martes, 26 de enero de 2010

diario


La literatura me exalta porque esta muriendo. Hay algo en su piel que lo muestra. La amamos en tanto especie agónica.

¿Que será mas puro, un escritor o un hombre que quiere escribir?

#


Me encantan los libros de Barthes por que me desubican. Me gustaría transcribir.
No veo originalidad en nada. Ni menos la valoro. El mundo moderno hace de la comodidad un infierno tenue, diplomático. Yo noto ese infierno y me quema más que a ningún otro.


Cada escritura debería terminar con un: podría seguir. El texto finaliza cuando no es definitivo.


*


Proust escribe y teoriza sobre “la bancarrota del talento”. Sólo se puede entender este fenómeno si se reconoció rico, pero nosotros que nacimos pobres en talento. ¿Como podremos darnos cuenta de esta bancarrota? Pues entonces a hacer de esta bancarrota una estética. Expropiar a Proust, significa decir que ya no se necesita luz.

Es absurdo creer en un libro terminado. Un libro escrito es una utopía tan grande como un hombre escritor. A ningún texto sagrado se le puede probar el más leve movimiento de muñeca. Un hombre dice lo que dicen muchos.


*


"¡Que la mano que escribe ignore siempre el ojo que lee!" (Diario de Jules Renard, 7 de julio.1894)


*


"Aquí y en África ahora o hace dos mil años este juicio moral es equivalente," no hay que leer a Kant para darnos cuenta que esto es un absurdo, socialmente incómodo . Pero si establecemos un patrón, este absorberá el tiempo y le dará coherencia a esas distancias. La razón es un patrón. Que no concibe historia. Pero sin embargo la razón se desplegó. Asumió un desarrollo.
Hay una relación fulminante entre la palabra, la escritura y ese deseo de trans –historia. Sólo se puede ver lo bueno proyectado…no tiene que ver con nosotros (digo nosotros para hacer más cercano el término "mundo"). Lo bueno se parece al deseo infantil de abordar el arcoiris. Lo "bueno" es la palabra que obliga.




No hay comentarios: