domingo, 31 de mayo de 2009

Diario

No había apreciado que el gran símbolo de lo humano “El mito de Sísifo” sólo angustiaba por su eterno acarreo de una piedra hasta la cima de una colina para, una vez en la cumbre caer esta y volverla a subir una y otra vez. Pero hay algo maravilloso, insisto, el derecho a cargar la piedra. En Sísifo este derecho a llevar la piedra ya es único, el nos hace soportar su constante caída



El filósofo analítico a hecho de su poder sólo un género de especialización , peca por que mas allá de su estudio se siente ajeno, algunos kantianos son como el nefrólogo que le debe todo a su riñón, su oficina, su auto , sus viajes. Con su edificio imponente se han convertido en ingenieros de la razón.



En el bar una niña se acerca ofreciendo mercancía por las mesas, uno mis compañeros de taberna al ver que nos dejaba en la nuestra un crucifijo, le contesta amable… “no gracias, no le hacemos a eso”.



Poeta barico, Carlos Pezoa Veliz (seguramente el primer poeta que leí en el colegio, ya que curiosamente fue famoso en los círculos escolares por su “Tarde en el hospital”), escribe en “El brindis del bohemio”:

"No escupáis a los beodos que perecen

Aturdiendo en el vino sus dolores

Si odiáis a la embriaguez odiad las flores

Que ebrias de sol en la mañana crecen…"


Estudiando la poesía goliarda medieval, noto que el mundo siempre ha sido el mismo, mezcla de desesperanza y dolor mitigadas por soluciones excéntricas. El arte siempre ha sido comprensivo con nosotros los arrinconados que no tenemos rincón.

Llevemos la piedra hasta la cima otra vez.



Mi clase social sólo me permite hacer de gasfiter de los poetas, soy como esos vagabundos que timaban a la gente en la Edad media pidiéndole limosnas con el pretexto de que iban a tierra santa, pero sólo deambulaban, igual yo, todo lo santo es un pretexto para pedir limosna, es decir escribir.



«Somos símbolos, y habitamos en símbolos» dice Emerson. Me canse de ser signo, no quiero significar…



martes, 26 de mayo de 2009

Sin Dios ni ley



El magnífico escritor chileno Mauricio Wacquez en su asombroso (y para mi gran descubrimiento) libro de ensayos “Hallazgos y desarraigos” nos dice con ironía y molestia:

“La literatura miente ¿Lo sabía? Fíjese en este texto:

“Hay un medio . Sólo uno, creo: no hay que lanzar la bomba: hay que tirarse bajo el auto con ella”.


Cita a Andre Malraux en “La Condición Humana”. No es difícil que estas palabras nos hagan recordar los tristes hechos acaecidos en nuestros días. Pienso en nuestro, ¿es nuestro o fue nuestro? En ese joven anarquista muerto por la mala manipulación de su bomba, Mauricio Morales Duarte (bueno los stencil hagiográficos nos recordarán su nombre en el futuro), veo su video declaración, su martirización y criminización por los medios y la opinión pública tan desequilibrados como maniqueístas.

La mayoría, es decir, la voz menos autorizada dado en el sistema en que se desenvuelve, lo agota con sus insultos post mortem , su video en youtube se le desactivó la opción de comentar, por que en pocos minutos se lleno de desprecios, unos, impotentes ante el desperdicio de vida joven , otros por la inconciencia de un acto que puede dañar a otros. Yo me sumo a esas mayorías inertes, atrofiadas e imbéciles, al decir de los anarquistas. Ellos se revuelven en sus casas ocupas de las que han hecho una especie de tierra santa de la cultura, haciendo talleres de malabarismo creando bibliotecas y colgando sus diplomas académicos a medio terminar. Nosotros les juzgamos, su discurso es pobre, las fotocopias de Bakunin y Proudhon no les alcanzan para hacer una genealogía seria del Estado. Lo detestan y no sólo eso sino detestan cualquier autoridad que este por sobre ellos. Creen en el paradigma materialista marxista, pero no soportan el paréntesis antilibertario propio de la dialéctica comunista.No hay autoridad del Estado pero tampoco del proletariado. Se han vuelto expertos en destrozar las vitrinas que su neurótica semiótica detecte como autoridad. Es curioso notar que después de esta antiedípica ideología ocupa se esconda un optimismo ingenuo, una fe en el Hombre que no vieron los teóricos menos humanistas del Estado , por ejemplo Hobbes , y que si lo vieron como Locke, sólo lo hicieron para perfeccionar las libertades en un contrato social, en un Estado liberal, potencialmente peligroso, en tanto la economía que es la verdadera rectora de la Historia según muchos (no todos), se apoderaría de esa “libertad” para crear el último gran mito necio del ser humano el Laissez faire.

