Derecha e Izquierda siempre están presente, mientras mas se fundan, mientras los cientistas políticos mas las declaren como términos anacrónicos mas se aferran, se tornan más brillosos. Cuando se dice no tiene sentido hablar en estos términos, es cuando mas lo toma. Tanto el término Derecha como el de Izquierda pierden peso en el escenario social en la justa medida que los reconocemos como términos eminentemente “políticos”, entonces no son las ideologías las que pierden peso sino la política misma a favor de una racionalidad globalizantemente económica.
La forma más fácil de identificarlas, en su peligroso esqueleto, es solamente pronunciarse: Liberal o no. Liberal es un término poco explícito, los mismos liberales han jugado esa ambigüedad. El liberal esta dentro de las mentes mas astutas en cuanto a ingeniería social se refiere, en sus orígenes olía a libertad personal y secularización , desde Hobbes y su Leviatan, hasta hoy , la ingeniosa y retórica columna del hábil Carlos Peña en el Mercurio. Por ejemplo si vemos el perfil de Nicolás Copano en Facebook, notamos con curiosidad que se autodenomina “Liberal”. Es liberal en la misma proporción que ama los servicios y los bienes, el show y el espectáculo. En suma hoy se esta alienado no a una condición obrera sino a una de consumo.
Este fenómeno se explica en que el término mismo es totalizante y seductor, posee la misma razón de libertad, en EE UU tanto los republicanos y los demócratas son liberales. En Chile el liberalismo se asoció en sus orígenes a un partido anticlerical, crítico y racional. ¿Pero que tiene de común con el liberal un sector conservador que toma decisiones arbitrarias y anacrónicas?, una derecha con la que comparte alianza, basada en una moralina barata, sumada a exégesis médicas lamentables del extraño científico de hoy, “el doctor cristiano”. Lo paradójico que el sector mas conservador del país es el mas “liberal” en economía. Y además el más moral. La fórmula no es matemática pero marca tendencia. Cristianismo y Conservadurismo aliado a Liberalismo y racionalismo. Por lo demás es extraño también – para variar -el término conservador. Primero lo asociamos a una clase terrateniente, Católica , moral . Pero cuando mas le exigimos al conservador que conserve, nos defrauda. Hay momentos cuando el conservador burgués en lo último que piensa es conservar, tiene nula conciencia por ejemplo del patrimonio arquitectónico y arqueológico, es en este escenario es que se funde su razón conservadora con la liberal, el liberal no se aferra con entusiasmo a la tradición , es desconfiado , cambiante, racional, cosmopolita, la tradición le incomoda en función de su fe en el progreso, un edificio patrimonial pesa mas por el valor del suelo que por su valor histórico, la racionalidad liberal en el urbanismo es el mas categórico ejemplo de cuando un conservador deja de serlo, se funde en un pacto secreto con su aliado liberal .
Por eso el liberal es liberal a secas, no quiere apartarse de las grandes mentes del siglo XVIII, por eso no acepta el epíteto de Neoliberal, asociado mas una masa sin espíritu, tecnócrata y burguesa.
La complejidad del término liberal es que es polisémico, bien lo saben los mismos liberales, uno puede sentirse un liberal social, creer en los derechos ciudadanos y la democracia a la vieja usanza republicana. Tiempo atrás me llamo la atención la gran guerra a los cuicos que promocionaba Dióscoro Rojas el guaripola guachaca, el que se autodefinía un defensor republicano. ¿ Se puede luchar contra los cuicos y seguir siendo republicano?, sí, pero de una sola forma, “guachacamente”.
El término es escurridizo, en efecto, si tanto como se liga al ámbito de las libertades individuales también se liga al ámbito económico y aquí es donde los autodenominados liberales tienen que reconocer en que fonda están bailando.
La libertad es el mas grande bien transado en el mercado internacional, la institucionalidad de los países con una economía de libre mercado, cualquier gesto totalizador de estos con tendencias progresistas caen pesado, ridículos y arbitrarios. Chávez como también Fidel en su tiempo, son el blanco de los medios de comunicación horrorizados con el barbarismo, con la totalización.
Este axioma es muy antiguo, a los grandes comerciantes siempre le intereso la paz, la institucionalidad, las buenas relaciones. Las multinacionales hoy navegan por el mundo casi intocables, el Estado frente a ellas se muestra débil y ridículo, (un economista honesto tendría que reconocerlo) y para el pensamiento liberal el Estado tiene que limitarse aún más, ahí esta su poética. El egoísmo provoca un extraño bien común, la “mano invisible” de Adam Smith (que parece mas una sentencia religiosa que científica) este es el gran axioma del sistema.
¿Que desea el liberal?, el liberal quiere mantener su ideología en un ámbito netamente social y político, esta drogado de libertad, de bien, de derechos individuales, de racionalidad.
Los neoliberales norteamericanos sumaron otra estrella a su ideología (quizás la mas fuerte a la hora de elección) su cristianismo protestante, Max Weber concluyo que el Capitalismo no podría haberse consolidado simplemente con una racionalidad, necesitaba un espíritu, el Calvinismo fue propicio para su desarrollo, su determinismo y su no aversión a un comodidad económica terrenal propiciaron la expansión.
Entonces : ¿Como se puede definir alguien que deteste lo liberal? El asunto es complejo. En el siglo XIX la mayoría de los románticos detestaban a la incipiente clase burguesa de su época, Baudelaire renegaba de su tiempo tanto como Gobineau, lo obtuso del espíritu burgués chocaba con sus sensibilidades de arte aristocrático, ¿pero que proponían? , extraño dilema. Marx fue la solución, mejor Engels y anteriormente las raíces filosóficas que había sentado Feuerbach. La defensa mas obvia de los neoliberales, (diferenciándolos de los adictos a la libertad, los liberales), es la Historia, la caída de los socialismos habla por si sola.
Creo que el poder , el gran poder de los liberales es desenmarcarse de los neoliberales , a pesar que en rigor son lo mismo, Son Lutero y el Papa, mientras los liberales están enredados en las libertades humanas , en la política y la sociedad, los neoliberales hacen imperios, los primeros hacen literatura , los segundos capitalismo. Uno es Suetonio, el otro es Augusto. Ambos son inseparables.
Cual podría ser la salida, si es que existe una (otro liberal astuto Francis Fukuyama no nos deja opción en “el fin de la Historia”): repensar la izquierda, la izquierda no debe enamorarse de la “libertad”, (cuando lo hizo como contrapunto moral a las dictaduras fascistas latinoamericanas, termino de sucumbir), repensarla significa subjetivizarla , repensar las categorías de clases , desdogmatizarla, en suma , no debería hacer del “ capital de Marx” una catequesis , debería hacerlo un antiguo testamento, fuerte y sin enamoramientos morales. Dimensionar al enemigo, simplificarlo, reducirlo, o sea no desechar la caballería, ni la infantería, en suma atraer a los liberales sociales que aun están con la resaca de su adicción a la “libertad”.
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