Estoy orgulloso de mi camiseta, mucho mas que de mi universidad, la universidad es un chiste , vuelve a los seres pretenciosos y de piernas flacas y pálidas, los alejan del la guerra diaria de la vida, los alejan de la fuerza del espíritu, la universidad es un circo , yo solo creo en la soledad de las tardes , tendido en el pasto pensando en la muerte, no hay más , todos lo intuyen pero lo evitan.
Uno estudia por ese tremendo temor a la miseria que todos los de clase baja han atesorado en sus años de niñez, aunque un pensador del crepúsculo no necesita dinero sino un sucedáneo de el , necesita tiempo, y es en esta diferencia en que se basa toda la comedia humana. Veo fotos de ex alumnos de mi Universidad . Orgullosos, disfrazados como personajes históricos , felices en giras de estudios, yo ya salí y no guardo ni un recuerdo. ¿Quien puede pensar cuando se rodea de puros axiomas sociales? Se quiere salvar al mundo pero ni siquiera se dignan en fortificar un poco sus pálidas piernas como intenta con toda su fuerza el viejo del colesterol alto.
Cada día noto que mi ropa mejora, la camiseta que llevo puesta me hace parecer cualquier escritor de la generación perdida en un viaje al Caribe, tiene rayas gris y naranjas, es alegre pero da un cierto toque marino y decadente. Los músculos están sanos lo que demuestra que el alcohol no hace mella , la cabeza piensa lo absolutamente necesario, me preocupa tanto el caminar por el parque sonriéndole a la gente que considero angelical , como heredar la inteligencia altiva de Stendhal, él me hace un hombre activo , hoy hace trotar mis ideas , forzar una literatura profunda alejada de la anécdota. Y la gran interpretación del mundo sólo quedará reducida desde ahora a una pequeña e insignificante angustia por la ausencia divina.
Uno debe hacer ejercicio en este mundo podrido de negocios ya que no esta Napoleón para enrolarse en su ejercito de poder. Uno debe santificar el yo ya que este se ha reducido a polvo tras siglos de escolástica de sentido común. Aunque este rescate no debe ser gramatical como el de Descartes sino vital. Es decir una confluencia de fuerzas naturales recibidas por los sentidos y amando la apariencia. Amando el Apolo que quiere fortalecer sus músculos y alejarse de la academia.
Hay mucha tinta escurriendo a favor de las casas editoriales que quieren explotar el sentido vital de la literatura , hay que elegir bien el camino por donde se corre , como también hay que hacerlo con las lecturas, idealmente pocas y olfateadas con la habilidad de un tiburón.
Hay que seguir vistiéndose con ropa de la feria , que lo haga sentirse a uno de pronto como un esencio que no necesita nada sino sólo una camiseta regalada de quinientos pesos y dedicarle al arte de la vida todas las energías posibles antes que el destino dinámico cruel y edípico , deposite su afilada mano sobre nuestros hombros.
Soy un vagabundo que quebró su negocio como los medievales por la intensa fe en la providencia y se saltó el pensamiento moderno para relegarse tras camisetas baratas y tardes de caminatas sin sentido.
Soy un escritor de ideas a pesar de odiarlas y deconstruirlas tanto como para hacerlas puro sicologismo vital y práctico. No le temo a la moral que dificulta el entendimiento profundo de la vida y sólo crea una pasta insípida y neurótica llamada humanidad.
¿Que es correr por los parques sino un poner en cuestión a la naturaleza como dijo Francis Bacon?
La pongo en cuestión cuando hago un paréntesis intelectual y vivo. O sea me sumerjo en la pregunta para no hacerla , vivo en la pregunta , vivo creando nada, para nada y sin ninguna recompensa celestial, soy el mayor inútil del mundo desde Pantagruel. Vivo para que Dios algún día me diga : “Yo no digo”, y ese silencio simple y arrogante se transforme sin darnos cuenta siquiera en nuestra hora, en nuestra respuesta , en nuestra muerte…
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