sábado, 16 de octubre de 2010

Diario

O es objetividad, o es paradigma, o es dialéctica encaminada al conocimiento total. Ilusiones pueriles que el hombre ha falsificado solo por aquietar sus tormentas internas. Que han dado resultado práctico ni cuestionarlo. El hombre ha tomado el mango del sartén sin saber que se fríe.
No ha sabido asumir su posición divina en el cosmos, como el “gran conocedor” que es ... sólo patrañas de una civilización rápida, que se extinguirá de forma poco decente. Que invierte la tradición proyectando inquietudes inconscientes en el porvenir, ya no gira, espera, espera y espera. ¿Pero que espera?. ¿La bondad universal?, ¿la escucha metafísica? ¿El eros redimido?


Todo anciano muere en penumbras, no ha descubierto nada y solo su instinto de conservación lo impulsa a insultar a los cielos. Nadie muere bien. Nadie descansa. ¿Por que el hombre se acostumbro a descansar?, no era su misión acaparar bienestares. El peligro... perder toda sintonía con el peligro vital.


"Nosotros no somos ranas pensantes ni aparatos de objetivación ni de registro, con las vísceras congeladas, sino que hemos de parir continuamente nuestros pensamientos desde nuestro dolor, y compartir maternalmente con ellos todo cuanto hay en nosotros de sangre, corazón, fuego, placer, pasión, tormento, conciencia, destino, fatalidad"...(Nietzsche ,Gaya Scienza )


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En tareas desoladoras, herméticas... ¿como confiar en el regazo de proyecciones , cariños y demás gestos de comedia? Cuando el ímpetu originario,- el de desabrochar la vida al idiota consuelo ingenuo del saber-, demanda ser insolente con la eternidad, ¿Cómo podremos desear aún el cojín stendhaliano del amor?


"Hago todo lo que puedo por parecer seco. Quiero imponer silencio a mi corazón, que piensa tener que decir muchas cosas. Cuando creo haber anotado una verdad, tiemblo siempre por si no escribí mas que un suspiro” (Stendhal , Del Amor)


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