sábado, 27 de agosto de 2011

Sobre la acción


Vincent van Gogh; “Un par de zapatos” (1888)




Les debo mucho a las mujeres en aclararme mi espíritu revuelto, Simone de Beauvoir, Yourcenar , María Zambrano, Simone Weil y principalmente Hannah Arendt, que me ha enseñado a desenredar ese viejo nudo gordiano entre teoría y política, entre el hombre contemplativo, que me quemaba por dentro y el hombre activo.

Cuando niño mi abuela solo me hablaba de la muerte, cuanto le agradezco esas inconscientes clases budistas acerca del mundo, ella, eso si, por sus viejas costumbres campesinas lo hacía para demostrar otro mundo mejor, yo en cambio tomaba esas enseñanzas para hacerme cada día más mundano. Un día me conto que su hija muerta prematuramente en el campo “le heredó” sus zapatos, ella desconsolada los puso durante mucho tiempo en su pieza, y se sentaba a contemplarlos. Mucha gente hace eso, observa los objetos de algún pariente que los utilizo alguna vez…genera consuelo, nostalgia, una sensación inexplicable donde surge el tiempo como quiera que se le explique, en ese objeto.

Recuerda las botas de Van Gogh analizadas por Heidegger, no en el sentido de ilustrar la esencia del arte, pero si en el sentido de indicarnos que los cosas no son meros objetos sino que muestran un “mundo”. Esa abuela campesina ponía en su contemplación de luto y aflicción esos zapatos de su hija muerta porque meditaba sobre su mundo, y los zapatos , cosas fabricadas y en este caso usadas, superaron en calidad de trabajo la vida de su hija, le sobrevivieron en tanto objetos fabricados.

Es por esto que tenemos trabajo, un trabajo que realiza objetos que nos superaran, que seguirán ahí después de nuestra muerte. En este caso me refiero al trabajo de fabricación (que mi abuela asociaba al sentimiento de uso que tuvo esos zapatos) . Arendt nos enseña a identificar la condición humana, en la labor, el trabajo y la acción. La primera hablaría de tareas domésticas para la supervivencia, la segunda la de fabricación de objetos y la tercera de la praxis política. Pero Arendt al contrario de su maestro Heidegger, nos habla de la natalidad, del comienzo como actividad propia de la acción, es decir no somos seres para la muerte , esperamos nacer en cada praxis. Un nuevo comienzo, recibimos entonces una herencia sin testamento. En palabras de Tocqueville : “Como el pasado ya no aclara el porvenir, el espíritu camina entre tinieblas”.

Para el romano, político por excelencia, vivir era sinónimo de “estar entre los hombres” (inter homines esse) y morir sinónimo de “cesar de estar entre los hombres” (inter homines esse desinere ) . Hoy la gente no “vive”, sólo cree que lo hace, pero sólo participa de una labor orgánica… vida activa la única vida posible

Hay una diferencia entre inmortalidad y eternidad, mientras la primera, desde Homero hasta Pericles, necesitaba de los demás, de la polis, la palabra y la acción para quedar en la gloria, el segundo con Platón rechazo la pluralidad política en pos de la contemplación teorética personal, ahí dos caminos se abrieron…esa base intelectual dio en la modernidad todo para hacerse decadente, no saber qué es la acción, que es lo público y cifrar su pobre techo existencial exclusivamente en los bienes de consumo…


La acción, con todas sus incertezas, es como un recordatorio siempre presente de que los hombres, aunque han de morir, no han nacido para eso, sino para comenzar algo nuevo. Initium ut esser homo creatus est; «para que hubiera comienzo fue creado el hombre», dijo Agustín. Con la creación del hombre, el principio del comienzo entró en el mundo; lo cual, naturalmente, no es más que otra forma de decir que, con la creación del hombre, el principio de la libertad apareció en la tierra”.( Hannah Arendt. “Labor, trabajo, acción”. Una conferencia 1957)


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Para comprender teoría política se debe comprender primero los pensamientos religiosos. Para comprender por ejemplo “El Ensayo sobre la ley de pobres” de Locke se debe comprender “que es un pobre” para el protestante puritano…el liberalismo es un contrato de intereses para proteger la propiedad de los burgueses, amarrado con una serie de entusiastas anexos libertarios que sólo posibilitó la transacción de clases y de religión del siglo XVII inglés…
Toda acción parece tener un sustrato espiritual, una vestimenta íntima que a pesar de ser invisible es lo más cercano al cuerpo…



