domingo, 30 de diciembre de 2007

El efecto Kuleshov



Estoy escribiendo como un loco, le digo a Michel, el me mira con una ceja entusiasta, agradecido de la frase (agradecido por que con ese absurdo comentario mío lo saco por unos segundos de su resaca infernal y el subir la ceja es el único acto virtuoso que puede hacer un cuerpo en ese estado de penitencia). ¿Como el tipo del teletipo? –preguntó-con dicha ceja artificialmente depositada en su frente. Si -le dije- , voy como en un estado de inercia, veras, la inercia es por todos conocida, en teoría claro esta, pero este estado en que me encuentro sumido se ríe de la teoría, es decir lo comprendí cuando venía en el bus desde Valparaíso, donde iba sentado en el primer asiento con una vista muy bella por lo demás , ya que iba atrás del chofer, y que además este era muy simpático, aunque esta simpatía con el auxiliar lo ponía un poco distraído, de pronto un auto se cruza e intenta adelantar , el chofer se asusta, carga el freno en una rápida reacción, en ese instante “sentí” la inercia , ¿que es la inercia?, es ese sentimiento en el cual te das cuenta que frenar es inútil, es una especie nueva de vacío , no estático, sino que te arrastra, si el chofer hubiese acelerado no hubiésemos caído en ese vacío, al generar resistencia la inercia toma vida , se desboca, y no hablo del típico frenazo , por que no lo fue, ni siquiera se le asemejo, fue esa sensación –repito- de sentir la total inutilidad del acto de frenar. Un empuje físico.
Así me encontraba yo en el acto de escribir cuando recibí ese piropo de Michel (el del tipo del teletipo, atribuido a la persona de Jack Kerouac que escribía en hojas de teletipo sin parar, loco, como un rollo de confort budista), en retribución a sacarlo por unos segundos de su resaca medieval. Pero cualquier acto de creación abre sus piernas, quiere diversión, o sea cualquier tipo de triunfo y fama. Yo entrenado para esta situación ignoro esa máxima, he suspendido la esperanza, y además ¿que puede ser la fama? Es una obsesión de los espíritus débiles, cuando pienso en ella la asocio al momento cuando se entra a Valparaíso por atrás, o sea por el cerro Los Placeres , ahí se pueden ver tanto como caballos hambrientos (que basan su dieta en pañales usados de guagua) como arquitectura espontanea, casas bellas de raras y pobres que son y también la cancha de fútbol mas improbable del mundo, el club de barrio dueña de ella (¿quien puede ser dueño de un foso poético de polvo?) se llama increíblemente “La fama”, cada vez que me viene esa palabra pienso en la cancha improbable. Soy malo para los significados, que son al fin y al cabo las metas artificiales que el hombre se planteó para tratar de vivir en sociedad)

