lunes, 31 de agosto de 2015

Diarios



En el matinal de TVN veo la polémica que se suscitó por esas dos chicas que bailaban en televisión en los noventa y que eran los símbolos sexuales de esa época, Chabe y Coty. Hoy cerca de los cuarenta años, fueron tratadas mal en twitter por su demacrado aspecto fisico. En la entrevista ellas dijeron lo esperado: que no les importaba lo que pensara esa gente. Los que sondeamos un poco más en la profundidad femenina sabemos que esa crítica (por lo demás inoportuna y descortés ) las devastó. Los que nos criamos entre hombres sabemos lo inmune que somos a la palabra "feo", esto de tanto lanzarla o recibirla de otro amigo. Pero en las mujeres la palabra "fea" es un tabú. Me he dado cuenta que los mejores novelistas (hombres) suelen repetir mucho en sus libros y con total impunidad: "la mujer era fea", esa frase es un escándalo para ellas, una especie de sacrilegio religioso. Mircea Cartarescu escribe en su libro dedicado a las mujeres: "Porque nunca consigues ponerte de acuerdo con ellas en lo tocante a la belleza de otra mujer o de otro hombre." Una gran verdad.
Si las ex bailarinas son felices con su vida y su cuerpo, déjenlas en paz, pero aseguro que les costará un poco más ser felices después de llamarlas públicamente feas.
Ahora veo una foto de una joven escritora mexicana llamada Valeria Luiselli, está sentada cómodamente en su habitación, con los pies puestos arriba de un sillón, un cigarrillo en su mano derecha y concentrada en la luz que inunda el lugar. Se nota que allí es donde escribe. Es realmente hermosa , la pose, el cuerpo, su rostro, todo parece perfecto, además es genial. Wikipedia la describe así:
"Ha publicado en varios periódicos y revistas cómo Letras Libres, The New York Times, y Dazed & Confused. La critica alemana la ha llamado la nueva revelación de las letras latinoamericanas..."
Me surge de inmediato la pregunta:
La gente bella y genial ¿que hizo para merecer eso?
Porque además hay gente fea y genial.
Pero, y lo más sorprendente de todo.
Hay gente fea y tonta. Yo siempre me he inclinado hacia estos últimos, me producen un tremendo misterio. Me atraen y siento no sé porqué, que frente a las posibilidades antes descritas, para mi ellos son los más atractivos. Los veo por mi barrio, en el metro o en la micro y no puedo parar de escucharlos, y de observar todos sus movimientos. Es como si ellos fueran realmente los dueños de este mundo. Una hermosa vegetación anónima que no busca misión ni justificación ninguna. Tullidos de estética y de ética sólo pululan orgánicamente por la tierra. Ese desplazamiento micótico que veo en todo lo que hacen es lo que me fascina. No se ofenden por su estética ni se ilusionan por su genio. La vida desnuda se posa en ellos como en ningún otro sujeto social. Cada mañana los veo. Se pasean como los inmigrantes musulmanes deben pasearse afuera del Louvre, con una total indiferencia por la belleza que contiene ese edificio y que no les interesa ..
Inmunes a la belleza inmunes a la inteligencia. Así sólo pueden ser ángeles...




"En cuanto a un corazón destrozado, en esta época de alto nivel de alfabetización y facilidades para difundir la palabra impresa… —emitió un sonido burlón—. Feliz quien cree que tiene el corazón destrozado: puede escribir un libro inmediatamente y vengarse (lo cual es peor que si derribas de un puñetazo a un hombre, y éste encuentra en el arroyo una moneda de oro antes de levantarse). Además, sirve de tema para el cine y las revistas. No, no —repitió— uno no se mata después de un amor frustrado. Escribe un libro..." (William Faulkner. "Mosquitos". 1927)



Escribe un biógrafo:
"Flaubert había seducido a Louise Colet en el coche de punto, representando el papel de "asqueado de la vida", mientras se reía en su interior..."
Siglo XIX, siglo de tristeza y decadencia aristocrática, spleen, hastío, oscuridad, tanto que quizás permitía esos lujos a las personalidades asqueadas. Hoy sería imposible imaginarse a alguien seduciendo con un papel así . Entonces cuando hoy veo (muy rara vez) a un hombre frente a una mujer representándose como un asqueado de la vida, veo a un hombre valiente, independiente, un hombre que no le puede importar mucho nada, ¿un dandy? Yo debo ser un cobarde, en esas circunstancias siempre me hago el feliz, aunque el asco por la vida rebose en mi interior...Seducir con el asco, sí quizás, pero sólo en las fábulas antiguas.
Siglo XXI. En un mundo donde todo gira en torno a la seducción, veo una foto de una treintaeñera en Tinder, ella ha decidido que una fotografía suya, sonriente y abrazando a un enorme pez gato en una playa caribeña, seducirá a los hombres... ¿Por qué no? Su risa es realmente extraña. La felicidad y sus extravagantes pasaportes amorosos. Me recuerda a Emma Bovary cuando se suicida con arsénico, no sin antes echarse a reír, "con una risa atroz, frenética, desesperada..."





En el siglo XVIII, el escritor alemán Jean Paul, aseguraba que los libros eran voluminosas cartas para los amigos.
Anticipación a alguien que se niega a escribir en otra parte que no sea en las redes sociales. Saludar y ser saludado por los amigos, quizás la única misión noble que le queda a la literatura, y para eso no hay que ambicionar mucho, usar lo que está más a la mano, lo más cómodo y ligero.
Escribe Salinger en The Catcher in the Rye: “Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras...”



Los romanos buscaban sus raíces en los griegos. Eneas el que huye de Troya y principalmente Héctor, que lucha por "los altares domésticos". Lucha por su esposa y por sus hijos. Al contrario de Aquiles el griego, que lucha solo, encolerizado por la fama inmortal.
El "theoros" es el espectador, el narrador imparcial, homérico, de allí la teoría, el que no participa. En los tiempos que debí amar me refugié en la teoría y sucumbí, de ahí mi desconfianza actual con ella.
Y en esas posibilidades nos podemos plantar frente al amor. La imparcialidad, Aquiles y Héctor. Nunca luché como los romanos, por ningún altar doméstico, siempre la soledad. La manera griega debió ganar. Y así, con la muerte absurda de todos los héroes, es como el amor fue castigado a lo pasajero, a lo efímero, a lo oscuro, a lo que nadie recuerda. Ese es el verdadero infierno griego...



