miércoles, 28 de mayo de 2008

Notas sobre Pascal

“El ser eterno es siempre si es una vez” . Pascal - Pensamientos



Puedo admirar infinitamente a Pascal , pero no puedo dejar de pensarlo perdido.

¡Necesita tanto la necesidad!

Llega a hastiarme este pequeño jansenita (aunque el hombre Pascal es irrefutable)

Soy un problema, todo rústico, exaltado, sin complacencias por todas las juventudes del hombre

El fin será nada más que un gran costo, una especie de economía del pavor espiritual.

*

Asumir que la Historia es tonelada de toneladas, que es opresión, abuso espiritual, que es “madera del carpintero eterno”

*

Blaise, su pensamiento es un corcel, intacto, único, más veloz que cualquiera, sólo que está destinado a vivir en la sumisión.

Toda su “musculatura” esta destinada a vivir en la atrofia

¡Soltar al animal!

*

Todo Dios se ha reconfortado cuando se ha hablado de él.

Toda gramática entonces gira al servicio de esto.

¿Cuándo veremos a un señor de sí mismo?

¿Cuándo veremos una palabra no depositada?

*

San Agustín decía que es mejor pecar libremente, que hacer el bien mecánicamente.

Pero: ¿No es acaso la libertad una especie de mecánica?

*

La ciencia es tan agotadora, tan contingente, “tan lejana al hombre”

Tan lejano como el acto de pretender salvarlo

Ridículamente lo interroga salvándolo.

*

Estar a la altura de la secularización

Ascetismo intramundano

¡Huir del mundo!

Actuar como que se huye del mundo para vaciarlo

Pero a todo el que huye, ¡se le agiganta más el mundo!

*

Todo describir es más una necesidad que una verdad, este es en esencia el archeos de todo Edén.

*

Pensemos en un hombre sin Historia, puro pensamiento, pero que a su vez cace.

Cada pensar, lo hará desde su emoción.

La pureza se refiere a ese tipo de contaminante.

Un cuerpo opinante.

Pascal, la teología para el vulgo es sólo una “Historia del peso”

martes, 27 de mayo de 2008

Fotologia

© Coctelmarx


La Jaqueca es la enfermedad del filósofo sin sistema, cinco hipótesis diferentes, cada cual mas cruel, la medicina es vedada mientras no se ordene el discurso, la camaradería y la piedad encierran un diablo indestructible, las sueño y por primera vez les temo. La nostalgia es una forma rancia de fe, por eso ni principio, ni final…

Mucho trabajo por hacer, hace falta un nuevo linaje para la claridad.

¡Por dios a no malinterpretar la luz!

De los artistas marinos

Joseph Mallord William Turner - The Fighting Temeraire (1839)


Mi propia revolución industrial, un alma manufacturada, arrastrando lo temerario, lo juvenil, otro “bueno jubilado”


“Lo absurdo es el pecado sin Dios” (Albert Camus)

© Coctelmarx


El pensamiento cree que puede, forma, respeta los bordes. El pensamiento solo me anhela y me niega.


miércoles, 21 de mayo de 2008

La Historia como biografía del espíritu


“La Historia , sin embargo, tiene indudablemente sus propios placeres estéticos, que no se parecen a los de ninguna otra disciplina . Ello se debe a que el espectáculo de las actividades humanas, que forman su objeto particular, esta hecho, mas que otro cualquiera, para seducir la imaginación de los hombres.”

Marc Bloch, “Apologie pour l'histoire ou Métier d'historien



La historia en su término más simple, con minúscula, denota un cuento, algo que se relata, muy relacionada con la ficción, somos aficionados a “contar una historia”. Luego el término History , así en ingles, comenzó a denominarse a la Historia como conocimiento (científico ¿?) e “story” a su relato cotidiano, referida anteriormente a lo que decía como “contar una historia”. Este detalle gramático es muy importante por que adquiere mayor profundidad si pensamos en la historicidad del hombre, simple y común, y a su vez la imposibilidad de escapar a esa historicidad, el hombre arrojado y sin otra opción histórica que la de la generación que le corresponde, imposibilitado de no ser heredero y a su vez imposibilitado de no heredar. Estas circunstancias por una parte lo fijan a un periodo determinado atrapándolo en el devenir político, social, institucional y cultural. El hombre es toda herencia que tendrá que disfrutar, padecer o cambiar, por ende es todo futuro. Incluso el que se ilusione de prescindir, en un truco nemotécnico como el protagonista del film “Memento” el cual pierde la memoria y tiene que valerse de pequeñas y constantes notitas como de fotos Polariod, no puede escaparse a “la gran circunstancia”, al hecho político cultural y social del territorio del que constantemente se olvida. Entonces la Historia es puro acaecer, propio del homo históricus. Todo hombre es su guardián y su paciente.

Pero también el hombre crea una Historia , una disciplina, una Historia como conocimiento, ya no basta ese homus sapiens primitivo donde el tiempo pasa por él, “tradicionando”, mistificando, pero aún no haciéndose conocimiento. Los griegos como en el mayor campo del pensamiento fueron los pioneros en crear este conocimiento histórico, Heródoto (484- 425 a. C.) fue el primer gran historiador si así se le puede llamar a un tipo de “literatura” basada en experiencias colectivas , escritas para perpetuarse en el tiempo, superando las fábulas y fijando cronología, también con cierta mirada antropológica a los pueblos vecinos como los persas y egipcios, aunque en cierta forma carecía de esa universalidad moderna, era Historia por y para los griegos (aunque: ¿ Existe realmente la Historia fuera de ese para y por? ). Polibio de Megalópolis (200 adC. - †118 adC.) dió un paso mas allá , ideó y deseo una primitiva Historia Universal, la Historia no podía estudiarse en forma separada , por que no se podría entonces comprender el todo sin la concordancia de sus partes, al igual que a un animal es imposible conocerlo sólo por la observación aislada de uno de sus miembros. La Historia en Polibio es entonces como un ente orgánico y además una gran arma de comprensión para afrontar las vicisitudes de la fortuna.

