martes, 28 de abril de 2009

Revolución científica e Historia - Parte I


Nicolás Copérnico gran visionario de su época, aún no tropezaba con el método limpio de la ciencia moderna aunque lo auguraba, lo presentía “lo estaba creando”, pero aún no era Galileo, no se sometía al rigor del “experimento”, todavía filosofaba a priori. Encadenado al universo aristotélico, sólo podía rebelarse en su forma , en su estética, concibió al sol como el centro del universo en detrimento del orden religioso establecido .Ya sencillamente Lutero había deducido que la tierra era el centro del universo por el sentido común aferrado a lo teológico, es decir, la firme convicción de que somos criaturas especiales y por ende eso se debe reflejar en nuestra ubicación en el cosmos, como también seguir irrestrictamente las autoridades de la época, Aristóteles y la Biblia , (y esta en Josué 10:13 decía: el sol se detuvo y la luna se paró ), es decir es el sol el que giraba en torno a nosotros, debate concluido. La verdad llena de egocentrismo, propósito y Aristóteles, se decantaba en esta versión indiscutible. Cualquier teoría diferente contradecía las autoridades citadas y había que combatirlas.

Copérnico estableció que el Sol era el que se encontraba en el centro del universo desplazando a la Tierra de su lugar privilegiado ¿Trabajo científico exclusivo o influencia de la filosofía hermética adoradora del Sol? El giro copernicano abolía el orden universal, que era al fin y al cabo el orden teológico, pero aún apegado al pensar puro, creía en las órbitas planetarias como círculos, por que creía en la perfección, en la estética del círculo más que en la evidencia de la ciencia, estaba a mitad de camino. Aristóteles, estética y Dios aún no eran removidos. Copérnico era una bisagra pero no un puntal moderno.

La ciencia nos regala paradojas que nos confunden en vez de aclararnos, por ejemplo las teoría de Copérnico, muy temerosas por el clima represivo de la época de ser publicadas , fueron finalmente impresas en forma de resumen por Rheticus, un profesor de Matemáticas de la universidad de Wittenberg, al darse cuenta de la importancia de las teorías de Copérnico se propuso conseguir su publicación , así es como en 1540 bajo supervisión del mismo Copérnico sale a la luz el opúsculo titulado, “Narratio Prima de Librus Revolutionium Copernicini”.

Al momento previo de su publicación Rheticus tuvo por razones académicas que marcharse de la ciudad encargándole la publicación a Andreas Osiander , un pastor Luterano que añadió por su cuenta un cauteloso prólogo al libro suavizando el gran impacto que de hecho contenían las nuevas teorías para el escenario teológico- filosófico de su época. Este prólogo explicaba que el modelo copernicano no intentaba dar una explicita descripción del universo sino mas bien era una guía práctica (un instrumento matemático) para entender, facilitar y simplificar los cálculos de los movimientos de los planetas. La gran paradoja de la ciencia moderna es que este personaje, el pastor Luterano del prólogo impuesto, Osiander, puede ser visto por nosotros hoy en día en primera instancia como el símbolo de la irracionalidad mas arbitraria, empantanado en la teología universal el censor implícito de los nuevos cambios que traía la revolución científica, el Eclesiastés lamentando el conocimiento (“Donde abunda sabiduría, abundan penas, y quien acumula ciencia, acumula dolor. Eclesiastés 1: 18). En parte esta descripción es verdad, pero si escarbamos un poco más, podemos darnos cuenta que esa acción curiosa de quitarle pretensión universalista a ese sistema y sólo enfocarla un modelo específico de cálculo pragmático fraccionado, es la forma como trabaja el científico moderno. Que paradoja nos entrega ese pastor que no tardamos en repudiar, pero nos damos cuenta que sin querer nos ha mostrado en su prólogo en parte, el desenvolvimiento de la ciencia moderna. El astrofísico John Gribbin explica esta curiosidad en su “Historia de la Ciencia, 1543-2001” así: “Todas las ideas que tenemos actualmente sobre el modo en que funciona el universo se aceptan sencillamente como modelos que se proponen para explicar lo mejor posible las observaciones y los resultados de los experimentos . Hay un aspecto en el que es aceptable considerar a la Tierra como el centro del universo y realizar todas las mediciones en relación con nuestro planeta. Esto funciona bastante bien , por ejemplo, para planificar el vuelo de un cohete que vaya a la Luna . Sin embargo este modelo se vuelve cada vez más complicado a medida que intentemos describir el comportamiento de objetos de sistema solar que estén cada vez más alejados de la Tierra. Cuando se hacen los cálculos para el vuelo de una sonda espacial que se dirija , por ejemplo, hacia Saturno, los científicos de la NASA consideran en efecto que el Sol está en el centro del Universo, aunque sepan que el Sol describe a su vez una orbita en torno al centro de nuestra galaxia , la Vía Láctea. En general los científicos utilizan el modelo más sencillo posible que sea coherente con todos los hechos relativos a un conjunto determinado de circunstancias, y no todos utilizan siempre el mismo modelo. Decir que el Sol esta en el centro del universo es sólo un modelo que facilita los cálculos en los que intervienen las órbitas de los planetas, es algo con lo que cualquier científico planetario estaría de acuerdo actualmente”.