Rousseau, el Newton de la vida moral, el gran neurasténico, ha declarado la instauración del buen salvaje, un siglo entero se conmovió con esa teoría mas literaria que política, los anarquistas quiéranlo o no le deben mucho a ese optimismo selvático. El Estado (el de hoy) y no ese Estado como obra de arte que surge en su esplendor moderno más en la obra de Jacob Burckhardt que en la realidad, es el Leviatán a quien envenenar (paradójicamente cuando el Estado hoy es un juguete de miniatura), su causa es sin tregua , es una guerra. El joven muerto “estudiante congelado de Historia” efectivamente leyó la historia desde los témpanos. ¿Se puede concebir una Iliada con la pólvora? nos pregunta Marx, indudablemente que no, la historia de témpano, la historia que hay que luchar primero es la interna, y es en esta donde nuestro joven anarquista no salió ileso. Nos entristecen sus significados flotantes, su discurso religioso. Su muerte absurda.


“El infierno son los demás” sartreriano olvida que los demás son, en tanto los acoge nuestra perspectiva. Se necesita autoridad, en todo ámbito social, más y mejor autoridad. Cuando un concepto desagrada tanto como para hacerle la guerra se debe, “etimologizar” para que descanse en su origen ¿No le pedimos eso y nada más que eso al buen historiador? Autoridad viene de autor, el general romano que hacía crecer el territorio, el que aumentaba, guiaba la expansión. Es necesario entonces mayor y mejor autoridad. Por que es necesario ayudar y que nos ayuden a crecer.

Wacquez nos cita a Malraux en otro contexto, en el desilusionado del Mayo Francés , en el que piensa que “toda vida es revolucionaria. Yo estoy vivo. Yo soy revolucionario”, nada más cierto que la vida, pero bien vale su contexto para ilustrarnos el nuestro, este pobre joven ha muerto destrozado por su optimismo, por su soledad social, por su biblioteca, odiando el Estado como la encarnación del mal, no reconociendo nada mayor fuera de él (¿que es él?, ¿habremos que recurrir a la religión para que nos resucite el sujeto, acribillado en la posmodernidad? ) y principalmente amando la libertad por sobre todas las cosas, en parte nos avenimos , somos de los mismos, ¿quien no se seduciría por un Rousseau como maestro? ¿Como un autor?, El mismo Bakunin en sus “Notas sobre Rousseau” pareciese luchar primero contra si, por eso la equivalencia de Dios (moral) y el Estado, tras esto y sólo tras esta lucha se puede hacer filosofía política. Bakunin ha intentado una tenue e impotente lucha contra la Metafísica primero, para después decir con toda sus letras que el Estado es el mal.

Entonces el grito de Étienne de La Boétie ¿Por que obedecemos? sólo se responde con su paradoja: obedecemos por que no obedecemos, por que el buen salvaje sólo es uno de los mejores personajes de la literatura antropológica. Porque o somos un grupo de historiadores congelados en el frío de la juventud, llenándonos de rabia y pólvora. O pensamos….¿Si no reconozco ninguna autoridad ni grandeza fuera de mí por que tendría que reconocerla adentro?

Parece que la guerra externa eclipsa a la interna .El problema surge porque nuestro joven anarquista amó la libertad sólo cuando fue irrefutablemente suya, sí, la libertad es sólo nuestra por que no hay esencia mas que mi propia perspectiva y es por esto que se funda una óptica, un orden y una autoridad, un lente ordenador, un Estado. – por eso nuestro joven anarquista ama la libertad pero miopemente, la ama pero sin comentarios.

lunes, 25 de mayo de 2009

El tiempo no es más que mi tiempo



Aún no hemos observado que más que el valor de la historia narrada, la historiografía, lo más pesado y duro es la propia historicidad, esa capacidad, característica, ¿o condena? En la que nos forjamos y que cada vez se vuelve más explícita, frente al espejo, silencioso , ¿que fuimos? ¿qué somos? ¿Que seremos? ¡¡ uff el Tiempo!! San Agustín reflexionaba: "¿Qué es el tiempo? Si no me preguntan qué es, lo sé. Si me preguntan qué es, no lo sé". Y Borges en “Nueva refutación del tiempo” concluye así:
“ And yet, and yet... Negar la sucesión temporal, negar el yo, negar el universo astronómico, son desesperaciones aparentes y consuelos secretos. Nuestro destino (a diferencia del infierno de Swedenborg y del infierno de la mitología tibetana) no es espan­toso por irreal; es espantoso porque es irreversible y de hierro. El tiempo es la sustancia de que estoy hecho. El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río; es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre; es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego. El 'mundo, desgraciadamente, es real; yo, desgraciada­mente, soy Borges.”


jueves, 21 de mayo de 2009

“Mi hermana y yo”, de Nietzsche. Un análisis entusiasta



"Mi hermana y Yo" es uno de los libros de Nietzsche que me ha producido más curiosidad, no específicamente en relación a su contenido, sino a su origen, sus tópicos, su canon.

