lunes, 27 de octubre de 2008

El Flaneur en la playa.

Tony Ray Jones






Martin Parr




Coctelmarx



En la playa hay que ser , en idioma de Baudelaire un flaneur, el paseante que se encandila de todo, que vive en ese asombro artístico a lo que el paseo le ofrece, siempre sentí que ese pasear tenía algo novedoso y que debería tener un nombre propio, por esto es que los franceses ya lo habían apodado así: flaneur, los pequeños burgueses que descubrían la playa en el siglo XIX y de los artistas melancólicos, que de tanto impresionarse a la orilla del mar se volvían un grito del siglo perdido (El Grito de Munch surge precisamente de un paseo a orillas del mar) . Siempre mi máxima ocupación fue de deambulador, el primero que influyó en este sentimiento fue Rimbaud que no conocía la playa hasta que su mentor se la presentó ( aunque este hablara mucho de ella curiosamente sin conocerla) la playa no como balneario , por lo menos no en su época, sino como un centro de desmesura: "Heme aquí en la playa armoricana*. Ya pueden iluminarse de noche las ciudades. Mi jornada ha concluido; dejo la Europa. El aire marino quemará mis pulmones; me tostarán los climas remotos. Nadar, aplastar la hierba, cazar, fumar sobre todo; beber licores fuertes como metal fundido --como hacían esos caros antepasados en torno de las hogueras".

*Aremorica, o País frente al mar , aclaro esto porque mis ojos son hoy en día eso, países cromáticos enfrentados y confusos". El gran viaje al mar no es otra cosa que la lucha táctica contra el spleen.


El fotógrafo Tony Ray Jones me enseñó a hacer fotos de la playa, ¿Qué es la playa? una invención del ocio del siglo XIX. Pero “hay que saber ver en la playa” ¿una especie de fotógrafo armoricano? , otro cazador expone en Chile, Martin Parr, su fotografía es extraña (fotografió Viña para Magnum )

En la libretita anoto:

“La señora tiene a duras penas plata para comprar un suflé para el niño chico y un cigarro suelto, pero lo curioso es que lleva un bolso extraordinariamente llamativo, dice impreso: Festival de Cannes. Uff la ropa usada actúa como extraña performance surrealista en todos estos países pobres”. Esta frase no necesita una imagen , por ende necesita texto. Ya no fotografío porque las palabras tiene un humor más sutil, reverberan incluso cuando ya se han acabado… (En realidad el impuesto del balneario hace subir al sufle a 200 pesos y al cigarro en un 20%. Esta aclaración no impide el sentido de la frase anterior). “¿Pero que hacemos con los bañistas? en The lazy Sunbather Morrissey canta:

El sol quema hasta el centro mismo del planeta

Y no es suficiente, ellos quieren más…

Las religiones caen, niños bombardeados

¿Niños bombardeados? ¿Eso es todo?

Muy bien pero por favor ¿podrían mantener el tono bajito?

porque están despertando

a los que toman sol perezosos…”

Bertoni dice que prefiere infinitamente la playa con gaviotas que con bañistas , se lo leí a Carla Cordua que lo citaba en “partes sin todo”. Una playa con bañistas refleja una patria ociosa a la cual no nos es permitido pertenecer.

En Inglaterra del XIX los médicos higienistas recomendaron los baños de mar como la terapia de moda. El novedoso SPA “salus per aquam”, salud a través del agua, se vuelve en el destino obligado del aristócrata que inventa, a su medida y con sus gestos “La playa”. Alain Corbin señala en "El Territorio del vacío Occidente y la invención de la playa (1750-1840)":

"El bañista y el médico coinciden en exigir al mar tres grandes cualidades : frío, o, al menos frescor , salinidad y turbulencia. El placer nace del agua que flagela".

En el álbum de Viña del Mar, se puede ver en el balneario recién formado decenas de bañistas tomados de una cuerda que va desde la playa y que se interna en el mar, como peces las gentes tomadas del cordel se mojan las piernas temerosas. La verdad es que el flaneur mas que ver la playa vacía , solo ve la relación mística entre el suflé, el cigarro y el playero festival de Cannes, todo unido en una caminata sin sentido , de la mano una madre y su niñito se alejan. Yo me guardo el secreto, o sea deambulo.

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