Imposible viajar mas allá de uno mismo, apegado al terreno, en el diario se viaja inmóvil. Los inmuebles, dice la corpulenta wikipedia : “son bienes imposibles de trasladar o separar del suelo sin ocasionar daños a los mismos” en la escritura inmobiliaria sucede algo similar.
La escritura inmobiliaria no solo detenta la base, el terreno autónomo de la escritura de sí mismo ,sino además no pretende buscar una pública lectura, aunque lo consiga y la piense , el discurso fragmentario no busca sellar una morfología literaria pulcra , por ende el fragmento es el terreno de lo propio, lo inconfesable que se confiesa en la recreación de la palabra interior, que sólo surge como una mera anécdota del pensamiento que no forma diégesis, sino en un interior que repercute por su constante encierro.
Meditar sobre si mismo en una escritura, ¿pero porque no solamente meditar? Por que la escritura hace de la meditación un objeto y el entendimiento siempre esta necesitando uno. ¿Hay meditación plasmada en la escritura o hay escritura que provoca tras verterse en meditaciones?
Obra capital para entender la morfología psicológica del diarista: Alain Girard "El diario como género literario".
Tengo una colección de grandes diaristas: Jules Renard , Charles Du Bos, Henri Federic Amiel. Pensamientos de Joubert , Pavese , Pizarnik, Mansfield , Canetti, Kafka, León Bloy por decir algunos.
Los hypomnémata nos muestra Foucault , eran en la antigüedad registros y notas de situaciones importantes, desde gastos públicos hasta pensamientos aislados que había que recoger, aunque sin constituirse todavía en una especie de diarística o confesión cristiana. Estos escritos superaban la mera función de recordar algo digno de hacerlo, sino constituían ya un ejercicio de meditación, recogiendo pensares importantes o citas de otros autores que debían salvaguardarse .
Foucault dice en “La escritura de sí ”: “La escritura como ejercicio personal hecho por sí y para sí es un arte de la verdad inconexa o, más precisamente, una manera reflexiva de combinar la autoridad tradicional de la cosa ya dicha con la singularidad de la verdad que en ella se afirma y la particularidad de las circunstancias que al respecto determinan su uso”.
Evitar ir de libro en libro sin la conservación de la hypomnémata , con el fin de no caer en lo que Séneca identifica con la inestabilidad del alma, la fragilidad de ceder a lo que se nos es presente, la Stultitia.
La Stultitia versus hypomnémata. Es decir, vagabundeo ansioso del espíritu poco sensato frente al arte de la fijación de la escritura depositada. Un dispositivo artificial de la memoria(Platón).
Si en la academia de Platón los hypomnématas fueron revolucionarios y cambiaron el aspecto del registro filosófico , tambien el ordenador personal hoy actua como revolucionario en ese sentido, aunque no haya ni Platón ni academia.
Foucault hace la definición definitiva y la que más me atrae de los hypomnémata : “soporte de los ejercicios de pensamiento”.
Tengo una gran identificación con los obreros de las notas ya que también me siento impropio para el discurso continuo, aunque también tengo muy en cuenta el consejo de Joubert : "Cuando se escribe con facilidad siempre se cree contar con más talento del que se tiene".
En general las definiciones me son extrañas, sobre todo cuando las palabras no las hemos sentido como nuestras pero, según la belleza que conjugan, las adoptamos como a un niño de orfanato . Joubert habla y define a la “bonhomía” , si bien en primera instancia definiría al buen hombre, dentro de la honradez, sencillez y amabilidad , Joubert en su genialidad secreta la propaga y la recrea , hasta llegar a lo poético, llevando la fría y académica acción de definir a la sutileza total del poeta que sólo canta para sí mismo:
“La bonhomía es una perfección. Consiste en no rehusar el interés a nada de lo que ocupa nuestra atención, y nuestra atención a nada de lo que es inocente. Es una infancia agrandada, conservada, afirmada, desarrollada. Sirve de felicidad al hombre común, y se convierte en fuente abundante de placer y descanso para el hombre ocupado y para el gran hombre”.
Y como transcribidor medieval o como asiduo trabajador de “hypomnématas” me exalta este otro texto , en el cual Charles Du Bos reescribe como su amigo Gide le impulsa a seguir escribiendo, a no dejar que su desdicha y desánimo aminore su constante trabajo, el mas hermoso , el que no aspira a nada. He descubierto la gran magnificencia de los autores sin obras, sólo hay que dejarles hablar tras muchos años, aunque sin la impertinencia de convertirlos en obras, para que nos muestren la sabiduría infinita de los hombres que no se proponen nada, que son demasiado grandes para alcanzar proyectos artísticos y que han virado su energía creadora sobre si mismos. Sólo recrean soportes de pensamiento, los Hypomnémata.
Le dice Gide a Charles du Bos :
“Querido amigo, no abandone su diario; es posible que no llegue usted a hacer obras. Pero su diario es una obra, es su obra, esas dificultades múltiples que le impiden producir constituyen, en sí mismas, el tema de su obra...su diario debe registrar esos debates, esas angustias, esos escrúpulos interiores. Créame, más de uno de nosotros se reconocerá en su pintura, se sentirá consolado por ella, y se lo agradecerá...”
