lunes, 24 de enero de 2011

Diario

“La obra no pactará con el impostor Jesucristo”… Esta frase de “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” de Borges me ronda por días y no sé que hacer con ella. Se ha creado un universo completamente conocible a diferencia del nuestro que pareciese cognoscible pero apenas es vislumbrable. Y ese nuevo cosmos tendrá que venir con una enciclopedia explicativa (La primera enciclopedia de Tlön) y principalmente…la obra no pactará con el impostor Jesucristo…(¿Existirá un genuina obra que de un modo u otro no pacte con él?) Un lugar, sólo posible en Borges, donde “todos los hombres, en el vertiginoso instante del coito, sean el mismo hombre”… y lo son.


Me encanta el silencio de los dioses pero a ellos les incomoda ese encanto…¿Y a los dioses se les permitirá percibir nuestro silencio y retirada? El silencio nuestro se manifiesta en el rezo personal, cualquier oración pidiendo algo para uno mismo es un insulto a la divinidad.



“Cuando todos van hacia el exceso, parece que no vaya ninguno. El que se detiene permite, como punto fijo, observar el arrebato de los demás” (Pascal) .

Me es imposible observar, soy del grupo observado… y bailo…



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