lunes, 17 de enero de 2011

Diario



Una extraña sensación: pensar que son las diez de la mañana pero son las 10 de la noche.La prostituta fue tierna...y bella, yo le pago como es debido. Es argentina y en mi locura me permite que le cante un tema (Dani California de los red hot) nada es excéntrico para ella.Y la confianza no llegó ni de una iglesia ni de un libro. Sólo de ella.Creeme me dice- (aunque ese no sea un lugar de fe) me gustas..Yo sonrío, es irrelevante si le gusto, sería algo inédito en los 4000 años de historia de la prostitución...pero si es importante que me haga sonreír.

No hay gente ni público. Y los diálogos con un eco extraño.Me siento de nuevo como esos desastrosos 18 años.Y las canciones están todas nuevamente esperando salir de mi cabeza...El arte, el arte, amigo olvidado, ahora es inevitable...

Me acuerdo como si fuera ayer , leyendo a los 18 años una entrevista John Frusciante...tirado en la cama y pensé este tipo es increíble. Hoy en otra cama y escuchando a otro Frusciante la sensación es la misma-. El esta más sano...yo no.


Reconocer el dolor de la existencia que movimiento mas bello...



¿Ha sido innoble tomar una mujer por bienes? , a lo menos debe haber sido tomado por guerra, pero este no es un mundo de amor ni menos económico , es un forja de sufrimiento constante y el hombre, concepto participativo aunque aparente, deberá estar a la altura de su falsa metafísica y actuar en la inocencia griega.

No hay religión, ni dioses, ni amor. Daño profundo y puro el cual me regocija no a mi como falso ente metafísico, sino al cultivo de guerra que esta depositado dentro de mi cuerpo. En el vacío viceral.En la estancia del peligro que no quiere ser engañado, que no acepta compasión, que baila en torno a presas y victorias.


Hacer sufrir...un arte intenso, único , reservado a los hombres que han avasallado todo orden moral y se preparan para recibir la vida en el banquete eterno de la existencia -dolor. La existencia que no reconoce palacios y ríe de los albañiles sensuales como Buda.


“Uno ama algo y , apenas ese algo se convierte en un amor profundo, el tirano que llevamos dentro (que podríamos llamar nuestro yo superior) dice: eso es precisamente lo que te pido en sacrificio. Y, en efecto lo sacrificamos, pero no sin ser torturados a fuego lento”. (F. Nietzsche citado por S. Zweig en "La lucha contra el demonio")
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"...Y si algún día, tristes, con esa gran tristeza

del que se sabe inútil como materia bruta,

lloráis con lagrimeos miserables de bestias,

y cuando un día muertos,—si también os muriérais,—

­caigáis como pedazos de estiércol a la tumba.



Mi carcajada enorme estará con vosotros,

tal como un moscardón sonando en los oídos,

y me tendréis presente clavándoos los ojos,

azotándoos el alma con un mirar recóndito

hasta el fin de la tierra y hasta el fin de los siglos!"



Pablo de Rokha DE SÁTIRA (1918).

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