Temor y temblor frente al entusiasmo...
Más estudios ¿Para que? Pequeñas desesperaciones de pobre...
Me he desecho de gran parte de mi biblioteca, es inútil. Aspiro, aunque parezca ridículo, a quedarme con un sólo libro, que pueda llevarse en un morral y ser subrayado completamente hasta desarmarse. Las estanterías son indiscretas. Las bibliotecas de mal gusto.
Nuevamente cambios. Más importante que los libros que compro (he llegado a no comprar ninguno por meses) son los que desecho. Un escritor “exitoso” como Pablo Simonetti (que alguna vez robé por ahí y que nunca leí ) cambiado por algo que a estas alturas (donde la sorpresa no abunda) me ha dejado profundamente impresionado: José María Gironella “Los fantasmas de mi cerebro”.
Los libreros saben que ganan en estas transacciones , por cantidad y calidad de la edición de los libros, pero siempre quedan con un mal sabor cuando salgo por esa puerta con estos ejemplares irrepetibles y subterráneos (con el entusiasmo y la satisfacción de un niño que aún no conoce el poder de los símbolos y sólo se conforma, en su primera infancia , con un juguete barato, de plástico). Los libreros desconfían de estos extraños negocios a pesar de que han ganado. Siempre ganan.
La edición de “Los fantasmas...” es profundamente humilde (GP) ¿que será eso?. En la segunda página dice escuetamente : Portada de Alvaro... al divisarla nuevamente noto que la portada es blanca.. no hay nada....¿Cuál es el mérito de Alvaro?
Algunos fragmentos de “Los fantasmas de mi cerebro” :
“Hay libros para leer de noche . Me doy cuenta de ello desde mi sillón, repasando una y otra vez los títulos de nuestra biblioteca . Hay títulos que de día son neutros y que a medida que la noche avanza van adquiriendo majestad”...
“El acto más insignificante es un desafío, un atentado contra la serenidad, contra la paz. Quien besa o quien planta un árbol no sabe si practica el bien o el mal”...
“Por de pronto yo relaciono con mi dolor todo lo creado. El rumor del mar es el mismo que me duele en la cabeza. El frenazo de un automóvil se parece a la obturación de un vaso sanguíneo. Nada me sucede que no sea gemelo de otros muchos avatares de la naturaleza”...
“Conozco los peligros de auscultarse a si mismo, por un lado uno se desprecia; por otro , uno se convierte en soberbio. La soledad se parece a la lepra. Empieza comiendo facciones y dedos, y acaba devorando el alma”...
“A veces veía de lejos a mi padre. Caminaba un poco arrastrando los pies, con el sombrero colocado con descuido. Había en él algo de fatiga moral, prematura. Parecía estar pensando puñales. Yo lo seguía a distancia, avergonzado. Sabía que algunos de estos puñales eran míos”...
“Hay noches horizontales (sosiego y sueño). Noches como un pozo (pesadilla o vicio). Noches verticales (oración o estudio).
También hay noches heladas: cuando alguien muere en nuestra propia casa o cuando bruscamente se rompe nuestra coherencia interior”...
.
Más estudios ¿Para que? Pequeñas desesperaciones de pobre...
Me he desecho de gran parte de mi biblioteca, es inútil. Aspiro, aunque parezca ridículo, a quedarme con un sólo libro, que pueda llevarse en un morral y ser subrayado completamente hasta desarmarse. Las estanterías son indiscretas. Las bibliotecas de mal gusto.
Nuevamente cambios. Más importante que los libros que compro (he llegado a no comprar ninguno por meses) son los que desecho. Un escritor “exitoso” como Pablo Simonetti (que alguna vez robé por ahí y que nunca leí ) cambiado por algo que a estas alturas (donde la sorpresa no abunda) me ha dejado profundamente impresionado: José María Gironella “Los fantasmas de mi cerebro”.
Los libreros saben que ganan en estas transacciones , por cantidad y calidad de la edición de los libros, pero siempre quedan con un mal sabor cuando salgo por esa puerta con estos ejemplares irrepetibles y subterráneos (con el entusiasmo y la satisfacción de un niño que aún no conoce el poder de los símbolos y sólo se conforma, en su primera infancia , con un juguete barato, de plástico). Los libreros desconfían de estos extraños negocios a pesar de que han ganado. Siempre ganan.
La edición de “Los fantasmas...” es profundamente humilde (GP) ¿que será eso?. En la segunda página dice escuetamente : Portada de Alvaro... al divisarla nuevamente noto que la portada es blanca.. no hay nada....¿Cuál es el mérito de Alvaro?
Algunos fragmentos de “Los fantasmas de mi cerebro” :
“Hay libros para leer de noche . Me doy cuenta de ello desde mi sillón, repasando una y otra vez los títulos de nuestra biblioteca . Hay títulos que de día son neutros y que a medida que la noche avanza van adquiriendo majestad”...
“El acto más insignificante es un desafío, un atentado contra la serenidad, contra la paz. Quien besa o quien planta un árbol no sabe si practica el bien o el mal”...
“Por de pronto yo relaciono con mi dolor todo lo creado. El rumor del mar es el mismo que me duele en la cabeza. El frenazo de un automóvil se parece a la obturación de un vaso sanguíneo. Nada me sucede que no sea gemelo de otros muchos avatares de la naturaleza”...
“Conozco los peligros de auscultarse a si mismo, por un lado uno se desprecia; por otro , uno se convierte en soberbio. La soledad se parece a la lepra. Empieza comiendo facciones y dedos, y acaba devorando el alma”...
“A veces veía de lejos a mi padre. Caminaba un poco arrastrando los pies, con el sombrero colocado con descuido. Había en él algo de fatiga moral, prematura. Parecía estar pensando puñales. Yo lo seguía a distancia, avergonzado. Sabía que algunos de estos puñales eran míos”...
“Hay noches horizontales (sosiego y sueño). Noches como un pozo (pesadilla o vicio). Noches verticales (oración o estudio).
También hay noches heladas: cuando alguien muere en nuestra propia casa o cuando bruscamente se rompe nuestra coherencia interior”...
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario