miércoles, 4 de diciembre de 2013

Diario



Converso por razones que no detallare, con una mujer con tradición aristócrata, (si es que esa palabra se puede decir que existe aquí en chile) hablamos de los empresarios chilenos, ella los define (no sin cierto odio implícito) , “latifundistas baratos , conservadores , poco leídos , poco viajados, sus viajes son a resort o zapallar ”… Es extraño que una cosmovisión se expanda solamente por el hecho sanguíneo , también es raro crear una aristocracia pura, que solo sea guiada por el mérito…justamente eso no sería una aristocracia …además el mérito siempre es determinado…pero hay seres, independientemente del lugar que hayan nacido, que se atreven a hacer explotar la pólvora que todos poseen pero que temen ….son pirómanos espirituales…se contradicen , se afirman , santifican sus obsesiones , se retiran y renuncian …son los verdaderos aristócratas …los extraños sin razón aparentes , melancólicos universales …asistemáticos , sin academia , pensadores a tiempo completo…monstruos.. 






 En el concierto veo con pavor la cara del violinista… más aún observo la comparsa de su cuerpo, la delicadeza del brazo derecho, el vaivén de su columna, pero vuelvo a la cara, parece un muñeco, un robot perfecto, un alienígena, es un genio genético, es una especie de luz…deleitémonos en los genios pero no convivamos con ellos , nosotros dentro de la caverna debemos resolver otras urgencias , convivir con los iguales….preparar ensalada …follar decentemente…lloriquear solos en las noches de navidad y escuchar el violín de esos genios, mientras nos revolcamos como piojos … 



 La vida enseña con dolor que no solo basta el ingenio, y los jóvenes escritores están llenos de él, grandes frases, historias macabras, todo adobado con un ingenio que no se diferencia, como en el francés ,del chiste…hay que escribir como Kafka, sin interrupciones desde una cueva y que las piernas se congelen de perfección literaria. El gran tema de Kafka, la interrupción, y el amor el matrimonio son las interrupciones por excelencia a su programa…escribe cartas perfectas a Felice, ella contesta animada y creemos que encantada…pero surgen las ironías de la vida, las cartas de ella se han perdido, sólo tenemos acceso al monólogo epistolar del insecto ofreciendo sus proyectos tristes a la mujer invisible… Entonces como Kafka toda mujer que desee para mi futuro deberá ser por carta…la presencia es interrupción … 





 La pregunta que es la daga que mataría a cualquier escritor: “¿para qué escribir ?” sus respuestas , ( la de los escritores) siempre suenan infantiles frente al poder de esa pregunta, y sumidos en esa infantilidad publican, demuestran, se esfuerzan , pero la pregunta sigue intacta y se agiganta por las noches mientras las respuestas parecen aún más inocentes …Se escribe en definitiva simplemente para ignorar esa pregunta…pero hay quienes no pueden ignorarla, viven dentro de ella y creen que en ese domicilio están haciendo literatura sin escribir ni una sola línea. Se alojan ahí porque saben que en esa pregunta está implícita toda la historia de la literatura y después de ello nada mas queda por escribir… Se sienten como el Ulises de Kafka… Este en un primer momento se resguarda del canto de las sirenas, tapas sus oídos y se amarra al mástil de la nave…pero las sirenas no cantan, su poder radicaba precisamente en su silencio, así Ulises “no escucha su silencio”, ellas se retuercen impotentes. Pero cabe otra posibilidad (la más macabra), Ulises sabía de antemano el silencio de la sirenas, pero se resguardo como si cantaran y represento apaciblemente la farsa frente a las sirenas y los dioses…¡La farsa frente al silencio! esa es la respuesta frente al ¿para qué…? …Hay que escribir como si no se escribiera, hay que no escribir como si se escribiera…y viceversa por toda la eternidad…copiar el sistema de Ulises… Hay un silencio, precisamente por eso hay que taparse los oídos , Ulises se deleita de su inmunidad frente al hechizo de la sirenas , los dioses se lamentan y agregan : “pobre iluso cree que cantan” , y Ulises a su vez piensa de dioses y sirenas, “pobres ilusos” sé del silencio, pero actúo y me protejo como si hubiese un canto …por eso venzo…pero en realidad, y aquí esta lo definitivamente revelador (y quizás la respuesta final al “¿para qué?” ), nadie vence, solo la ilusión danza abrazándolo todo…no hay un canto y sin embargo lo hay …sino, no acontecería la danza… 






 Nací en la era de internet tal como los protestantes con la imprenta, o los griegos clásicos con las tablillas de anotaciones que revolucionaron la academia o Nietzsche con la máquina de escribir, que reconocería, cambió su estilo…. Debo ser fiel a lo banal de los medios, me refiero ¿para qué papel?..¿Para que un libro? …lo único que escribiría en papel serian cartas , pero he eliminado cualquier posibilidad de remitente…y una vez decapitado los remitentes no puedo ya más que ser honrado y escribir en internet que es el reducto de los verdaderos miserables de la literatura …muy parecido a la flojera que se siente de cocinar y entonces va y se pide un plato rápido…Vivir de platos rápidos , jamás se me vera en un libro (aunque lo pueda pagar yo mismo)…mi letras revolotearan por el aire como los ridículos ruidos de pititos que salían de esos telégrafos antiguos que anunciaban las batallas perdidas durante las guerras mundiales… 






 "A los ocho años Luis XIII hace un dibujo parecido al que hace el hijo de un caníbal de Nueva Caledonia. A los ocho años, tiene la edad de la humanidad, tiene por lo menos doscientos cincuenta mil años. Algunos años más tarde los ha perdido, no tiene más que treinta y uno, se ha vuelto un individuo, no es más que un rey de Francia, atolladero del que no saldrá nunca..." (Henri Michaux. "Passages") 




 El amor de mis padres inmerecido , no porque sea una mala persona sino porque no me dejó ser un verdadero artista… los artistas son buitres que se alimentan de tripas familiares…pero pensándolo honestamente , no quiero ni merezco ser un artista, sólo quiero conectar con palabras lo que no pude hacer en mi niñez , quiero abordar los abismos que me silenciaron con mi educación…quiero ver cara a cara las preguntas buitres que han devorado desde siempre mi estómago , a eso y a nada más que eso aspiro.






