“Rousseau poseía las facultades más sublimes jamás conferidas a un hombre…no ha inventado nada pero ha imbuido todo de fuego” (Germaine de Staêl )
“Rousseau...toda su filosofía es producto de su experiencia personal, es la amargura de ésta la que afila su condena general y envenena las flechas que dispara: empieza por descargar su bilis individual y piensa en buscar un remedio que, operando directamente sobre la sociedad, de modo indirecto y por medio de ésta, le beneficie a él mismo” (Nietzsche . “Humano demasiado Humano”)
La pasión y el sentimiento como soporte espiritual…escribir un libro de filosofía sano y escribir uno mientras se le ha declarado un cáncer…
¿Que piensa el grupo del solitario?…se burla…le compadece, le admira…¿o sólo lo ve como un accidente de sus pasiones?
Escribiendo lo único que asegura uno es vanidad…pero como ya se ha instaurado un texto, un fetiche, al final todo se expía en la exposición …aunque esta sea orientada a nadie…
La conductora del noticiero lanza una frase fría y despiadada, la que apenas logro escuchar, me sorprende distraído y llega a mí descontextualizada, aún así retumba el televisor : “el futuro solo será peor”…
Prefiero escribir que prepararme y comer un par de huevos fritos …esos gestos mas que hacerme un escritor o un idiota …sólo hacen sospechar una neurosis textual que no asegura calidad…
Hápax término gramatical, (una palabra que se ha instaurado una sola vez en un idioma), es tomado por Michel Onfray en un sentido existencial …un hápax existencial es un giro único en la vida de un filósofo y que de inmediato cambia su manera de pensar , la caída del caballo de Montaigne , la caminata frente al lago de Nietzsche (o el rechazo de Lou Salome y el distanciamiento con Wagner). Los griegos metafísicos se reirían de esta propuesta, la pasión no interviene…pero nosotros debemos valorarnos, claramente no somos ellos y cada golpe del oleaje en nuestra pequeña vida impacta y moldea la arena fina de nuestro pensamiento…esos momentos únicos que llegan, actúan y le giran el cuello a los pensamientos venideros, o para cambiar su mirada o para quebrar sus columnas.
Mi vanidad desinhibe y resuelve mi soledad…esta soledad surge o de un genio profundo o de una errática actuación…esto se puede leer así: todo lo lejano piensa “no le queremos no porque no sea inteligente, sino por que lo es pero de mala forma…”
Observado con furia mientras él crece en ejercicios que la soledad del papel y el lápiz hacen extender hasta dejarlo al borde de lo póstumo. Para ese crecer es crucial su auditorio furioso y la hoja simple que lo acoge…son viento y vela del mismo pasaje…Su responsabilidad hoy es grande, no solo maneja su forma de pensar sino le cabe responsabilidades mayores, moldear los corazones que educó a distancia con frialdad y delicadeza…
Tal como la musculatura cultivada del joven que se observa frente al espejo al final del verano, como sintiendo su misión seductora cumplida, el saber llega a una misma etapa y enfrente de su propio espejo se observa a si mismo como un afán temporal y ridículo…
“Tengo cosas en mi corazón que me absuelven de ser bien educado.” (J.J. Rousseau).
Y esa sentencia me absuelve de mis esporádicos escándalos, los contractualitas han despedazado al Estado o le han dado la mano, por esto no es extraño que todos sufran neurosis. ¿Que hacer con el estado de naturaleza? o superarlo o redimirlo en un orden jerárquico…no hay contratos señores ilustrados, el salvaje esta siempre aquí…Rousseau ignorando su salvaje personal proponía uno social...mintiendo en libros perfectos...
"Siento que la filosofía lleva al dolor..." (Rousseau a d'Espinay)
Ya no me sorprende ver en las librerías apiñadas las más diversas ediciones del contrato social de Rousseau, pero jamás la educación, por su reproductibilidad técnica, demandará leer “Rêveríes du promeneur solitaire” “los sueños del paseante solitario”. Esas temibles confesiones botánicas de un espíritu acabado, haciendo el semblante definitivo de su vida en la soledad de una isla. Las teorías que allí se cantan no son más que reflexiones sobre si mismo como todo Rousseau, ¿como confiaríamos en la teoría civil de un hombre que no sabe más que de su exclusividad como hombre? Es bello observar un monstruo retorciéndose por su natural cólera, menos entretenido es escuchar enunciándolo teorías sociales (aunque todo monstruo es un teorizador ideal). La vanidad es la pasión más obediente...y no se puede esperar de ella libertad…
Hay muchos cientistas políticos a quien dejarles la lectura y análisis del Contrato Social, hay pocos hombres para pensar los sueños finales de Rousseau…
Abro al azar una página de mi edición personal:
“Forzado a abstenerme de pensar, por miedo a pensar en mis infortunios a pesar mío; forzado a contener los restos de una imaginación risueña aunque languideciente, que al cabo podrían amedrentar tantas angustias; forzando a tratar de olvidar a los hombres, que me abruman con ignominias y ultrajes, por miedo a que la indignación me agriare finalmente en contra suya, no puedo, sin embargo, concentrarme por entero a mí mismo, porque mi alma expansiva busca, bien a mi pesar, extender sus sentimientos y su existencia por sobre otros seres, y no puedo ya como antaño arrojarme con los ojos cerrados en el vasto océano de la naturaleza, porque mis facultades debilitadas y relajadas no encuentran ya objetos lo bastante determinados, lo bastante fijos, lo bastante a mano para apegarse firmemente a ellos, y porque no me siento ya con el suficiente vigor para nadar en el caos de mis antiguos éxtasis. Mis ideas no son casi más que sensaciones, y la esfera de mi entendimiento no sobrepasa los objetos de que estoy inmediatamente rodeado”.( Jean Jacques Rousseau. “Sueños de un paseante solitario”.)
