Esta noche, precisamente la noche de Cristo, me regocijo en el apriorismno de la soledad mas absoluta y me abochorna pensar que al igual que el viejo y flojo Kant no me desplazo ni un kilómetro lejos de mi ciudad natal. Mi Königsberg hoy esta llenas de manzanas y pescados podridos producto de su feria semanal, no hay pesebres ni ritos, solo un ruido ensordecedor , un ruido que lo llena todo, soy yo mismo, el geográfico, el inmóvil, el a priori reclamando experiencia, o sea rezándose a si mismo .
Los viejos tarot han engañado a este pobre buitre, lo depositaron al fondo de la existencia para que se ganara la vida, como Moisés invertido viajé seguramente de un palacio a las ruinas israelitas. Estoy aquí ganándome la vida, estudiando las filípicas mientras hago de mercader, y mi camello o sea mi conciencia viaja entre todo este pueblo polvoriento que jamás entendió ni entenderá ni una palabra de lo que pienso , ¿cual es el panorama entonces? , la única opción es hacerme una existencia apócrifa. Escandalizarme como San Jerónimo con los nuevos escritores cristianos y su estilo ruin y ver como el viejo estilo latino sucumbe ante la mayoría. Ya no hay que reclamar nada sólo hundirse en el río.
¿Habrá algún viejo despótico que le abra las aguas a este elegido?
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Que la cultura haya terminado en esto, en un nacimiento excéntrico , sumido entre camellos tengo que escribir mis buenas nuevas. La confusión estriba en que ahora hay miles de zarzas ardiendo reclamando el “soy lo que soy”, o sea reclamando ser Yahvéh, pero ni un gramo de oro para hacer el mas ínfimo becerro para satisfacer nuestros deseos sagrados.
¿Volverse oriental , bañarse en el Ganges por la mañana, purificando nuestro cuerpo?, NO , no mas nihilismo infantil, me acerco mas a ese viejo Buda Bodhi-Dharma que por el cansancio que generó su entusiasmo de excursionista peregrino , para llevar el budismo de India a China, se durmió y en represaría consigo mismo cercenó sus párpados y de ellos brotó la hoja del té. ¿No es eso el mayor gesto de honestidad? nadie puede dormirse sin cercenarse una parte de si , por eso el mundo que hoy esta en una constante y sistemática siesta a cercenado su órgano mas vital, el único que le daba las llaves de la conservación , ha cercenado su cultura. La cultura que dice mundo , que dice vida , que dice aquí. Y de esos parpados modernos , nosotros sus hijos, somos sus mayores aberraciones y nos secamos apáticos y mudos como viejas hojas de té, haciendo del hombre una infusión, una necia preparación para que olvide, de una vez por todas, que alguna vez fue Hombre.
Volver a la lógica y traicionarse a si mismo
El pensar, en un monstruo modesto como yo, sólo es una acicalo de pájaros, es una especie de sobrevivencia y escudo, la racionalidad gran conciliadora humanitaria tiene también sus dragones. Pura pasión de artista mendigo, eso es lo que soy , y por eso algunas semanas me visto de racional para ver como funcionan las estructuras metafísicas del pasado y cuales me deben corresponder a mí para seguir la posta decadente de la erudición.
Comprender en su profundidad más extenuante, lo que es el egoísmo y sopesar la compasión como el acto que nos forja como civilización es algo extenuante, un trabajo maldito al que nunca se podrá renunciar.
Será porque de pequeño sentí compasión por todos los seres que sentía indefensos, tanto así que al preocuparme por ellos no sólo de cobijarlos y protegerlos los pensaba, les hacia directrices, me convertía en ellos, este acto de encarnación a su vez destruía y dañaba , la compasión mía se basaba exclusivamente en veneno de araña , preocupación para mi es destrucción. Una especie de dialéctica arácnida.
El yo se volvió paraíso, y cuando se asume eso uno se transforma en un sistema neuronal sujeto a todo el dolor posible. Los demás ignoran pero pujan profesionalmente, por eso la retórica de los compasivos me es ajena y un blanco a convertir, como soy un criado de ellos tengo que batirme día a día con esa compasión de Bhodisattva , volver a buscarlos, la obra superando al creador. Sentirme que pienso y poner tras las rejas a la razón es un desafío de verano que me destruye la piel con su sol dios, invicto y eterno (Sol Invictus) y así como el emperador Constantino su fiel prosélito, netamente pagano y titulature plus felix invictus, al cual la alucinación lo convenció con estética y éxtasis en asumir su cruz y ahora nuestra cruz civilizatoria convertida en pura neurosis, la asumo como él dejando al sol y su luz vital en agonía para que entre, como el mismo arácnido compasivo que soy, lo inhumano a guiar lo humano.
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