“Mientras una ilusión no es reconocida como un error, su valores exactamente equivalente al de una realidad. Pero una vez reconocida la ilusión como tal, deja de serlo. Es, pues, el concepto de ilusión, y sólo el, lo que es una ilusión”. (J. Baudrillard . El crimen perfecto)



No es solo Sócrates lo que nos impulsa pensarlo como genial sino el espacio temporal que nos separa de él, es tal como el acierto del barril que generara un vino digno y de calidad, ese barril que espera el fermento, que es un tipo de sabiduría admirativa ya que conforma mundos. En la teoría la presencia no puede conformar nada, es decir , si nos topáramos con alguien como Sócrates hoy no percibiríamos su aroma intelectual , por que básicamente lo que amamos no es a él, sino eso extraño que es el tiempo de fragua que nos impulso a reconocerle…ese tiempo es la arquitectura que tiene un diseño ideal, pero al fin al cabo la estructura debe olvidarlo para materializarse.




Dependemos tanto de la realidad porque estamos en ella, emigramos de la antigua condición humana . Estudiando, estudiando, investigando para nada, la realidad no se atrapa, es más, desaparece aún más…


sábado, 13 de agosto de 2011

Caminar





Lo que más me gusta en la vida es caminar, lo probé a muy temprana a edad, cuando mi padre me llevo a una excursión de muchos kilómetros en una noche veraniega. Camine, camine, camine por muchas horas, debo haber sido muy pequeño porque tengo el recuerdo, pero solo como se sostienen los recuerdos cuando recién comienzan a fijarse en el alma, en la aurora de la personalidad, brillantes pero poco lineales, mágicos y eternos. Recuerdo que la noche estaba estrellada y caminamos para entrar a un parque nacional, nunca cuestione por que caminamos tanto, años después supe que lo hicimos para evadir el pago de la entrada, ya que éramos muy pobres. Debe haber sido la primera vez que vi un cielo tan limpio, campesino, unas estrellas agrupadas de una forma extraordinaria, muy diferentes de esas estrellas de la ciudad que parecen artificiales, que nadie las mira y que incluso asustan. Pero las estrellas que me acompañaron en esa interminable caminata, parecían tener otro color, otra textura para mi, sumido en la primera inocencia del niño campesino, “hesiodico”. Incuestionablemente ahí se formaba una especie de dios.


Esa fue la caminata más extenuante y fantástica que haya tenido jamás en mi vida. Sin rumbo, sin explicación, justificada sólo por el brillo de esas estrellas irreales, inmensas e inútiles porque de hecho me preguntaba en ese entonces para que eran esas estrellas, pensando que toda la naturaleza tenía una especie de servidumbre hacia mí. Creo que de esa noche surgió mi pasión por caminar, una actividad milenaria, no mediada por ningún objeto técnico, idénticamente como lo hacía el hombre hace miles de años atrás, con esa entrega visual completa. No es casualidad que los grandes poetas naturales hayan ensalzado esta actividad, pienso en este momento en dos que me iluminan Robert Walser y Henry David Thoreau .


Siempre pienso en esos pequeños incidentes difusos de la niñez, quizás un extremo cariño de la madre forja un afán de saber como dice Freud en sus estudios sobre Leonardo:

Por lo que a Leonardo respecta, hemos tenido que suponer que la circunstancia accidental de su legítimo nacimiento y la exagerada ternura de su madre ejercieron una influencia decisiva sobre la formación de su carácter y sobre su destino ulterior, en razón a que la represión sexual desarrollada después de esta fase infantil le llevó a la sublimación de la libido en ansia de saber…” (Freud. Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci)


Quizás esa larga caminata bajo las estrellas campesinas me hizo pensar en el cielo siempre, tal como esas hordas de indoeuropeos que de tanto mirarlo crearon un panteón celeste, y lo hicieron de tanto levantar sus miradas sobre sus caballos. Cada detalle infantil nos acaricia el carácter, es la historia que recogemos con una nostalgia pesada, esa maquinaria inmensa que explica cada gesto presente, cada paso dado… Erramos toda nuestra vida tratando de reencontrar ese amor depositado incondicionalmente en nuestra niñez, con nuestra nostalgia como mapa , pero no lo encontramos , ni lo encontraremos jamás y ahí comienza la verdadera batalla… donde hay que conformarse con el mapa de la nostalgia y reemplazarlo por el lugar que este señala .