Quizás deba postular al premio del hombre que menos ha viajado en Chile. Y me produce mucha curiosidad que la gente recomiende con tanto fervor el viaje (hoy corre la noticia que una línea aérea venderá pasajes a $10000) que ya me siento como si fuera un hippie de los sesenta, donde todos estuvieran locos tomando ácido distribuidos gratis por el país, mientras yo estuviese destinado sólo a tomar un tecito con mi madre...El viaje es el nuevo LSD y está barato. Sin embargo...El Tao, Kant, Pascal, Pessoa y Kafka recomiendan no salir de casa. Justificarme con ellos, pertenecer a su misma línea aérea...




Hoy, después de años, y no sé por qué razón, me dieron ganas de andar con la camisa adentro del pantalón. Quiero ser uno de esos personajes de Carver, que riegan su jardín y soportan con hidalguía el matrimonio...



"Aquellos que entienden al babuino aportan más a la metafísica que Locke..." (Charles Darwin "Ensayo sobre el instinto")




Veo "De Roma con amor" de Woody Allen. Cada vez los obreros aparecen menos en sus películas, y si lo hacen, sólo actúan en forma de extras, figurantes o decorado. (El que le sirve la cena al universitario o el café al galerista que va a contar el chiste) Probablemente de los obreros no se pueda hoy extraer un humor fino, o por lo menos el humor existencialista que le gusta a Allen, mezcla de Bergman y los hermanos Marx. La cuestión social no hace reír ni la mitad de lo que hacen reír las peripecias pequeña- burguesas de sus apesumbrados personajes. Esas reflexiones a lo Pascal sobre la vida y la muerte, como dice Valery, que sólo se les ocurren a los que no tienen que mantener hijos ni ganarse el pan. (Hay que leer a Pascal en clave humorista).
En una de las escenas, Woody Allen que va viajando en avión, se queja con su mujer de por qué tiene que ir a ver a su yerno a Europa (irritado y con pánico por las turbulencias) -Es comunista- le dice ella tratando de mostrar el carácter del joven. Woody responde: -"A su edad yo era de izquierda, pero nunca comunista. No podía compartir ni el baño..."





“Los artistas interesan a las mujeres no en cuanto son artistas, sino en cuanto tienen éxito en el mundo.Es natural. Casarse es hacerse una posición, ¿y qué hombre -el más altruista- se emplearía, teniendo posibilidad de elección, en una empresa no sólida? Así proceden las mujeres, y hacen bien..." (Cesare Pavese. "El oficio de vivir")


"El impulso de la creación artística es una táctica de apareamiento..."
(Geoffrey Miller, psicólogo evolucionista).



Los escritos "misógenos" de Pavese, aún así muchas mujeres le leen, comprenden profundamente , no se ofenden y ven en el hombre que las desafía, quizás mayor riqueza espiritual que en el hombre que las hagazaga y les da siempre la razón (¿de este último no hay que desconfiar?)
Pavese escribe "Con la mujer del otro no sé que hacer"
Por su parte Camus, (quien lo creería de un romántico ) escribe algo similar: "Fuera del amor, la mujer es aburrida."
Son momentos de rebelión, de rabia con la mujer, con lo sagrado , no hay que tomarlo de otra forma y envenenarse.
El hombre que desafía y hasta rechaza lo mas sagrado, el más utópico , muere por no poder resistir tanto tiempo la fragilidad del amor ...Niños con rabieta, quizás simplemente no soportan que no pueda existir nada fuera del amor...Evidentemente han sido heridos y bautizados en el mismo momento...




"Sabemos utilizar la estrategia amorosa sólo cuando no estamos enamorados..." (Cesare Pavese. "El oficio de vivir")





Me junto con C, tarde bella de ser tan real, confesiones, intimidades que sacan risas. "Todas las familias son locas". A propósito de familia, me sumerjo en el síndrome Karl Ove Knausgård, le leo de vuelta a casa, treinta y ocho páginas sólo para describir un cumpleaños de niños donde asiste con su dos pequeñas hijas y su esposa. Treinta y ocho páginas de fina ironía, para decir sutilmente que todo "eso" es estúpido , insisto, sutilmente. Pero ¿Que es todo "eso"? Pregunta dolorosa, ¿la familia?, ¿los demás padres y sus conversaciones?, ¿los niños?, (Sí también los niños), ¿la comida?, ¿los ritos?, ¿los pañales?¿La felicidad de la clase media?¿El artista que juega a insertarse?
Sólo hace 20 años todo el mundo era distinto. Hoy no. El infantil cumpleaños noruego de Knausgard, es igual de insípido que nuestros cumpleaños locales. Antes no. Recuerdo cuando niño a ese vecino que se había ido a EEUU y que cuando venía de visita, todos los jóvenes de esa época lo rodeaban cómo pieles rojas, deslumbrados, preguntándole como era ese gran país. Nunca nadie del barrio había visto antes en vivo una zapatilla Nike. Ahora no hay nadie en el mundo que no sepa con todo lujo y detalle, como es ese "gran país". De hecho el "flaite" le debe su nombre a una zapatilla Nike "Fly".
Luego, la joven universitaria en el bus a Pudahuel no lanza ni el más mínimo coqueteo a ninguno de los jóvenes obreros que van arriba. Se lo prohibe a si misma. Nadie que vaya en esa micro quizás sea muy interesante, partiendo por su servidor. Pienso que nunca he tenido un amorío con alguien de Pudahuel. Siento un vacío por ello. Me visto mal, es decir con unas zapatillas Nike que funcionarían bien a los 20 años, pero no ahora, funcionarían si fuese el único que las tuviese, como el vecino de EEUU. Por eso hoy cuando entré a la tienda de ropa donde disjockeaba una joven, me sentí cómo un tío de esos adolescentes, ese tío que se emborracha siempre y se mantiene en forma con su moral juvenil. He escuchado tanta música, que siento que una adolescente poniendo electrónica y distorcionando su voz con un aparato hasta hacerla parecer masculina, no es tan deslumbrante como para evitar huir del lugar a los cinco minutos. Esa joven cantando en la tienda, podría cambiar su voz también en Tokio o en Berlín y nadie notaría la diferencia.
No me visto bien ni hablo cosas cuerdas para el grupo etario femenino que podría requerir mis servicios sentimentales. Síndrome Knausgard: necesitaría a lo menos 38 páginas para explicar mis intenciones sentimentales.
Antes, en treinta y ocho páginas Shakespeare ya bosquejaba todos los sentimientos humanos. Hoy todo el mundo es igual. Todas las familias son locas, todas las intimidades, desde Noruega a Pudahuel, son literarias.
Necesitamos a lo menos, treinta y ocho páginas para contar la exultante banalidad de un cumpleaños infantil, y otras treinta y ocho páginas más, para explicar la ligazón del uso de una zapatilla con el debacle sentimental de su usuario....





