viernes, 6 de junio de 2008

Kenosis


¿Porque se ama tanto el ojo?, ¿no será el tacto el sentido supremo? , lo que nos diferencia de los ángeles , lo que nos hace estar, pisar. Aunque perdidos en un desierto infinito , lo único próximo , existente , son mis huellas , si no hay revés ni derecho , ni arriba ni abajo, sólo contamos con este tacto , con mi piso , Altazor no cae ya desesperado, tiene ya un tacto , un paracaídas. Por eso la Kenosis divina precisamente sucede cuando dios necesitó tacto. No hay un nosotros en la visión sino en el tocar, la palabra es una mano, el tantear hidrata cualquier desierto nihilista.

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