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Estudiar compulsivamente y sin sistema académico es una orgía espiritual, se lee desde la guía de teléfonos, el Corán, un folleto de alguna religión idiota, Dante , Papini , Musil, Mallarme, hasta los subtítulos de películas francesas antiguas , la actividad “leer” derrota al contenido y al saber que se desprende, se lee como si se caminara, sin preguntarse qué y para qué. El acto de leer como una obra de arte o una epilepsia, un absurdo histórico, la gran revancha de la oralidad homérica.


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Se ha deconstruido todo, ya no se cree en los bosques, ni en el mar, ni en las montañas, se ¿puede disfrutar sin creer?, eso querían verdaderamente los filósofos platónicos, una promesa, una escapatoria de la oscuridad de la caverna. ¡Pero si nosotros estamos enamorados de estas sombras! queremos vivir acá y demostrar que la luz y la promesa de la verdad no es otra cosa que enfrentar con malas armas la desesperación de la oscuridad.

Cuando se ha descubierto esto nos damos cuenta que no hay tal oscuridad, que las “pupilas” espirituales aceptan el sufrir y simplemente se dilatan , la luz no viene de afuera , y no hay caverna, nunca la hubo, es la simple vida que busca mecanismos para soportarse.
Cuando Parménides dice "El ser es, el no-ser no es" , es decir no puede haber algo finito, crea "la gran verdad" lógica y abstracta , pero sin embargo, y esta es su derrota, la gran verdad no ha conformado nunca a ningún ataúd...





Los hombres se han vuelto enfermos del oficio correcto de pensar, pero creo que todo es una habitación vacía que se quema, se apaga y se quema nuevamente. La naturaleza no es más que ilusión gastada, como los juguetes del niño abandonados en el rincón. Todo lo adorado por los sentidos se ha vuelto ruina. Toda la vida limpia se ha guardado en el cajón hermético de la abstracción.




“Hay que perder el gusto por el apetito de las cosas”. Dice San Juan de la Cruz , sí lo perderé de seguro, pero me permitiré primero saber bien que son las cosas, quizás una vez sabiendo esto no se necesitará hacer ese tipo de dieta espiritual… una vez descubierto que ninguna cosa es real y por lo tanto el apetito tampoco..




“Algunos seres no están ni en la sociedad ni en una ensoñación. Pertenecen a un destino aislado, a una esperanza desconocida. Sus actos aparentes se dirían anteriores a la primera inculpación del tiempo y a la despreocupación de los cielos. Nadie se ofrece para pagarles un salario. Ante su mirada se funde el porvenir. Son los más nobles y los más inquietantes…” (Rene Char. Laderas)




Las preguntas metafísicas vacían el mundo o lo prenden de fuego…se va todo a la hoguera y en ese sentido es un peligro vertiginoso, ya que es una gran desposesión de las cosas…Hay que enfrentarlas como fuera de sentido, como estrangulaciones al lenguaje simple…




Romper con la vida simple es el pecado original, no hay tal despertar, la realidad es el engaño mismo a disposición del disfrute eterno. Sondear por debajo, es decir pensando en dos mundos, equivale al suicidio estético, y este es el único suicidio que puede existir.



Como Rabelais, vivo en mi abadía de Thelema y "Fais ce que tu voudras" hago lo que quiero , no sé si eso en mucho tiempo más siga siendo divertido.


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jueves, 11 de agosto de 2011

De política


“La belleza esta en las calles” (Mayo 68)




Las antiguas civilizaciones orientales construyeron grandes dominios territoriales con gobiernos centralizados, pensemos solo en valle mesopotámico o el del Nilo con Los Sumerios y Egipcios respectivamente , hicieron mucho por el avance científico de su tiempo, los cálculos meteorológicos en torno a la astrología, la ingeniería en construcción , la hidroingenieria para manejar las crecidas de los ríos de los cuales eran muy dependientes , etc. Todo este avance se enmarcaba en un fuerte control social y estamental , los gobiernos orientales trataban a sus pueblos como ganado.


