El Diablo tuvo que volverse técnico para ganar su batalla. Pero ¿donde están los dioses? Hasta en la cocina dice Heráclito. Dios, la ausencia que se esconde tras lo infinito. Esa ausencia ha tomando carácter. Pensar la nada con la misma porfía que en la niñez se miraba la luz del soldador.
Goethe le escribe a Jacobi: "Heme aquí subiendo y bajando cerros, y buscando lo divino en las plantas y en las piedras” (in herbis et lapidibus). Para repensar el ser es necesario encontrarse nuevamente con lo velado. La nada puede ser una primavera.
Un absoluto sólo sabe autocontemplar, Dios se hace hombre por que acepta su radical soledad. ¿Dios mío por que me has abandonado? grita el crucificado- Eloi, Eloi, Lama Sabachthani? En palabras de Ortega, Cristo "fue hombre sobre todo y ante todo por que dios le dejo sólo". No hay sitio hoy para él. El mundo ha tomado un camino, ha pensado torcidamente. Aunque parezca extraño el pensar metafísico se le opone. El trato con los entes mas que sagrado y sereno, es disponible.
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