"Si un hombre se enamora de alguna hermosa, de un cuerpo de mujer o hasta solo de una parte del cuerpo de la mujer (un lujurioso me comprendería), es capaz de dar por ella sus propios hijos, de vender a padre y madre, a Rusia y a la patria; aun siendo honrado, robará; aun siendo un hombre manso, degollará; aun siendo fiel, traicionará..."
(Fiódor Dostoyevski. "Los hermanos Karamázov")






En Chile hay una famosa viña llamada Casillero del Diablo. Hacen tour gastronómicos. Lo primero que cuentan en ellos, es que el nombre de la viña se debe a que el patrón de esta inventó una leyenda: El diablo rondaba en las bodegas asechando a cualquiera que se inmiscuyera allí . El objetivo de esta historia era ahuyentar a los trabajadores de ese lugar y así evitar que le robasen el vino.
Ocurre lo mismo con el trabajo, se creó una leyenda de dignidad en torno a él, con ciertos objetivos estratégicos, objetivos religiosos pero principalmente objetivos en torno a los capitales. Los calvinistas fueron ese patrón de la viña y los inventores de ese gran cuento sobre el trabajo y su dignidad, que al contrario del cuento del vino, goza de excelente salud hasta nuestros días. Los profesores de historia están tan ocupados en amar su trabajo, que no tienen tiempo en aclarar nunca estos mitos...






Stendhal en su diario: "No escribo hace ocho días, porque el escribir disminuye la felicidad..." ¿pero no escribir la aumenta?
No he estado hace por lo menos cinco años ni siquiera siete días sin escribir. De los días sin escribir no se puede hablar, quizás era feliz, nunca lo sabré. La condena de la felicidad quizás radica en que no se puede fijar. Fotografiar, anotar un día feliz, nunca se me ocurrió, esa falta de ocurrencia por retener esos momentos, me hace pensar que debe ser parecido a estar drogado. Uno es inimputable...y claro eso es exactamente, la felicidad no es ningún proceso, no requiere argumentos, defensas ni procesamientos. Es el momento donde la culpa, esa extraña compañera histórica, se suspende.
Y por esto sé , estoy seguro, que ser feliz es algo que no llegará mientras uno la esté esperando sólo con la intención de registrar el momento, para cazarla, estudiarla o escribirla, tal como el biólogo que con su diseño genético hace realidad su sueño cinematográfico de resucitar dinosaurios, pero al final estos se convierten en monstruos que terminan asesinándolo. Así sé que la felicidad no llegará porque simplemente no sé vivir ya los sentimientos sin estar atento, a su vez, de registrarlos.
Mas adelante Stendhal dice: "Por otra parte Bene dicendi sapere est fons. Este latín debe querer decir que para escribir bien hay que comenzar por saber mucho" Justamente esto es lo definitivo. Empezamos a conocer, a saber, enemigos palpables de la felicidad. Cuando me di cuenta que estaba sabiendo muchas cosas, me resigné a no sentirlas, y hoy cuando nuevamente quiero sentirlas ya es tarde. La felicidad sabe que sólo quiere ser conocida, no vivida. Entonces no volverá de otra forma que monstruosa...
En este sentido tiene razón Stendhal. El escribir disminuye la felicidad.
Delacroix escribe en su diario: "Todos los días que no se han anotado equivalen a días que no han sido". La felicidad es ese extraño periodo que "no ha sido" y por eso mismo es tan importante. Quizás sea lo único real.





Truman Capote en una entrevista contesta: "soy un genio". Trato de entender esa autocalificacion del escritor y de tantos ¿que quiere decir hoy calificarse como un genio?
Pensarse como genio es pensarse como un noble, es separarse de la masa, pero no por la sangre, sino por los genes que serían la sangre del genio. Pero los nobles , los "nobilitas", que etimológicamente respondían simplemente al concepto de los "conocidos" del pueblo, reconocían toda una genealogía, sus leyendas y escudos, eran parte de una rama de un gran y sólido árbol que no se mezclaba con el bajo pueblo. En el caso del genio es distinto, paradójicamente los genes no responden a una genealogía ni a un cuerpo articulado, en el sentido que un genio puede haber nacido de una familia de idiotas o inmerso en el pueblo. El genio proviene del azar, es un noble al azar, y eso le da más sustancia aún al asunto. El genio es un cometa, independiente y fácilmente identificable, que cruza el espacio con cierta suficiencia.
No creo en esa figura del genio, aunque exista, para mí es ridícula. Todo lo que le pido a los hombres y mujeres , es eso que los moralistas franceses llamaban "carácter". El genio genético es inútil, y a veces contraproducente, para engendrar un gran carácter...
El genio como jugada de dados, sin ninguna cuna ni sentido de la herencia, sólo sirve para eso, jugar y jugarse ante la sociedad. El carácter es mundo, desicivo, poco azaroso, fuerte...Capote en vez de decir soy un genio, debió decir soy un gran carácter, el asunto hubiese perdido su tono circense y ganado en dignidad...No sé de que podría servir ser un "genio", porque está claro que en la actualidad la humanidad no necesita más faros sino más payasos, que entretengan la eterna e inevitable deriva..