 Es increíble que podría acostarme con una colombiana de ensueño con la cual voy a salir (a regañadientes ya que me comprometí), pero luego vi que subió fotos en el mall costanera center y no salió de ahí en todo el día , y luego se pego un discurso apologético del mismo , que sé que en mi encuentro con ella me relatara de nuevo y con todo detalle ...y cuando lo escuche no querré saber ya mas nada...Es de Cali y cuando la conocí entre copas hablamos de Andrés Caicedo…ella me dijo que allá era importante …le conteste “se lo merece”…quizás el mall también se lo merece… 




 Aprende esto, ya no se escribe con las manos…ni con baile de la muñeca, el hombro y el codo relampagueantes, sólo se escribe con la punta de los deditos como si las letras que tocáramos nos hicieran daño , el hombro, el codo son mas títeres que nunca….una frase de lápiz a media noche tenía la elegancia de la rama de sauce que flota sobre el rio , hoy el dedo tecleando es simple desesperación monocorde , como los movimientos del lobo que desgarra las tripas del animal muerto tras meses de ayuno invernal … 






 "La ciudad en la que nadie llora. En torno a una lágrima milenaria, como una reliquia , se construye su catedral..." (Elias Canetti. "La provincia del hombre") 




 Falta una mascota para observarla,  estudiar sus movimientos y luego escribirlos, como el perro Pongo de Mario Levrero (que le da siempre a lo menos 4 páginas de idioteces que él describe con maestría). Los dos arbolitos que tengo como residentes en mi departamento no son muy dados a aventuras…y las polillas que creí mis amigas, desde que me enorgullecí y conté que no les hacía daño y las dejaba en total disposición para que ellas volaran donde se les diera  la gana, ya no vuelan si no que se estacionan como policías en los rincones y no sé si están muertas o vivas , parece que les gusta que les peguen y ellas esquivar los golpes en señal de superioridad con su verdugo (algo absurdo ya que no son ni la mitad de ágiles que por ejemplo las moscas) , pero si uno no les hace nada ellas tampoco hacen nada como en señal de protesta y pueden estar en la pared por horas y lógicamente ahí surge la pregunta: ¿y no se aburren? Consulté cuanto vive una polilla: hembras 16 días, machos un mes. 








 "¿Y cómo gozar de los beneficios? Sacrificando sólo a los amores de paso, queriendo el movimiento, y huyendo de todo lo que detiene: la monogamia, la cohabitación..." (Michel Onfray. "Teoría del cuerpo amoroso. Por una erótica solar")





 La bicicleta es, si se pudiese decir así, "cinematográfica", no deja escuchar los diálogos de la calle, sólo se escucha la última sílaba de todo (hasta la de los pájaros) , ...el caminar es el movimiento del escritor...y últimamente no estoy caminando, solamente me desplazo en bicicleta (quizás esta depura el pensamiento pero no deja absorber la carne humana en detalle) ...Extraño el murmullo humano (como una conversación de una receta de cocina entre dos señoras en la calle, donde uno se niega a adelantarlas y se queda atrás escuchando atento , o esa vez cuando dos mujeres iban sentadas juntas en el metro , coincidentemente leyendo ambas, una a Vonnegut y la otra a Coelho , y justo cuando enfrente de ellas se desocupó un asiento me dije: "ahí sentare a mi prejuicio" ) ...Pero debo conformarme con la imagen en movimiento que igual trato de anotar...lo primero: creo que la calle Romero es la más bonita de Santiago...se debería hacer una película de ella , la más triste quizás , una historia de amor en esas casas locas que están justo en la esquina con la calle Esperanza...Una vez un amigo detuvo ahí enfrente el auto y me dijo: "debemos hacer un brindis por estas casas weon son maravillosas" y efectivamente lo hicimos … 


 Henri Michaux describe su experiencia luego de tomar mezcalina: 
 “Surgen Himalayas bruscamente más altos que la más alta montaña, afilados; son falsos picos, esquemas de montañas, pero no por eso menos altos, triángulos desmesurados, de ángulos cada vez más agudos hasta la extrema orilla del espacio, ineptos pero inmensos. Mientras sigo mirando esos montes extraordinarios, he aquí que al concentrarse al acceso intenso que me domina en las letras “m” de la palabra " inmenso” que yo pronuncio mentalmente, los dobles trazos de esas “m" desdichadas se estiran como dedos de guantes… Basta. He comprendido. No pensemos en nada. No pensemos más. No demos una idea, una pieza al loco engranaje. Pero la máquina ya ha retomado su movimiento de cien imágenes por minuto. La máquina de “himalayar” se ha detenido y luego se vuelve a poner en marcha…” 

 ¡Yo también quiero una máquina de “himalayar

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