William Turner, Luz y color - (Teoría de Goethe) La mañana después del Diluvio. 1843
Que difícil es escuchar a esos mineros atrapados cantando el himno nacional. Todo patriotismo es un egoísmo en masa, -dijo Bakunin. Pero los himnos del comité al parecer no emocionan. Que mi ligazón emocional se ligue a la actividad productiva y que de ahí surja la emoción es difícil, sin embargo la nación genera emoción. Esto a pesar de que la nación es el alma que ampara las relaciones sociales de una producción desenfrenadamente desigual. Los trabajadores versus los dueños de los medios de producción, esa dialéctica parece que no emociona. Sin embargo un himno sí.
Sólo se puede explicar esto dándole ribetes “religiosos” a la nación, a la patria.(en el sentido de ligar , amarrar) , la patria amarra los corazones mas aún que las clases, que a pesar de ser mas reales (materiales), no alcanzan las cuotas de emoción suficiente sino se utilizan con una propaganda barroca. Patria, tierra de lo padres. Freudianamente se explica ese himno entre sollozos. La tierra de los padres muertos, aún vive en la eterna disputa entre sus hijos herederos , eso es la cultura.
Me asombra aún la complejidad humana. Pienso en el color. Goethe y Wittgenstein, entre otros, han hablado mucho sobre este fenómeno. Yo sólo me alarmo: Una adicta a primera hora de la mañana , extraordinariamente delgada y perdida compra un encendedor. Pero su angustia que se acrecienta a esa hora, le da el tiempo y el valor suficiente para exigir con vehemencia y rigor estético el color del encendedor con el que aplacara su angustia drogadicta. ¿Importarán los sentidos cuando precisamente se quiere prescindir íntegramente de ellos? Es como si dijese –“en pocos segundos más me iré del mundo, pero antes de hacerlo doy una opinión mundana del artefacto que me servirá para hacerlo, elijo el rojo , no quiero el verde”. (Peter Sloterdijk habla sobre esta decadencia de los oráculos en torno al devenir psicohistórico de la drogas en “El extrañamiento del mundo”.)
Formidable animal es este humano. Homus estéticus.
“¿Son rojas las rosas en la oscuridad? -Se puede pensar que son rojas las rosas en la oscuridad.-(El hecho de que se pueda 'pensar' algo no significa que tenga sentido decirlo)”. (Wittgesntein, Zettel)
Sin embargo la adicta pensó.
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Sólo se puede explicar esto dándole ribetes “religiosos” a la nación, a la patria.(en el sentido de ligar , amarrar) , la patria amarra los corazones mas aún que las clases, que a pesar de ser mas reales (materiales), no alcanzan las cuotas de emoción suficiente sino se utilizan con una propaganda barroca. Patria, tierra de lo padres. Freudianamente se explica ese himno entre sollozos. La tierra de los padres muertos, aún vive en la eterna disputa entre sus hijos herederos , eso es la cultura.
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Me asombra aún la complejidad humana. Pienso en el color. Goethe y Wittgenstein, entre otros, han hablado mucho sobre este fenómeno. Yo sólo me alarmo: Una adicta a primera hora de la mañana , extraordinariamente delgada y perdida compra un encendedor. Pero su angustia que se acrecienta a esa hora, le da el tiempo y el valor suficiente para exigir con vehemencia y rigor estético el color del encendedor con el que aplacara su angustia drogadicta. ¿Importarán los sentidos cuando precisamente se quiere prescindir íntegramente de ellos? Es como si dijese –“en pocos segundos más me iré del mundo, pero antes de hacerlo doy una opinión mundana del artefacto que me servirá para hacerlo, elijo el rojo , no quiero el verde”. (Peter Sloterdijk habla sobre esta decadencia de los oráculos en torno al devenir psicohistórico de la drogas en “El extrañamiento del mundo”.)
Formidable animal es este humano. Homus estéticus.
“¿Son rojas las rosas en la oscuridad? -Se puede pensar que son rojas las rosas en la oscuridad.-(El hecho de que se pueda 'pensar' algo no significa que tenga sentido decirlo)”. (Wittgesntein, Zettel)
Sin embargo la adicta pensó.
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