La historia de este libro es lo interesante, en Historia el análisis metodológico del texto versa en una crítica interna y otra externa. La primera consistiría someramente en una análisis de lo que quiere decir el texto , las intenciones , su desglosamiento a partir de sus finalidades, intencionalidad, objeciones y privaciones, la externa se basa en formalidades no menos importantes , datación, autor, carácter, lengua, etc.

El nietzscheanismo ha considerado a este libro apócrifo, no se le incluyó en sus obras completas y se le acusa de ser un plagio. Si es así, es un plagio aceptable y en ciertas partes de el conserva un estilo similar a la ya deteriorada mente del filósofo en 1890 (fecha de datación del texto), profundo en imágenes, hilarante y profético, cuando se encontraba recluido en el sanatorio de Jena. La crítica externa sería: El origen es oscuro, no existe una datación precisa, como tampoco el acceso a el nos llega por el original, este se quemo en un incendio y sólo se salvaguardo una copia en inglés. Nosotros los diletantes y amateur de Nietzsche (utilizo estas palabras que me gustan tanto ya que la primera significa el que se deleita y la segunda el que ama) estamos divididos, siempre habrán lo que se crean filólogos y lo nieguen rotundamente, además existen fábulas como las que hablan de que un escritor fantasma llamado Plotkin lo habría escrito. Los otros más confiados en comprender un hallazgo Nietzscheano, se inclinan en un diario compilado arbitrariamente pero rico en nuevos temas, profundización de su relaciones y conflictos familiares , un enfrentamiento directo con Marx y una cierta tímida admiración, como también un reconocimiento tibio a su antagonista, Sócrates . Si nos empinamos por esta teoría, “Mi hermana y Yo” nos entregaría pistas claves para entender sus últimos instantes de luminosidad, como también nos enfrentaría al filósofo con sus incipientes temores (la asunción del socialismo), con sus nuevos enemigos (su cuñado E. Förster), con su familia (el proyecto antisemita de la nueva Germania en Paraguay de su hermana). Incluso si fuese la primera hipótesis, la del plagiador Plotkin, no dejaría de ser igualmente fascinante. La critica externa cambiaria, es cierto, pero variaría a una nueva veta de la crítica interna del texto. ¡Un libro apócrifo de Nietzsche ya en 1890! Un escritor que lo suplanta con un estilo fabuloso y experto en todos los detalles íntimos del filósofo. Nietzsche ya tiene apócrifos interesantes en esa época, ese dato es valioso.

Algunos investigadores se empinan en subrayar que “ha quedado demostrado” que Mi hermana y Yo es un plagio, pero las editoriales que siguen publicándolo bajo la autoría de Nietzsche y sus diletantes seguidores que se deleitan con el tono chispeante del texto, no se convencen del todo por que esa demostración sólo puede venir de una muy sutil interpretación, o sólo producto de un análisis quisquilloso y poco documentado. Nietzsche se sentiría cómodo hablando de los vacíos de la verdad filológica y más cómodo aún en el arte de la eterna interpretación (Ernest Junger nos dice que Nietzsche en sus últimos años lúcido consideraba un asunto de perspectiva hasta las matemáticas y los números).

Cualquiera de las dos tesis suenan fascinantes, ya que en ambos escenarios se abre una brecha de investigación interesante en torno al pensamiento del filósofo. Personalmente, tomo el camino atemperado del investigador que ama (amateur) creo que es una mezcla de ambas, el libro tiene pasajes que sin duda a mi juicio son de Nietzsche, posiblemente anteriores a la fecha indicada como también quizás intervino la mano de algún “admirador” (aunque sigue llamando la atención lo informado de este con la obra y la vida más íntima del filósofo). Esperemos que los años, el futuro, nos traiga nuestra respuesta, quizás no sea lo único misterioso que nos haya legado Nietzsche, ¿Cuántas cosas nos esperan todavía de él?, que definitivamente estaba destinado a nacer póstumamente.

Ernst Junger , en “El autor y su escritura” cita a uno de sus biógrafos Friedrich Georg para referirse irónicamente a él: “la obra de Nietzsche esta bien sellada. Es suficientemente poderosa para resistir tanto la admiración como el odio, pues esta construida y desarrollada sobre épocas del pensamiento…No hay pensamientos de los que no se pueda hacer abuso… El Hombre profético ha sido siempre el hombre de la cólera y el escándalo”


“Mi hermana y Yo”, textos elegidos por mí.


“He amado a Sócrates con un afecto que no sentí por ningún ser humano en la historia. Le he perdonado aun su único gran pecado: la transformación de la razón en una fuerza tiránica”.

******

En su Libro de los Muertos los egipcios dejaron tras sí una veraz historia de su carácter nacional. Para caracterizar nuestros días habría que escribir un Libro de los Germanos Evadidos, e incluir unos pocos que quisieron escapar y nunca lo lograron, como yo. Si yo llegase a ser el autor de tal trabajo —el cielo no lo permita— colocaría a la cabeza el caso de Enrique Heine y lo terminaría con un comentario sobre Carlos Marx, con los cuales los fines de la creación hubieran sido mejor servidos si se hubiesen quedado en Alemania, donde o los habrían prusianizado o fusilado. En cambio, Marx encontró en Inglaterra un santuario contra el prusianismo, y desde allí todavía nos dispara teorías a través del Canal de la Mancha. En este esquema, me gustaría estar en algún lugar intermedio, donde aproximadamente estoy.