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“Rousseau...toda su filosofía es producto de su experiencia personal, es la amargura de ésta la que afila su condena general y envenena las flechas que dispara: empieza por descargar su bilis individual y piensa en buscar un remedio que, operando directamente sobre la sociedad, de modo indirecto y por medio de ésta, le beneficie a él mismo” (Nietzsche . “Humano demasiado Humano”)
La pasión y el sentimiento como soporte espiritual…escribir un libro de filosofía sano y escribir uno mientras se le ha declarado un cáncer…
¿Que piensa el grupo del solitario?…se burla…le compadece, le admira…¿o sólo lo ve como un accidente de sus pasiones?
Escribiendo lo único que asegura uno es vanidad…pero como ya se ha instaurado un texto, un fetiche, al final todo se expía en la exposición …aunque esta sea orientada a nadie…
La conductora del noticiero lanza una frase fría y despiadada, la que apenas logro escuchar, me sorprende distraído y llega a mí descontextualizada, aún así retumba el televisor : “el futuro solo será peor”…
Prefiero escribir que prepararme y comer un par de huevos fritos …esos gestos mas que hacerme un escritor o un idiota …sólo hacen sospechar una neurosis textual que no asegura calidad…
Hápax término gramatical, (una palabra que se ha instaurado una sola vez en un idioma), es tomado por Michel Onfray en un sentido existencial …un hápax existencial es un giro único en la vida de un filósofo y que de inmediato cambia su manera de pensar , la caída del caballo de Montaigne , la caminata frente al lago de Nietzsche (o el rechazo de Lou Salome y el distanciamiento con Wagner). Los griegos metafísicos se reirían de esta propuesta, la pasión no interviene…pero nosotros debemos valorarnos, claramente no somos ellos y cada golpe del oleaje en nuestra pequeña vida impacta y moldea la arena fina de nuestro pensamiento…esos momentos únicos que llegan, actúan y le giran el cuello a los pensamientos venideros, o para cambiar su mirada o para quebrar sus columnas.
Mi vanidad desinhibe y resuelve mi soledad…esta soledad surge o de un genio profundo o de una errática actuación…esto se puede leer así: todo lo lejano piensa “no le queremos no porque no sea inteligente, sino por que lo es pero de mala forma…”
Observado con furia mientras él crece en ejercicios que la soledad del papel y el lápiz hacen extender hasta dejarlo al borde de lo póstumo. Para ese crecer es crucial su auditorio furioso y la hoja simple que lo acoge…son viento y vela del mismo pasaje…Su responsabilidad hoy es grande, no solo maneja su forma de pensar sino le cabe responsabilidades mayores, moldear los corazones que educó a distancia con frialdad y delicadeza…
Tal como la musculatura cultivada del joven que se observa frente al espejo al final del verano, como sintiendo su misión seductora cumplida, el saber llega a una misma etapa y enfrente de su propio espejo se observa a si mismo como un afán temporal y ridículo…
“Tengo cosas en mi corazón que me absuelven de ser bien educado.” (J.J. Rousseau).
Y esa sentencia me absuelve de mis esporádicos escándalos, los contractualitas han despedazado al Estado o le han dado la mano, por esto no es extraño que todos sufran neurosis. ¿Que hacer con el estado de naturaleza? o superarlo o redimirlo en un orden jerárquico…no hay contratos señores ilustrados, el salvaje esta siempre aquí…Rousseau ignorando su salvaje personal proponía uno social...mintiendo en libros perfectos...
"Siento que la filosofía lleva al dolor..." (Rousseau a d'Espinay)
Ya no me sorprende ver en las librerías apiñadas las más diversas ediciones del contrato social de Rousseau, pero jamás la educación, por su reproductibilidad técnica, demandará leer “Rêveríes du promeneur solitaire” “los sueños del paseante solitario”. Esas temibles confesiones botánicas de un espíritu acabado, haciendo el semblante definitivo de su vida en la soledad de una isla. Las teorías que allí se cantan no son más que reflexiones sobre si mismo como todo Rousseau, ¿como confiaríamos en la teoría civil de un hombre que no sabe más que de su exclusividad como hombre? Es bello observar un monstruo retorciéndose por su natural cólera, menos entretenido es escuchar enunciándolo teorías sociales (aunque todo monstruo es un teorizador ideal). La vanidad es la pasión más obediente...y no se puede esperar de ella libertad…
Hay muchos cientistas políticos a quien dejarles la lectura y análisis del Contrato Social, hay pocos hombres para pensar los sueños finales de Rousseau…
Abro al azar una página de mi edición personal:
“Forzado a abstenerme de pensar, por miedo a pensar en mis infortunios a pesar mío; forzado a contener los restos de una imaginación risueña aunque languideciente, que al cabo podrían amedrentar tantas angustias; forzando a tratar de olvidar a los hombres, que me abruman con ignominias y ultrajes, por miedo a que la indignación me agriare finalmente en contra suya, no puedo, sin embargo, concentrarme por entero a mí mismo, porque mi alma expansiva busca, bien a mi pesar, extender sus sentimientos y su existencia por sobre otros seres, y no puedo ya como antaño arrojarme con los ojos cerrados en el vasto océano de la naturaleza, porque mis facultades debilitadas y relajadas no encuentran ya objetos lo bastante determinados, lo bastante fijos, lo bastante a mano para apegarse firmemente a ellos, y porque no me siento ya con el suficiente vigor para nadar en el caos de mis antiguos éxtasis. Mis ideas no son casi más que sensaciones, y la esfera de mi entendimiento no sobrepasa los objetos de que estoy inmediatamente rodeado”.( Jean Jacques Rousseau. “Sueños de un paseante solitario”.)
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