¿Se puede hoy en día aspirar a una verdad cósmica, última desde un bombardeo de modelos?


Con Galileo asistimos a la consagración del científico moderno, vemos en él lo que otros no han logrado metódicamente, se empecina en comprobar experimentalmente sus hipótesis, la ciencia no trabaja ya exclusivamente del filosofar a priori sino que establece relaciones empíricas, considerando incluso que el experimento como tal carecerá de una exactitud en el sentido general, el experimento siempre se vera afectado por restricciones, aún así los razonamientos deben comprobarse tomando en cuenta esas restricciones. La perfección y el equilibrio “formal” que el ordenamiento del cosmos ven los Aristotélicos, Galileo lo refuta con hechos, la ciencia avanza mientras la tecnología se lo va permitiendo, por eso el telescopio gran aliado de la revolución “empírica” científica, acompañó eficientemente los nuevos paradigmas, se podía “ver” que el sol formalmente contenía manchas, y no poseía, como se creía anteriormente, que tenía una inmaculada y lisa superficie al igual que la Luna y sus ahora sorprendentes -y novedosos a la observación telescópica- conjuntos de cráteres. Los sentidos ganaban una pequeña batalla en torno al método. A pesar de la luna de miel de los sentidos Galileo aún planificaba su teoría en un orden ideal, el universo se expresa en palabras del propio Galileo “en el lenguaje de las matemáticas”.

Cuando Galileo hace rodar unas bolas sobre un plano inclinado y dejando que después subieran por otro plano no importando la inclinación de este último, constató que la altura de origen en el primer plano debería ser la misma a la que llegaría en el segundo plano no importando la pendiente de este último. Y si este segundo plano fuese horizontal, la bola rodaría eternamente hacia el horizonte. El experimento no demuestra la citada hipótesis, ¿Por qué? Galileo ha pensado una teoría ideal, y supo ver que desde esta teoría el experimento es un modelo imperfecto y sabiendo captar esta imperfección asumió todo el sistema. El olfato novedoso de Galileo es que supo antes que nadie comprender que el experimento es siempre una representación imperfecta del mundo idealizado en que se mueve la ciencia pura. La bola no rueda eternamente no por que no sea factible teóricamente sino por que posee resistencias, rozamientos. Este caso es importantísimo si queremos comprender la configuración moderna de la ciencia incluyendo las ciencias del espíritu y es donde se orienta nuestro razonamiento de aquí en adelante, no es casual que Ortega y Gasset lo haya citado para poder desde el dilema ideal –empírico, entender su método de la Historia como “ciencia”. En “En torno a Galileo” nos explica este razonamiento: “Toda la ciencia moderna no ha hecho sino eso y sus creadores sabían muy bien que la ciencia de los hechos, de los fenómenos, tiene en un cierto momento que desentenderse de éstos, quitárselos de delante y ocuparse en puro imaginar. Así, por ejemplo: los cuerpos lanzados se mueven de innumerables modos, suben, bajan, siguen en su trayecto las curvas más diversas, con las más distintas velocidades. En tan inmensa variedad nos perdemos y por muchas observaciones que hagamos sobre los hechos del movimiento no logramos descubrir el verdadero ser del movimiento. ¿Qué hace, en cambio, Galileo? En vez de perderse en la selva de los hechos, entrando en ellos como pasivo espectador, comienza por imaginar la génesis del movimiento en los cuerpos lanzados: cujus motus generationem talem constituo. Mobile quoddam super planum horizontale proiectum mente concipio omni seclu- so impedimento. Así inicia Galileo la Jornada cuarta de su libro postrero titulado Diálogo de las nuevas ciencias o Discorsi e dimostrazione in torno a due nuove scienze attenenti a la mecanica ed ai movimenti locali. (Estas nuevas ciencias son, nada menos, la física moderna.) «Concibo por obra de mi mente un móvil lanzado sobre un plano horizontal y quitando todo impedimento.» Es decir, se trata de un móvil imaginario en un plano idealmente horizontal y sin estorbo alguno -pero esos estorbos, impedimentos que Galileo imaginariamente quita al móvil, son los hechos; ya que todo cuerpo observable se mueve entre impedimentos, rozando otros cuerpos y por ellos rozado. Comienza, pues, por construir idealmente, mentalmente, una realidad. Sólo cuando tiene ya lista su imaginaria realidad observa los hechos, mejor dicho, observa qué relación guardan los hechos con la imaginada realidad”.