La escritura inmobiliaria no solo detenta la base, el terreno autónomo de la escritura de sí mismo ,sino además no pretende buscar una pública lectura, aunque lo consiga y la piense , el discurso fragmentario no busca sellar una morfología literaria pulcra , por ende el fragmento es el terreno de lo propio, lo inconfesable que se confiesa en la recreación de la palabra interior, que sólo surge como una mera anécdota del pensamiento que no forma diégesis, sino en un interior que repercute por su constante encierro.
Meditar sobre si mismo en una escritura, ¿pero porque no solamente meditar? Por que la escritura hace de la meditación un objeto y el entendimiento siempre esta necesitando uno. ¿Hay meditación plasmada en la escritura o hay escritura que provoca tras verterse en meditaciones?
Obra capital para entender la morfología psicológica del diarista: Alain Girard "El diario como género literario".
Tengo una colección de grandes diaristas: Jules Renard , Charles Du Bos, Henri Federic Amiel. Pensamientos de Joubert , Pavese , Pizarnik, Mansfield , Canetti, Kafka, León Bloy por decir algunos.
Los hypomnémata nos muestra Foucault , eran en la antigüedad registros y notas de situaciones importantes, desde gastos públicos hasta pensamientos aislados que había que recoger, aunque sin constituirse todavía en una especie de diarística o confesión cristiana. Estos escritos superaban la mera función de recordar algo digno de hacerlo, sino constituían ya un ejercicio de meditación, recogiendo pensares importantes o citas de otros autores que debían salvaguardarse .
Foucault dice en “La escritura de sí ”: “La escritura como ejercicio personal hecho por sí y para sí es un arte de la verdad inconexa o, más precisamente, una manera reflexiva de combinar la autoridad tradicional de la cosa ya dicha con la singularidad de la verdad que en ella se afirma y la particularidad de las circunstancias que al respecto determinan su uso”.
Evitar ir de libro en libro sin la conservación de la hypomnémata , con el fin de no caer en lo que Séneca identifica con la inestabilidad del alma, la fragilidad de ceder a lo que se nos es presente, la Stultitia.
La Stultitia versus hypomnémata. Es decir, vagabundeo ansioso del espíritu poco sensato frente al arte de la fijación de la escritura depositada. Un dispositivo artificial de la memoria(Platón).
Si en la academia de Platón los hypomnématas fueron revolucionarios y cambiaron el aspecto del registro filosófico , tambien el ordenador personal hoy actua como revolucionario en ese sentido, aunque no haya ni Platón ni academia.
Foucault hace la definición definitiva y la que más me atrae de los hypomnémata : “soporte de los ejercicios de pensamiento”.
Tengo una gran identificación con los obreros de las notas ya que también me siento impropio para el discurso continuo, aunque también tengo muy en cuenta el consejo de Joubert : "Cuando se escribe con facilidad siempre se cree contar con más talento del que se tiene".
En general las definiciones me son extrañas, sobre todo cuando las palabras no las hemos sentido como nuestras pero, según la belleza que conjugan, las adoptamos como a un niño de orfanato . Joubert habla y define a la “bonhomía” , si bien en primera instancia definiría al buen hombre, dentro de la honradez, sencillez y amabilidad , Joubert en su genialidad secreta la propaga y la recrea , hasta llegar a lo poético, llevando la fría y académica acción de definir a la sutileza total del poeta que sólo canta para sí mismo:
“La bonhomía es una perfección. Consiste en no rehusar el interés a nada de lo que ocupa nuestra atención, y nuestra atención a nada de lo que es inocente. Es una infancia agrandada, conservada, afirmada, desarrollada. Sirve de felicidad al hombre común, y se convierte en fuente abundante de placer y descanso para el hombre ocupado y para el gran hombre”.
Y como transcribidor medieval o como asiduo trabajador de “hypomnématas” me exalta este otro texto , en el cual Charles Du Bos reescribe como su amigo Gide le impulsa a seguir escribiendo, a no dejar que su desdicha y desánimo aminore su constante trabajo, el mas hermoso , el que no aspira a nada. He descubierto la gran magnificencia de los autores sin obras, sólo hay que dejarles hablar tras muchos años, aunque sin la impertinencia de convertirlos en obras, para que nos muestren la sabiduría infinita de los hombres que no se proponen nada, que son demasiado grandes para alcanzar proyectos artísticos y que han virado su energía creadora sobre si mismos. Sólo recrean soportes de pensamiento, los Hypomnémata.
Le dice Gide a Charles du Bos :
“Querido amigo, no abandone su diario; es posible que no llegue usted a hacer obras. Pero su diario es una obra, es su obra, esas dificultades múltiples que le impiden producir constituyen, en sí mismas, el tema de su obra...su diario debe registrar esos debates, esas angustias, esos escrúpulos interiores. Créame, más de uno de nosotros se reconocerá en su pintura, se sentirá consolado por ella, y se lo agradecerá...”
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