Para los griegos pre- socráticos recién abandonando su indigenismo debió haber sido difícil haber convivido con la dicotomía entre una concepción de la Historia, tal como ellos la concebían siendo herederos y observadores de la “naturaleza” siempre cíclica y lo que yo llamo el característico temor del Hombre al Status Quo. Este terror que en los griegos trágicos se asumía con la total afirmación de la vida, no dejaban de sentir sin embargo, en el pasado, un tiempo más “valioso”, y este término es el que mas se ajusta si tomamos la escenificación de Hesíodo (siglo VIII A.C.) en cuanto a las edades del hombre pasadas, tomando metáforas desde los metales mas preciosos hasta los mas vulgares, (edades de oro, plata, bronce, la era de los héroes y hierro). Daniel, el profeta también usaría una alegoría similar para definir las edades del hombre, pero su diferencia radica en que esta última posee la típica visión escatológica de los judíos que en los griegos no existía. Pues bien el problema de la Historia como la conocemos solo se puede entender en su mas vivaz radicalidad en cuanto a la tradición judío - cristiana, su escatología, proyección y providencia forjó el espíritu occidental hasta el presente. Si en los griegos este espíritu estaba atrapado en su matriz circular, en el Medievo la Historia como herencia de lo judío y cristiano, se dispara, adquiere propósito y dirección lineal. Esta Historia se entiende ahora, en el Medievo, como el gran plan divino para el Hombre, totalmente providencialista, esta pierde no con gran pesar el poco de rienda que el conocimiento griego le brindo por un lapsus. Aunque paradójicamente este conocimiento griego en la alta Edad Media consistía principalmente en Platón influenciando al providencialismo Agustiniano y por ende en la búsqueda de la Verdad- buena, o sea como un imán escatológico para las almas cristianas, esto traía un no pequeño problema a superar, la verdad o era recibida intuitivamente o lo hacía por un esfuerzo (parecido problema tendrían los reformistas luteranos en cuanto al problema de la fe dada o las buenas acciones , gracia estática versus acción). El segundo tiempo de la Edad Media intentó reparar esa merma, San Anselmo y Santo Tomas, este último gracias a Aristóteles, intentaron dar un camino de razón para la especulación cristiana de la fe. Tenemos razón, entonces por algo nos fue dada, por ende usémosla, conozcamos sin temor. Con Dante podemos ver una especie de estética histórica, ya que trata de romper consciente o no, el providencialismo agustiniano, virar la Historia como plan a un sentido en si mismo. Es el como apreciaremos Roma ¿como un plan divino? o sea fuera de sus límites, excedida y por ende al final desechada, o como Roma en sí, como límite, poder y estética humana. Dante se inclina por esta última visión.

Descartes como una especie de primitivo positivista no cree y le fastidia la Historia, no la encuentra fidedigna, es ajena al hombre, al cogito, es por el contrario una “desfiguralizadora” del pasado, una pobre imitadora de la realidad. Ya en la modernidad Bossuet (1627 – 1704), -odiado a muerte por Voltaire y Nietzsche- fue uno de sus más destacados teóricos y pareciese el último clérigo en entregarle con pompas las riendas de la Historia a Dios o a lo que queda de él, teórico del deseo del cielo, de la Historia ya escrita. Paradójicamente a este teórico, es en la modernidad en que el hombre se despega de toda rienda divina, todo plan escrito, pero eso sí, no se despega, sino que fortalece ese sentido de progreso , de flecha judía cristiana, que será la mas grande bandera de la Ilustración liberal. Seculariza la escatología, con la libertad como emblema. Con Kant Europa se moraliza sin Dios o mejor dicho a pesar de Dios. Paradoja a resolver; la modernidad le debe su traje de gala a Descartes un escéptico en cuanto a conocimiento histórico pero resuelve también potenciar la Historia como fin, como progreso. Montaigne es la balanza, ve en Roma, en su auge y su caída, (tal como Polibio sacaba lecciones políticas), una fábula histórica, si esta cayó ,no fue por un plan divino como lo creyó San Agustín sino por propio desequilibro de los hombres, las riendas siguen intactas y el progreso también , el equilibrio será para Montaigne entonces, dado en las leyes de un Estado ideal.

La impresión de progreso por la razón fue la herencia de la Ilustración , en el siglo XIX se estira al máximo el gran deseo científico, el hombre se deslumbra , la ciencia toma el control, la Historia se apega como Cenicienta a ella, quiere tal como la física, la química, una veracidad total, establecer leyes y predecir. El positivismo es básicamente eso, ir al hecho mismo, como un químico , llevar a Napoleón al laboratorio y luego establecer leyes históricas. La Historia desde Hegel y luego con su revolucionario exégeta Marx que invierte su fórmula, se alza como seudo- ciencia. Quiere hacer predicciones, establecer la caída del Capitalismo tal como se predice un eclipse, de hecho el gran sentido del marxismo como teoría historicista es poder hacer –en palabras de Karl Popper “profecía histórica”. Arnold Toynbee también posee resabios de ese positivismo, tiende a ser un profeta. Su teoría de las civilizaciones frente al “reto y respuesta” no deja de ser eficaz pero eso sí con la precisión de un profeta.