"Me aburren las mujeres que nos aman. Las mujeres que nos odian son mucho más interesantes..." (Oscar Wilde. "El retrato de Dorian Gray")




Por la mañana conversación con los adictos a la pasta, son como esos personajes salidos del corazón de las tinieblas de Joseph Conrad. ¿Qué esperanza puedo brindarles yo? Quizás ellos tengan más. Se ven decididos, serios, incluso, aunque parezca extraño, lúcidos con la misión que se han impuesto, por ejemplo conseguir fuego, misiones así pequeñas, inmediatas, que demandan decisiones claras. A veces los veo como esclavos, las más como seres antiguos, primitivos adictos que han cruzado el límite ceremonial de la alucinación. Abusan de su anonimato, porque se sienten cómodos en el. ¿Quién no? No poseen identidad, por una extraña inercia orgánica no se enferman, quizás por mantener su enfermedad en perfecta salud. No poseen en absoluto la mas mínima porción de esa proyección abstracta y llena de deseo que llamamos futuro.
Curiosamente no me separan muchas cosas de ellos, a no ser su sumisión irrevocable a la zona eléctrica de sus cuerpos, que es la que les envía todas las órdenes a su carácter.Yo recibo quizás otras órdenes, de otras zonas neuronales, pero órdenes al fin y al cabo. Yonki de corazón , Yonki de Pulmón, Yonki de escritura.
Los demás, los sociales, al pasar a su trabajo, hacen como que no existen, les temen o los ignoran, ejercen ese poder burocrático de quien se cree sano y capacitado para entrar con vítores a cualquier porvenir. Los solucionados, los consolidados, los engranajes mas aceitados de la sociedad, prosiguen su marcha con el poder lubricante de su maquinal aceite, que hace que todo ruede, todo prosiga y se reproduzca...
Conrad escribe en El corazón de las tinieblas , casi como si estuviese pensando en los adictos de mi barrio:
“Una salud triunfante en medio de la derrota general de los organismos constituye por sí misma una especie de poder...”




Me gusta cuando llueve salir al centro de la ciudad a hacer fotografías, mas aún cuando llueve, porque el paraguas me estorba en la mano izquierda cuando disparo con la derecha. En el fondo me gusta esa sensación.
En la micro intercalo una mirada por la ventana con otra al libro de Chejov que voy leyendo (Este anota cuatro tipos de temperamentos según la ciencia: El sanguíneo, el colérico, el flemático y el melancólico, pertenezco sin duda a los primeros). Que fácil es ser feliz sin esperar algo de otro, excepto el paisaje y un médico- escritor ruso que ya ha muerto (también humorista).
Antes cuando muy joven, salía a hacer fotos los días de lluvia sin siquiera saber el resultado de estas, que sólo se revelarían semanas después. Toda esa extraña época cuando el mundo no era como el de hoy, nada se anunciaba. El mundo no era como este gran citófono actual, cómplice automático de todo, con el que el amante anuncia a la encargada del motel que ha terminado de hacer el amor y quiere retirarse.
Las fotos tenían un periodo de "latencia", misterioso y oscuro, la vida también. Uno fotografiaba algo y la imagen descansaba dentro de la cámara analógica, hermética y desconocida, uno se acostaba sin saber lo que había fotografiado, igual que cuando conocía a una niña, uno volvía después de besarla y no sabía mas de ella quizás por semanas, no tenía como enterarse de nada acerca de ella, todo esto sin preocuparse . Perdimos esos periodos de latencia y jamás los volveremos a recuperar.
Entro a la feria del libro, me encuentro con un lanzamiento que reune a viejos marinos con sus risas y perfiles británicos, me abro paso rápidamente mientras ellos dialogan incesantemente cosas que no me molesto en escuchar (los imagino trotamundos, caminando por las calles de Amsterdam, las mismas que recorrieron en el siglo XVII Spinoza, Descartes, Rembrandt, Vermeer pero sin saberlo) , en el local hay un piano real pero curiosamente han decidido que suene un piano por los parlantes. Hojeo los diarios de Teresa Wilms Montt pero me aburren sus continuas quejas, con las de uno debería bastar. Tan bonita y tan infeliz, si hasta que le piquen los zancudos le provoca una crisis existencial (como corroboré en la entrada del 16 de enero de 1916)
Vuelvo a casa y me doy cuenta de que no he hecho ninguna foto y que olvidé el paraguas en la micro (cosa que me irritó mucho, ya que me había concentrado en no hacerlo)
Me quedo sin fotos, sin paraguas y sin ese hermoso periodo de latencia que escondía lo mejor de la vida.
Anoté una frase de Goethe a punta de lápiz en la librería, y que consuela un poco el no haber fotografiado nada hoy:
"La migaja de alegría que los griegos han traído al mundo, se evapora por completo antes las tristes imágenes añadidas..."



"Sólo hay dos temas para un escritor: el descenso al mundo de los muertos y el regreso al hogar..." (Sándor Márai)



Decirle a una mujer que quizás quiera conocerme, que no hago nada y que probablemente siga en ese proyecto toda mi vida, es como lanzar un escupitajo en la cena la primera cita a los cinco minutos. Se han empecinado ellas (y lo recalcan con vehemencia) que detestan la mentira. Pues bien hay que ser fiel a eso.
Cualquier conversación se condimenta bien con un buen proyecto lanzado de entremés . Proyecto de irse a Escocia, de postular a un fondo estatal, de iniciar un negocio, incluso de plantar papas en una isla del sur.
Ya no puedo, aunque lo intente, decir otra verdad, no hago nada y probablemente seguiré así por mucho tiempo.Aunque ese "hacer nada" vaya entre comillas, pero en una conversación estas no se ven y da pereza ya explicarlas..Esa energía de no hacer nada es nuclear, pero esto ya corresponde al ámbito de la ciencia ficción.
“No hay nada menos erótico que una conversación sobre el futuro” escribe Kierkegaard, intentando dar pautas sobre seducción. Se equivoca para nuestros tiempos, donde lamentablemente lo único erótico que queda es el futuro...
"No hay nada menos erótico que una conversación sobre hacer nada", habría que actualizar al filósofo...