Toda su estructura económica estaba basada en esas relaciones sociales de producción. Los griegos por el contrario inventaron la política como tal, la palabra como un poder inusitado e inédito hasta su época. La democracia es ese poder de la palabra que impacta en toda la vida social incluso hasta en la disposición de su urbanismo que planifica la polis con un centro neurálgico en un ágora para debatir y comerciar. Esa ágora es el espacio que se llena de palabra libre entre ciudadanos, que escandalizaba literalmente a los orientales, es el símbolo pleno de la política, de la ciudadanía y la vida pública que Grecia inaugura con magistral belleza. Esto es política, todo lo que atañe a ese dispositivo de discusión que es la ciudad estado, a la Polis.
Por esto la política no puede ser despreciable para un habitante de la polis, del Estado, quizás el alejamiento de lo que llaman política por parte de la gente tenga muchas causas históricas (por ejemplo la irrupción de la individualidad moderna), pero la crítica es más bien a las lógicas de poder más que a la política. Tenemos plaza central y palabra, tenemos política ya sea activa, intelectual o en la lucha social, pero no somos los rebaños de esas viejas civilizaciones orientales, la política no es solo la lógica del poder sino es todo lo que implica vivir en una ciudad libre, donde la palabra es el dispositivo de poder.



El romano no concibe empresa vital si no en la comunidad en lo público, el moderno ve ese progreso pero sólo en su empresa individual, aunque no soportaría que esa individualidad fuese avasallada por un rey despótico, es decir, usufructúa de lo público, de ese mundo libre creado por los antiguos. Se contradice, utiliza las posibilidades del ágora, de la plaza pública, pero no en función de la comunidad, sino como un recinto para comerciar su infinita individualidad, que en rigor no existe sin esa palabra libre y poderosa que le brinda libertad para ejercer su pequeño y ficticio mundo clausurado.



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“El burgués se ocupa exclusivamente de su existencia privada e ignora totalmente las virtudes cívicas…lleva tan lejos la distinción entre lo privado y lo público, de su profesión y de su familia, que ya no puede descubrir ningún vínculo entre lo uno y lo otro” (Hannah Arendt)


Hannah Arendt al igual que Max Weber ve estructuras religiosas en estos cambios de paradigmas económicos- políticos .El cristianismo es el que introduce el término de “libertad” (esa que tanto pregonan hoy ) pero de una forma particular , una libertad que se separa totalmente de la sociedad secular, que para el romano o el griego antiguo, inventores de la vida pública y ciudadana, hubiese sido una aberración…




"Para simplificar, el humanismo consiste en querer cambiar el sistema ideológico sin tocar la institución; el reformismo en querer tocar la institución sin cambiar el sistema ideológico: la acción revolucionaria se define por el contrario como una conmoción simultánea de la conciencia y de la institución..." (Michel Foucault. Mas allá del bien y el mal, en Revista Actuel 1971)


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martes, 9 de agosto de 2011

De Dioses




Nuestra maquinaria de conocimiento diseñada desde la escisión de los dos mundos, el aparente (el error) y el verdadero, el luminoso y el oscuro, el mundano frente al paradisíaco, ha perpetuado la creencia de que las cosas se ponen en frente de nosotros, de un sujeto. Es imposible exigirle una visión del devenir en su totalidad a una mente forzada a ese tipo de relación cognitiva , ¿no es eso lo que nos quiere decir Heidegger cuando exclama que la bomba atómica comenzó a explotar en el poema de Parménides ? . La relación del “hombre” con la técnica, se vuelve perversa ya desde ese origen y nido filosófico. No diferenciamos un dios de un martillo.

Este Hombre, ficción absoluta, si se considera un universo cerrado, tal como observa un árbol, un insecto, tal como conoce el mundo , querrá conocer a sus dioses , es por eso que es imposible que de esta forma de pensar no se pueda concebir a un dios de otra forma que en un trono y con una fisonomía que nos obliga a hablarle, a creerle y a pedirle.