*******

Mí Helena rusa fue quien me introdujo en el principio femenino de Sofía, el conocimiento místico e intuitivo que no pueden comprender los científicos y los positivistas, porque reposa debajo de ellos y, por lo tanto, está por encima de ellos. Su visión ilimitada que encara la vida a través de la pantalla del vulgar sentido práctico sin una metafísica sobrepuesta, somete sus corazones a su sensibilidad, la razón a la emoción, el poder del conocimiento al conocimiento del poder.


*******

Reemplacé a Samuel por Zaratustra, del mismo modo que reemplacé al gigante Wagner por Peter Gast, el pequeño, que tan parecido era externamente al señor de Bayreuth. Pero, ¿qué son los parecidos? ¿Qué extensión tiene la grandeza? ¿Qué límite tiene la pequeñez?

******

El hombre que debe llevar estas notas a mí editor se está poniendo particularmente amistoso. Pero no sé si piensa que soy un filósofo o solamente un lunático. Esta mañana al encontrarme cerca de la ventana me preguntó qué buscaba en el mundo exterior. No tiene más que seguir mí mirada, le dije. Si me ve mirando al cielo debe saber que lo que busco es un águila. Pero si mí contemplación es hacia la cantera allá abajo, es que busco un león.

¿Pero usted espera realmente poder ver un león en una calle de Jena?, preguntó.

Si usted tiene los ojos para verlo, ¿por qué no?, repliqué.

******

Si debo creer en una carta que acabo de recibir de Peter Gast, la palabra de Brandes ha divulgado mí nombre en lugares tan lejanos, que miles de personas que lo ignoraban buscan ahora mis libros, los leen donde pueden encontrarlos y hablan de mí. De pronto esta alma solitaria se encuentra en un estrado frente a mucha gente que hace preguntas. Pero yo nunca deseé esa multitud. No la necesito. Sólo necesito ese pequeño grupo de lectores que reconstruye el mundo o lo derriba.

*****

[…] Elisabeth no podía aguantar el hecho de que Lou Salomé fuera una judía, ¡pero Dios no podía soportar la amarga verdad de que ella era una cristiana que veneraba al Príncipe de la Paz, urdiendo pogroms junto a su antisemita marido de ojos feroces! Así, en un paroxismo de ira y repugnancia, Él cortó Su garganta con el filo dentado de una estrella y dejó que Su sangre vertiera sobre la tierra en un tormento divino de remordimiento. No, esta versión es demasiado romántica, tiene sabor a Wagner y al wagnerianismo. La explicación de Stendhal era más prosaica y más compatible con la verdad. Dios, el mecánico, falleció de muerte natural, ¡la enfermedad del corazón! Dejó Su mundo al Hijo, quien, como yo, no conocía nada de mecánica, ya que era un poeta, un soñador de salvajes fantasías. El Hijo se introdujo en el taller cósmico, rascó su cabeza ante el espectáculo de la complicada e inmensa maquinaria de la existencia, y levantó la palanca para que la maquinaria funcionara a contramarcha, causando locos estragos a través del universo, que se cubrió de ruedas que volaban por los aires, y de los despojos de una maquinaria destrozada.

Así debió suceder: no es Dios sino Su Hijo el causante del caos del mundo. Dios murió de un ataque al corazón y Su Hijo nos sumió en un cósmico atolladero. Algunas veces creo que Su Hijo es Federico Nietzsche, el cual expía ahora sus torpes tonterías. Él paralizó el cosmos y ahora él mismo está en las garras de la parálisis.


martes, 19 de mayo de 2009

Los últimos quince minutos del curso de filosofía en seis horas y cuarto...Algo sobre Gombrowicz


“La profunda verdad de la dialéctica de Hegel (tesis-síntesis) aparece aquí. En estas condiciones es imposible exigir al hombre que sea-armonioso, que pueda resolver nada de nada. Impotencia fundamental.

Ninguna solución.

A la luz de estas reflexiones, la literatura que considera que puede arreglarse el mundo es la cosa más idiota que imaginarse pueda.

Un pobre escritor que se crea dueño de la realidad es una ridiculez. ¡Ay, ay, ay! ¡Huf!”

( Witold Gombrowicz “Curso de filosofía en seis horas y cuarto”.)



Creo que el cáncer del final de su vida le dio a Witold Gombrowicz la facultad de decir: esta teoría no vale o si es que vale no hay que creerla mucho, este filósofo es necio y dice tonteras este otro intentó algo errado, la facultad de la sentencia de muerte le obligó a escribir (o dictar, ya que originalmente eran especies de clases particulares a su esposa y a un amigo donde estos tomaban apuntes y lo consolaban) “Curso de filosofía en seis horas y cuarto”.