Hay algo de ejecutivo y empresarial en los pequeños triunfos de los escritores, mucho trabajo de lobby, camaradería, autopromoción, vida social, tolerancia infinita a la adulación ajena que intelectualmente nunca es muy elaborada. En el fondo un "trabajo" igual de repudiable que todos los demás...
La literatura que no trabaja. Eso busco ¿Existe? Sí, probablemente oculta en unas nuevas cuevas de Altamira...Huellas de manos desesperadas que sólo quieren cazar para comer, y sin embargo, quieren también estampar esa hambre con cierta belleza ....
¡Cuánto habrán sufrido los rusos y eslavos con esto, diseñados exclusivamente para la espiritualidad y no el cotilleo empresarial! Por esto Wysława Szymborska escribe:
"La literatura se rige por una lucha de talentos desalmada y darwinista; sé que ganan los más fuertes..."




Me he entregado toda mi vida con pasión a mi único objetivo, tener ocio. En una clase social baja este proyecto es peor que el suicidio, tanto como elegir la soltería en una tribu primitiva en camino a extinguirse.
Desde muy pequeño, por ejemplo, todo gesto de acción me pareció muy ridículo. Siempre pensé que el que quería ganar el primer puesto del curso, nos quería jugar una broma con su neurótico entusiasmo por obtenerlo . Pero no era una broma, era y sería así toda la vida.
Sólo he sido cuando me he entregado a la contemplación noble del ocio, y he dejado de ser cuando me he alquilado como una más de las numerosas máquinas corporales del mundo...




Dora Diamant sobre Franz Kafka: "Forjamos muchos planes. Pensamos en una ocasión en abrir un pequeño local, en el que él mismo quería trabajar como camarero. De ese modo habría podido observarlo todo sin ser visto. Habría estado en medio de los acontecimientos de la vida cotidiana. En el fondo, eso es lo que hacía, aunque a su manera."
Nietzsche: "Alcanzar a tiempo un objetivo externo, un pequeño empleo que lo sustente a uno. Vivir de manera que un vuelco de todas las cosas no pueda perturbarnos mucho."
Qué insignificantes era la vida externa, los trabajos y otras distracciones para estos grandes espíritus. Todo iba orientado en torno a lo fundamental. Un pequeño empleo, un camarero, son perfectos reductos para ocultar un pensamiento gigante... Un gran empleo, una vida externa consolidada, está impedida de ocultar nada...
Hay algo que no hay que perturbar, que hay que proteger del ruido tosco y la ganancia del mundo...
El fácil así descubrir un espíritu profundo, sumido en su nulidad social y económica, está destinado a proteger en silencio algo sagrado. Es una especie de templario de si mismo, con la insignificancia social como escudo...El pequeño empleo externo que protege el gran reinado interno..



"El amor consiste casi siempre en conversar..." (Honoré de Balzac. "Fisiología del matrimonio")



Rousseau tuvo una lavandera de amante, Thérése Levasseur desde los 23 años, que se quedaría con él 33 años y con la que acabaría casándose, de esta dijo "No he sentido nunca ni una chispa de cariño por ella". El primer hijo que tuvo con Thérése, lo envió envuelto en un paquete a un orfanato.
En sus Confesiones escribió: "Dejaría esta vida con aprehensión si llegara a conocer un hombre mejor que yo, con un corazón más amoroso, más tierno, más sensible..."
Tolstoi tuvo un hijo con una mujer casada, Askinia, a ella la empleó de sirvienta y al hijo bastardo de ambos lo hizo cochero de uno de sus hijos legítimos.
En sus diarios escribió: "No he conocido ningún hombre tan bueno como yo. No recuerdo haber actuado una sola vez mal en mi vida. Y, sin embargo, nadie me quiere. Es incomprensible..."
Admiro demasiado a los escritores...



Una vez en una inolvidable conversación en una librería de Viña, un viejito me dijo que si se leía con cuidado, en La Odisea se podían encontrar todas las enseñanzas de la vida.
Recuerdo el fascinante episodio cuando Ulises tapa los oídos de sus marinos y el mismo pide ser atado al mástil para evitar el peligroso canto de las sirenas.
¿Porqué no se tapó él también los oídos y decidió escuchar?
La explicación práctica dice que los marinos debían seguir remando. Pero uno puede adentrarse en muchas interpretaciones más. Es distinto no escucharlos y seguir, a decidir escucharlas y padecer voluntariamente la seducción. ¿Cuales son los cantos de sirena hoy en día ? ¿Quién rema y los ignora?¿quien los escucha atado al mástil ?
Pascal Quignard dice que cuando desataron a Ulises del mástil, fue la primera vez que los griegos usaron la palabra "análisis", y lo quisieron describir como un desate...(Para Kafka las sirenas no cantaron, pensando que su silencio era aún más terrible para el héroe, este entre el éxtasis se engaña, toma el silencio por canto)
Los remeros no necesitaron de "análisis", pues no iban amarrados sino sordos...
El viejo Ulises de Viña del Mar tenía razón, para escuchar las enseñanzas de la vida y las amenazas de su canto, hay que ir siempre en un mástil y no en la sordera práctica del remero...




