lunes, 9 de noviembre de 2009

Diario



“No, el mundo no está descentrado, sino yo, su gran enamorado, el enamorado de lo natural, que nunca hice algo natural excepto si encontraba un acto artificial que pudiera reemplazarlo. Testimonio: no vivo, escribo”.

Nietzsche –“Mi hermana y Yo”



Estamos cansados, la gente se muere y las respuestas se agotan (nacen agotadas). La filosofía aburre. El cosmos se electrifica y me brinda un espíritu tan lleno de información que lo hace retorcerce y gemir : ¡No esperes llamar a esto progreso!!!


La labor es hacer de la nada un dios seguro , que no pida nada, pero mi Dios sigue intacto arañándome las noches nihilistas , si se manifestó una vez se manifestará la vida entera . Porque no es a la experiencia ni a la verdad histórica a la que nos ajustamos . Es sólo al temperamento que ha sido forjado en un eterno pasado y que el hombre que vive ahora sin poder, sin ánimo no puede deshacer.


Que se yo … Se lee a Montaigne como un libro eterno, fisiológico , es como vestirse en las mañanas, cualquier página cualquier hora , no requiere un orden , es mas su lectura demanda un desorden.



Pero hay que estar atento , mi afán de conocimiento es solo un gesto infantil de desesperación. A priori se que no conoceré que no soy hombre de investigación, todo acto surge de la muda desesperación de un espíritu anónimo.


Cualquier estudio sistemático me es vedado, ningún orden novelesco en mi estructuración, sólo lanzo fragmentos a un mundo fracturado. En lo único que puedo sentirme un maestro es en desestabilizar la idea del mundo. Y dejar que el sentimiento, rudo e inexacto se apodere de la vida. De mi los alumnos sólo pueden exigir desesperanza.


Necesidad de ser bueno, es proporcional a la necesidad de ser actor , ambas conviven en equilibrio total , sé que lo que mas valoro es lo mas falso.


No puedo vivir en un mundo sin verdad como no puedo vivir en el mundo sin un sistema inmunológico, a ambos solo los puedo comprender pero no ver. La necesidad de verdad es mi perversión mas extraña. No hay por ende la necesito.



Leyendo a Heine el deseo "de creer en un Dios que pueda servirnos de algo". Lo tremendo: no podemos separar a Dios de su utilidad, pensar a Dios sin ella es una especulación elevada pero poco sincera a los instintos. Pero se es más hereje con la poesía : Una noche tibia de primavera en el balcón de mi casa leí unos versos de Heine y me sirvieron….



El pragmatismo como solución psicológica me agrada justo en un momento de definición económica. La cultura burguesa aunque uno no sea parte efectiva de ella, extiende sus tentáculos de pertenencia y nos hace consumir , es decir nos hace culturizarnos. El bienestar, la comodidad nos hacen ser seres modernos, alejados del ajetreo heroico del antiguo. Nuestras cruzadas teológicas van de sillón en sillón de champagne en champagne.


No tengo simpatía por la cultura proletaria en tanto cultura, una clase no me es atractiva solo por el hecho de ser motor. El espíritu proletario huele a engranaje moderno, huele a amor al futuro. Los dioses y el destino le son ajenos.


Marx su teórico se ajusta demasiado a la verdad. Utilizando la ciencia esconde su histórico rol de profeta. La Historia y la materia, el faber y el optimismo. ¿Pero no son los mismos eternos tópicos metafísicos? sólo que ahora se pueden tocar. Es decir el valor ruge de nuevo pero nadie lo nota: Contemplación versus transformación.




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