domingo, 27 de febrero de 2011

Diario




Mas que el bien y el mal, la inmortalidad del alma, el ser, la metafísica en general, hoy debemos ocuparnos de un fenómeno novedoso: la estupidez…en rigor no es ignorancia ni falta de inteligencia es algo mas profundo aún, un retiro voluntario del espíritu, que sin embargo posee grandes posibilidades de generar una extraña felicidad…



El trabajo literario mas que buscar formas de fama y poder es, como decía Kafka, una forma de rezar… este trabajo es cada vez menos comprendido por cualquier círculo que me rodea…sólo complace sentirse “un hombre brillante”, aunque es un adjetivo analgésico, incomprobable y altanero, es útil para soportar la incomprensión.



La literatura fluye con naturalidad mientras arrasa como aluvión con todo lo que queda de mi interior. Ya con el interior vacío podré, tal como un viejo basurero, llenarme nuevamente de exterioridad…



Ya es mucho más que no creer en nada o que no haya nada, sino que se está en esa etapa donde se piensa que los otros se organizan en complot para boicotear mi pensamiento, mi creencia de que soy un hombre brillante. Mi adjetivo que inyecto como morfina matinal.



La delgada línea entre un escritor genial y un simple megalómano solitario, solo la arbitra el demonio…no es medible mas que en el antojo de maldad y desesperación que el escritor tapiza con su propio pellejo… El talento, es una invención genética irrelevante a la hora de escribir…la literatura es el rápido consumo del espíritu para llegar en calma a la máxima oscuridad… tal como la vela campesina que desconoce otro tipo de energía que no se agote en pocas horas.




Inevitablemente llegara el momento de ser cruel, ningún sufrimiento es gratuito y el índice de justicia interno totalmente a merced de fuerzas inconscientes, demanda compensación. El amor propio tan aclamado por los moralistas o ese Ello freudiano que no posee límites representables comienza a colapsar. Inunda las costas de la razón y mis ciudades internas arrasadas por la arbitrariedad de las pasiones se observan a si mismas destruidas y buscan, con nerviosa obsesión, un responsable.



“Alemania invadió Polonia, por la tarde fui a la piscina”

“Alemania le declaro la guerra a Rusia, por la tarde clases de Natación”.(Kafka)

Un hombre con un interior tan vasto que ni la más grande turbiedad de la historia, una guerra mundial, le perturba más que la cotidianidad que usa de soga. Vivimos en constantes invasiones internas…




Ese sentimiento de que me olvidan, de que otro hombre cubre con mas rigor, bondad y felicidad mi puesto, esa sensación de que lo luminoso no basta, ese cordón umbilical del amor que se cercena cotidianamente. Pero en vez de generar independencia nos ahorca suavemente.




Día a día, tal como el niño que marca con lápices la pared para ver cuanto ha crecido después de tomar su desayuno, yo marco mi muro personal para ver cuanto me han olvidado.



Me siento miserable por ejercer mis derechos, por que sean justos conmigo, pero ese sentimiento no se aproxima en nada a las instrucciones de Cristo. No tengo mejillas para ofrecer, ya que están pegadas eternamente a las palmas de mis manos.



"Cuando repasas tu diario, lo que abre un surco en tu memoria son los apuntes más intrascendentes". (Truman Capote. Diario)



El olvido, la soledad, el abandono, la humillación, curiosamente ya no avergüenzan , organizan , contemplan, recogen …




Mis kafkianos padres (quizás como todos los padres) jamás tendrán la oportunidad de dimensionar mi mundo. Eso hace que solo sea una especie de castor juntando troncos en un río seco.




Increíble como ver a Kafka en total tranquilidad en una vasta playa, con traje de baño y su gran confidente al lado ¿y si esa playa igual se sintiese como una habitación que se va cerrado lentamente?




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