“De arriba abajo, de acá para allá, vueltas y vueltas: éste es el ritmo del universo, monótono y carente de sentido. Cualquier hombre de inteligencia media que haya llegado a la edad de cuarenta años habrá experimentado todo lo que ha sido, lo que es y lo que está por venir...” (Marco Aurelio. "Meditaciones" 170-180 d.C)




No deja de producirme cierta ternura, por no decir ridiculez, que quizás, sólo quizás, deje algun tipo de huella en el mundo, gracias a la inmadurez, ¿Cuál es esta?, el deseo de no hacer otra cosa en la vida que escribir. Cultivar esa inmadurez . No dejar que se diluya en el frío de los proyectos adultos.
No conozco a mis antepasados más allá de dos generaciones, las familias que no son nobles , las campesinas, bien poco tienen que atesorar, su fuerza es comunitaria y es dificil indagar en nuestro linaje sin llegar a algún agricultor oscuro del sur, del cual no sabemos más que su nombre y que no sabía escribir. Cuantos deseos surgen de saber de esas gentes perdidas en el tiempo, deseos de que cada familia tenga un historiador y un escriba para señalar las rutas de su pasado y tradición. El futuro sólo requiere de un trabajo menos artesanal y bondadoso, el futuro sólo necesita ingeniería y no huellas.
Pero volviendo a la inmadurez de mi huella, no espero que esta se apoye en el talento sino en la resignación. La misma resignación histórica de esos dinosaurios que dejaron sus huellas en el barro petrificado hace millones de años. Han hablado al universo sin quererlo, sólo por el empecinado paso de su marcha. Yo sólo quiero ser como ese dinosaurio, si no tengo el talento necesario habrá alguien en el futuro que lo tenga y de la planta de mi pie que otorgo con la simpleza de mi marcha, reconstruya a un hombre completo...
¿Que nos hace mantenernos niños en marcha?, ¿Por qué qué convertir la materia orgánica del barro en la resistencia de la piedra que graba el vacío del ser ausente?
Por que somos el animal inexistente que sin embargo grita...




Vivo una vida de dueña de casa , como la que eligió y disfrutó Lennon cuando nació su hijo Sean. No entiendo por qué las mujeres han luchado por emanciparse de un lugar tan lleno de cultura auténtica y la han reemplazado por el insípido reino masculino: La empresa, el biombo de la oficina, la escalera de la productividad, la competencia financiera, el narcisismo esquizofrénico del bar...Independencia le llaman y se proletarizan...



Me pasan muy pocas cosas, viviendo casi en el grado cero. Ya me pasaron las suficientes para que este "grado cero" me inquiete. Creo firmemente en este estado como el ideal para el que escribe. Pero uno no es un ser que escribe las 24 horas del día. Quizás sí...Si no, no soportaría este grado cero y entibiaría un poco más la vida como lo hacen los demás, trabajando, estudiando , inscribiéndose en un taller de manualidades, luchando por alguna condecoración, formando una familia por inercia, soñando un porvenir. Entre menos me pasan cosas observo con más claridad lo que les pasa a los otros. ¿Y que les pasa a los otros?
Han ido complejizando sus trucos para evadir el pensamiento de que van a morir...




Escribe Tolstoi en sus diarios: "En Estados Unidos las ejecuciones se hacen sin público y sin dolor (con electricidad). Si no es para la intimidación ni para el sufrimiento, entonces, ¿para qué es? Para excluir de la vida. Pero, ¿quién ha tomado a su cargo la decisión de quién puede ser excluido de la vida? Voy a desayunar…"
Ese "voy a desayunar" es fascinante. Muy similar al "por la tarde fui a nadar"de Kafka. Seres atrapados de por vida en la reflexión metafisica, de pronto tienen que despertar un minuto al quehacer tribial del mundo, para luego sumergirse nueva e incesantemente a la reflexión. ¡Que vida más terrible!
Recuerdo cuando el reflexionar era un don de la niñez, del cual profesores y parientes se enorgullecian, y ahora que ya sabemos con creces que es la peor maldición que puede padecer un ser humano, sólo deseamos la piscina, el desayuno. Pero ya es tarde, nos hemos arruinado por completo...





"Siempre he vivido como un transeúnte, con la voluptuosidad de no poseer; nunca hubo objeto alguno que fuera mío y me horroriza lo mío. Me estremezco de horror cuando oigo a alguien decir mi mujer. Soy metafísicamente soltero..."
(E.M. Cioran, Cuadernos,1957-1972)





Goethe en conversaciones con Eckermann:
"Siempre se habla mucho de aristocracia y democracia, cuando en realidad el asunto consiste simplemente en lo siguiente: en nuestra juventud, cuando aún no poseemos nada o bien no sabemos valorar las posesiones en su justa medida, somos demócratas. Pero si en el transcurso de una larga vida conseguimos reunir cierto patrimonio, no sólo querremos saberlo seguro, sino que también pretenderemos que nuestros hijos y nietos puedan disfrutartranquilamente de lo adquirido. Por eso en la vejez todos somos aristócratas sin excepción, por mucho que en nuestra juventud hayamos sentido cierta simpatía por otras tendencias."
¡Qué idiota es esta opinión de Goethe!. Me da mucha esperanza, por decirlo de una forma simple , que las luces de la humanidad como él, digan semejantes idioteces, porque descomprime al espíritu. Y en ese sentido la idiotez es democrática e inclusiva. Nadie está inmune a ella. Que asocie la aristocracia a una simple preocupación patrimonial que se guía por las hormonas, es francamente ridículo. El cuidado y administración de una hacienda o herencia es sólo un simple y neurótico terror de cualquier burgués medio. ¿Qué tiene que ver con eso que los griegos llamaban "aristoi"?
Goethe quería administrar todo, hasta su inmortalidad, por eso Stefan Zweig lo ubica como la antítesis vital de Holderlin, Kleist y Nietzsche. Me imagino a estos hablando de la administración de su patrimonio. Lo único que podemos heredarle al mundo es nuestra locura. Sin embargo, la mayoría de la humanidad occidental piensa como Goethe, que lo mejor (aristoi), está allí, en ese tumor informe que vamos acumulando por la vida y que llamamos "propiedad", y que es tan fuerte y grande que lo proyectamos sano y salvo en una especie de "más allá jurídico", reunido y gozado por toda nuestra casta..