Ha surgido una nueva forma de encontrarnos con el orden universal, la ciencia desde su revolución renacentista toma un giro imparable y se especializa tanto que pierde total compenetración entre sus especialidades, su fraccionamiento es cada vez más numeroso. El método que se ha erguido sabe entender la razón pura con la experiencia fenoménica, es por esto que Ortega toma como ejemplo la ciencia física para declamar un método similar a la Historia , el puro fenómeno observable , en el caso de Galileo y su experimento, los cuerpos rodando , no constituyen ciencia al igual que la descripción seca de los fenómenos históricos , deben también, como lo hizo Galileo tener una coherencia pura, una ciencia teórica de base, un orden ideal a priori, eso es lo que busca Ortega para su ciencia histórica , esta estructura, este ideal formal es el que genera coherencia a los hechos (fenómenos) históricos. Una Historia que pretenda describir los hechos puros no es ciencia sino poesía, literatura, es necesario entonces comprender la construcción ideal- mental estructurante para que desde ahí los hechos decaigan (con sus imperfecciones rozamientos y resistencias en un todo homogéneo), en una verdadera ciencia histórica.

lunes, 27 de abril de 2009

Zeitgeist , o el espíritu del tiempo.


“Una idea históricamente necesaria, una idea que no cae en una época, sino que hace época, es sólo en sentido limitado propiedad de quien la engendra. Pertenece al tiempo; actúa inconsciente en el pensamiento de todos, y sólo su concepción personal, contingente, sin la cual no sería posible ninguna filosofía, es, con sus flaquezas y sus ventajas, lo que constituye el sino—y la buena fortuna—de un individuo”.

Oswald Spengler.


La metafísica es expansión, es intentar mira más allá hasta llegar a un concepto (Concipere, concebir), el ente en tanto ente, a un lugar seguro, es decir a su esencia, su ousia. Pero cuando este juego llegó a su aspecto mas dinámico, "el Hombre", tropezó con lo esperable, el espíritu del tiempo (Zeitgeist) imagina sus propios conceptos. La metafísica del tiempo, Sócrates y Cristo, cada uno con sus respectivas formas de finura, intentaron el primer acto conceptual polémico, conceder un descanso en “la Humanidad” (que tardó 18 siglos en ser legislada, y eso habla cuanto debe decantar un concepto para abrigarse en el imperio de la ley). Ambas necesidades quedaron impresas en el “Universal abstracto” y su teólogo hermano, el universal “Católico”, (Katholikós, sobre todo, que comprende todo, que es universal).

