lunes, 24 de agosto de 2009

William Blake: El Vagabundo



Blake "Dios como un arquitecto" ilustración para The Ancient of Days, 1794





Querida madre, querida madre, qué
helada está la Iglesia,
pero la taberna es reconfortante,
agradable y cálida;
además, sé perfectamente dónde me
tratan bien,
aunque tal trato en el cielo nunca daría
resultado.


Pero si en la Iglesia nos dieran un
poquito de cerveza,
y un buen fogón que reconforte
nuestras almas,
cantaríamos y rezaríamos la jornada
entera,
y ni una sola vez nos apartaríamos
de la Iglesia.


De modo que el párroco podría
predicar, beber y cantar,
y estaríamos todos felices como pájaros
en primavera;
y la pobre dama abandonada, que
siempre está en la Iglesia,
se libraría de niños peleadores,
de ayunos y de latigazos.


Y Dios, regocijado como un padre
que ve
a sus hijos tan afables y dichosos como
él mismo,
ya no tendría más querellas con el
Diablo o el Barril,
sino que lo besaría, y le daría tragos
y vestimentas



De "Cantares de Experiencia"




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