"Sólo hay una pregunta que realmente merece pensarse y esa pregunta es: ¿cuál es la vida auténtica?..." escribe Robert Musil en "El hombre sin atributos". El hombre contemporáneo responderá de inmediato, "es fácil, la que elija cualquiera". Es decir, si un hombre se quiere bañar en champaña en su yate, entonces esa será la mejor vida. Pero no olvidemos que la pregunta no apunta al champaña, es decir no abarca al apelativo de buena y mala, tan inmune a la posmodernidad . La pregunta apunta a un término mas complejo , no tan inmune a la idiotez, Musil dice vida "auténtica ". La labor del humanismo, quizás su labor principal, es no dispersar esa pregunta. No enviarla a yates ni a fábricas , ni a orgías ni a conventos, ni siquiera responderla, quizás su labor sea simplemente conservar esa pregunta siempre viva y con salud...
¿Cual es la vida auténtica? ¿Hay una o millones?
La vida auténtica es la que vive en esa pregunta como en su principal reino....



Hoy esos días que sueño con que voy a Italia, un sueño siempre muy parecido. Sé que una vez allí, me enfermaría de tanta belleza. Siempre leo con envidia los paseos de escritores por Italia: Goethe, Stendhal, Handke, sumado a ayer un programa de TV mostrando la plaza del Campidoglio, todo el genio de Miguel Ángel volcado en la calle, libre y gratuito para todos, la gente caminando indolente por arriba del cenit del espíritu humano...Así el inconsciente se entusiasma.
Pero ¿Porqué no contentarse sólo con la lluvia en cualquier parte del mundo? ¿o caminar por calles sin genialidad, por los adoquines puestos a la rápida, alejados de la proporción perfecta?
Los pueblos alejados de la historia y sus paisajes, quizás puedan caminar mas ligero. Pienso esto y marcho a comprar el pan...



Que sensación de alivio se siente cuando una persona se libra de su Iglesia e intenta caminar por el terreno de la autonomía intelectual. Pero al salir a la calle de inmediato asalta la duda. El otro día en Lastarria, veo todo tipo de estructuras éticas en forma de panfletos, carteles, sermones , ya sea con la condición sexual, con la vida de los animales, con la militancia de izquierda, con el trato a las mujeres, etc. Por todos lados está escrito por estos jóvenes lo correcto, lo que se debe hacer o decir, y señalado explícitamente el castigo social por transgredir cualquier norma que amenace a su grupo político, minoría o especie animal, entre otras excentricidades de la ética juvenil. Salimos de una iglesia antigua para meternos en otra, una nueva, con su correspondiente y juvenil inquisición...
Increíblemente esto lo había profetizado Baudelaire, el gran observador de la calle, ya en el siglo XIX. En sus diarios escribe:
"¿Quién no es un sacerdote en estos días? La juventud misma es un sacerdocio —a juzgar por lo que dicen los jóvenes..."


Es Chejov, que cuando Gorki le escribe con pasión sobre la política , la pobreza y la revolución, no sabe responderle otra cosa que literatura, es Kafka saliendo de la oficina e ignorando a los obreros de una fábrica en huelga que estaban a su paso , es Flaubert protestando por la internacional, el socialismo y todo eso que "no deja pensar en el arte" . Es la literatura de la indolencia, que prueba que lo mejor de las letras puede ser peligroso para la sociedad, no tanto por su rebeldia política, cosa inexistente, sino por una rebeldía apática, que no se compromete con nada más que con la literatura misma. Una rebeldía que no se rebela.
Chejov, Kafka, Flaubert como contrapunto de Voltaire, Zola, Sartre que tanto bien social hicieron a las gentes de su época.
Chejov, Kafka, Flaubert los grandes desesperanzadores. No vinieron para hacer el bien ni nadie se los pidió. ¿Entonces a que vinieron? El gran misterio humano. Hay gente que no viene a hacer el bien y sin embargo son buenos...



Chejov: "Las mujeres no comparten las alegrías de los hombres"
Y parece cierto, en mis averiguaciones muchas mujeres declaman sin complejos su felicidad. "Soy muy feliz" se repite con sinceridad en muchas descripciones de ellas, como lo fundamental. No sé si el hombre entiende muy bien la palabra felicidad, más bien necesitan la "grandeza". Camus dice una frase curiosa al respecto: "Las mujeres no tienen la obligación de la grandeza". Por lo demás obligación repugnante.
Dos seres que no comparten jamás sus alegrías se buscan incesantemente sin conseguirlo. Ser feliz o ser grande. ¿Puede existir amor entre dos alegrías distintas? Evidentemente no...



En las casas pobres, el que lee da un aspecto de flojo. Me crié sin biblioteca y siempre me escondí para leer. Los libros son portales a los países de la holgazanería.
Leer deriva su etimología del "legere", escoger, de ahí también "legión" en el sentido de "los escogidos". En las casas pobres no hay escogidos.
Una vez visité una casa de gente de dinero, donde tras el almuerzo leían el padre, la madre y sus hijos. Me pareció repulsivo...



Los únicos pensamientos originales de los modernos, según Simon Weil, son sobre la espiritualidad del trabajo, en Rousseau, Tolstoi , Proudhon, Marx, Sand, etc., los demás todos son herencia de los griegos.
La biblia frente al trabajo, lo describe como un castigo sobre el pecado original , "te ganarás el pan con el sudor de tu frente", luego como que lo acepta y se resigna, "el que no trabaje que no coma". Todo al final en relación con la comida. Por último Jesús y sus discípulos, todos cesantes, pero comían bien.
Los calvinistas son los que echan definitivamente a andar nuestro mito moderno. El dilema: no se trata específicamente del amor al trabajo sino de mantener la mente ocupada, de alejar pensamientos deshonrosos. El éxito en la empresa económica no sólo ayuda a determinar que tenemos el favor de dios, también impide que pensemos, que nos divirtamos.
El silencio filosófico de los griegos frente al trabajo era simplemente porque lo consideraban un insulto.
Sólo un libro que se rebele frente al trabajo para mí sería sagrado. Intentar vivir lo menos posible en ese insulto...


