martes, 29 de enero de 2013

Diario




"Me preguntaba de qué soy profesor. Bien, yo profeso la oscuridad. Esa noche disfrazada de día. Y ahora, le deseo lo mejor pero debo irme..." (Cormac McCarthy."The Sunset Limited") 




 La banalización de las redes sociales y símiles por parte de los viejos responde al instinto conservador del conocimiento..Recordemos la desconfianza casi repulsiva que Heidegger tenía del cine y luego veamos la idolatría de Deleuze por el mismo… Facebook es como leer nuestra mentirosa mente en primera fila. Se sabe más de “la verdad” no yendo directamente a ella, sino viendo como se finge otra verdad paralela para ocultarla, una especie de “cuarto yo”. A facebook por el momento lo usamos indiscriminadamente, aunque aún no lo amamos… en el futuro un filósofo de renombre lo hará…




 “La juventud era el tiempo de la felicidad, su estación única, llevando una vida ociosa y exenta de preocupaciones, parcialmente ocupada por estudios poco absorbentes, los jóvenes podían dedicarse sin límites a la libre exultación de sus cuerpos. Podían jugar, bailar, amar, multiplicar los placeres. Podían salir de madrugada a una fiesta, en compañía de las parejas sexuales que se hubieran buscado, para contemplar la tétrica fila de empleados que acudían al trabajo…Más adelante, cuando fundaran una familia, cuando entraran al mundo de los adultos, conocerían las preocupaciones, el trabajo duro, las responsabilidades, las dificultades de la existencia; tendrían que pagar impuestos, someterse a trámites administrativos sin dejar de presenciar, avergonzados e impotentes, el deterioro irremediable, de su propio cuerpo; sobre todo, tendrían que mantener hijos, como enemigos mortales, en su propia casa; tendrían que mimarlos, alimentarlos, desvelarse por sus enfermedades, garantizar los medios de su instrucción y sus placeres, y, a diferencia de lo que ocurre entre los animales, todo eso no duraría una sola estación, sino que seguirían siendo esclavos de su progenitura hasta el final; el tiempo de la alegría habría terminado para ellos de una vez por todas, tendrían que seguir pensando hasta el final, en el dolor y los problemas crecientes de salud, hasta que ya no sirvieran para nada y los arrojaran directamente al cubo de basura, como viejos molestos e inútiles. A cambio, sus hijos no les estarían en modo alguno agradecidos, al contrario, sus esfuerzos, por encarnizados que fueran, nunca se considerarían suficientes, y hasta el final y por el mero hecho de ser padres los tendrían por culpables. De esa vida dolorosa, marcada por la vergüenza, quedaría despiadadamente desterrada toda felicidad. …Ése era el verdadero significado de la solidaridad entre generaciones: consistía en un puro y simple holocausto de cada generación en beneficio de la siguiente, un holocausto cruel, prolongado, y que no iba acompañado de ningún consuelo, ningún alivio, ninguna compensación material o afectiva…” (Michel Houellebecq “La posibilidad de una isla”)




 Ya no se acostumbra por las noches a estudiar decentemente una disciplina para llenarse de virtud o de mundo, se sale directamente a saquear las mentes de los otros... de esos ingenuos otros que creían que sus mentes eran de ellos, que tenían un título de propiedad en caso de que alguien les reclamase y que el pueblo debía respetar, y con eso creían asegurarse una especie de "inmortalidad" (palabra que entre el círculo social de los muertos causa confusión )




 “Vosotros necesitáis una vida natural; yo, una vida artificial…” (Edgar Degas) 






 No es exageración que la canción "Franky Teardrop" de Suicide se escucha sólo una vez y cuando se hable de ella en el futuro no habrá necesidad de escucharla de nuevo con el recuerdo basta...Si tienen la oportunidad de leer el capítulo que le dedica a este tema Nick Hornby en su libro “31 canciones” háganlo. (Claro como pretexto para abordar un tema de más profundidad, es decir, la capacidad heroica que da la madurez de ignorar la idiotez de los jóvenes)



 "Tu pasión por las frases te ha secado el corazón..." (Madame Flaubert a su hijo Gustave) 





 El tiempo pre-internet era el de la autoridad del texto , los viejos profesores no sólo sabían mucho, sino además ellos tenían los textos que debíamos leer, incluso más, ellos mismos traducían de la fuente lo que nosotros recibíamos como la ostia divina…Ahora no sirve la intención de ejercer autoridad, todo está disponible (o casi todo o pronto lo estará, el problema de los alumnos copiando sus trabajos de google jamás será solucionado) , hoy no se premia al viejo profesor por su eficacia en traer las tablas de la ley desde la montaña como un elegido…(¿para las humanidades se necesita un profesor? creo que no, para las humanidades se necesitan buenos humanos alrededor). Lo que se premia o se disfruta es el buen gusto del otro (el gusto es político), no hay autoridad en los textos por que los textos sobrevuelan, son de todos y los ocupamos a nuestro antojo, lo que se disfruta es la elegancia del gusto de los demás…la autoría se relaja, la autoridad se diluye, ¡todo se convierte en una genial y horizontal fiesta de gustos! Elegante es que elige bien y de ahí deriva la ética, que es el arte del buen “eligidor”…





 "El juego misterioso que va del amor a un cuerpo al amor de una persona me ha parecido lo bastante bello como para consagrarle parte de mi vida..." (Marguerite Yourcenar. “Memorias de Adriano”)





 Algo que muy pocos han pensado en profundidad (salvo Kundera) "la extinción de las miradas" , (las mujeres intuyen ese infierno, los hombres no) cuando ya no nos miren tierna , encantada o lascivamente en la calle ¿quién nos devolverá al mundo?, ¿el amante? pero el amante no puede hacer eso, el apresa, encierra, quema el mundo ... Las gentes que han pensado mucho el amor , imposibilitados para sentirlo...preso, como el historiador, con un objeto de estudio que nunca vivirán... 





 "..yo de repente me debí haber quedado en Chile comiendo pan con mantequilla..." (Roberto Bolaño en un mail a un amigo) 

Lamentablemente Roberto, pocos logramos tu gran deseo...aquí estoy yo, en Chile y comiendo pan con mantequilla y tu allá tan sólo y frío en el aburrido panteón de la inmortalidad…





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