La revolución historiográfica que mas seduce al estudiante aunque ya a casi ochenta años de su oficialidad carezca de originalidad, pero no de su delicado sentido “artístico”, es la de la llamada escuela de los Annales Esta en efecto ejerció una gran revolución en la forma que se pensaba la Historia hasta el siglo XIX (la cual llevaba a la disciplina probablemente a la banca rota).La escuela de los Annales fue denominada así por la revista que ella publicaba Annales d'histoire économique et sociale. Esta revista fue fundada y editada por los historiadores franceses Marc Bloch y Lucien Febvre en 1929. El concepto de Historia daba un giro multidisciplinar para entrar al siglo XX en toda su dimensión de ciencia social. No siempre fue así. Involucró no sólo el dato duro, “diplomático”, de los documentos, sino una amplia gama de posibilidades multidisciplinares al servicio de la Historia. Ahora hasta "la mentira" era un documento , por que detrás de esta mentira hay una mentalidad, una intención , un voluntad , en suma un “sentido de verdad” (el ejemplo mas famoso es el documento que manipuló la Iglesia Católica para adueñarse del territorio Vaticano, llamado “La donación de Constantino”). Ahora, Geografía , Economía, Antropología , Sociología , Psicología, Arte , entre otras, se agrupaban para estudiar la “Historia de las Mentalidades” , que más lejos del ambiente positivo dieciochesco, se situaba en la esfera de un psicólogo histórico. El libro ancla de esta escuela es “Apología de la Historia” de Marc Bloch. También se pueden destacar a, Lucien Febvre, Fernand Braudel entre sus fundadores. Este último escribió el clásico “El mediterráneo en tiempos de Felipe II”, obra capital para comprender los distintos tiempos Históricos y sus jerarquías. La Historia política- diplomática, de “corta” duración, como conocemos a “La Historia” en los colegios ahora se supeditaba a estructuras aún mayores, sociales y económicas de mediana duración, y Geográficas de larga duración.

La Historia hoy toma ribetes misteriosos , ya no importa al parecer su hache mayúscula, “El fin de la Historia” (más como suicidio que muerte) fue propuesta por un norteamericano de origen japonés Francis Fukuyama, como extraña broma metodológica, pero veo mas cercano proponer la abolición y decapitación voluntaria de la Historia como Nietzsche o Cioran, como “Historia del olvido” , o el empantanamiento de la Historia cosa que sucederá cuando el último sujeto vivo este agonizando (¿o el sujeto definitivamente murió?) o quizás sencillamente como yo creo que ha ocurrido invariablemente, dado que la biografía es siempre irrefutable frente a la engañosa teoría, que todo esto sea sólo nada más como un eterno, humorístico y vanidoso cambiar de lápices .

lunes, 19 de mayo de 2008

Vista

Todos los escritores describen primero y escriben después, la geografía es el cuerpo de la narración, el depósito de la emoción, hacer espacios donde no los hay. Como si fuera una pantalla de cine se ilusionan en contar espacios, y el que no los vive y solo respira ensimismado eternamente, tendrá que aprender, ser geógrafo primero y después intentar caminar. Mi espacio vital ha sido parido, lo he descubierto en profundos estudios visuales. Descubrí que los montes demandan energía y dominio, por eso que desde pequeño soñé mi propio monte, estaba a espaldas de la ciudad tal como mi barrio, ahora sé que se llama cerro Bustamante, pero en esos tiempos para mí sólo era un espinazo furtivo. Como todo desagüe urbano mi espacio era un receptor, mas bien femenino, oscuro y doliente, el cerro Bustamante fue la pared donde rebotaba mi vida , donde se derramaba la ciudad . No había Occidente (por ende nada se pensaba y todo se cantaba), todo lo cortaba ese espinazo de geografía moral. Si fue el monte Ventoux para Petrarca, Cezanne y Picasso el cerro Bustamante fue mi amor geológico. El aeropuerto estaba cercano así que los aviones paseaban insistentemente sobre el, ruido, nubes rojas, cerro Bustamante, eso básicamente fue mi niñez, el mar , como el mal y todo lo desmedido me estaba vedado. Cuando niño mi padre me llevo a escalarlo, no pudimos llegar a su cima, por eso por un momento creí que me iba a estar prohibido para siempre el saber que había del otro lado, era el gran portón de un paraíso de basura, mi espacio era lo que había entre ese cerro y yo, no hay mas horizontes que este. Una gran y cruel figura de mi vida que se agacha en el atardecer religioso, sin embargo sin Dios , todo cerro.

Otra pared, el mar. Hoy vivo mañana tras mañana el efecto Rimbaud. Sentí por primera vez este efecto óptico muy tempranamente (que hoy llamo así pero cuando niño no lo sospechaba y además cuando lo bauticé así pensé que no tenía sentido usar terminología óptica, ya que no sólo seria ridículo sino que prescindiría de usar el nombre de un poeta de visión ). El efecto me generaba mucho vértigo, se manifestó por primera vez en las lomas de Quintero. Esta anomalía óptica poética- ansiosa se debe a la no confluencia del punto de fuga de la calle con el horizonte del mar. El nombre se debe principalmente a la experiencia del poeta en su exilio de la amistad (porque la amistad básicamente es sólo una inmensa fábrica de intereses). Cuando Rimbaud viajó a Inglaterra – huyendo del Diablo- notó que la altura del horizonte marino parecía mas alto que el horizonte terrestre, este se hace mas agudo aún si se esta encumbrado en una pequeña loma. Por ende el punto de unión (de fuga) del camino del cerro no se corresponde con la línea del horizonte marino. (El efecto Rimbaud desespera las perspectivas conservadoras y eleva los barcos instantáneos que jamás pensarían que sobrevuelan y drogan los atardeceres inocentes de los puertos)

El mar señala la adultez, el cerro Bustamante la niñez eterna. Ambos igualmente son nuestras paredes, siempre el infinito es un vecino anónimo. Mi perspectiva es simple, una espalda como cerro y un barco como sombrero. Dediquémonos entonces eternamente a fabricar morales con la vista.