Así es, cuando sintamos todos esta facultad ya no temeremos al estilo, gritaremos, desafinaremos y lo principal, nos creeremos los mejores, por el momento sólo cabe encerrarse en el útero del adolescente marginal, es decir en una pieza de madera 5 por 4 (que no esta facultada para aislar los sonidos de las balas) y desde ahí pensar como solucionar el dilema de la vida.

Un día cambie mi máquina de escribir por un lente fotográfico gran angular, pensé que quizás haciendo fotografías lograría algo. No lo logre. Pero la permuta fue interesante, no era el momento de escribir, era el momento de ver, pero si incluso ambas cosas no me quedaron, llegó el tiempo de escuchar. Y ahí no se necesitarán más aparatos. Sólo uno ahí parado en el frío matinal del trabajo, esperando el bus que lo llevara a la muerte diaria. Pobre y sin vida, pero por dentro el más fuerte afluente de facultades narrativas que haya pasado desde que el hombre dejó a Dios en silla de ruedas , sólo por esto, nos quedaremos mudos eternamente.

Los hombres también son cosas, no porque hayan caído sino que las cosas han tomado mayor importancia, Sartre nos quiso enseñar algo así, no le hemos tomado en serio. Que apuñalen a un tipo cerca mío (como efectivamente ocurrió, ocurre y seguirá ocurriendo en los secos pantanos de mi barrio) me hace sentir Jean Genet, en el barro veo como se retuerce, va morir. Tomemos a Sartre en serio en esta noche cuando la sangre cuaja y la ambulancia no llega, me he criado aquí, no saldré de esta celda. Mi deber es sólo salvaguardar las cosas, ¿Cómo? Con el cáncer de Gombrowicz, al que no le importan ni Kant ni Hegel por que va a morir y los toma a la ligera y "escribe" ese libro irónico llamado: ”Curso de filosofía en seis horas y cuarto”, me pregunto ¿ tomó alguien en cuenta esos últimos quince minutos del título? ¿Cuánto de vida le queda a este tipo que nos hace semejante broma? Y esa es la mejor parte para filosofar, el cáncer lo ha hecho poderosamente miserable y lo hace sentirse con sus dolores y todo, superior a los pensadores que aborda. ¿Por qué no sentirse superior a Dios? El trabajo del ateo es tan duro como el del obrero con el frío matinal día a día destrozándole la cara de por vida…


Estos últimos quince minutos de miseria me han hecho rico. El sufrir de una pequeña ciudad da la comodidad de una celda, óptima para sentarse y escribir, estamos en esas horas cruciales, ¿Qué consuelo le diremos al apuñalado de mi barrio? Ninguno, Schopenhauer le diría: “Una vez que la muerte ha puesto término a una conciencia individual, ¿sería deseable que esta misma conciencia se encendiese de nuevo para durar una eternidad? ¿Qué contiene la mayor parte de las veces? Nada más que un torrente de ideas pobres, estrechas, terrenales, y cuidados sin cuento. Dejadla, pues, descansar en paz para siempre.”

Somos nada más que personajes de una gran novela que alguien tendrá que relatar, (como hace Gombrowicz con el pensar, concediéndole quince minutos más) quizás uno empezará por un lado y otro le seguirá por su opuesto y como en un gran túnel mental, se encontrarán en el centro, se darán la mano y se dirán buen trabajo, y si no, se irán a la mierda como lo han hecho toda su vida…




viernes, 15 de mayo de 2009

Serenidad, [Gelassenheit] .Notas sobre Heidegger




“[…]Pero si decimos simultáneamente «sí» y «no» a los objetos técnicos, ¿no se convertirá nuestra relación con el mundo técnico en equívoca e insegura? Todo lo contrario. Nuestra relación con el mundo técnico se hace maravillosamente simple y apacible. Dejamos entrar a los objetos técnicos en nuestro mundo cotidiano y, al mismo tiempo, los mantenemos fuera, o sea, los dejamos descansar en sí mismos como cosas que no son algo absoluto, sino que dependen ellas mismas de algo superior. Quisiera denominar esta actitud que dice simultáneamente «sí» y «no» al mundo técnico con una antigua palabra: la Serenidad (Dejidad: Gelassenheit) para con las cosas.”


"Serenidad" (Dejidad) (1955) Gelassenheit MARTIN HEIDEGGER


“...Las plantas del botánico no son las flores del camino...” (Heidegger Sein und Zeit)

Es necesario comprender en la sensillez de esta frase el pensamiento profundo Heidegger, su crítica al humanismo y principalmente el anuncio de la totalización del pensamiento provocante. Es decir, el pensamiento de la ge- stell, im-posición , de la esencia de la técnica.

