viernes, 24 de julio de 2009

Diario



¿Por qué se inventó el “individuo” si nos hace tanto daño?

Los filósofos con olfato son en realidad poetas, antes ese límite era difuso.

A la gran “objetividad” se le ignora la utopía mesiánica en que radica su existencia, el científico, el positivista ha erguido algo que nos desconoce, sin sentido, con un final sin final, la objetividad es algo que para existir nos debe sobrepasar por mucho. El que la entiende se anula.

Uno debe pensar en sus propias llagas primero para después mirar el absoluto. Lo que llaman filosofía existencial es sólo una etiqueta de desesperación frente al pensar. El absoluto nos toma en cuenta ignorándonos.

Nunca una esclavitud fue declamada con tanta belleza , por ejemplo este extracto de Kant: "La experiencia, que gusta de hacernos saber qué es lo que es, pero que no puede decirnos si lo que es, es necesariamente; esa experiencia no sólo no satisface a nuestra facultad racional sino que la irrita, porque lo que la razón demanda con toda avidez son juicios universales y necesarios".

Esclavos de la necesidad esa es la cuestión, esclavo de lo necesario. El eterno problema irreconocible.

Pero después de todo ese refunfuño sin sentido caigo en mi condición y acepto aunque no sin desesperación la máxima de Spinoza : "non ridere, non lugere, neque destestari, sed intelligere" (no reírse, no lamentarse, no maldecir, sino comprender).


“Amor erga rem aeternam” (Amor por las cosas eternas), desde el paraíso o desde la razón. ¡Que error tan plástico tan bello! Pero como la belleza es verdad recae. Uno puede descubrir al “caballero de la fe”….pero rechaza por su naturaleza esa armadura.

El filósofo es un asceta invertido.

Lo que justifica la existencia es su extensión en una verdad eterna fuera del mundo, pero hospedándose en el, porque sin ese hotel no se llegaría a la verdad, sin habitación no hay método. La filosofía es Platón. Al final la filosofía es lo que le aborrece ser, una glándula que segrega metafísica, pero que no podemos vencer. Su clave es que genera poder , como una inscripción genética segrega (bajo reglas fisonómicas estructurales), velocidad en el guepardo.

La verdad no esta aquí, pero lo digo desde aquí. Desesperante como la paradoja del final del arcoris , ¿Para que quiero el tesoro enterrado en su extremo si tengo la contemplación impotente del acá?


No olvidar que los ojos de la mente igual son ojos.




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