El Ventoux Pudahuelino: El Bustamante


Efecto Rimbaud , a la rápida, una mañana , con un Yogurth en la mano, Valparaíso



miércoles, 14 de mayo de 2008

Mi libro de Historias Bíblicas


Fui un accidente, aun más un error, para los escritores o académicos es fundamental tener una biblioteca en casa, aunque sea básica, simbólica. Yo no tuve libros , nunca los ame. Sólo tenía la biblia y unos asquerosos libros de una extraña secta cristiana , lleno de dibujos del Rey Salomón y Diluvios , dibujos horribles pero inolvidables. Gracias a esos dibujos me hice una historia personal del mundo, de Adán a la torre de babel , desde Abraham al señor Jesucristo , todo ilustrado, todo como un progreso de amor que culminaría en un paraíso de animales. Entonces mi gran y casi exclusivo trabajo de infancia fue eternizarme. Jamás pensé en nada más que eso, y crecí amarrado pero sin límites.

Por lo demás un pobre real no puede aspirar a nada, quizás lo único es “intentar” divertirse, en el divertirse se planta la vida, lo intelectual es un monstruo vedado. Al contrario del burgués, extraño léxico quizás dirán, anticuado y progresista, sí pero no quiero instaurar otro, pobre y burgués, que sigan así, no es mi trabajo proponer terceras vías. Por un lado el burgués como el viejo de tez colorada y pantalón de cotelé Dockers con mucho ocio como para sorbetear un café en el Mall echado para atrás. Tiempo, eso es lo que define, lo que marca, en el local que cito no sólo se sirven cafés sino que su especialidad son churros finos , el que los fríe para el viejo burgués es un joven pobre, también de tez colorada pero por la falta de oxígeno de tanto aceite frito que se cuela por sus poros. Mientras el viejo burgués con su tiempo de café se entera que existe Marcelo Lillo un nuevo escritor chileno del que todos hablan, el pobre que fríe sus churos le importa un pito ese nuevo escritor y si le importara no lo sabría. El burgués gana terreno tomando café cuando el pobre sólo quiere salir luego del horno de la vida, extenuado y sin más horas que las que le prestan para dormir.

¿Era necesario ir hasta los churros para retratar que la niñez pobre sólo se alivia con literatura bíblica estúpida? Pues no. Volvamos entonces al paraíso de los tigres.

Cada niño tonto y pobre como yo sólo lo salva el bote de la curiosidad, el miedo y ese trabajo original de eternizarse. Porque la pregunta por lo eterno era básica pero no constituyente entonces surgía el ¿Cómo me eternizaré?

El primer libro de verdad en mi camino profesional a la eternidad fue de un extraño niño con cara de niña, con el pelo largo para la época , ¡pero que hablo de época! ¡yo no tenía la mas mínima ubicación histórica! sólo sabía que era de un tiempo pasado, agrario , salvaje pobre y sucio , una Francia que se movía entre el campo de quietud y la revoluciones urbanas. Ese libro fue “Una temporada en el infierno” de Arthur Rimbaud. Llegue a él primero por la biblioteca de mi Colegio, aunque quise comprarlo pero el precio era desorbitante para mi cristiana pobreza porque era importado, me parecía que nada digno se editaba en ese tiempo en el país. Cuando quise preguntarle por el libro a un viejo vendedor, me retó, así de simple, no me creyó que yo pudiera leer a Rimbaud, ahora lo comprendo por que como dije antes yo era pobre y tonto y además lo demostraba. De ahí no pararía jamás, el paraíso iba lentamente muriendo, ahora las vocales tenían color.

Luego vinieron Francios Villon , comprado en un persa y John Milton, el cual me daba miedo al igual que Baudelaire porque trataban a Satán casi como un amigo. El Anticristo de Nietzsche comprado a un vecino que tenía un puesto en San Diego -y que murió hace poco diabético y amputado con sus libros como única compañía (otro mártir Charlevilliano) - También la biografía de Friedrich en una edición hermosa que también tenía la biblioteca del colegio y la cual subrayé por cada rincón con demoniaca malicia. De todos los libros que mi pobreza me permitió comprar y también de los que no recuerdo, no sobrevivió ninguno al incendio de mi adorada pieza, tiempo después supe que a Aldous Huxley también se le quemó la casa y en un acto loco se metió a salvar algunos escritos, estupideces como esas me consolaban en parte, sólo que yo no salve ni libros ni escritos, ni siquiera salve un puto paraíso de los dibujos de niño.

Después del incendio me dediqué muchos años a vivir casi hasta consumirme, necesitaba musculatura vital, lo intelectual me era ajeno y me asqueaba, el accidente surge de la necesidad, jamás pedantería espontánea, todo al servicio de la vida, de la pregunta por la vida.

Ese fue el inicio… queda mucho que contar , por el momento sólo he avanzado en asuntos teológicos en relación a los dibujos de mi niñez , descubrí que el Guatón Jehová es un lanza que trabaja en Estación Central y vive cerca de mi casa, uff ¿cuantos paraísos caídos aguanta el día?

«no hay más paraísos que los perdidos»

Para narrar algo interesante dijo un cineasta ocioso por ahí, tiene que haber muerte , una mujer o un revólver. O todo a la vez por que es lo mismo. Pobre tipo, ¿necesita un nombre cierto? pero no lo sé, ni me interesa ¿y si invento uno? tipo esta bien , de que sirve, ¿y si armo una historia de amor?, ¿de sabiduría? , solo sé que desde el negocio en que trabajo puedo percibirlo desesperado, no quiero saber nada pero “sé” (ese es mi dolor), es fin de semana y él habla por teléfono a su ex mujer que no se ha levantado a pesar de ser las 11:30. El se ofusca, no tolera esto, necesita que “le traiga” los niños puntualmente como cualquier pacto de separación. Viste horriblemente, con un polerón desteñido de la ropa americana y con el cual seguramente durmió. Quien iba a pensar que tiempo atrás lo vi con un elegante traje en el centro de la ciudad, no me saludó a pesar de que pasó a escasos metros míos en la plaza de armas, quizás porque no tenía obligación de hacerlo, también me tranquilizó no haberlo saludado, ni tener compromiso alguno de saludarlo jamás. Ahora se disuelve, su “señora” era la extensión de si mismo, sin ella que importan los hijos, que importa el Sábado, los dulces, la ropa. El no puede con la idea de que a las 11: 30 ella este todavía acostada, y lo mas probable con otro tipo, mucho mas atractivo que él –aunque él fue siempre horrible, estas instancias lo hacen parecer aún más-, descarga su rabia por el teléfono, dice cosas como ¡levántate! (o sea la hora no sólo era escandalosa para mí sino que para él era intolerable). Imaginaba el olor a cama, a sexo , a “no pertenencia” .

Quizás quería matarse o matarla a ella, pienso que todos quieren matarse, cuando lo haga lo encontrare más estúpido aún. La mujer como propiedad o como contrato, las dos posibilidades son igualmente asquerosas. Ya se me ha vuelto en una constante de fin de semana, se lo que va a decir por teléfono, observo su rostro derrumbarse, veo que en él se cae la humanidad entera, que todo se transforma en un cuerpo que solo se mueve por la azúcar, biológico todo se desespera, el hacendado del amor ha quedado en la calle, su rostro pide a gritos una muerte inmediata, ¿Por qué alguien no se la da?. Me perturba que cuelgue el teléfono de esa forma, que su relación con “las cosas” sea tosca, que su ira en la materia sea el fiel reflejo de que su Eros se ha vuelto Tánatos , o siempre lo fue , por que el Eros , el Amor, es pura caza , control , sentimiento de poderío, a la deriva de jinetas sólo le queda golpear el teléfono. Escribo al costado de una suma de pan y cecina : "Tanatización del Eros".

¿Mencioné que ha pasado un mes y no ha cambiado en nada el poleron horrible?, el mismo tono, las mismas arrugas, y el rostro ligeramente mas delgado, sus uñas ¡por dios!, lo delatan, sus manos son de un trabajador de una cantera, por decir algo, ya no me fijo en su rostro sino en sus manos , al fin y al cabo ellas son las que hacen el típico acto de estrellar el auricular del teléfono – jamás le digo nada- me gustaría que muriera de una vez, tranquilo y con sus manos limpias , descansando del maligno Eros que nunca controló – y olvídense que alguna vez lo hubiese podido controlar- jamás y digo categóricamente ¡Jamás! por que sus manos, sus polerones, sus mejillas , toda su miserable propiedad no es nada sin ella , sin la gran propiedad.

Me cansa que pasen las semanas y suceda la misma ceremonia, ya no le pongo atención , creo que esta muerto ya , que no hay vida , ni menos cambio. Sólo me acorde de él un día de semana, curiosamente cuando tuvimos que llamar a los técnicos del teléfono para cambiar el auricular, lo odie con todo mi corazón – ¿así se le dice cuando uno siente o no? ¿Corazón? – me causan gracia las palabras- Odio que golpeé el teléfono, pero me regocija que su ex esposa se sigua levantando a las 11: 30, sería terrible para mi verla a ella acá nuevamente , levantada temprano y arreglada para ese pobre idiota. Pero sé que jamás será así. Tendremos que eternamente estar pendientes de ese auricular, guardar el teléfono de los técnicos , pedir rebajas – porque este idiota jamás hace nada , ni se pega un tiro ni se busca otra propiedad, sólo se contenta con quejarse , esa es su religión, pero ¿por que encontrarlo idiota?, ya no más , si esta es la historia de todos los hombres , singularizar es horrible, ni siquiera traté de putas a las mujeres , ese es un gran logro político, es la historia del hombre y no del auricular, todos aman como aprietan , el espectador sólo se dedica a cambiar los teléfonos.

El pasa sus noches con su madre anciana comiendo religiosamente galletas obleas, lo sé por que se las vendo. Parece que las galletas lo calman. Las galletas hacen lo que la piedra en el mito de Sísifo. Han pasado algunas semanas, él y su mujer no me interesan para nada (a ella no la conozco, pero la imagino entre las sábanas , inmutable como el más bello demonio) , no son ellos los decadentes, ellos son la ecuación de unas relaciones naturales comunes, quizás algunas células se comporten así, no vale la pena traer comportamientos biológicos ni al arte ni a la sociedad, dejemos a los naturales tranquilos, el problema acá es simple, como dije las galletas son la piedra del mito de Sísifo, el absurdo, el sufrimiento, la vida terrible es aquí denunciada , las personas como les llamo ya son irrelevantes , se levantaran y acostaran estúpidamente, ¿para que hacer filosofía de los collares? quizás pienso así por que en realidad extraño a ese tipo vencido, particularmente que me haga cagar el teléfono, ¿que soy yo sin el absurdo? Nada , una oblea eterna, un teléfono por reparar. Un ejemplo más práctico: cualquier documental de la sabana africana nos aclararía un poco mas el asunto, veo que mientras un macho de cebra (que hasta antes del documental lo juzgaba como un animal dócil y entrañable) destroza a una cría mas joven a patadas, la madre hace esfuerzos por evitarlo, el macho dominante actúa por el instinto de conservación , los científicos explican que la cría no es descendencia del macho alfa, el instinto que manda proteger los genes obliga en ese acto a ejercer un tipo de lección o simplemente de supresión al desvío genético. Mientras uno ve con asombro la violencia de la cebra lo acepta , para el científico “sólo es”, ni siquiera se puede catalogar de perfecto, si así no lo fuese no habría cebras, su mecanismo “social” tiene un funcionamiento prescrito.Hay que ser "científicos" , ver que sólo las cosas sean , luego recoger los cadáveres.