Sabemos que desde el siglo XVII la naturaleza no significa lo mismo, no se aborda de igual manera, no se piensa como lo hacían los viejos poetas. Primeramente la naturaleza se ha hecho teoría (originalmente como asunción del proyecto metafísico de sujeto –objeto), se ha presentado científicamente en tanto incluso el objeto pierde medida cuando en la modernidad la naturaleza se asume definitivamente como calculable, como constante , el bosque como objeto del siglo XVIII cede paso al “espacio verde” del hombre técnico actual , que lo ve como un recurso (frente al equilibro o complemento que sugiere Heidegger con lo que el llama al asumir la naturaleza natural). Por esto Heidegger “anuncia” (aunque no resuelve y no pretende resolver este problema) denunciando no la técnica en cuanto a herramientas o artefactos, sino la esencia de la técnica, que es a su vez una forma de aletheia, desocultar el ser, pero esta forma hoy en día es totalizante, es por esto que Heidegger anuncia la pre-potencia del pensar calculador por sobre el pensar meditativo, que lo hace señalar incluso “que la ciencia no piensa” , como en la entrevista con Richard Wisser: “Y esta frase: “La ciencia no piensa”, que causó mucho furor, cuando la pronuncié en una lección de Friburgo, significa: la ciencia no se mueve en la dimensión de la filosofía. Depende, sin embargo, aunque no lo sepa de esta dimensión Yo no puedo decir, por ejemplo, con métodos de la física, lo que es la física. Lo que es la física, lo puedo pensar solamente, en la forma de preguntas filosóficas. La afirmación: “La ciencia no piensa”, no es un reproche, sino sólo una constatación de la estructura interna de la ciencia: forma parte de su esencia, que depende, por un lado, de lo que piensa la filosofía, por otro lado no atiende y olvida lo por—pensar (Zu—Denkende)”

Frente al pensamiento provocante propio de la esencia de la técnica, Heidegger opone el pensamiento protector, pensar no es conocimiento científico, por que el pensar de Heidegger no es ni depende de la voluntad, el pensar es visto mas como una dádiva, un obsequio, no se piensa cuando se quiere sino cuando se puede. Por eso el Dasein, la existencia humana abierta, es el guardián del ser , pero no es ni ente ni ser propiamente tal, esta participación es en un habitar poético del hombre en el mundo.

Hay que pensar protegiendo, es decir, guardando una relación con el ente de serenidad, [Gelassenheit], y no tomarlo a su disposición. La naturaleza meditativa de antaño se ha vuelto hoy una naturaleza de lo dispuesto, como un “stock” mercantil. La naturaleza queda reducida así “en una única gigantesca estación de gasolina", como un fondo de energía del cual hay que disponer (en un pensamiento muy ecológico aunque no puede reducirse solamente a esto) Es la culminación y cenit del proyecto metafísico lo que nos adentra en el mundo técnico. La serenidad, Gelassenheit para con los entes, las cosas, es un camino para poder enfrentar el mundo actual.

Es necesario poder oír el llamado silencioso del Ser que nos hace su guardián. Para poder comprender que el desalojar la reflexión del mundo es perder el sentido, es estar al borde del peligro. Es quedar sordo al más grande llamado, no escuchar el gran requerimiento: asumir la humildad del pastor que custodia el ser.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Pensando en Giovanni Papini


Si yo fuese italiano y tuviese al imperium romano a mi espalda también me habría hecho futurista. Pero como en mi espalda tengo sólo el apoyo de mi eterno sueño, que prolongo en cada vértebra que quiera entregarse al ocio sereno del que ya sabe como rueda esta maquinaria, sólo reconozco el saber como esos sinónimos forzados, o sea como un sufrir. El barco ha soltado las amarras, es fácil augurar un futuro cuando se le teme al mar. Le he dicho a los dioses que vuelvan, no me he peleado con ellos pero ellos sí conmigo. Hablo su idioma porque también fui un hostigador de la naturaleza, pero ahora he dejado todo en manos de la serenidad con las cosas , en manos que son hechas para soltar, porque este es un acto de espíritu pero también de músculos.

Si yo fuese griego y tuviese al hombre pensante a mis espaldas me habría hecho persa. ¿Qué extraños episodios me llevaron a Papini?, no lo quería, me fue arrojado, como un deber del futuro, la literatura es una estación gasolinera y mi mundo técnico responde a esa combustión , ética y estética son distintas especies de mi naturaleza, ambas no dependen exclusivamente de la musculatura espiritual. Ambas sufren de un divorcio peligrosamente inaceptable. Este hombre me fue arrojado, yo no le quiero ni el a mí. Los libros son excelentes niñeras y bien elegidos hasta una familia ideal. Inventemos un nombre, seamos por una vez en esta perra vida neologistas para no caer en esquizofrenias , este hombre que me fue arrojado ha escrito “sin que yo lo supiera” (y eso es lo insoportable) cosas terriblemente parecidas a las de este cóctel. Nunca quise tener noticias sobre él, es más ahora me incomoda, ya no son edades para la influencia. Uno ya no se influencia, se encanalla, se duerme, se mata. Pienso que esto para mi es fatídico, pero ni siquiera me quejo. Me acuerdo de un vecino esquizofrénico que pedía para las navidades sólo un poco mas de realidad. ¡Y nosotros tan hastiado de ella! El sólo mendiga realidad. Y nosotros lo único que pedimos que la literatura se calle , que el hombre se calle , que no existan mas estas correspondencias atroces...

