lunes, 10 de diciembre de 2007

Al final escribir es contestar.



Hoy, mamá ha muerto” , así comienza “El extranjero” de Camus , tiempo atrás leí con esa típica desidia adolecente esta novela, solo me dejó algunos claros, su corta extensión seduce al escolar que lo quiere saber todo rápido y fácil. Ahora entiendo que tengo que releerlo todo de nuevo, pensarlo, hacer pequeñas notas y fichas con mis comentarios. Es una tarea extenuante y sin sentido.
El que tuvo en préstamo el libro antes que yo en la biblioteca , era al parecer un ser extraño, quizás ya la había leído varias veces, sino no le encuentro sentido a que haya subrayado palabras como: “conserje” , “cinco años” , “asilo”, “no me gusta el domingo”, quizás esta última yo también la hubiese subrayado , ¿pero las anteriores?, palabras secas , solitarias y absurdas. Pero poco a poco a medida que avanzo le voy encontrando cierta razón, yo también amo los compartimentos mentales , las plegarias y divagaciones puntuales de los escritores, quizás el “no me gusta el domingo” baste para sentirme satisfecho. La diégesis literaria que versa en la contratapa explicando el todo de la novela me importa menos, no amo las novelas por “su historia” sino por su partes , no siento en la coherencia del relato final su gran mística, el extranjero se trata de….y con esto el autor desarrolla su existencialismo profundo al percibir la soledad del hombre moderno y bla bla bla. Con la frase “no me gusta el domingo” ya infiero esto. No necesito asumir la estructura de una novela como la asumía la poética aristotélica, no me interesa contar un cuento.
Sólo leer da impulso a escribir, antes no podía hacerlo, ¿quien puede ser escritor con un dios al hombro exigiendo obediencia? He leído interesantes ensayos sobre la estructura de la novela, sus funciones reglas y estilos, se como se lleva la tercera persona y también el giro romántico de pensarla en primera, pero no acierto y no me importa, si escribo y me salto las perspectivas del autor, no respeto tiempos gramaticales y me enrollo en una divagación insolente es mi problema, lo que señalo es que ¡sé como evitar mis errores pero me niego a enmendarlos! Porque: ¿quien le puede exigir pulcritud literaria a un tipo que escribe en el rincón más arrinconado de los rincones del planeta? , y no lo hace por mera rebeldía, por que de hecho no cree en ella, sino solo lo hace para jugar y no extinguirse. Para asumir ese aforismo del “todos mueren menos yo”.
Tiempo atrás le envié- solo como recreación-, un trozo de algo que había escrito a Pablo Simonetti solo como un juego mediático, por que me habían regalado su novela y me dije en el absurdo de mi monólogo interno: “le enviare algo y será su deber contestarme”, recibí un respuesta amable y alentadora (que no me significo nada siendo sincero) , escribí algo duro y profundo , literariamente bien considerado por mi (ya que lo que escribo en este blog se aleja demasiado de mi ideal literario y es solo tomado como una práctica que suelte la desesperanza, lo descarnado y las yemas de los dedos, lo significativo esta donde debe estar , oculto).
Les explico tanto absurdo, lo que pasa es que me provoca cierta ironía que me respondan, una preocupación extraña y fría , pero preocupación al fin , parecido a un acto de un presidario que manda cartas a quien quiera escucharlo para decir: “estoy preso , quiero dar la PSU, quiero amor etc, etc”, y es loco que alguien al otro lado se conmueva y se diga , le responderé. Incluso me acaba de pasar , al hacerme una cuenta en la famosa red social que todos hablan, la Facebook, invité a Sebastian Piñera a ser mi amigo (en un acto que prueba lo desequilibrado que estoy) y este me aceptó prontamente, hecho que me provocó una gran carcajada, dada la contradicción de que recién había pasado por el barrio donde en el sector mas duro, estaban todos los vecinos abriendo un grifo para llenar una enorme piscina , cuando un niño de pronto pateo el agua que escurría por la orilla de la calle y me mojo, con un gesto de altanería y travesura como diciendo: “no te hagas el poblacional ahora si a la primera oportunidad que tienes te vas y te escapas de este basural”. No me molestó la mojada por que fue sincera y refrescante (y algo intimidatoria también y es bueno que así sea para que me quite el calor y me haga pensar), ¿ahora tendré que contarle a Piñera que un niño me mojó?, para mí una red social es la que se pone detrás del arco en la cancha de tierra.
Pero volviendo a Simonetti, como me gustan las cartas más que la escritura misma le contesté el mensaje que decía algo así como:

Soy de esas personas un tanto marginales, de hecho la geografía era mi bandera tiempo atrás y mi espíritu quedaba relegado solo a lugares comunes, o sea a dogmas populares.
Pero ahora que el mundo esta resuelto, el cogito libre y me he desecho de todo el mundo, ¿que queda?
Reflexionar en serio, dejar la ironía, dejar de pasear pequeños Rimbaud de la mano. Seriedad me exijo y en esa exigencia me llega el tedio. Por eso Cioran, por que me hizo comprender que el tedio es místico, es una ventana al paraíso. Pero no creas que mi vida esta llena de matices, (solo los que da el mar), sí, he podido hacer trampa y leer una especie de manual para poder estructurar una novela pero:
¡No tengo tiempo! (una sentencia tan banal y decepcionante) ahora “mi profesor” quiere que en tres días explique el proceso político Latinoamericano, ¡que armas tengo yo para eso! (Parezco a ese Rimbaud infantil refunfuñando con la enseñanza del Latín, a ese se le perdonaba cualquier rebeldía, hasta la mas estúpida). Teniendo que leer a todos los cientistas de la democracia, transiciones y autoritarismos, escritos llenos de recelo y de esperanza, de una extraña ciencia que mira de reojo y ve como día a día decae el Estado enfermo en “manos invisibles” (tu sabes a que me refiero al famoso Adam Smith con el cual cada vez más ejercito mi recelo, pero para que este sea justificado, estudio los mas diversos economistas para no dar más opiniones llenas de prejuicios (estúpidamente como si ellos tuvieran exclusiva responsabilidad en encontrar la “clave que busco” pero estoy atrapado. ¿Parece que sufro cierto? Pero en realidad juego a ello…).

“Estoy solo”, -siento que me dice el anterior lector de Camus-, “leo insistentemente esta novela, por favor escribe sobre mi extraña forma de subrayar”. El extranjero mismo me envió una carta subliminal, que acojo en este pedazo de luz que superó con flojas armas al papel.

2 comentarios:

Húayat dijo...

Estimado coctelmarx terminé mi pequeña obra " Que más da " por si te interesa saberlo , gracias por tus visitas, saludos de un humilde aprendiz de poeta .

Elver Cruzila dijo...

"No te hagas el poblacional"... lo encuentro fantástico.