Michel es un nuevo amigo que hice, digo bien hice, porque es extraño hacerlos , como si fueran de arcilla, es beneficioso a veces tener estas coartadas no solo para beber , sino para conseguir cosas, tranquilizantes , azoteas en viña, mujeres. Ese conseguir que suene por favor como el más inocente, creo que suena mas violento el hacer. Michel es geógrafo aunque no le interesa para nada su disciplina, no ve en ella nada mágico pero ¿por que uno debería ver algo mágico en ella?, esta bien yo no veo nada mágico en todo. Vamos a un bar , a el le gusta uno en particular, mucho jazz y soul , esto atrae a los treintañeros como a la miel, las mujeres sin ningún pudor sueltan su sensualidad, ya han tenido un par de hijos y han fracasado (los primeros fracasos van relacionados con las profesiones de sus parejas mas bien inútiles , luego ellas con un ojo de águila terminarán con un ingeniero o un constructor civil de renombre, este último las hará feliz y les aceptara sus hijos ,ellas finalmente odiaran todo lo volátil, botarán su literatura volátil, su ropa volátil y al fin se vestirán bien),las mujeres de ese bar ya han encontrado un buen método anticonceptivo, a si que van tranquilas , se sueltan a la sensualidad, no pueden pasar la noche sin ser folladas con pasión jazzística, despejadas totalmente, anticonceptivas. Michel sabe eso de las mujeres e intuyo que por eso ese bar es su preferido (mas que por el jazz)
Habla de la Geografía, no técnicamente sino de sus aventuras en sus salidas a terreno, Michel tiene claro cual es su objetivo en la vida, ganar, ser como esos constructores civiles e ingenieros, venir a este bar y llevarse a estas atractivas mujeres, sofisticarse sin ser volátil. Puede defender a Stalin tanto como a Hitler, técnicamente defiende el “socialismo”, incluso a costa de volverse un nacionalista bárbaro. Notablemente el es un hombre sin prejuicios, se puede sentar con cualquiera a conversar y suspende artísticamente su prejuicio, por ejemplo puede conversar con un fascista o un Opus Dei y le da lo mismo, empieza de cero (por su habilidad) aunque después lo golpeé, pero cabe recalcar que al comienzo la conversación parte de cero. Creo que el nota esa virtud, aunque no es tal, honestamente presiento que es una extraña clase de autismo. Tanto así cree él en su falta de prejuicios, que lo único que ha leído de filosofía seriamente es algo precisamente con respecto al prejuicio, algo de Gadamer si mal no recuerdo, el asume su virtud (o su autismo) con pulcritud estudiantil.
El geógrafo se adecua al local, nadie ahí parece ser rígido en sus posturas políticas, votaran por el que les de mayor seguridad, las mujeres por quien les asegure un método anticonceptivo de calidad e idealmente poder abortar sin problemas, por eso no son de extrema derecha, mas que por razones político-económicas, además la izquierda radical les parece muy “popular”. Los hombres necesitarían un hombre de empresa, creo que aman a Sarkozy, y creen que Piñera trata de imitarlo, aunque ridículamente.
De pronto un viejo me habla al oído, intuyo de inmediato que es gay (yo con la capacidad de establecer prejuicios de un sabueso viejo y policial), ¿que hace un viejo ahí?, dentro de tanto treintañero inteligente y ambicioso, ¿por que los mozos no lo echan?, todos consumen diez veces mas que él, y sirven en el mundo veinte veces mas que él. El quiere llevarse a ingenieros a la cama. Parece que es profesor de algo, cosa que aun mas me desagrada, ¿pero por que me habla al oído?, todo el mundo me mira como diciendo ¿no vas a hacer nada?, a todos les molesta ese viejo ahí, el debería estar con sus gatos y su chulo adolecente en su apestosa casa y no contaminar la belleza de ese bar. Cuando se da la vuelta hago el gesto de puntearlo, ¿los rockeros lo hacen o no?, el se ofende, tanto que da entender que es la mayor ofensa que le han profesado, los mozos ríen, eso significa que el viejo no da gran propina y además contamina el local visualmente. La mujeres anticonceptivas me miran como gatas, el geógrafo me dice que es mejor que nos vayamos, le obedezco como si fuera un obrero y el un especialista, el no había visto nada malo en el viejo, pero sé que eso se debe a su profesional falta de prejuicios. Me retiro, pero antes hablo unas palabras en francés, por lo menos aprendo insultos, obligué a los estudiantes de intercambio a que me los enseñen, creo que les caigo mal pero temen de la fragilidad de su extranjería y ceden.
