos milenarias impresas en las cuevas rupestres, son arte , son bellas ....¡que importa! Lo relevante es que son manos, que estuvieron allí y narraron con su sabia pintura chamánica el único deseo ardiente de todo ser humano: “Quiero quedarme”.


La puta gana

¿Que podemos ver en estas aventuras? Cualquier cosa menos aventuras, lo que Elver Cruzila nos entrega en sus escritos son paisajes a los cuales los temerosos, los medianos nos es impedido asistir. Cuando hubo que imaginar un orden metafísico Dante se atrevió a atraparlo, era muy peligroso y hasta sin sentido relatar el infierno...no es casual que hoy en día el vaticano declare su desaparición. “El infierno ya no existe” ...y de un zarpazo nos quitan toda la desesperación histórica. Pero Dante es absurdo porque sigue bello. (Quizás en el futuro el vaticano haga desaparecer también La Mancha del Quijote).


La Peste de Camus es una alegoría de una Francia fragmentada por la ocupación nazi. Camus ha apostado a la gran metáfora .Pueblo- peste. Pero Pudahuel – nuestro pueblo peste- no puede ser invadida ya que es en si misma una invasión. Toda la mentalidad de esperanza, de un mejor porvenir ( la mentalidad del vaticano) se estaciona en el culo de la capital, descansando del arruinado viaje campesino , empujando a las apacibles mentes agrícolas de nuestros antepasados, a convertirse en obreros por la fuerza. Pudahuel no pudo sufrir la peste de la ocupación, Pudahuel agradece ser una ocupación , una peste. Y esta ocupación ha tenido hijos . Elver es hijo de esa peste provinciana que vino a encontrarle sabor a los patios traseros de la ciudad , sin ladrillos, sin pizarreños, sin calefacción , pero aún con una pequeña e ingenua confianza en dios. (Que se manifestaba en la total ausencia de condones en sus vidas, que ahorrarían a este escritor a fingir que existe en estas líneas).


Nosotros, los hijos ciegos de nacimiento no disfrutamos de la caravana del inmigrante, se nació entre esos techos inexplicables , entonces a disfrutar de la lluvia poética que grita en el latón. . Alguna tarde se pensó viendo el gran sol rojo del poniente ¿Por qué soy pobre? , pero había que seguir adelante (pero ¿Dónde estaba eso que llamaban “adelante”?) Los hijos, y Elver era uno de ellos , han guardado al fatigado dios de los antepasados campesinos dentro de un pequeño papelillo, que a veces sale triste del bolsillo para hacer volar las mentes que se encuentran eternamente en cuclillas. Flaites, cultas y ahumadas.


Aunque aquí no habría espacio para el existencialismo, Elver no lo soporta , ¿que haría Roquentin en Pudahuel? , acá no vale pensar , hay que meterse los dedos a la boca , no hay tiempo para la náusea. Pudahuel necesitó de una gran mano para que se converse de el en las veladas ya que todos los actores de su novela "La Puta gana" se están ahorcando o disparándose en las narices .

Mientras el vaticano hacía desaparecer fácilmente al infierno, Elver ponía su mano pintada en el muro, nuestro infierno seguiría sano. ¿Y si esa mano primitiva hubiese sido fijada con mierda? . ¡Que importa! No hay belleza, no hay estilo, solo hay impresiones que hacen trascender al infierno.Elver al igual que Passolini, que llevaba el lenguaje de la mierda a los directores de cine burgueses para que estos le sacaran dinero, se ha transformado en un Hermes del coa.


¿Que veo tras estos paisajes que no quieren ni logran nada? Un valor antropológico, hay calles, hay gentes, hay violencia que no será pintada si no fuera por esa gran mano literaria que ha observado como se derrumba esa esperanza campesina, y que sin ella despareceríamos tal como un dictamen romano. Esta mano se posa indolente sobre la caverna de la vida , hay escritura . La peste por fin tiene donde alojar sus tumores. Es imposible que las “iglesias” rompan estos lugares, la mano ya esta pintada...