Cuaderno gris

Como bien dice Ortega en las creencias se está y de tan cerca que se esta con ellas se olvidan, las ideas se meditan, se tienen, se atrapan. “Creemos” que afuera hay una calle esperándonos. Por eso ese creer es “dar por hecho”, y abrimos la puerta desinteresados
Va a llegar el tiempo que nos demos cuenta que damos por hecho todo. Cesaran las ilusiones foráneas y nos caeremos vacíos.

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El Renacimiento vió. El ojo esperaba que algún científico lo liberara. La perspectiva fue entonces la capacidad de “adentrarse” y de superponerse.
Sin embargo al final todo era magia. La realidad es una amante tortuosa de la ciencia.
Y en política volvieron la fuerza y el honor romano en esos príncipes protectores , para luego como reacción, un monje campesino y epiléptico renovara la vieja decadencia , luteranización de la política.

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Kierkegaard, con Dios en su maletín sellado. El cansador yo. ¿Responsable? Apesumbrado
Depósito en el vacío.
El antiguo hombre ofrecía a Isaac en sacrificio
él actual se ríe

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Ni pensar en la fragilidad de la vida.
El cuerpo como el arma más vulnerable, como coraza de algo inexistente pero esencial. Lenguaje y Fracaso
¿Será cierta la reflexión de Kafka en torno al horror de sobrevivirse?


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La filosofía no necesita personajes
Sólo un monólogo despótico…


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¿Como quieren que se comporte un minero como yo?, ¿creyendo en alas por ejemplo?, ¿gastando en velas? Sólo esta atento a la dinamita con la que puede morir. Viviendo bajo siete pisos, ni siquiera se pregunta si ese es el número que une a Dios.


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¿Por qué no dejar todo y dedicarse al comercio?, ¿por que volver a la geografía de origen si es áspera, totalmente ajena, enferma, asesina tres veces y más?
Vuelvo y voy, sin movimiento hay un cuerpo celoso de lo que llaman mente .Los alemanes la llamaron Geist, o sea un todo con lo espiritual.
Acá lo espiritual es tan santo, el olor a alma apresa el estómago. La educación es sabrosa cuando acaricia los dolores eternos.
Si saber de muerte es meditar, el poder estar en el movimiento, entonces seré sabio, por que el destino es lluvia en el improviso del amante.
Es la moral en el sombrero de mago, intacta, debutante, destructora de mundos.
Abrazaré la lógica clásica sólo en la seguridad y el abandono de las playas extintas de mi risa.