Al otro día me debo encontrar con Horacio, el es tecnólogo médico y es un buen tipo pero esta un poco loco, su fácil acceso a drogas lo ha puesto así creo, para estudiar toma Mentix, para follar algún derivado sintético de la anfetamina, para bailar otra (la típica), incluso toma algunas para hacer deporte, esos irrigadores sanguíneos. El me trae medicamentos fácilmente, incluso le gusta hacerlo, por él que todo el mundo fuese químico, ama la marihuana pero no resiste fumarla, encuentra eso un gesto vulgar y burocrático, podrían concentrarla en píldoras y además agregarle esto y aquello me dice.
Cada vez que me pasa algunos tranquilizantes me insiste:- tomas píldoras para bebé yo te suministraré algo bueno- dice. Incluso me obligó a tomar las famosas pastillas para estudiar, cosa que hice pero no me permitió estudiar ni un minuto, es más, tuve que salir a la terraza a tomar aire, mi cerebro se sentía arado, para calmarlo tuve que hacer otra dosis de tranquilizantes, más compleja. Al otro día mi cerebro amaneció como una trilla, cosechado de sangre, ¿quien puede estudiar con un rinoceronte como cerebro?
Cuando le digo que la marihuana me da ataques de pánico , el me explica técnicamente por que ocurre ese proceso,- bueno eso es normal en cerebros un poco susceptibles, pero te recomiendo que fumes yerba y luego te tomes una de estas , estarás protegido de cualquier paranoia-me dice , y me lanza una píldora pequeñita, casi insignificante. Ya tarde en la soledad que da la terraza con la música a medio volumen prendo un pito, hace años que no fumo, de hecho el tecnólogo tuvo que hacer la parte burocrática de liarlos y pasar la lengua por el y todo eso. Era fuerte, creo que el me pasó la marihuana mas fuerte que disponía para probarme que la píldora, esa insignificante que debería tomarme después, era efectiva, fume tranquilamente, me volé como un quinceañero, volví a amar la música nuevamente. Leí un reportaje sobre Sarkozy por horas, la realidad es que no se disfrutar este tipo de voladas. Luego ya muy alto tome la pastillita que hizo el efecto de un aeropuerto en el Amazonas, el cerebro pasó de ser una cabra libre en los Alpes a un gato atropellado en Pudahuel. La sensación fue horrible, hubiese preferido mejor una taquicardia de las que estoy acostumbrado.
Unas horas después el tecnólogo llega a mi casa, creo que de pura curiosidad, tengo la impresión que experimenta con los amigos, cuando llegó vio que la fotografía de Sarkozy en el reportaje estaba con unos bigotes dibujados con plumón , pensó que algo andaba mal, yo le mire fijo, mi gato atropellado había fallecido. La química es así -me dijo- y volvió a repetirlo para sus adentros eso si casi susurrando y mirando el mar –la química es así. Siento que saco esa frase de algún lado, no es suya. No lo aprecio tanto pienso en mi interior, la química es así.
Fuimos unos días después con el tecnólogo a vagar por Viña, el tiene dinero , un jeep Montero, yo me siento de copiloto, parezco su puta, todas las mujeres me miran , es extraño, todas hasta las ancianas, arriba de ese jeep todas miran, parece un mito antiguo ese del seductor con un buen auto, yo creo que es el efecto Kuleshov, o sea cualquier cara que vaya ahí será mirada, el efecto Kuleshov fue creado por ese teórico ruso que lleva su nombre , probando que el montaje es lo que le da el significado al cine, por ejemplo filmaba una cara de un actor y luego montaba un plano de una sopa, luego la misma cara la ponía al lado de un hombre muerto , la gente decía ¡Que buen actor!, “como se somete al rigor de la emoción”, y no sospechaba que el experimento quería probar que la expresividad era del montaje cinematográfico, o sea de la distribución y relación de los planos y no de la habilidad del actor ¡por que era su misma cara! uhhh que tramposos son estos rusos. Lo mismo pasaba arriba del jeep montero, la gente ve en esa cara anónima (la mía en este caso, la de la puta que va de copiloto) algún extraño tipo de expresividad, quizás hasta belleza, pero no saben que es el efecto Kuleshov, no soy yo, es el montaje, o sea yo sumado, al lado del jeep. El jeep haría las veces de plano y yo del actor inexpresivo.
Hago efectos Kuleshov en todo, con la cerveza, los perros, los bares. Incluso he pensado tras la experiencia del Geógrafo y el Tecnólogo que la amistad misma es un efecto Kuleshov.
Casi no lo soporto, que fastidioso es ver como los rusos me quitan la ilusión.

1 comentario:

Fuloilrepor dijo...

Hola, me encantó tu blog, pero no pude con mi condición.
Alevosía se escribe con v.
Bueno, espero no te moleste, es que era como una mancha en un blog muy muy interesante.
saludos, te sigo leyendo
Ce