miércoles, 4 de junio de 2008

Illum oportet crescere, me autem minui "Es preciso que él crezca y que yo disminuya”


La Crucifixión -Matthias Grünewald (1512-1516)


Uno sólo puede vivir la verdad de las cosas en la práctica , toda verdad es cotidiana, infantil, risueña. Se muda y se apaga, no reclama nada, no demanda edificios lógicos, aun sigue ahí desde el primer hombre , todo objeto vecinal la aclara, la vive ¡No hay nada más que esto!

Lo demás es sólo producto del ocio del griego tardío. La verdad del Nous , la verdad teorética, sólo se alza a costa de las verdades cotidianas , vitales , esclavas, o sea ahora verdades fuera del “saber”, verdades de barril.

Como en casa de Lázaro, Verdad de Marta, vital, práctica y cotidiana versus verdad contemplativa (theorética) de María.

La sagrada familia sirve a la praxis sólo cuando baja ya un simple objeto inerte de la cruz. La Historia nace de esa verdad práctica, de ese “peso muerto”.

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