«La fundación de Santiago», Pedro Lira (1858).
Ahora América ha emergido, habrá que domesticarla. Saint- Exupèry nos ha mostrado el lado cordial en su fábula cósmica. Domesticar es crear lazos. La vieja disputa del Estado Nación como máxima expresión racional y el ideal cultural del buen salvaje en la soberanía de si mismo. La pugna esta descrita, no pasa por abusos ni excentricidades de poder , pasa por cosmovisiones del devenir. El zorro no puede jugar con el príncipe por que aún no ha sido domesticado. La pregunta surge válida ..¿Existe necesidad de domesticación para crear lazos? Y si fuese así ¿cual es la forma de domesticación que mas conviene al hombre?
“Jugar contigo? No..., no puedo-dijo el zorro- Aún no estoy domesticado.
-Ah! Perdón-se excusó el principito.
Interrogó, luego de meditar un instante:
-Has dicho "domesticar"? Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí-afirmó el zorro- Puedes decirme qué es lo que buscas?
-Busco a los hombres-respondió el principito- Dime, qué significa "domesticar"?
-Los hombres-intentó explicar el zorro- poseen fusiles y cazan. Eso es bien molesto. Crían también gallinas; es su único interés. Tú buscas gallinas, verdad?
-No-dijo el principito- Busco amigos. Qué significa "domesticar"?
-Ah!..., es una cosa muy olvidada-respondió el zorro- Significa "crear lazos".
-Crear lazos?-preguntó el principito.
-Así es-confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para tí más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas..., sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo...” (El principito , Antoine de Saint-Exupéry .1943)
La ciencia de la soberanía ha dado toda una paleta de posibilidades en torno a esta concepción, contractualismo o absolutismo . Que el salvaje en su eterna sintonía con el paisaje es símbolo de equilibrio natural es una creencia que poseemos más arraigada de lo que creemos. El dilema es que la proyección racional ilustrada del progreso también. Querer conjugar el equilibrio del buen salvaje con el estado cosmopolita es el más grande desafío de la historia. Pero ¿se puede? He ahí el dilema bicentenario. Es un debate que no se ve bien en las barricadas sino en los fríos salones de las ideas, es por esto que queremos ser nacionales y también convivir con nuestros orígenes, pero el origen no puede, a fuerza de desvanecerse, abrirle la puerta a ningún orden nuevo. Una cultura ab-origen no resiste ser nacional, aunque sea su manifestación más pura.
¿En América se buscaron gallinas o amigos? Se vino a solventar el mercantilismo con la neurótica búsqueda de oro o se vino a entregar una salvación, una buena nueva que ofreciera la libertad, pasaje mágico para salir de la rueda eterna y ciega de la naturaleza. El Hombre es un niño, un principito que quiere seguir mudo en el ciclo natural pero que a su vez quiere ser libre. Es la lucha de los aniversarios. Un dolor frente a una celebración. Una cultura frente a una civilización.
¿Que a América llegaron los menos virtuosos?, ¿quiere decir que la mala administración de las huestes españolas explica todo el desencanto de la conquista? ¿O que la proyección republicana recogía toda la buena intención revolucionaria para el gobierno americano virtuoso?
Los Conquistadores virtuosos igual ejercen conquistas. Conquistar viene de “quaérere” "buscar, intentar conseguir, querer con todo el empeño". La conquista es una voluntad ferviente. No se dialoga con el solo afán de conseguir, sino también de ofrecer. Pero la conquista si ofrece es para conseguir. Y el ofrecimiento mismo es la conquista.
Esto sería un error de perspectiva si sólo miraramos la sangre , acá la lucha es de ideas, ideas con corazas virtuosas que se enfrentan y proyectan hasta la actualidad. Rousseau frente a Hobbes.
La racionalidad clásica del Estado - Nación es el territorio, cuanta historia se ha escrito por esta geopolítica , pero esto no basta, sumado a lo anterior ahora la tan bullada biopolítica esta al mando de las relaciones de poder. Una huelga del cuerpo puede devolver un territorio, es decir, saboteando mi cuerpo puedo hacer notar que han saboteado mi territorio. He ahí que las posibilidades del cuerpo, no tienen limitación en el ámbito político.
Para lanzar una buena nueva, un evangelio, se debe abrir el bosque . Para escuchar la salvación se debe reusar a la cosmovisión propia. Para solventar una economía espiritual se deben habilitar y mellar los cuerpos "sin almas" , es decir , los naturales . No importa si lo hace un rey o un republicano. Si es a la española o es a la francesa.
En el bicentenario nos enfrentamos ante la fiesta de la domesticación o la catástrofe natural del progreso frente al bosque espiritual de la cultura. Es la eterna dualidad del hombre manifestada en todos los escenarios mundiales. No hay facticidad que evitase al final que la lucha fuese en el campo de batalla de concepciones hechas en una solitaria habitación filosófica. Cuando la lucha se proyecta y se asume de este modo no hay solución posible ya que -como dijo Nietzsche - las grandes cosmovisiones no han nacido de la lógica y tampoco es esta la llamada a destruirlas. Simplemente en los aniversarios habrá gente doliente y gente borracha, la historia solo sería una sintonía hacia ilusiones de libertad o intromisiones bélicas al equilibrio. O el Estado es la máxima representación del espíritu humano o es el tanque decadente que solo quiere petróleo para disparar compulsivamente a la nada.