La razón fue en primera instancia con el ateniense la que demandó dicha propuesta, en el Cristo el corazón. Sólo se expandió algo que se daba entre pares. El mismo mecanismo sucedió con la “existencia”. Sartre, Ortega y Heidegger, demasiado distintos entre si, sólo coincidieron en lo que el espíritu de la época les permitió, crear una existencia abierta, enemiga del determinismo providencialista, el hombre nunca esta íntegro hasta su muerte, ser para la muerte y proyecto constante, el hombre es un ser en dicho de Ortega “indigente y no suficiente”, en Sartre las cosas y Dios son en tanto posibilidades cerradas, es decir no existen.

Si la existencia precede a la esencia como dice Sartre o viceversa, o que ambas según crítica de Heidegger sean sólo una inversión de dos términos metafísicos que no aportan sustancia al dilema, no impide que ambos conciban al hombre como un ser abierto.

En Heidegger esa existencia abierta Dasein sólo se apropia de lo mas seguro, que es ser -para la muerte. La humanidad y la existencia surgen en tanto el espíritu de la época hace sentir a sus hombres el deber de pensar de acuerdo a una necesidad a un Zeitgeist, entonces los conceptos, férreos guardianes del tiempo, descansan gracias a una necesidad histórica, a una necesidad superior. Descubrir que es eso superior es la tarea que supera a la exigencia ética y metafísica, es la gran tarea de nuestro tiempo.

lunes, 20 de abril de 2009

Notas sobre Aristóteles

“La inteligencia se piensa a sí misma, puesto que es lo más excelente que hay, y el pensamiento es el pensamiento del pensamiento. La ciencia, la sensación, la opinión, el razonamiento tienen, por lo contrario, un objeto diferente de sí mismos; no se ocupan de sí mismos sino de paso. Por otra parte, si pensar fuese diferente de ser pensado, ¿cuál de los dos constituiría la excelencia del pensamiento? Porque el pensamiento y el objeto del pensamiento no tienen la misma esencia. ¿O acaso en ciertos casos la ciencia es la cosa misma? En las ciencias creadoras la esencia independiente de la materia y la forma determinada, la noción y el pensamiento en las ciencias teóricas, son el objeto mismo de la ciencia. Respecto a los seres inmateriales, lo que es pensado no tiene una existencia diferente de lo que piensa; hay con ellos identidad, y el pensamiento es uno con lo que es pensado”. (Metafísica, lb. XII, cap. 9.)



¿No será Cristo una pana del motor inmóvil de Aristóteles?

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Buscando arriendo de un sustento moral, no se espera Filosofía en la ética de Aristóteles. Como todas las éticas, tiene algo de improvisación…El término medio (mesótes), como el equilibrio.

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Secularización radical del Hombre moderno, manifestación plena de la emergencia del individuo, y el temor o rechazo a la abstracción. Si dios según Aristóteles esta relegado a no “conocernos” es por que es puro pensamiento, la tarea de Santo Tomás de incluirnos en el es otra de las bromas medievales.


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Comprando (en) Providencia… Aristóteles me dejó vacío de asunto. A Dios no le compete nada.
Entregado al pensar eterno, la única forma de amarnos sería haciéndose “Kinesiólogo”.

Kinesis: No , Energeia: Absolutamente, Dynamis… Le debemos a un acreedor no enterado.



jueves, 9 de abril de 2009

Una experiencia de topofilia, Pudahuel, Las Torres y París.


¿Donde estoy? …o ¿donde me siento hoy?… un análisis más meticuloso dará probablemente en espíritus mas hambrientos, preponderancia al espacio por sobre el tiempo. Suponiendo que estos se lean desde nuestro inconsciente como dos hogares distintos del ser, es preciso entender como habitamos (o si es que realmente lo hacemos). El espacio es quizás una experiencia mas necesitada de amor que el tiempo mismo , ya que la verdadera profesión del tiempo es perderse, deslizarse, pero no así el espacio, nuestro espacio, el espacio que ha quedado , que teme perderse. No soy mas que esto, no me ido nunca de lo que he considerado la extensión consiente del ser, es decir es preciso revelar este sentimiento como Gastón Bachelart lo hace en su poética del espacio:

“¿Dónde y cómo encuentran el reposo situaciones privilegiadas? ¿De qué manera los refugios efímeros y los albergues ocasionales reciben a veces, en nuestros ensueños íntimos, valores que no tienen ninguna base objetiva? Con la imagen de la casa tenemos un verdadero principio de integración psicológica,Psicología descriptiva, psicología de las profundidades, psicoanálisis y fenomenología podrían constituir con la casa, ese cuerpo de doctrinas que designamos bajo el nombre de topoanálisis”

En el barrio plebeyo del Aventino , en Roma , Cecilio Stacio[1], descendiente de galo esclavizado y que supo ascender a ser un poeta reconocido , también supo habitar (persistir) a pesar de su fama en un humilde barrio de su época , el situado en el monte Aventino.