Entonces este imbécil coma o no galletas crea en dios o vaya a la iglesia, me haga cagar o no el teléfono seguirá siendo un desplazamiento genético en el difícil camino del amor. Sólo eso , socializar esta situación no tiene sentido, es natural y no hay nada mas que decir.



Siento cariño – reconozco- han pasado unas semanas y el hombre rejuvenece, ya no habla por teléfono , amo cuando el hombre decae por que es señal de que aún vive, el jolgorio es de otro mundo. Todo esto ha sido una representación netamente humana, por ende bella, ver belleza es una misión, un mito y una obligación, todo lo horrible al fin es corazón. Los desplazados son excelentes actores, me gustan, son nada más que la repetición eterna de Adán y Eva , seducidos por el conocer, los hombres no soportan que se abran los portones : seducere corda innocentium, perdiendo el paraíso por teléfono , seducir es “apartar” por eso hoy comprendemos porque “los árboles mueren de pie”.

lunes, 12 de mayo de 2008

Notas sobre Ortega y Gasset


Cuentan que Kant reconocía que debía leer más de una vez a Rousseau para comprender su profundidad ya que de no ser así sólo se quedaba atrapado en su magistral estilo. Con Ortega me pasa lo mismo, hay que leerlo varias veces para superar la belleza inmensa de su estilo. Pero analizando someramente su libro ¿que es filosofía? ,creo que el pensar se adecua a cada geografía espiritual. Pensar que Ortega dice lo que dice Heidegger más “mediterráneamente”, es un atrevimiento filosófico (y quizás un gran error ) pero sí ambos intentan (casi como la empresa más grande del siglo XX ) superar el idealismo reinante desde los inicios de la Modernidad. El idealismo es propio de un sistema geográfico del pensar sugiere Ortega, les es muy fácil a los alemanes ser idealistas como a los griegos aristotélicos “realistas”.

El hombre primitivo vivió y por pura necesidad vital, “afuera” de si, es decir en las cosas, pensándolas como el cenit del mundo, como supervivencia, tal como viven los animales, es cosa de ver un chimpancé en su jaula, abierto de tal manera al mundo que nunca parece aquietarse (no tiene y le seria fatal, un momento para interiorizarse) , neurótico de estímulos sus sentidos se hipertrofian . Herederos de esa antigüedad (por eso Ortega reconoce en los griegos su espíritu mas arcaico que clásico) los helenos si es que fueron escépticos sólo lo fueron someramente, primero estaban las cosas y desde ellas podríamos pensarnos. El término “yo” (ego) era someramente usado por Platón , casi como una anécdota en su difícil edificio de las ideas. El escepticismo propio de los principiantes filosóficos era quizás atisbado ligeramente pero nunca en profundidad, “la realidad” nunca fue puesta en una duda total, “cataclísmicamente” , por eso una vez superado el maestro por su discípulo, esto es la idea platónica por la substancia del pensamiento "biológico" de Aristóteles, el terreno de la realidad externa de las cosas seguía intacto, el mundo aún seguía afuera, la interioridad era esclava de esa cosmología.

El salto mayor, tanto así que divide en dos la historia filosófica, la emprende Descartes (hombre de pocas lecturas según se dice) , su empresa y su revolución quizás es más decisiva que cien batallas juntas , la modernidad se inscribe en un pensamiento mas que en un continente nuevo o en un campo de batalla. Su revolución fue total y a su vez en su esencia no más compleja que una nueva forma de pensar, un nuevo cosmos. A muy grosso modo, en filosofía se necesita la seguridad, la certidumbre, los datos mas fieles del universo, por ende la realidad tal como la conocemos es cuestionable, no por ser comunal ni constante es eficientemente certera, por ende Descartes la pone en duda , parte de cero, no la niega pero tampoco la corrobora, o sea instaura la duda como Método para llegar a la certeza. Ya las “cosas” que en los griegos parecían la base del andamio del universo (el fuego de Heráclito, el agua de Tales , la Historia de Heródoto, etc) eran cosas totalmente sujetas a duda, Descartes desprecia la historia y la encuentra engañadora. Todo en cuanto vivimos, la realidad, ahora es puesta en duda, pero entonces ¿que es lo que queda a salvo del escéptico francés?, algo realmente genial, el giro cartesiano sólo nace de la duda y esta se hace absoluta “interioridad”, se “cogicita”. Si todo en cuanto hay es dudoso , alguien tiene que dudar , de eso no hay duda, alguien o algo duda, cogito ergo sum, pienso, luego (por ende) existo , nada en el universo hay más seguro que el cogito (el tema de Dios como "agregado cultural" da para otro ensayo). ¿Genial no? Sí pero Ortega no sólo se queda en aplausos, porque lo que hay que superar es esa misma genialidad de Descartes, el idealismo que se pone en marcha y que llega a su más alto cenit en Kant. Entonces que hacemos en pura interioridad, en que todo es producto de ella y que nada afuera es mas seguro que ella. Quedarnos en un rincón del universo, pensando ¿Pero qué universo? si esta todo supeditado al cogito. Esa es la mácula de la modernidad. Ortega, hombre vital , mediterráneo , no soporta al igual que nosotros ese solipsismo. ¿Que hacer? . No hay nada que hacer , la verdad dice Ortega esta tan cerca de nosotros que nos hace avergonzar. No podemos asegurar con los griegos que el universo, lo “externo”, es indubitable, “no hay noticia” dice el pedagogo filosófico, claro esta, pero tampoco podemos como humanos vivir encerrados en férreos compartimentos “cogitarios” . Cual es la apuesta , ¡VIVAMOS!. Claro, Ortega nos ilumina con su estilo (Heidegger haría mas sistemática , mas “lenguajeada”, mas alemán, la paradoja existencial) . Ya que no somos las mónadas leibnizianas claustrofóbicas necesitamos de la oxigenación vital del universo, no como substancia en sí pero tampoco como producto exclusivo del “cogitar”. El error se percibe en la misma máxima de Descartes (que denota sus resabios de escolastismo, quizás de “afrancesamiento”) . Si la sentencia reza: pienso luego existo es por que Descartes no se ha desintoxicado de la antigua tradición, Ortega sugiere que la sentencia sólo debiese ser “el pensamiento existe”, cogitatio est”, el segundo vagón de la proposición delata el espíritu de su descubridor, de las migajas escolásticas del filósofo. Si ha descubierto el gran pensamiento moderno idealista en su máxima, vuelve a lo antiguo en el “luego existo”. Si la primera instancia nos volvía total interioridad, escepticismo universal sólo depositado en la confianza del cogito, en el “luego existo” volvemos a la cosa misma, aristotélica, substancial, “extensa”, negamos la substancia en pos de un cogito, pero ya cuando hemos sido radicalmente escépticos, nos depositamos ingenuos, antiguos, en la cosa nuevamente.