Uno puede creer en los dioses que quiera, pero ¿porque surge el instinto de “proselitar”?, ese instinto de dominio de verdad , es más fuerte que la fisonomía del dios mismo. La verdad que unifica y devora, que es permanente y eterna , que en suma es lógica, aunque sus mecanismos de método sean esotéricos. Esa verdad olvida en su esencia que sea verdad: necesita triunfo, de ahí que la biblia no sea más que una gran metáfora de la guerra, de la victoria, de la vieja fuerza de dominio de los hebreos en comunión con la nueva fuerza lógica de los griegos ya decaídos, helenísticos, que sin embargo, mantenían su gracia y que no dejaron de introducir ciertas ironías crueles en ella.


Solo el hombre vulgar piensa abstractamente dice el Hegel joven, sólo él ve la autosuficiencia ontológica de la manzana, del caballo, de la piedra. Y de ese modo por que no conoce otro, ve a su dios, intuyéndolo como algo en sí mismo, aunque no llegue jamás a conocerlo. No puede determinar su forma, pero su razón que le exige eso para ponerse en marcha, se suspende , pero no se suspende en un misticismo silencioso que sería lo sano, sino carente de las condiciones anteriores insiste en teorizar, ya que sin esto no puede convencer con buenas armas en nuestra época. Si no teorizara no se lo podría acusar de errónea, por eso los desiertos son "verdaderos" y los hombres acuden a ellos, por que rechazan el proselitismo absurdo y teorizante de la ciudad, de la “civitas” , rezan por todos pero sin todos.

Pero la civilización no puede con el silencio, lo desprecian, entonces hablan, hablan de lo que no se puede hablar. Esa voluntad de verdad hoy añeja en temas teológicos ya que los dioses no se dan por aludidos en la modernidad, imprime toda su fuerza en la ciencia positiva, la contradicción vital es que esa voluntad de verdad judeocristiana es el fertilizante principal a la voluntad de verdad de la ciencia del siglo XIX. Cuando se supo que el dominio científico no era más que un dominio de relaciones entabladas en paradigmas seguros y epocales, se entra en una era que no pesa nada , que todo vale porque en esencia vale lo mismo, la jerarquía cae los dioses se retiran y el mundo debe asumir el vacío. Pero la inercia científica que solo sigue del envión del siglo XIX pero que no da fundamento, sigue transformando “técnicamente” al mundo, algo irrelevante al pensar, esta inercia solo mide, multiplica y confunde el mismo problema de siempre… Marguerite Yourcenar escribe en sus cuadernos: "Siempre me sorprende que mis contemporáneos, que creen haber conquistado y transformado el espacio, ignoren que la distancia de los siglos puede romperse"

Hegel abraza a los árboles pero no “piensa” en ellos como tales , sino en la verdad bicéfala del devenir . La razón, lo real no abraza “árboles”, abstracciones populares . Nietzsche coincide quizás en parte en lo último: no hay esa verdad del árbol en sí, pero no insiste más en ello ya que prefiere hacerla juego ,ya que “sabe” que la verdad es metáfora y solo convoca a bailar en la superficie de las cosas.
El artista y el niño según Heráclito sólo pueden ver esto, la eterna inocencia de un mundo que no tiene esa seriedad de ley moral, un devenir que genera y regenera en un juego y nada más. ¿Pero se requiere algo más?


Cada vez que me educación religiosa me decía que no había respuesta o de que no se podía saber de algo divino, me enterraba una daga que infectaba mi pensar , ¡no concebía algo que no se pudiese saber ya a los diez años…! En parte su suspensión de la soberanía del saber, aunque ingenua, hubiese tenido algo de cordura y la hubiese aceptado…pero de ese silencio que debió permanecer en un silencio aún mayor, es decir una especie de “epoje” rústica pero honesta, se desprendían causas, leyes, historias que obligaban a mi razón, ya resignada a la quietud total, de nuevo a vivir y eso significaba simplemente, volcarla nuevamente a las labores de destrucción.




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Las viejas cuestiones de Epicuro continúan sin encontrar respuesta. ¿Quiere él (la divinidad) prevenir el mal, pero no puede?, entonces es impotente. ¿Puede, pero no quiere?, entonces es malévolo. ¿Puede y quiere?, entonces ¿de dónde sale el mal?” (David Hume “Diálogos sobre la religión natural”.)