En la imagen del monte Aventino en la Roma Antigua (recordemos que aquí en el siglo V AC se intentó una fuerte rebelión de plebeyos, amenazando a sus patricios de fundar una nueva ciudad si no eran reconocidos ciertos derechos), se refleja fielmente mi pequeño Aventino natal, Pudahuel, mentalmente silencioso pero violentamente ruidoso, este solo ha producido geografía, y eso es a lo único que puede aferrarse. Pero el Aventino romano, donde la modernidad irónicamente se ha encargado de enriquecer y dejar su olor plebeyo de su fundación se ha convertido hoy, por lo que he leído, en un nido burgués. Mi Aventino original , ¿mi barrio de esclavos alguna vez enriquecerá? ¿que otro lugar puede oler más a su autor que el mío? ¿El Piamonte italiano de Cesare Pavese quizás?

Estos barrios situados en las afueras de las ciudades (outsiders de la modernidad) , se han encargado de crear verdaderas redes de sentimientos geográficos . La geografía humanista ha volcado su método investigativo a un nivel mas integrador con el habitante, superando en parte a la geografía clásica con su pesada y ansiosa obsesión por el objetivismo economicista , que estudió al espacio sólo desde la perspectiva dura sin considerar de hecho y como objeto el espíritu que, (en geografía humana) lo habitaba, el espacio dio paso al concepto de “lugar”.



El suspiro topofílico del ingeniero.


A fines de los años ochentas y a principio de los noventas estos territorios outsiders no eran cunas de públicos objetivos muy interesantes para el insipiente mercado del ocio , ya sea por la simple capacidad económica per cápita o por la inseguridad que generaban, incluso en toda la ciudad el concepto de Pub y de discoteque se restringía a focos del centro y barrios acomodados, era realmente extraño migrar de comuna para cualquier tipo de entretención nocturna. La dictadura había apagado cualquier tipo de industria de la noche y la nueva generación democrática no sabia como comenzarla. El punto de reunión en mi barrio entonces era una pequeña plaza situada a unas cuadras de nuestras casas, con un extraño monolito en el centro y atravesada curiosamente, como en todas las poblaciones, por una impunes torres de alta tención que producían un eterno y musical ruido de estática que acompasaba todos los encuentros juveniles. No había mucha imaginación así que a este lugar se le bautizó simplemente como “las torres” , cualquier cita amorosa tendría que hacerse en este espacio, los primeros amigos que querían dejar atrás la niñez debían anotarse al club de las torres. Uno de ellos tras esta simple y extraña experiencia juvenil, estudió ingeniería comercial y fue de los primeros en ascender socialmente. Se cambio de barrio, formo una familia y conoció todos los ritos de la clase media. Incluso le dio para más, pudo, mediante su incipiente carrera , tomar un tour por Europa.

En su cúspide cultural por el viejo continente después de haber conocido Berlín, Roma y Madrid, culminó con el típico paseo guiado por el Paris nocturno, tras subir a la torre Eiffel, en el clímax simbólico de su carrera meteórica de los negocios de la bolsa, en la cumbre de la célebre estructura metálica y dominando el impresionante paisaje de la eterna ciudad de luz exclamó para sí y su mujer: “ufff…Las torres”. ¿Una desilusión para el espíritu de Gustave Eiffel o un acierto para el incipiente ingeniero comercial?

