lunes, 28 de noviembre de 2011

Diario




Enfermo de cotidianidad no podía reconocer nada sagrado. Es como si le hubiesen extirpado la parte del cerebro encargada de jerarquizar, no solo no tenia dios, cosa hoy en día no muy extravagante, sino que no podía diferenciar, en cualquier escenario social, la minucia más burda de lo más digno y fundamental. No sentía, por ejemplo, ninguna diferencia entre la biblia y una lista de compras. No entendía lo querible, lo respetable, lo que demanda obediencia, tenía una especie de anarquismo perceptivo…Estaba Impedido de filosofar ya que no podía reconocer ninguna dialéctica o idea, (en su estado no diferenciaba la idea perfecta de “silla” del pobre y humilde artefacto material que usaba para sentarse) Entonces encontró algo más acorde a su falla cerebral, la literatura , ya que el mundo que él veía no tenia gravedad, cada objeto banal era igualmente asombroso , ningún tema era desechado y dejaba al lector en el mejor escenario posible de la historia que le decía de una vez por todas : ...Al fin eres libre…todo vale lo mismo...




"Por mucho que él le dijera que la quiere y la encuentra guapa, su mirada de enamorado no le serviría de consuelo. Porque la mirada de amor es la mirada del aislamiento. Jean-Marc pensaba en la amorosa soledad de dos viejos seres que han pasado a ser invisibles para los demás: triste soledad que anuncia la muerte. No, lo que ella necesita no es la mirada del amor, sino un aluvión de miradas indiscriminadas, desconocidas, groseras, concupiscientes, que se detengan fatal e inevitablemente sobre ella sin simpatía, sin ternura ni cortesía.
Esas miradas la mantienen en la sociedad de los humanos. La mirada del amor la arrebata de ella...." (Milán Kundera, "La identidad")




…Nosotros que nos dormimos en un siglo y amanecimos en otro no sabemos bien cómo actuar, no estamos seguros si algo del teatro actual tiene que ver con nuestras vidas … No es tan sano al parecer saber que hay gente en otros continentes haciendo lo mismo que uno…no tengo nada que ver con esa sincronización, ya que yo era del tiempo cuando todavía existía la gente. Al final uno dialoga con puros cadáveres…curiosamente se percibe la gente viva como si aún no estuviese absolutamente completa…como si no existiera , como si fueran solamente pequeñas respuestas a pequeñas disyuntivas….




Cada escritora nueva que conozco me confirma que la mujer, desplazada históricamente del narrar, por ende de la vida, acumuló tanta, que pareciese enfrentar indolente y con un aire de merecida superioridad a la eternidad o la metafísica, dándose cuenta que estas sólo son inocentes juegos de niños ambicionando conquistas patriarcales. Ellas sí que quieren recuperar lo verdadero, ya que perdieron mucha vida escuchando la especulación masculina, y en eso han superado al hombre que vive enrejado en la jaula de la historia y despreciando todo lo que no se suba al carro de lo trascendental. La mujer ha descubierto la actitud sagrada de no distinguir entre vida y narración… necesita “recuperar” pero no confunde esto con la historia porque ahí ella es invisible…ella apunta a algo más crucial, a una gran, sostenida y definitiva recuperación de lo vital… pensé esto tras leer esta declaración de Isak Dinesen a su joven amante :

"La diferencia entre tú y yo es que tú posees un alma inmortal y yo no la tengo. Así sucede con las sirenas o las hadas del agua, tampoco ellas la tienen. Viven más tiempo que los que poseen un alma inmortal, pero cuando mueren desaparecen completamente y sin dejar ningún rastro. Pero ¿quién puede entretener y agradar y extasiar a la gente mejor que el hada acuática cuando está presente, cuando juega y hechiza y hace a la gente bailar más enloquecidamente y amar más ardientemente de lo que nunca es posible? Pero mira, ella desaparecerá, y sólo deja tras de sí una línea de agua en el suelo."




Imagino como comenzó la amistad, ¿la permitió una alianza frente a un mundo agreste? , ¿o el amor un sentimiento de conexión espiritual en la carne?, pequeños esfuerzos grupales del hombre primitivo, de todos modos jamás se pudo contemplar esa emoción y ese concepto en su totalidad , a pesar que la amistad y el amor son inventos humanos, nadie pudo contemplar a sus inventores porque no los hay …es ingenuo también pensar que esos sentimientos estén completos hoy en día, ya que están siempre en un proceso de factura, de ensayo y de fracaso…




Esta sociedad lo ha resuelto todo , ¿de que preocuparse entonces? ...y si queda algún enigma por ahí cualquier idiota religioso o científico tiene la respuesta inmediata...no hay espacio a ninguna incertidumbre, incluso esta ya tiene su teoría...



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