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“Jugar contigo? No..., no puedo-dijo el zorro- Aún no estoy domesticado.
-Ah! Perdón-se excusó el principito.
Interrogó, luego de meditar un instante:
-Has dicho "domesticar"? Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí-afirmó el zorro- Puedes decirme qué es lo que buscas?
-Busco a los hombres-respondió el principito- Dime, qué significa "domesticar"?
-Los hombres-intentó explicar el zorro- poseen fusiles y cazan. Eso es bien molesto. Crían también gallinas; es su único interés. Tú buscas gallinas, verdad?
-No-dijo el principito- Busco amigos. Qué significa "domesticar"?
-Ah!..., es una cosa muy olvidada-respondió el zorro- Significa "crear lazos".
-Crear lazos?-preguntó el principito.
-Así es-confirmó el zorro- Tú para mí, no eres más que un jovencito semejante a cien mil muchachitos. Además, no te necesito. Tampoco tú a mí. No soy para tí más que un zorro parecido a cien mil zorros. En cambio, si me domesticas..., sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo...” (El principito , Antoine de Saint-Exupéry .1943)
La ciencia de la soberanía ha dado toda una paleta de posibilidades en torno a esta concepción, contractualismo o absolutismo . Que el salvaje en su eterna sintonía con el paisaje es símbolo de equilibrio natural es una creencia que poseemos más arraigada de lo que creemos. El dilema es que la proyección racional ilustrada del progreso también. Querer conjugar el equilibrio del buen salvaje con el estado cosmopolita es el más grande desafío de la historia. Pero ¿se puede? He ahí el dilema bicentenario. Es un debate que no se ve bien en las barricadas sino en los fríos salones de las ideas, es por esto que queremos ser nacionales y también convivir con nuestros orígenes, pero el origen no puede, a fuerza de desvanecerse, abrirle la puerta a ningún orden nuevo. Una cultura ab-origen no resiste ser nacional, aunque sea su manifestación más pura.
¿En América se buscaron gallinas o amigos? Se vino a solventar el mercantilismo con la neurótica búsqueda de oro o se vino a entregar una salvación, una buena nueva que ofreciera la libertad, pasaje mágico para salir de la rueda eterna y ciega de la naturaleza. El Hombre es un niño, un principito que quiere seguir mudo en el ciclo natural pero que a su vez quiere ser libre. Es la lucha de los aniversarios. Un dolor frente a una celebración. Una cultura frente a una civilización.
¿Que a América llegaron los menos virtuosos?, ¿quiere decir que la mala administración de las huestes españolas explica todo el desencanto de la conquista? ¿O que la proyección republicana recogía toda la buena intención revolucionaria para el gobierno americano virtuoso?
Los Conquistadores virtuosos igual ejercen conquistas. Conquistar viene de “quaérere” "buscar, intentar conseguir, querer con todo el empeño". La conquista es una voluntad ferviente. No se dialoga con el solo afán de conseguir, sino también de ofrecer. Pero la conquista si ofrece es para conseguir. Y el ofrecimiento mismo es la conquista.
Esto sería un error de perspectiva si sólo miraramos la sangre , acá la lucha es de ideas, ideas con corazas virtuosas que se enfrentan y proyectan hasta la actualidad. Rousseau frente a Hobbes.
La racionalidad clásica del Estado - Nación es el territorio, cuanta historia se ha escrito por esta geopolítica , pero esto no basta, sumado a lo anterior ahora la tan bullada biopolítica esta al mando de las relaciones de poder. Una huelga del cuerpo puede devolver un territorio, es decir, saboteando mi cuerpo puedo hacer notar que han saboteado mi territorio. He ahí que las posibilidades del cuerpo, no tienen limitación en el ámbito político.
Para lanzar una buena nueva, un evangelio, se debe abrir el bosque . Para escuchar la salvación se debe reusar a la cosmovisión propia. Para solventar una economía espiritual se deben habilitar y mellar los cuerpos "sin almas" , es decir , los naturales . No importa si lo hace un rey o un republicano. Si es a la española o es a la francesa.
En el bicentenario nos enfrentamos ante la fiesta de la domesticación o la catástrofe natural del progreso frente al bosque espiritual de la cultura. Es la eterna dualidad del hombre manifestada en todos los escenarios mundiales. No hay facticidad que evitase al final que la lucha fuese en el campo de batalla de concepciones hechas en una solitaria habitación filosófica. Cuando la lucha se proyecta y se asume de este modo no hay solución posible ya que -como dijo Nietzsche - las grandes cosmovisiones no han nacido de la lógica y tampoco es esta la llamada a destruirlas. Simplemente en los aniversarios habrá gente doliente y gente borracha, la historia solo sería una sintonía hacia ilusiones de libertad o intromisiones bélicas al equilibrio. O el Estado es la máxima representación del espíritu humano o es el tanque decadente que solo quiere petróleo para disparar compulsivamente a la nada.
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