He aquí un célebre y radical caso de topofilia , donde el espacio pensado , sentido y valorado irrumpe incluso sin llamarlo. El espacio ha tomado un matiz de oro en el tiempo, no es que sólo exista la nostalgia temporal de un joven , sino que el espacio ha tomado el control inconsciente del paciente. Bachelart nos habla de este fenómeno así :

“… sólo queremos examinar imágenes muy sencillas, las imágenes del espacio feliz. Nuestras encuestas merecerían, en esta orientación, el nombre de topofilia. Aspiran a determinar el valor humano de los espacios de posesión, de los espacios defendidos contra fuerzas adversas, de los espacios amados”.

Es por esto que el análisis del paisaje a tomado una gama muy rica en significados, no sólo se puede hablar de Topofilia, que el célebre y muy actual geógrafo Yi-Fu Tuan ha profundizado con maestría: “El lugar se refiere a una área limitada, a una porción del espacio concreta, caracterizada por una estructura interna distintiva y a la que se atribuye una significación que evoca siempre una respuesta afectiva (Tuan, 1977)”. El geógrafo chino-norteamericano ha enriquecido el estudio de este problema ampliándolo, ya que también de esta epistemología se puede desprender su contrario: una Topofobia. A su vez el exacerbar el espacio Tuan lo denomina Topolatría una patología quizás muy ligada a los poetas geográficos, o también quizás una forma de como el planeamiento geográfico posmoderno enfrenta el problema del paisaje -lugar , la Toponegligencia, donde la raigambre psicológica no encuentra ningún puerto donde asirse y el espacio entrañable pierde cualquier poética, se difumina en la empresa moderna del sujeto aislado. Esta “nueva geografía” nos habla que el lugar es el centro gravitacional del estudio geográfico, ya que incorpora todas las inevitables variantes afectivas y humanas que no deben obviarse a la hora de la descripción científica. Tuan lo analiza de este modo:

“El desarraigo de las personas en un mundo cada vez más homogéneo es quizá una de las causas de la crisis ecológica actual, el espacio pasa de ser una vivencia a convertirse en un concepto, algo lejano, ajeno e impersonal. Crece el número de individuos que no experimentan una relación de pertenencia hacia el lugar donde viven. El resultado es una alienación del hombre que acaba considerando los lugares como objetos con los que sólo cabe una relación de consumo o de contemplación superficial. La Toponegligencia sustituye así gradualmente el sentimiento de Topofilia , reprimiendo uno de los impulsos más íntimos del ser humano....- La persona precisa familiarizarse con su entorno y sentirse parte de él, como en casa....De esta forma la Topofilia se ejerce a través de la acción y la preservación, involucrándose con el entorno, comprometiéndose y haciéndose parte de él, siendo sin duda el sentimiento que nos permite revitalizar nuestra relación con éste y con el mundo a partir del restablecimiento del hondo sentido del habitar".

El geógrafo canadiense Edward Relph por su parte nos dice al respecto : “La interioridad existencial es la más íntima experiencia del lugar, lo que nos permite comprender porqué el lugar puede ser una dimensión esencial de la vida y de la experiencia humanas. La interioridad existencial es una inmersión total en el lugar... La persona se convierte en parte del lugar y éste en parte de la persona.”.

El habitar del Aventino en el poeta Cecilio y el suspiro parisense del ingeniero comercial sólo nos han mostrado la punta del iceberg en lo que al análisis del espacio se refiere , el tiempo se pierde el espacio se lleva, en su “Poética del Espacio” Gastón Bachelard nos aclara con su maestría habitual:

“El topoanálisis sería, pues, el estudio psicológico sistemático de los parajes de nuestra vida íntima. En ese teatro del pasado que es nuestra memoria, el decorado mantiene a los personajes en su papel dominante. Creemos a veces que nos conocemos en el tiempo, cuando en realidad sólo se conocen una serie de fijaciones en espacios de la estabilidad del ser, de un ser que no quiere transcurrir, que en el mismo pasado va en busca del tiempo perdido, que quiere "suspender" el vuelo del tiempo. En sus mil alvéolos, el espacio conserva tiempo comprimido. El espacio sirve para eso”.









