sábado, 17 de noviembre de 2007

Helados Americanos: Robert Frank y Jack Kerouac




"Es suficientemente fácil entender que yo, como artista, necesite soledad y una cierta filosofía del 'no hacer nada' que me permita soñar todo el día y trabajar capítulos de ilusiones olvidadas que emergen años después en forma de historias. A este respecto es imposible, ya que es imposible que todas las personas sean artistas, recomendar mi forma de vida como filosofía que se ajuste a cualquiera. En este sentido soy un excéntrico, como Rembrandt. Rembrandt podía pintar a los obreros mientras reposaban el almuerzo, pero a medianoche, mientras ellos dormían para recuperar fuerzas, el viejo Rembrandt se hallaba en su estudio poniendo rayos luminosos de oscuridad en sus lienzos. Los obreros no esperaban que Rembrandt fuera alguien más que un artista, y por lo tanto no le iban a tocar la puerta a medianoche para preguntarle: '¿Por qué vives de esta forma? ¿Por qué estás solo esta noche? ¿Con qué estás soñando?' De la misma forma que ellos tampoco esperaban que Rembrandt se volteara y les dijera: 'Ustedes deben vivir como yo, en la filosofía de la soledad, porque no hay otro modo de hacerlo'.
Así mismo yo estaba buscando una vida tranquila y dedicada a la contemplación y la delicadeza de las cosas, en busca de mi arte (historias, en mi caso) (ensayos narrativos de lo que he visto y cómo lo he visto), pero era también una búsqueda de mi forma de vida, es decir, ver el mundo desde la soledad y meditar sobre él sin verse envuelto en el mismo y en sus acciones, las cuales ya se han vuelto famosas por su horror e infamia. Yo quería ser un hombre del Tao, que mira las nubes y deja atrás la furia de la historia (algo que ya no es permitido después de Mao & Camus) (pero llegará el día).
Pero vamos a los detalles, que son los que dan vida a todo esto.”
(Jack Kerouac)



Con mi escaso tiempo al hombro partí al museo de Bellas Artes a la exposición de uno de mis fotógrafos favoritos Robert Frank. Es extraño encontrarse con esas fotos, las he visto cientos de veces , ahora estoy enfrente, soy un simple admirador alejado de la opinión estética. Frank no parece tanto un beat como un hombre sufriente, si todos los fotógrafos por entonces buscaban el instante decisivo de Cartier Bresson (yo también lo hice a veces por pura entretención) Frank buscaba el “instante intersticial”. “Intento atrapar de nuevo lo que he visto y oído, lo que he sentido, ¡ lo que sé !.No existe un momento decisivo. Hay que crearlo. Tengo que hacer lo necesario para que aparezca delante de mi objetivo "-Dice Frank en los Americanos.
Los artistas se repelen por naturaleza, a veces eso si, sintonizan casi automáticamente, Robert Frank y Jack Kerouac lo hicieron, miraban su país de forma similar. (Me recuerda también la unión de Richard Avedon y Truman Capote en el espléndido libro “Observations”)
La palabra “triste” en Kerouac se pule, no se define con su significado primario, se encumbra, ya parece un mantra personal que surge en los momentos que quiere coronar. Esa palabra recurrente y musical que Kerouac deja caer sobre el piso solitario y extenso de la nada , es retomada por Frank , ahora la palabra triste se ve. “no se que es mas triste, si un Wutlitzer o un ataúd” dice Kerouac en el prólogo del celebre libro de Frank “Los Americanos”.
Diane Arbus hablaba de él como un tipo desgarbado, con sus rollos fotográficos desparramados en sus bolsillos. Caótico. En ese sentido Frank da un giro a la fotografía de su tiempo, la desgarba , la desenfoca , la desencuadra , la despreocupa. No en el afán de la ruptura fácil , sino en un ejercicio de deconstrucción de la imagen fotográfica. Frank fue para la foto lo que John Cage para la música.
Me zambullí en ese barrio del parque forestal, que esta tan obsesionado con el arte que lo hace parecer un poco ingenuo. Fui , vi y me vine. Un acto . Una foto que se borra (ahorra). Me enfrenté al poema gris.
La gente andaba ansiosa, los jóvenes trataban de explicarles a sus mujeres con chistes fáciles de la actitud que se debe tomar en un museo. Los ancianos se sentaban aburridos, los niños pulían el piso. Escribí esto sencillamente por que le debo a Kerouac el postre de la vida o sea mi presente.
Se hace tarde ¿Por qué terminar esto con un bello violín de palabras que cierre con coherencia Aristotélica? Vi a Frank héroe de la fotografía, tal como yo descalzo con mis amigos pisando el asfalto hirviendo de la juventud, solos, locos y protegidos solamente con nuestras botellas del camino (y una cámara de vez en cuando que registraba los ceños despreocupados de vida). Si una fotografía esta de por medio, todo esta dicho.

galería de fotos


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Coctelmarx por el comentario, pase a ver su sitio y estoy gratamente impresionado... me encantan los blogs inteligentes un abrazo
ded

Circe dijo...

¡Hola! ¿Cómo estás? Hace poco me tropecé, gratamente, con tu blog. En estos momentos realizo una tesis de Maestría-para la Universidad Central de Venezuela-sobre la relación entre la obra de Kerouac y la de Frank. Dado que me encantó tu acertado ensayo, he estado pensando en citar algunos de tus comentarios en la tesis ¿Estarías de acuerdo? Si es así, sería interesante que nos pusiéramos en contacto. Puedes escribirme a kellyhabana@gmail.com

Coctelmarx dijo...

Circe: Ok de acuerdo , autorizado.