Ortega ha notado la incapacidad racional de la interioridad, aunque incapacidad espiritual más que intelectual. Ahora queda superarla, ese es “el tema de nuestro tiempo” (o al menos el tema de su tiempo, ¿Cuál será el tema de nuestro tiempo?). Ortega nos dice que hay algo mayor, más grande y poderoso que la interioridad y la cosa en sí del universo, es su comunión, o sea la vida. Todo lo anterior se subordina a la vida, el pensar, el equivocarse, el filosofar, el comer, el amar, etc. El intelecto como algo artificial, flota liviano sobre las capas mas vitales, las necesidades vitales, la sed de líquido es mil veces más imprescindible que la sed de justicia, lo intelectual es un papelito abrochado con un alfiler a la chaqueta de lo vital. El hombre entonces se fija a su vida, no hay mas allá de ella, no hay una claustrofóbica interioridad pero tampoco una cosa externa en si, la vida dialoga entre ambas, el universo necesita de mi vida para hacerse latente tanto como esta necesita del universo para manifestarse. Ahora mi vida no flota apática por el universo, se inscribe en una circunstancia, el aquí y el ahora, obligada a elegir y a elegirse, arrojada sin preguntas previas en un tiempo, igual como si un actor dormido se lo depositara en un escenario y se le despertara con un público absorto mirándolo. Desde ese arrojo se debe construir, se debe elegir. No queda idealismo que se resista a la riqueza total de la vida, de “mi vida”, que lo ama todo, que lo odia todo, que sufre y se alegra, que sueña, decae y toma cerveza. Ortega no ha traído de ningún país extraño su nueva gramática filosófica, sólo nos ha mostrado lo evidente , lo que nos es propio , lo único que nadie puede hacer por nosotros, nuestra vida, potencia mayor, posibilidad imposible de idealizar, el riesgo puro de un nuevo espíritu, de una nueva forma de pensar , es decir de una nueva forma de vivir.

El avión más grande del mundo



El avión más grande del mundo pasa por nuestras cabezas, pero los ancianos del club de fútbol están con tanta resaca que ni siquiera levantan la mirada (yo me encuentro extrañamente entre ellos), han quedado libres, - y esto no significa algo de filosofía utilitarista – sino que su club quedó sin fecha, o sea es el domingo que no se juega, o sea L I B R E S, sólo habrá que sacar algunas sillas a la calle e intentar una conversación.

El avión más grande del mundo pasa por las cabezas más indiferentes del mundo. La del club libre, los sin fecha, los dados no jugados. Sólo las autoridades que prueban el avión allá arriba han puesto atención a estas hordas desparramadas en la calle, los más libres del mundo.

La Rochefoucauld: “Soy poco sensible a la piedad, y quisiera no serlo por completo”. ¿Como yo no iba a sentir un trozo de piedad por estos sustentables humanos?, libres y aburridos , a los cuales no les importa que un espectáculo pase por sus cabezas (por que efectivamente ni siquiera la elevan). Sólo meditan en su desocupación vital. Vida contemplativa por fin, pero sin contemplar absolutamente nada.

miércoles, 7 de mayo de 2008

Cerro Lecheros

Lázaro levántate y ladra - coctelmarx(2004)


Mi empresa es infinita, pero vivo de sus piojos, los piojos del infinito. Donde los cementerios sólo son siestas. Creer eso me hizo frágil. Ahora que sé que son de palas. No intento ni siquiera abrir los ojos. Sólo vivir cerrando. Cerrando todo lo que se me presente. El ser es un oxígeno invertido, las cosas tropiezan conmigo y no al revés como en un buen cristiano.

martes, 6 de mayo de 2008

Claudio Bertoni: “Está prohibido pensarse desde otra cabeza pero se puede”