Leo en sus páginas su siguiente presentación:

"Soy un hombre que quiso vivir una vida heroica y hacer el mundo más soportable a sus propios ojos. Si en algún momento de debilidad, de cansancio o de necesidad, dejé salir vapor, un poco de cólera hirviendo que se refresca con las palabras, un sueño apasionado, envuelto en imágenes, bien, tómenlo o déjenlo... pero no me incomoden".

Y sigo insomne con este nuevo continente , que me promete oro pero al final me trastorna y me llena de flechas venenosas…:


"Un semisalvaje inquieto que quiso iniciarse en las más refinadas drogas de una cultura corrompida. Animalesco de origen y de vocación, quiso costearse todas las formas del epicureísmo cerebral de nuestro tiempo. En esa dilapidación maniática adquirió un olfato perverso para las más extremas ideologías que reforzaron su barbarie originaria. Un espíritu que combina, de modo atroz y atractivo, la agudeza del cínico y la torpeza del bruto. Su cerebro era, a ratos, capaz de rebasar los más exasperantes modernismos, pero su alma se había vuelto más árida y más cruel que la de sus antepasados modernos".

Entonces sale a la luz la gran verdad, este hombre (si es que lo es) no es un escritor, es un continente, reservado para marinos distraídos que no se conocen entre si, es una especie de evangelio que llega y con un gesto como el de Jesús les dice, acompáñame y uno (no teniendo nada que hacer) lo hace y exclusivamente por pura casualidad se hace bueno. ¿Acaso Henry Miller no tuvo mi misma reacción? (y esto ya me deja como el esquizofrénico de mi barrio mendigando un poco mas de realidad) , Henry Miller (otro marino distraído y lascivo) nos cuenta así su geográfico arribo:

"Necesitaba algo que me reconciliara conmigo mismo. Anoche lo descubrí: Papini. No me importa que sea un chauvinista, un pequeño cristero o un pedante miope. Como fracaso es maravilloso... ¡Los libros que leyó, a los dieciocho años! No sólo Homero, Dante, Goethe, no sólo Aristóteles, Platón, Epícteto, no sólo Rabelais, Cervantes, Swift, no sólo Walt Whitman, Edgar Allan Poe, Baudelaire, Villon, Carducci, Manzoni, Lope de Vega, no sólo Nietzsche, Schopenhauer, Kant, Hegel, Darwin, Spencer, Huxley, no sólo éstos, sino todo el enjambre de mediocres que hay entre ellos".

Los dioses se han reconciliado, por ende dan, pero al que da yo no le reconozco divinidad, en eso se basan nuestras pugnas. Papini es el sexto continente, me ha dejado en paz por unos minutos con la divinidad, en palabras de él: Soy el único hombre que se ha matado a sí mismo y que sigue viviendo".

martes, 12 de mayo de 2009

esbozos


Como yo buscaba la verdad en coro de Ángeles o en una orquesta wagneriana no la encontraba, o mas perdido aún, hasta llegue a repudiarla, la verdad esta en el origen, en la simpleza misma del ser, la verdad y el ser estaban tan cerca de mí que termine olvidándolos. La metáfora del hombre debe ser bucólica y no urbana, como nos hace comprender Heidegger el hombre no es «el señor del ente sino el pastor del ser»

lunes, 11 de mayo de 2009

Theos

El Diablo tuvo que volverse técnico para ganar su batalla. Pero ¿donde están los dioses? Hasta en la cocina dice Heráclito. Dios, la ausencia que se esconde tras lo infinito. Esa ausencia ha tomando carácter. Pensar la nada con la misma porfía que en la niñez se miraba la luz del soldador.

Goethe le escribe a Jacobi: "Heme aquí subiendo y bajando cerros, y buscando lo divino en las plantas y en las piedras” (in herbis et lapidibus). Para repensar el ser es necesario encontrarse nuevamente con lo velado. La nada puede ser una primavera.

Un absoluto sólo sabe autocontemplar, Dios se hace hombre por que acepta su radical soledad. ¿Dios mío por que me has abandonado? grita el crucificado- Eloi, Eloi, Lama Sabachthani? En palabras de Ortega, Cristo "fue hombre sobre todo y ante todo por que dios le dejo sólo". No hay sitio hoy para él. El mundo ha tomado un camino, ha pensado torcidamente. Aunque parezca extraño el pensar metafísico se le opone. El trato con los entes mas que sagrado y sereno, es disponible.

lunes, 4 de mayo de 2009

Prologando al mundo.

