jueves, 8 de noviembre de 2007

Pensamiento y Geografía.



Existen dos libros importantes para comenzar el estudio de la influencia geográfica en la configuración del pueblo “La tierra y la evolución Humana” de Henri Lefebvre y “El Mediterráneo en tiempos de Felipe II” de Fernand Braudel , aparte de los aportes de Geógrafos como Vidal de la Blanche, que veía a la Geografía como "verdadera ciencia de las relaciones del hombre y la naturaleza: relaciones presentes o antiguas y pasadas"
Sin caer en un determinismo estricto, el clima, el relieve, la latitud, en suma la geografía influye notoriamente en el pensamiento y el ethos de los pueblos.
Descartes cuando fue invitado a ser el preceptor de la reina Cristina de Suecia deja su tolerante hogar en los Países Bajos, (mucho más confortable y seguro para hacer ciencia que su conflictiva Francia natal), para viajar a Suecia, “el país de los osos, de las rocas y del hielo”. No soportó el frio de esas latitudes y enfermó de pulmonía hasta morir. Su carácter no se acomodaba a esos lugares “donde los pensamientos de los hombres, parecen, como el agua, metamorfosearse en hielo”.
El clima para los pensadores antiguos era de una vital importancia para su desarrollo. Nietzsche era un barómetro humano que necesitaba de la meridionalidad de Europa para aminorar sus ataques de nervios.
Muchos historiadores ven un desplazamiento occidental de los focos de poder, ya sea políticos o intelectuales (traslatio imperium), desde Oriente , pasando por Grecia, Roma y la Francia de Carlomagno hasta la España de Carlos V, (irónicamente esta traslación se establece hoy en la "Nueva Amsterdam Capitalista"). Y de ahí arrojarse al mar Atlántico, el poder dinámico desplazándose de la mano en espacio y tiempo. De hecho el mar Mediterráneo que acogió la civilización antigua pierde en parte su vigencia al abrirse el tráfico ultramarino hacia el nuevo continente.
La Rusia de las estepas que en sus tiempos remotos sirvió de corredor para los pueblos esteparios, indoeuropeos, configuraron su visión cósmica. El Guerrero, siempre al galope tenia como límite en esas grandes estepas solo la bóveda astral, su cabeza siempre erguida le obligó a crear un panteón celestial, que dió posteriormente origen a toda la teodicea, de Zeus hacia abajo (al contrario de las tribus matriarcales, agrónomas) . Posteriormente la Rusia “moderna” siempre un territorio abierto tuvo que redoblar su obsesión por su seguridad, por la constante amenaza de invasión como también su obsesión por una salida hacia los mares cálidos que llevó a Pedro el grande a insistir en una occidentalización técnica y de crear una importante flota marina.
Por otro lado los atenienses tan cosmopolitas, se permitieron el cenit de la filosofía en un pueblo abierto, comerciante, árido en lo agrónomo pero fértil en las transacciones , en su incipiente “industria” .
Existen relaciones complejas en tanto a las posibilidades de ocio en relación con el pensamiento y esto a su vez en relación con la agricultura. Cultivar arroz no es lo mismo que cultivar maíz, el tiempo y dedicación que requieren conforma el ocio, la posibilidad de pensar y de afrontar la existencia en una distinta visión cósmica, así los aztecas y los chinos con el maíz y el arroz respectivamente disparan su pensamiento en divergentes direcciones.´
En Chile ya hable sobre las geniales relaciones que establece B. Subercaseaux entre Geografía y carácter. Chile vive en una especie de pasillo. Acurrucado entre montaña y mar. Padeciendo de casi todos los bioclimas posibles, trata de generar un Estado entre distintas “naciones climáticas”.
Es curioso observar esta verdadera geografía de los pensamientos, da para reflexionar. Por ejemplo Sócrates al contrario de los sofistas que eran unos viajeros natos casi no salió nunca de Atenas al igual que Kant que tampoco salió nunca de su gélida Königsberg, ambos paradójicamente tendieron a pensar universalmente, prescindiendo en distinta forma del mundo. Pareciera que a mayor quietud mayor tendencia a la universalidad. Pero un imperativo abstracto puede aunque tangencialmente tropezar con la geografía. Lo supo Alejandro Magno como también los romanos, que eran autores por esencia. El término etimológico de autor viene de “aumentar el territorio”. El que aumenta. La conquista, como la Pax Romana surgen más que de un imperativo, de una necesidad de exhalación geográfica. Cada pensamiento es una exhalación geográfica, donde el quietismo tiende a la universalidad y el aislamiento al empirismo. Ortega explica genialmente a Kant por su ser septentrional, fruto del temor filosófico, el idealismo surge como un temor al mundo de las cosas, al contrario dice él de los meridionales, los griegos se relacionan con las cosas abiertamente, en una relación mas heroica del mundo, sin temor. El español es heredero de ese clima meridional, el español es un hombre sin imaginación, un esclavo del mundo y de las cosas.
El desarrollo del arte por ejemplo, sería paralelo a la historia del pensamiento, primero pinta cosas, luego sensaciones y finalmente ideas. Curiosamente en Geografía pasamos de una localización efectiva a una localización relativa, que tiende a ser “mas ideal”, la distancia sufre y finge, el término de aldea global representa esa contracción geográfica, la relatividad espacial abierta por los Mass media. Si en su origen el impulso de conquista era exhalación geográfica, territorial, ahora es una inhalación, una virtualidad espacial. Si en el mundo antiguo el capital “viajaba”, ahora se virtualiza, se vuelve impalpable,Metageográfico.

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