[1] Mi curiosidad por este comediante romano fue influenciada por la lectura del profundo libro de Alejandro Lipschutz “De Francis Bacon a Carlos Marx y otros ensayos”. Ediciones UCSH. Santiago 2007.

miércoles, 8 de abril de 2009

esbozos

La vida en su posición mas cruel, se ha quedado en silencio esperando que el hombre pueda sacar del pantano un paraíso. Este ángel que cayó en su propio rincón e hizo de este su paraíso, sólo ha vivido de si , no sabe mas que esto, su propio alimento y fe es sólo lo que él ha construido. Duerme poco , no sabe comer , no tiene modales. Es un buen hijo de Dios . Extático canta;
La realidad exige respuestas , exige estar ahí, “"la cosa en sí” tan enemiga de este espíritu, le desafía, le invita a pensarla. El rincón burocrático que él ha tejido se niega a cederlo, seguirá ahí por la eternidad, no sabe vivir , por que es pura vida. No sabe nada, no cree nada, sin embargo …
Estoy en el Edén , por ende aburrido como perro, no me quejo , mi naturaleza es séptica, sólo ofrezco a dios, a imagen de Caín , la verdura que me sobra. Participaré igualmente del próximo libro sagrado. Mi intención es que la vida no tenga intención.

sábado, 4 de abril de 2009

spinozianas





“El arrepentimiento no es una virtud, o sea, no nace de la razón, sino el que se arrepeinete de lo que ha hecho es dos veces miserable e impotente”.(Spinoza)

Todo arrepentimiento se somete a una culpa y la culpa que es en esencia histórica, sólo es una forma de conciencia enferma, lo sabía Spinoza en donde todo el mundo subyace en un todo divino y por ende dentro de este todo no hay espacio para retrotaerce , ni para culpa ni para el rezo ni para el pecado. El Ebrio de Dios no sostiene a Dios. Su panteísmo lejos de ser místico es sólo un ejercicio lógico. Dios y objeto se antagonizan , dios no puede participar de objeto. Y es por esto, que estamos sometidos al uno, sólo estamos sujetos a pasiones , el arrepentimiento es un afecto…:

“Puesto que los hombres raramente viven según el dictamen de la razón, estos dos afectos —la humildad y el arrepentimiento—, y, además de ellos, la esperanza y el miedo, resultan ser más útiles que dañosos; por tanto, supuesto que es inevitable que los hombres pequen, más vale que pequen en esta materia. Pues si los hombres de ánimo impotente fuesen todos igualmente soberbios, no se avergonzaran de nada ni tuviesen miedo de cosa alguna, ¿por medio de qué vínculos podrían permanecer unidos, y cómo podría contenérseles? El vulgo es terrible cuando no tiene miedo; no es de extrañar, por ello, que los profetas, mirando por la utilidad común, y no por la de unos pocos, hayan recomendado tanto la humildad, el arrepentimiento y el respeto. Pues, en realidad, quienes están sujetos a esos afectos pueden ser conducidos con mucha mayor facilidad que los otros para que, a fin de cuentas, vivan bajo la guía de la razón, esto es, sean libres y disfruten de una vida feliz”. (Spinoza “Ética según el orden geométrico”. Escolio a la proposición LIV)


El arrepentimiento, la humildad, el respeto solo son afectos que permitirían cierta utilidad de unión en un entorno vulgar, pero están en fuerte disonancia con la razón. Entonces se lee que todas estas supuestamente virtudes, que no son más que afectos son sólo recursos de contención. Y no participarían de la potencialidad de la naturaleza humana.
¿El sabio y el pueblo no tendrán distintas salvaciones? ¿y que la cierta virtud contenida del vulgo sólo sea buena en tanto utilidad, solidaridad , contención? Hasta el sentido común necesita dominación, es por esto que se le asigna un valor y este se independiza haciéndose nuestro sombrero objetivo.
El sabio no pide, no reza, ni peca, ni se arrepiente, no piensa desde una ética en función de la contención. Su máxima potencialidad quizás desbordaría cualquier comunión.

Arrepentimiento del hecho , como si el tiempo y sus consecuencias afirmaran mas el acto del arrepentimiento. El tiempo y las consecuencias deberían traer otras consecuencias , deberían afirmarse en un porvenir y no en un retrotrimeinto mental que solo hace sentar una especie de mácula decantada en el espíritu.


viernes, 3 de abril de 2009

Llegando al nirvana en el lenguaje





Un ser profundo es un ser que se toma el mundo con ligereza, lo vemos ahí sin el mas leve asomo de humor , a pesar de que todo es alegre en él. La vida que en su significado original ha muerto , ha tomado forma solo en el movimiento , y este que es dañino por excelencia, sólo hace lo que sabe hacer, desconsolidar todo.

Ninguna otra consolación que no sea la vida, pero esta, llena de garras, no hará más que cicatrices, saber sus movimientos es esperar nada, saber ser una buena piel para recibir la cicatriz que venga sin la constante queja del enfermo ni la resistencia ciega de la medicina. Su esencia más sagrada es sólo su poder de conservarse.

Conservarse como instinto máximo deviene en una serie de imaginaciones que se ligan irrestrictamente a el, como por ejemplo el cielo , el arte, el alma, en cada extremo metafísico del lenguaje sólo hablan de su palabra origen: conservación , si hago arte o devengo en el cielo, todo pide, todo augura, todo desea atesorarse…pero para conservarse es preciso no dejar de revolucionar. No deseo el cielo sino mi cielo, el cielo participante. Lo curioso que el más profundo de estos deseos de conservación surja en el nirvana donde cualquier atisbo de yo se funde. (aunque parezca imposible de pensarlo).

El Nirvana como invento oriental siempre busca pensar lo que no se puede pensar, y hace de esta contradicción un nuevo tipo de pensar, análogo y sin leyes, contradictorio y rebelde. Sólo por que el hombre no hace para solucionar una proposición como: “dejar de nacer” sino otra cosa que pensar, es por que el nirvana puede tomar forma, pensarlo es solo barnizar el concepto, jamás podrá uno apropiarse de el. La “sensación” por su parte a pesar que en primera instancia se opondría al pensamiento es menos válida para capturar al Nirvana, precisamente la lucha mayor de este no es su comprensión sino su supresión , supresión de los sentidos , en una forma elegante y noble …indio, (y no una supresión culposa y sucia como en occidente) . Hacer un futuro antiguo , jugar como un viejo zen a que el lenguaje sea el veneno del propio lenguaje. Concordemos , Nirvana , ¿se puede decir?, sí pero no comprender, deseémoslo , ¿se puede desear?, no, es lo contrario al deseo, es mas, es el enemigo mas férreo del deseo, Nirvana sólo se puede nombrar como si el lenguaje solo pudiese augurarlo, “utopizarlo”, pero no arribarlo , “los hombres suelen ser de tal modo que para ver algo necesitan antes que ello tenga un nombre” dice Nietzsche. El Nirvana se conceptualizó a regañadientes , es huraño, es un estado sin estado.El sutra de diamantes nos dice :

"Dime Subhuti, ¿ha logrado el Tathagata la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones? De ser así, ¿hay algo sobre ella que el Tathagata pueda enseñar?
Subhuti respondió, "Tal como entiendo la enseñanza, la Iluminación Perfecta que Trasciende las Comparaciones no puede ser alcanzada ni atrapada, como tampoco puede ser enseñada. ¿Por qué? Porque el Tathagata ha dicho que la Verdad no es una cosa que pueda ser diferenciada o contenida, y por lo tanto, la Verdad no puede ser atrapada ni expresada. La Verdad ni es ni no es”.


Todo esto encierra lo más importante, las cosas mas profundas solo se intuyen , no se ven y es preciso que no se vean si es que la vista científica no se separa de su instrumento, de su método , es por esto que no necesitamos más luz, ni esperanza. Cambiar el deseo por el dominio y la luz por la caverna, de ahí somos, quizás nunca estuvimos encadenados sino que el de afuera, el que aun nos se asume como perspectiva y juega a “ser mi ojo” …(el concepto del concepto, el dominio del dominio y el poder del poder) ve a todos los que no llegan, los que no ven y los que nos se apropian de la verdad como encadenados, los sabios de la caverna solo intuyen, no desean ni la luz ni verdad. La caverna es el único reducto estético que queda para sobrellevar la vida por que es la vida misma. Es la apariencia que justifica. Los ciegos se han iluminado. Se han salvado en su condena. Estamos como todos los días: sin fin ni principio.