Joseph Beuys: “I like America and America likes me”, 1974



“¡Bueno! Ahora resulta que mi espíritu quiere ocuparse en absoluto de todos los desarrollos crueles sufridos por el espíritu desde que acabó el Oriente… ¡Mi espíritu lo quiere así!” (Rimbaud)


Prologuemos nuevamente al niño de Charleville. El se ha ocupado de la vida cuando el mundo se ocupaba del progreso, cuando el rompecabezas político se mofaba del arte. Amemos desde todos los continentes que la vida ya se nos haya ido. No esperemos la infección de la adultez para desprendernos como una manzana podrida del árbol del conocimiento. No hemos hecho absolutamente nada, ese vacío oriental es nuestro alegato histórico. No haremos nada. ¿Por que todo no se vive como si fuera contemporáneo?. La historia nos hace creer en estatuas, pero ¿Cómo los hindúes? dueños absolutos de su presente no se seducen por la historia de mármol. Para ellos todo es contemporáneo, nada es tan atrás.

El odio es el mejor fisonomista, sólo se ve en estas oscuras circunstancias a lo verdadero. Su panorama es decir: necesito que seas así por que no soporto a lo que has llegado. Necesito que nada pase por ti. Hay que afirmarse y vivir en la selva de la primera creencia que se tuvo, rústica y expuesta a las fieras, ¿para que se combatió?, se llenó de armas, de ciencia, de drama, ¿si el retorno nos llevo a la caverna original?

La vida individual toma la misma dirección que la vida espiritual de todos los hombres, el individuo aunque lo evite se debe a un patrón, primero sobrevive, luego adora, se revela y luego decae, lo extraño: errar por el mundo sin desplazarse un centímetro, poseer todas las morales, acogerlas y rechazarlas, y al fin hacer un carnaval con el juicio.

El mundo cuando se le ama tanto se vuelve ajeno, se vuelve objeto, una excusa. Un elegante y discreto rechazo a Dios. Y acá el existir no alcanza. Somos y seremos pobres mártires de la Historia, ni siquiera tenemos un pecado a que aferrarnos. Nombramos la nada como si nombrásemos el día Domingo, posterior al descanso judío y en desconfianza a estos ya ni siquiera pedimos (en rigor nunca nadie ha pedido nada sino ha esperado, esperanzado). Sólo bendecimos la incapacidad de soñar. Ahora nadie dice: ¡respóndanme mis preguntas! Sino: “espero que funcione”. El éxito es una medida química.

Celine dice en Viaje al fin de la noche. “Rencorosos, dóciles, violados, robados, con las tripas fuera y siempre jodidos... Hemos nacidos fieles y así morimos”. Sí, ha pasado la Historia de todos por nosotros, y todo ese trabajo delicado se ha desperdiciado por que el porvenir no es nada mas que un encierro eterno, la esperanza es demasiado colorida y fragante para tomarla por cierta. Prefiero el infierno eterno, como una imagen delicada que proyecta siquiera algo. ¿Por que yo y no más bien la nada? Esa pregunta que sólo puede surgir entre guerras, arroja un nuevo orden al pensamiento occidental ya desgastado. Porque la historia ha actuado de esencia y nos ha castigado, el gran talento que nos ha dado es sólo la sistemática y constante pérdida de tiempo. Y esta pérdida de tiempo que es en rigor pérdida de esencia, sólo ha desarrollado una fina conciencia, que es poderosa a priori, pero inofensiva en el poder. San Agustín creyó que con una cruz se frenaba el círculo, que la cruz era la gran palanca de la Historia, su teología abre la puerta, hace de una geometría espiritual perfecta, griega, algo irremediablemente decadente.

Originalmente el arte era un instrumento de caza. Se le comprendió así pero fue desvirtuado, por eso su agobio actual, el arte no puede aspirar a ser progreso, no puede abrir la mohosa puerta que San Agustín abrió. El arte no puede aspirar a ser cruz. Aún no se entiende no es cuestión de fe , es cuestión de gusto, ampliemos un poco la visión de Joseph Beuys: “Me gusta el mundo y al mundo le gusto yo”.

Prologuemos nuevamente a Rimbaud, el sólo ha sacado la lección de que el arte es una tontería, así lo ha anotado en un cuaderno. Y se ha marchado. Se marcho al origen para afiebrarse. Ha comprendido que todo es inútil y eso es la gran verdad, no hay más, jamás se debió haber tomado el progreso como ciencia, el progreso era una broma sofista, un acto dramático. Sólo el dogma se tomó esa obra en serio y nos heredó este espectáculo. La conciencia como el más grande peligro de la especie y la pérdida del tiempo como arte superior.

Rimbaud quiere ocuparse entonces de Occidente cuando se frena, cojea y suelta la pluma, ha perdido , ¿para que la eternidad? ¿Para que volverla a hallar?