Me es más misteriosa la lógica que la divinidad, porque esta última puede sobrevolar, fantasear y se puede hacer poesía, la lógica por el contrario es un círculo “perfecto” por ende horrendo …ya que ese jaque mate anterior no podrá tener respuesta pero es perfecto en el sentido que no genera otra posibilidad de jugada…

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martes, 2 de agosto de 2011

Diario


Peter Paul Rubens 1603. Heráclito y Demócrito




Cuando las pequeñas cosas del mundo, como por ejemplo las manzanas, son férreas ilusiones, pequeñas fracciones del todo que se crea y se destruye a cada instante y nos hace creer que en realidad "la manzana existe" nos hablan nos entretienen nos suplican ser reales ...pero en fin no se puede vivir así...pero yo lo hago, voy al supermercado y compro "manzanas" ... pienso en Anaximandro y la señora ansiosa de al lado en el supermercado, dialéctica pura...




No se necesita necesariamente una gran inteligencia, en el sentido vulgar del término, para “pensar", un ejercicio sería poner una "cámara ultrarápida" en sus cabezas, entonces nada de lo que los rodea quedará en pie , ¿ que hay detrás de esas cosas que se descomponen?¿o la única verdad es ese movimiento?, así nunca más se volverá a ver una manzana nuevamente como tal..se necesita sólo valentía para pensar en grande.




Los orientales no filosofaron, en el sentido griego y profundo del término, sólo por que se ocuparon, dado su largo periplo de consolidación civilizatoria, en el dolor. Se hicieron doctores y no pensadores..Buda desecha pensar ya que está muy ocupado sufriendo, su triunfo es su calmante.Los griegos trágicos “pensaron” porque no evitaron lo que todos evitan y vieron por primera vez ese dolor cara a cara y pidieron más.




¿Será orgánica la capacidad estética?.Llamaron "Síndrome de Stendhal" al enfermar de alegría estética. La razón vuelta tiránica, no permite el deleite de una puesta de sol por que la duda, se debe huir de esa razón que imposibilita la belleza falsa de la vida. Huir hacia lo “falso”, lo "oscuro" , hacia la superficie de las cosas y evitar el platonismo que exilia la belleza ilusoria del poeta …

Mi apariencia hoy se parece más bien a la Rimbaud en áfrica, desgarbado, con un bigote que quiere ser musulmán, cobrizo por el sol a destajo de las latitudes bajas …el odio y le desgano del hombre del siglo XIX . La gente lo nota y mira esta cara concentrada en verdades fulminantes, antiguas y terribles, que salen del espíritu al rostro. Me imagino ya que no dejan de observarme. Siempre cuando me concentro en esos paseos en pensamientos muy pesados, como que el espíritu se carga de estática y pareciera proyectar en los ojos y en el rostro algún símbolo potente que la gente no evita ver con curiosidad. Cuando uno fuerza el espíritu pareciese liberar algún gesto cósmico. Se piensa en la totalidad, ya que a eso pareciera tender el espíritu, al deseo de totalidad eternizante frente al yo resumido de una vida, el yo finito que se retuerce y que utiliza ese fin para dispararse en un tiempo que no existe. Esa contradicción entre deseo eterno intelectual y el cuerpo que se desplaza finito, produce un carácter y una energía que desborda la física estática del cuerpo que se desplaza y, como los leones hambrientos cuando sienten el olor a presa que se desdobla por la sabana, las gentes hambrientas de esa contradicción vital huela el error humano y ve el gesto mío de contracción .Muero pero pienso y de inmediato me repongo en la eternidad. Ese absurdo contenido en un solo hombre hacen a los demás lo miran para intentar polinizarlo metafísicamente .




‎"¡Si! ¡Viva la Revolución!... ¡Pero yo no me engaño¡ ¡Ni jamás he sido engañado! Yo digo ¡Viva la Revolución¡ como podría decir: !Viva la destrucción¡ ¡Viva la Expiación¡ ¡Viva el Castigo¡ ¡Viva la Muerte!" ( Baudelaire. Manuscritos Póstumos).




‎"Damnosa quid non inminuit dies?/aetas parentum, peior avis, tulit/nos nequiores, mox daturos/progeniem vitiosiorem" “¿Qué no degrada el pernicioso día? Nuestros padres, peores que nuestros abuelos, nos engendraron más depravados, y nosotros daremos una progenie aún más incapaz” (Horacio. Odas. Libro 3, VI).


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