miércoles, 14 de mayo de 2008

Mi libro de Historias Bíblicas


Fui un accidente, aun más un error, para los escritores o académicos es fundamental tener una biblioteca en casa, aunque sea básica, simbólica. Yo no tuve libros , nunca los ame. Sólo tenía la biblia y unos asquerosos libros de una extraña secta cristiana , lleno de dibujos del Rey Salomón y Diluvios , dibujos horribles pero inolvidables. Gracias a esos dibujos me hice una historia personal del mundo, de Adán a la torre de babel , desde Abraham al señor Jesucristo , todo ilustrado, todo como un progreso de amor que culminaría en un paraíso de animales. Entonces mi gran y casi exclusivo trabajo de infancia fue eternizarme. Jamás pensé en nada más que eso, y crecí amarrado pero sin límites.

Por lo demás un pobre real no puede aspirar a nada, quizás lo único es “intentar” divertirse, en el divertirse se planta la vida, lo intelectual es un monstruo vedado. Al contrario del burgués, extraño léxico quizás dirán, anticuado y progresista, sí pero no quiero instaurar otro, pobre y burgués, que sigan así, no es mi trabajo proponer terceras vías. Por un lado el burgués como el viejo de tez colorada y pantalón de cotelé Dockers con mucho ocio como para sorbetear un café en el Mall echado para atrás. Tiempo, eso es lo que define, lo que marca, en el local que cito no sólo se sirven cafés sino que su especialidad son churros finos , el que los fríe para el viejo burgués es un joven pobre, también de tez colorada pero por la falta de oxígeno de tanto aceite frito que se cuela por sus poros. Mientras el viejo burgués con su tiempo de café se entera que existe Marcelo Lillo un nuevo escritor chileno del que todos hablan, el pobre que fríe sus churos le importa un pito ese nuevo escritor y si le importara no lo sabría. El burgués gana terreno tomando café cuando el pobre sólo quiere salir luego del horno de la vida, extenuado y sin más horas que las que le prestan para dormir.

¿Era necesario ir hasta los churros para retratar que la niñez pobre sólo se alivia con literatura bíblica estúpida? Pues no. Volvamos entonces al paraíso de los tigres.

Cada niño tonto y pobre como yo sólo lo salva el bote de la curiosidad, el miedo y ese trabajo original de eternizarse. Porque la pregunta por lo eterno era básica pero no constituyente entonces surgía el ¿Cómo me eternizaré?

El primer libro de verdad en mi camino profesional a la eternidad fue de un extraño niño con cara de niña, con el pelo largo para la época , ¡pero que hablo de época! ¡yo no tenía la mas mínima ubicación histórica! sólo sabía que era de un tiempo pasado, agrario , salvaje pobre y sucio , una Francia que se movía entre el campo de quietud y la revoluciones urbanas. Ese libro fue “Una temporada en el infierno” de Arthur Rimbaud. Llegue a él primero por la biblioteca de mi Colegio, aunque quise comprarlo pero el precio era desorbitante para mi cristiana pobreza porque era importado, me parecía que nada digno se editaba en ese tiempo en el país. Cuando quise preguntarle por el libro a un viejo vendedor, me retó, así de simple, no me creyó que yo pudiera leer a Rimbaud, ahora lo comprendo por que como dije antes yo era pobre y tonto y además lo demostraba. De ahí no pararía jamás, el paraíso iba lentamente muriendo, ahora las vocales tenían color.

Luego vinieron Francios Villon , comprado en un persa y John Milton, el cual me daba miedo al igual que Baudelaire porque trataban a Satán casi como un amigo. El Anticristo de Nietzsche comprado a un vecino que tenía un puesto en San Diego -y que murió hace poco diabético y amputado con sus libros como única compañía (otro mártir Charlevilliano) - También la biografía de Friedrich en una edición hermosa que también tenía la biblioteca del colegio y la cual subrayé por cada rincón con demoniaca malicia. De todos los libros que mi pobreza me permitió comprar y también de los que no recuerdo, no sobrevivió ninguno al incendio de mi adorada pieza, tiempo después supe que a Aldous Huxley también se le quemó la casa y en un acto loco se metió a salvar algunos escritos, estupideces como esas me consolaban en parte, sólo que yo no salve ni libros ni escritos, ni siquiera salve un puto paraíso de los dibujos de niño.

Después del incendio me dediqué muchos años a vivir casi hasta consumirme, necesitaba musculatura vital, lo intelectual me era ajeno y me asqueaba, el accidente surge de la necesidad, jamás pedantería espontánea, todo al servicio de la vida, de la pregunta por la vida.

Ese fue el inicio… queda mucho que contar , por el momento sólo he avanzado en asuntos teológicos en relación a los dibujos de mi niñez , descubrí que el Guatón Jehová es un lanza que trabaja en Estación Central y vive cerca de mi casa, uff ¿cuantos paraísos caídos aguanta el día?

5 comentarios:

Ciriaco Pescador dijo...

copying beethoven un bodrio sinceramente, prefiero inmortal beloved con Gary Oldman y dirigida por Bernard Rose, es m�s dram�tica, tr�gica, aunque tragedia+tiempo=comedia, tu sabes.

Un abrazo y nos bebemos algo alg�n d�a, me siento un poco m�s libre hoy por hoy.

C.

Coctelmarx dijo...

"Comedy is tragedy plus time" uffff really!!!!

Hugo Izarra dijo...

A veces es mejor as�.

Memphis Blues dijo...

Genial por lo de Rimbaud. un libro imprescindible.
Saludos

Ele de Lauk dijo...

Me gusta tu blog ! Mucho ! Lo estoy recorriendo, enviare otros comments luego.
Salut!