Francesca Woodman- Desnuda frente al espejo 2009
'Un ser que durante toda su vida no vive, sino que no cesa de imaginarse a sí mismo’. Sin saber, los diarios de Alejandra Pizarnik ya habían alabado esta definición de Katerina Ivánovna por parte de Dostoievski. Esta cita, está en el fantástico diario de Charles Du Bos. (¡Que alguien rescate a este magnífico escritor por dios!)
A mi dolorida Alejandra y a mí la cita de Dostoievski (siempre regalada por el genial Du Bos) nos enloquece por que nos crucifica con exactitud. ¡Cuántos años hemos tratado de vivir pero no lo hemos logrado!, solo podemos oponerle a ese fracaso un eterno, tedioso y melancólico desfile de espejos eternos. Nuestro único trabajo es imaginarnos.
¿Qué es leer? ¿Qué es escribir? ¿Qué es espiarse a uno mismo?, ¿qué es dar parte de si a una empresa alocada?, ¡que es el amor?
Una nada rotunda que sin embargo embarazosamente no se puede pensar, pero está ahí, quien sabe dónde, pero siempre apoyándose en los hombros que sostienen, ya a estas alturas, nuestro cansado pensamiento…
Nadie busca algo más simple que un cobijo, un lugar. Desde el principio toda la belleza no fue más que un lugar, posteriormente cuando ese lugar se reconoció imposible, bailó la mente. El pensar reniega de todo lugar, no quiere cobijarse, quiere el ser cobija. Y eso hiere de por vida. Sólo podemos pasar la tormenta abrigados a nuestra imagen, que se proyecta en la repetición de uno mismo hasta jugar ser otro. Y en ese juego salta la verdad.
***************
"...A veces me parece
que estamos en el centro
de la fiesta
sin embargo
en el centro de la fiesta
no hay nadie
En el centro de la fiesta
está el vacío
Pero en el centro del vacío
hay otra fiesta"...
(Roberto Juarroz)
.
A mi dolorida Alejandra y a mí la cita de Dostoievski (siempre regalada por el genial Du Bos) nos enloquece por que nos crucifica con exactitud. ¡Cuántos años hemos tratado de vivir pero no lo hemos logrado!, solo podemos oponerle a ese fracaso un eterno, tedioso y melancólico desfile de espejos eternos. Nuestro único trabajo es imaginarnos.
¿Qué es leer? ¿Qué es escribir? ¿Qué es espiarse a uno mismo?, ¿qué es dar parte de si a una empresa alocada?, ¡que es el amor?
Una nada rotunda que sin embargo embarazosamente no se puede pensar, pero está ahí, quien sabe dónde, pero siempre apoyándose en los hombros que sostienen, ya a estas alturas, nuestro cansado pensamiento…
Nadie busca algo más simple que un cobijo, un lugar. Desde el principio toda la belleza no fue más que un lugar, posteriormente cuando ese lugar se reconoció imposible, bailó la mente. El pensar reniega de todo lugar, no quiere cobijarse, quiere el ser cobija. Y eso hiere de por vida. Sólo podemos pasar la tormenta abrigados a nuestra imagen, que se proyecta en la repetición de uno mismo hasta jugar ser otro. Y en ese juego salta la verdad.
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"...A veces me parece
que estamos en el centro
de la fiesta
sin embargo
en el centro de la fiesta
no hay nadie
En el centro de la fiesta
está el vacío
Pero en el centro del vacío
hay otra fiesta"...
(Roberto Juarroz)
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