Claudio Bertoni, ¿algún apelativo?, no sólo él ahí parado con sus bolsas de supermercado Santa Isabel, esperando ansioso la única y escasa micro que lo deja cerca de su casa “conconiana”. Le doy la mano, no lo iba a hacer por rechazo, por temor a que me mande a la mierda, siempre lo veo que anda un poco fóbico hacia las gentes por aquí por Viña , aunque se quede observándolas detalladamente de pies a cabeza. Puedo decir que Bertoni es un gran escritor, como dijo Susan Sontag, “un escritor es alguien que presta atención al mundo”, sí, Bertoni a pesar de tener un semblante fóbico hacia la gente, la observa, la estudia. Cuando me acerco y le doy la mano él se sorprende pero también me la da. Hola Claudio- le digo-, admiro tu trabajo, además por ti conocí a Simone Weil, ¿Sí? ¿Y te gusta? preguntó, -en realidad no pero es buena, claro lo encontré raro si a nadie le gusta Simone Weil - me dijo -. No me gusta nada religioso, es una incapacidad mía –conteste- no tiene que ver con la calidad. Me da una sonrisa de un milímetro –, aunque a él lo único que le interesa es que no se le pase la micro, pero cuando al final llega me dice nervioso –ya yo me voy en esta, ¿tu vay? –pensando que todos debemos vivir en Con –Con y coleccionar zapatillas. No- le digo -, yo viajo a Santiago, nos vemos, él pega un pique cortito, casi histérico sube a la micro, no le interesa nada. Ni aunque yo fuera el mejor poeta joven de este planeta se perdería en divagaciones externas de un joven tan mal vestido como él, no dejaría de pensar sobre si mismo mientras cruza esas religiosas dunas hebreas que abren el paso a Con- Con, donde “los perros son de color barquillo”.

Siempre me encuentro con quien debo conversar, Bertoni es uno de ellos , (y por eso no me encuentro con Gonzalo Rojas por ejemplo), siempre me extraña el milagro de la contemporaneidad, de poder darle la mano a un “contemporáneo”. Igual que cuando García Márquez se encontró con Hemingway en una calle de París y sólo atinó a gritarle desde la vereda de enfrente un ¡¡¡MAESTRO!!! Y el viejo mirándolo con una amabilidad marina le contestó un ¡¡Adiós Amigo!! en su torero español (ignorando por la eternidad que ese joven entusiasta y gritón era el gran Gabo latinoamericano) . Ser contemporáneo es una especie de cruzada, le he dado la mano a Bertoni mas por ser mi contemporáneo que por un gesto de admiración (aunque lo tenga), pero como no lo voy a hacer si hojeando su libro “Rápido, antes de llorar” (que en nuestro fugaz encuentro aprovecha de recomendarme, no por que yo le agrade sino que quiere seguramente que lo compre y así poder seguir llenado sus bolsitas de mercadería del Santa Isabel) en este libro encuentro frases que me remecen y me dejan meditando días enteros, frases “con una gracia” extraña, a medio camino entre el zen y la poesía forestal de Gary Snyder… Leo algo así como “en el sueño de anoche Sartre me decía compadre”, o también “como me gustaría sacar fotos con sólo apretarme la punta de la nariz”.

Este pequeño ermitaño ya vuela a su encierro, ya tiene víveres , experiencia , soledad , yo en mi Pullman Bus , regreso pensando en la palabra compadre , la joven de al lado en el bus es demasiado rica como para haberse comido una bolsa entera de chocolates y salir calóricamente intacta , el mundo me saluda cuando come , ¿es equivalente la impresión que causo con la que absorbo? , a dejar de lado los problemas japoneses, lo importante es que “Todos los días que no se han anotado equivalen a días que no han sido”, dice Bertoni que dice Camus que dice Delacroix… noten que el “dice” revela una angustia de contemporaneidad.

domingo, 4 de mayo de 2008

U2 3D



U2 engaña al ojo, eso es lo primero que pensé al ver la nueva película en 3D de la gira Vértigo por Latinoamérica de U2.

Es extraño cada cierto tiempo el cine remece con sus pequeñas revoluciones de la percepción, el cine tridimensional que quizás ya había sido antes probado, con esta película tiene un aire de inaugural.

Desde sus comienzos el cine fue “un efecto”, la primera película colectiva dirigida hacia un público, “La llegada de un tren a la estación” de los hermanos Lumiere en 1895, no fue una experiencia cinematográfica, el cine aun no había sido creado, los asistentes corrieron asustados cuando vieron que la locomotora se les venía encima, fue un problema de realismo, no se sospechaba aun un lenguaje. El primero que “ficcionó” fue Georges Méliès , hizo un show, una historia , un efecto, luego vendrían nuevos giros a la percepción la llegada del sonoro y del color.

Las más altas cumbres del arte cinematográfico han sido efectos, estos más que dificultar la narración o matar el lenguaje cinematográfico son la médula del cine. Si el cine quiso simplificarse , hacerse “literatura” , es por temor a que el efecto devore lo esencial. Aún así el cine no puede nunca dejar de ser un agente perceptivo, de ser una locomotora que no puede dejar de sorprender.

La película de U2 nos vislumbra las posibilidades, es realmente asombrosa como efecto, (comentar el contenido aquí es irrelevante), que sea un concierto de rock genera la adrenalina que no puede dar una 3D de paisajes o dinosaurios. ¿Pero qué hacemos viendo todavía cine si podemos ver esto? Aunque dudo de que lo que vi sea puramente “cine” es más bien una experiencia. El ojo se asombra, la percepción se pone alerta, uno nunca ha visto algo así (si es que no ha tomado mezcalina). El cine de Aldous Huxley, el cine que queda en el inconsciente y marea, que hace soñar confundiendo las dimensiones del espacio.

Si uno es un fan de U2 es totalmente recomendable, si no lo es también, aunque es casi obligada la crítica a un nuevo fenómeno perceptivo, como también la tuvieron la llegada del sonoro y del color , esto es más de lo que se le puede pedir al cine , esto ya casi no es cine , aterra cuando las circunstancias cambian , cuando una locomotora se te viene encima y lo único que queda es salir corriendo. El arte ahora necesita lentes.