domingo, 6 de marzo de 2011

Diario




Por si acaso, sonrío…pero mas bien esta fotografía me recordó la escena del comienzo de Neuromante la novela de William Gibson . El vaquero ciberpunk Case en el bar Chatsubo:

“Para Case, que vivía para la inmaterial exultación del ciberespacio, fue la Caída. En los bares que frecuentaba como vaquero estrella, la actitud distinguida implicaba un cierto y desafectado desdén por el cuerpo. El cuerpo era carne. Case cayó en la prisión de su propia carne”. (Wibson . Neuromante)

¿Que rol juega el cuerpo hoy ya donde las ideas de las colmenas humanas viajan por fibra? , no es que el cuerpo se olvide, ya que hoy vive en el máximo esplendor de sus constantes ajustes, sino que bajo ciertos parámetros se suspende. Y ese mundo platónico cristiano que prometía la religión -metafísica clásica, no tiene necesidad de ser hoy una promesa , el otro mundo tan necesario para el soporte del sufrimiento hoy no es tal , si concebimos otro mundo no es en el sentido metafísico clásico, sino de los mundos que surgen en la constante e interminable actualización. No rezo por llegar ya al otro mundo…lo actualizo. Todo el parámetro humano no concibe historia más que de lo que su máquina actualizadora se lo permite: Una gran tesis.




"...toda esa masa indeterminada, desmembrada y traída de acá para allá, que los franceses llaman la bohemia" (K. Marx. "El 18 brumario de Luis Bonaparte")



Siempre cuando estoy con una mujer debo convivir con algún hombre fantasma de su pasado. Ahora que soy yo el fantasma me es vedado disfrutarla.



En el pequeño bus leo un libro de Kafka pero a los minutos cedo y me duermo. Cuando despierto noto que una pareja de ancianos sentado a mi costado me mira a mitad de camino entre la ternura y la compasión como diciendo: “Lee hasta cuando no debiera, ni su cuerpo ni su mente ya están en condiciones de aguantar lo que él les exige”. Y yo anticipando su pensamiento guardo el libro con mi rostro demacrado y me acomodo para ver pasar los arboles del paisaje. Algo que posiblemente haga descansar mentalmente a cualquier cuerpo y si le agregásemos a esa campiña, unas decenas de vacas pastando…aún mejor.




Mi prejuicio no es nada mas que mi intuición multiplicada y militarizada, por eso no me equivoco, se que la mujer a mi lado en el bar es estúpida a rabiar.




En la soledad más absoluta ahora se valoran los pequeños sonidos que antes no existían…salud por ese mundo de pequeños ruidos resucitados:

“Estaba solo, completamente solo,
incluso el sueño nocturno me había abandonado...
De pronto me pareció oír no unas palabras sino unos sonidos,
unos sonidos siempre en tres suspiros
Como viento y harina...
"¿Qué puede ser eso? ¡No hay tiempo que perder!",
mascullé, y enderezándome el cabello con un trago de vino
me puse en pie y, desnudo, palpé en la oscuridad
y un momento después la negra fiebre de mi mano
abría el armario... En su interior las polillas agitaban los trajes...
Soy más mortal que mi cuerpo...” (Vladimir Holan)




No soportarán la vida moderna, pero al fin y al cabo lo insoportable estaba considerado en los planes…



En la noche nadie puede empezar a trabajar en alguna construcción teórica decente sin darle primero un beso en la frente a su esposa.



“Ir hasta el fondo del abismo de la ausencia de amor. Cultivar el odio a uno mismo. Odio a uno mismo, desprecio por los demás. Odio por los demás, desprecio por uno mismo. Mezclarlo todo. Sintetizar. El universo como una discoteca. Acumular gran número de frustraciones. Aprender a ser poeta es desaprender a vivir.” (Michel Houellebecq. Supervivencia)




El olor de cada mujer en mi ropa igual significa un compromiso. El abismo será el momento donde todos esos olores me supriman y ya no encuentre más deseo y placer que contemplar la ropa mientras gira y se lava..



Me interesa más que nunca estudiar el fenómeno del sexo como una refundación de un nuevo poder político. El laboratorio esta en forma. ¿Sin acceso al sexo se puede seguir siendo ciudadano?


La meta oculta lejos se ser moral, política o profesional era una meta sexual, esa meta oculta guiaba a las demás metas como esclavos engrillados. Pero como todo producto inconsciente hacia parecer a las demás metas como guías titulares de su vida, la gran meta oculta, en su profundo silencio, lo llenaba todo, la configuración humana estaba al servicio de la sombra. Cuando una de las metas secundarias se cumplía, la gran meta oculta generaba más y más sed. Nada satisfacía, incluso en los podios de logro más absolutos.





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