"Hay varias clases de curiosidad: una, interesada, que nos empuja a querer enterarnos de lo que puede sernos útil; y otra de orgullo, que procede del deseo de saber lo que los demás ignoran". ( François De La Rochefoucauld, Máximas)
No sé investigar. Cualquier epílogo reñiría con la introducción. Normalmente el último piso del edificio investigativo agradece a sus cimientos, ya que gracias a ellos puede existir con soltura, al igual que los cimientos se enorgullecen de que las cumbres arquitectónicas flameen gracias a su sostén. Es un sistema, un pensar construido. No estoy para edificios, ya sea por capacidad , ya sea por miedo a las alturas que no sean naturales. Cada piso debe reírse de lo absurdo e histérico del otro, así esta escrito, así me divierte.
El origen de la palabra Historia habla sobre ello, historien, inquirir , preguntar, en suma investigar. Que odioso es investigar, ¡que vano es ser pirquinero del conocimiento! Prefiero ver pasar a los mineros y retratarlos que ser parte de la caravana.
¡Y Que vano es el genio entendido como herencia, como magia!, ¡Como posesión fortuita! ¡Como azar!, ¿No es este tipo de genio una mecánica barata de la naturaleza tal como cualquier organización de caza depredadora?, ¿como la inventiva de la araña con su red?
El talento genial es fastidioso, por el contrario el trabajo que es guiado por la pugna, por el amor propio y el egoísmo es el que valoro.
Pienso en Grigori Perelman ese genio matemático que ama la prensa por que responde efectivamente a la categoría del genio ( , inalcanzable como un sacerdote, lidiando con un genio que no controla, tal como en la naturaleza la araña no puede dejar de hacer telarañas) y por ende su vida Íntima se llena de lugares comunes que enternecen a nuestro genio : vive con su madre en un lugar pobre (la leyenda dice que su departamento tiene cucarachas) , rechaza un premio millonario y se viste descuidado .
Perelman resolvió lo que los matemáticos llaman “La conjetura de Poincare” que ahora pasó a ser teorema (¡cuantas almas ha agobiado esa mutación de palabras!) Probablemente Perelman ya no esté en este mundo cuando su teoría se deforme por la necesidad de utilizarse en el mundo práctico. (Quizás esta teoría sea bella y “artística”, digo “quizás” por que la ignoro y la seguiré ignorando, ya sea primeramente por incapacidad y si se diese el caso también por voluntad).
Detrás de toda teoría, por muy abstracta e impersonal que se presente, siempre se esconde una vulgar pasión. Uno debería nacer en un mundo ya demostrado, para concentrarnos en lo primario , nuestro egoísta corazón.
Al contrario del genio hereditario podemos ver el caso del artista Rafael (que con un talento irreprochable pero originalmente no igualable al de sus colegas Miguel Angel y Leonardo) también infla su voluntad, su amor propio le impulsa a luchar contra los maestros florentinos, esa voluntad mezcla de envidia y amor lo hace ser un maestro, ¿Qué le impulsa a ser un grande? Lo impulsa la capacidad de saber que existe un impulso, una cólera y un amor propio hambriento de glorificar su voluntad, que actúa con más naturalidad que el genoma fortuito . La inferioridad que sentía frente a sus maestros abonó el camino para llegar a ser él también uno.
La honestidad del “amour-propre” es el mejor impulso para el verdadero genio. La Rochefoucauld nos dice en sus máximas:
“Aunque los hombres se alaban de sus grandes hechos, estos no son con frecuencia los efectos de un gran propósito, sino los efectos de la casualidad” (Máximas La Rochefoucauld)
Pienso en el personaje Grigori Perelman que han construido, resolviendo la hipótesis con la misma desidia social con que una madre se enfrenta al puzle del periódico ...fingiendo en cada uno de sus actos una humildad de vagabundo, pero quemándose lentamente en su interno amor propio (el amour-propre tan bien olfateado ya en el siglo XVII por La Rochefoucauld) y que su caricatura aún hace mas querible , pienso en sus cucarachas, su madre y su vanidad adonde quiera que la haya ocultado.
Perelman ya fue descrito por la prensa internacional como “el hombre mas inteligente del mundo”, su excéntrica conducta mas que alejarlo del altar circense que encumbra a todo genio a tener una vida fatídica, lo yergue a figura histórica. Y este pobre hombre sólo quiere que lo dejen en paz con su madre y su cucarachas, rumiando el don que dios le ha dado para aletear en busca del polen del conocimiento. Este resuelve puzles seguramente no es que quiera precisamente ser nuestro nuevo sumo sacerdote de las matemáticas , sino que quiere quizás un ganado de admiradores mas selecto, que haga de su ascetismo parte de su teoría.