Revolucionario de Iphone, seductor de sofá , "lazy single", y todas esas peyorativas etiquetas que denuncian al individuo que agita desde la inmovilización. Todas lanzadas como un insulto. A mí me fascinan. Me gustaría, si de mí dependiera, insidir en el mundo a través de un joystick...Cada vez veo lo que escribo menos como literatura y mucho más como un videojuego...


No fue un buen día porque no hice nada de valor, es decir no salí de mí mismo. Para compensarlo, ahora muy tarde, veo un documental de Nina Simone que sé que lo arreglará todo. Escucharla cantar, escuchar lo que dice en sus entrevistas, como de pronto se levanta del piano, camina unos pasos y mira al público fijamente, todo es fascinante . Ver a Nina Simone es como ir a una iglesia, a una buena iglesia .
Le preguntan sobre que es la libertad, ella contesta, vivir sin miedo, y que daría mucho por vivir siquiera una pequeña parte de su vida así. A eso me refiero con que Nina Simone podría ser una iglesia. La iglesia de Nina Simone y todas las iglesias de esos santos del soul, que nos ayudan a salir de nosotros mismos, nos ayudan a no tener miedo....



"Carezco de vigor para integrarme al cuerpo social", escribe alguien desconocido en su tumblr. Por la mañana leo algunas páginas de "Senectud" de Italo Svevo. Cada vez me interesan más los viejos. Hubo periodos de la historia donde, por asuntos demográficos o antropológicos, se les veneró, o casi no existieron o se les ignoró, como en el actual mundo occidental. Al contrario de los jóvenes que son pura empresa (me acuerdo siempre de una chistosa frase de Beigbeder "me aburre el entusiasmo de los jóvenes" a mí también y por eso cada vez más los evito), los viejos son absoluto misterio, tienen la desidia del poeta y la melancolía del héroe. Todos por destino estamos a un paso de la muerte, hasta los niños , pero no todos estamos en profunda conciencia de la muerte. Y en el viejo no se ve la conciencia improvisada del joven enfermo que se llena de neurosis, sino una conciencia impávida, sistemática ante la muerte. Los viejos, si es que tienen dioses, ya no los miran con temor, ni los miran por encima de los hombros. Recuerdo una de las bellas y extrañas imágenes de la biblia, Abraham ya no era en su vejez súbdito de dios sino "amigo", la autoridad ahí parece suspenderse, o en último caso volverse irrelevante. Un dios sin autoridad. Un mundo sin autor. Lleno de amigos invisibles, eso es la vejez.
Dios no existe, es un grito propio de la débil rebeldía adolescente. Un dios "simplemente" es, un dios no "funciona" y esa rebeldía profunda sólo la descubre un viejo. No ver función en los dioses es ya no esperar ningún rescate. La edad profunda, la edad abandonada.
Los antiguos se dividen, algunos elogian la vejez, como Cicerón o Séneca, otros la deploran como Juvenal y Mimnermo de Colofón, esto al parecer guarda relación de como nos relacionamos con el mundo, de cuanto lo necesitamos o de como dejamos de necesitarlo, tratando a la dignidad como algo meramente mental, ya que el cuerpo ya no puede brindarla.
Kafka nació viejo, como muchos otros. "Carezco de vigor para integrarme al cuerpo social" parece una frase suya, y de todos los jóvenes-viejos sin ninguna empresa mundana solvente. Una de las grandes revelaciones de estos hombres, los jóvenes-viejos , es simplemente haberse dado cuenta muy pronto que no pueden ganarse la vida, solo observar como pasa...Quizás "literatura juvenil" sea un oximoron, un exceso de confianza, un malentendido. Todos los escritores en su esencia serían seniles...Viven en un mundo donde todo puede existir, incluso dios, pero nada funciona...



Una de las cosas mas fascinantes es darse cuenta como los escritores y su literatura, están conectados con sentimientos íntimos que nosotros por el hecho de sentirlos nuestros (principalmente en la niñez), los creíamos exclusivos. Pero luego leemos que ellos, igual que nosotros, ya los habían sentido antes en sus textos...
Nombraré dos.
De niño cuando llovía y hacía frío y yo estaba acostado muy arropado con una manta, deseaba que lloviera más fuerte, por que así el calor de mi cama se disfrutaba aún mas. Deseaba a veces que viniera un diluvio para amar más mi intimidad, mi arca. Esa sensación no tenía nombre, y por no ser bautizada aún con un concepto, más placer me producía. Ya adulto descubrí que esto ya lo había escrito siglos antes Baudelaire, que se inspira a su vez en De Quincey:
"El pide anualmente al cielo tanta nieve, granizo y heladas cuantas puede contener. Necesita un invierno canadiense, un invierno ruso ... con ello su nido será más cálido, más dulce, más amado..." (Baudelaire. Los paraísos artificiales)
El segundo caso , los perros en la noche de mi barrio, también en la niñez. Sus aullidos y ladridos hacían que me desvelara y pensara en todas las cosas mas oscuras que a una metafisica infantil puede ocurrírsele: el mal, dios , la muerte. Esos perros no dormían y no me dejaban tampoco dormir a mí , gracias a ellos me sumía en pensamientos oscuros sobre la existencia, que hacían al otro día parecer a las lecciones del colegio como palabras huecas e insignificantes. Hasta el día de hoy escucho (trasnochado y triste) a esos perros.
Esto ya lo había escrito Albert Camus hace décadas en sus carnets.
"En las noches de Argelia, los aullidos de los perros repercuten en espacios diez veces más vastos que los de Europa. Se adornan así con una nostalgia desconocida en estos estrechos países. Son un lenguaje que hoy yo sólo puedo oír en mi recuerdo..."
La lluvia con frío, el aullido de los perros. Me doy cuenta así que el escritor no trabaja para su presente, su misión es aún más delicada. Su trabajo lo requiere muerto. Él trabaja anónimamente para todos los miedos y obsesiones del niño del futuro, el cual nunca conocerá...