“Pensando bien de nosotros, pero no esperando formar ni aun el bosquejo de un cuadro de Rafael o de una escena dramática de Shakespeare, nos persuadimos de que el talento de producción es un verdadero milagro, una casualidad rarísima, y si aun tenemos sentimientos religiosos, de que es una gracia de lo alto. Así es como nuestra vanidad, nuestro amor propio favorece el culto del genio, pues sólo a condición de suponerlo muy alejado de nosotros nos hiere.” (Nietzsche, Humano demasiado Humano)
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No sé investigar. Cualquier epílogo reñiría con la introducción. Normalmente el último piso del edificio investigativo agradece a sus cimientos, ya que gracias a ellos puede existir con soltura, al igual que los cimientos se enorgullecen de que las cumbres arquitectónicas flameen gracias a su sostén. Es un sistema, un pensar construido. No estoy para edificios, ya sea por capacidad , ya sea por miedo a las alturas que no sean naturales. Cada piso debe reírse de lo absurdo e histérico del otro, así esta escrito, así me divierte.
El origen de la palabra Historia habla sobre ello, historien, inquirir , preguntar, en suma investigar. Que odioso es investigar, ¡que vano es ser pirquinero del conocimiento! Prefiero ver pasar a los mineros y retratarlos que ser parte de la caravana.
¡Y Que vano es el genio entendido como herencia, como magia!, ¡Como posesión fortuita! ¡Como azar!, ¿No es este tipo de genio una mecánica barata de la naturaleza tal como cualquier organización de caza depredadora?, ¿como la inventiva de la araña con su red?
El talento genial es fastidioso, por el contrario el trabajo que es guiado por la pugna, por el amor propio y el egoísmo es el que valoro.
Pienso en Grigori Perelman ese genio matemático que ama la prensa por que responde efectivamente a la categoría del genio ( , inalcanzable como un sacerdote, lidiando con un genio que no controla, tal como en la naturaleza la araña no puede dejar de hacer telarañas) y por ende su vida Íntima se llena de lugares comunes que enternecen a nuestro genio : vive con su madre en un lugar pobre (la leyenda dice que su departamento tiene cucarachas) , rechaza un premio millonario y se viste descuidado .
Perelman resolvió lo que los matemáticos llaman “La conjetura de Poincare” que ahora pasó a ser teorema (¡cuantas almas ha agobiado esa mutación de palabras!) Probablemente Perelman ya no esté en este mundo cuando su teoría se deforme por la necesidad de utilizarse en el mundo práctico. (Quizás esta teoría sea bella y “artística”, digo “quizás” por que la ignoro y la seguiré ignorando, ya sea primeramente por incapacidad y si se diese el caso también por voluntad).
Detrás de toda teoría, por muy abstracta e impersonal que se presente, siempre se esconde una vulgar pasión. Uno debería nacer en un mundo ya demostrado, para concentrarnos en lo primario , nuestro egoísta corazón.
Al contrario del genio hereditario podemos ver el caso del artista Rafael (que con un talento irreprochable pero originalmente no igualable al de sus colegas Miguel Angel y Leonardo) también infla su voluntad, su amor propio le impulsa a luchar contra los maestros florentinos, esa voluntad mezcla de envidia y amor lo hace ser un maestro, ¿Qué le impulsa a ser un grande? Lo impulsa la capacidad de saber que existe un impulso, una cólera y un amor propio hambriento de glorificar su voluntad, que actúa con más naturalidad que el genoma fortuito . La inferioridad que sentía frente a sus maestros abonó el camino para llegar a ser él también uno.
La honestidad del “amour-propre” es el mejor impulso para el verdadero genio. La Rochefoucauld nos dice en sus máximas:
“Aunque los hombres se alaban de sus grandes hechos, estos no son con frecuencia los efectos de un gran propósito, sino los efectos de la casualidad” (Máximas La Rochefoucauld)
Pienso en el personaje Grigori Perelman que han construido, resolviendo la hipótesis con la misma desidia social con que una madre se enfrenta al puzle del periódico ...fingiendo en cada uno de sus actos una humildad de vagabundo, pero quemándose lentamente en su interno amor propio (el amour-propre tan bien olfateado ya en el siglo XVII por La Rochefoucauld) y que su caricatura aún hace mas querible , pienso en sus cucarachas, su madre y su vanidad adonde quiera que la haya ocultado.
Perelman ya fue descrito por la prensa internacional como “el hombre mas inteligente del mundo”, su excéntrica conducta mas que alejarlo del altar circense que encumbra a todo genio a tener una vida fatídica, lo yergue a figura histórica. Y este pobre hombre sólo quiere que lo dejen en paz con su madre y su cucarachas, rumiando el don que dios le ha dado para aletear en busca del polen del conocimiento. Este resuelve puzles seguramente no es que quiera precisamente ser nuestro nuevo sumo sacerdote de las matemáticas , sino que quiere quizás un ganado de admiradores mas selecto, que haga de su ascetismo parte de su teoría.
“Pensando bien de nosotros, pero no esperando formar ni aun el bosquejo de un cuadro de Rafael o de una escena dramática de Shakespeare, nos persuadimos de que el talento de producción es un verdadero milagro, una casualidad rarísima, y si aun tenemos sentimientos religiosos, de que es una gracia de lo alto. Así es como nuestra vanidad, nuestro amor propio favorece el culto del genio, pues sólo a condición de suponerlo muy alejado de nosotros nos hiere.” (Nietzsche, Humano demasiado Humano)
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