En el matinal de TVN veo la polémica que se suscitó por esas dos chicas que bailaban en televisión en los noventa y que eran los símbolos sexuales de esa época, Chabe y Coty. Hoy cerca de los cuarenta años, fueron tratadas mal en twitter por su demacrado aspecto fisico. En la entrevista ellas dijeron lo esperado: que no les importaba lo que pensara esa gente. Los que sondeamos un poco más en la profundidad femenina sabemos que esa crítica (por lo demás inoportuna y descortés ) las devastó. Los que nos criamos entre hombres sabemos lo inmune que somos a la palabra "feo", esto de tanto lanzarla o recibirla de otro amigo. Pero en las mujeres la palabra "fea" es un tabú. Me he dado cuenta que los mejores novelistas (hombres) suelen repetir mucho en sus libros y con total impunidad: "la mujer era fea", esa frase es un escándalo para ellas, una especie de sacrilegio religioso. Mircea Cartarescu escribe en su libro dedicado a las mujeres: "Porque nunca consigues ponerte de acuerdo con ellas en lo tocante a la belleza de otra mujer o de otro hombre." Una gran verdad.
Si las ex bailarinas son felices
con su vida y su cuerpo, déjenlas en paz, pero aseguro que les costará un poco
más ser felices después de llamarlas públicamente feas.
Ahora veo una foto de una joven
escritora mexicana llamada Valeria Luiselli, está sentada cómodamente en su
habitación, con los pies puestos arriba de un sillón, un cigarrillo en su mano
derecha y concentrada en la luz que inunda el lugar. Se nota que allí es donde
escribe. Es realmente hermosa , la pose, el cuerpo, su rostro, todo parece
perfecto, además es genial. Wikipedia la describe así:
"Ha publicado en varios
periódicos y revistas cómo Letras Libres, The New York Times, y Dazed &
Confused. La critica alemana la ha llamado la nueva revelación de las letras
latinoamericanas..."
Me surge de inmediato la
pregunta:
La gente bella y genial ¿que hizo
para merecer eso?
Porque además hay gente fea y
genial.
Pero, y lo más sorprendente de
todo.
Hay gente fea y tonta. Yo siempre
me he inclinado hacia estos últimos, me producen un tremendo misterio. Me
atraen y siento no sé porqué, que frente a las posibilidades antes descritas,
para mi ellos son los más atractivos. Los veo por mi barrio, en el metro o en
la micro y no puedo parar de escucharlos, y de observar todos sus movimientos.
Es como si ellos fueran realmente los dueños de este mundo. Una hermosa
vegetación anónima que no busca misión ni justificación ninguna. Tullidos de
estética y de ética sólo pululan orgánicamente por la tierra. Ese
desplazamiento micótico que veo en todo lo que hacen es lo que me fascina. No
se ofenden por su estética ni se ilusionan por su genio. La vida desnuda se
posa en ellos como en ningún otro sujeto social. Cada mañana los veo. Se pasean
como los inmigrantes musulmanes deben pasearse afuera del Louvre, con una total
indiferencia por la belleza que contiene ese edificio y que no les interesa ..
Inmunes a la belleza inmunes a la
inteligencia. Así sólo pueden ser ángeles...
"En cuanto a un corazón
destrozado, en esta época de alto nivel de alfabetización y facilidades para
difundir la palabra impresa… —emitió un sonido burlón—. Feliz quien cree que
tiene el corazón destrozado: puede escribir un libro inmediatamente y vengarse
(lo cual es peor que si derribas de un puñetazo a un hombre, y éste encuentra
en el arroyo una moneda de oro antes de levantarse). Además, sirve de tema para
el cine y las revistas. No, no —repitió— uno no se mata después de un amor
frustrado. Escribe un libro..." (William Faulkner. "Mosquitos".
1927)
Escribe un biógrafo:
"Flaubert había seducido a
Louise Colet en el coche de punto, representando el papel de "asqueado de
la vida", mientras se reía en su interior..."
Siglo XIX, siglo de tristeza y
decadencia aristocrática, spleen, hastío, oscuridad, tanto que quizás permitía
esos lujos a las personalidades asqueadas. Hoy sería imposible imaginarse a
alguien seduciendo con un papel así . Entonces cuando hoy veo (muy rara vez) a
un hombre frente a una mujer representándose como un asqueado de la vida, veo a
un hombre valiente, independiente, un hombre que no le puede importar mucho
nada, ¿un dandy? Yo debo ser un cobarde, en esas circunstancias siempre me hago
el feliz, aunque el asco por la vida rebose en mi interior...Seducir con el
asco, sí quizás, pero sólo en las fábulas antiguas.
Siglo XXI. En un mundo donde todo
gira en torno a la seducción, veo una foto de una treintaeñera en Tinder, ella
ha decidido que una fotografía suya, sonriente y abrazando a un enorme pez gato
en una playa caribeña, seducirá a los hombres... ¿Por qué no? Su risa es
realmente extraña. La felicidad y sus extravagantes pasaportes amorosos. Me
recuerda a Emma Bovary cuando se suicida con arsénico, no sin antes echarse a
reír, "con una risa atroz, frenética, desesperada..."
En el siglo XVIII, el escritor
alemán Jean Paul, aseguraba que los libros eran voluminosas cartas para los
amigos.
Anticipación a alguien que se
niega a escribir en otra parte que no sea en las redes sociales. Saludar y ser
saludado por los amigos, quizás la única misión noble que le queda a la
literatura, y para eso no hay que ambicionar mucho, usar lo que está más a la
mano, lo más cómodo y ligero.
Escribe Salinger en The Catcher
in the Rye: “Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de
leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por
teléfono cuando quisieras...”
Los romanos buscaban sus raíces
en los griegos. Eneas el que huye de Troya y principalmente Héctor, que lucha
por "los altares domésticos". Lucha por su esposa y por sus hijos. Al
contrario de Aquiles el griego, que lucha solo, encolerizado por la fama
inmortal.
El "theoros" es el
espectador, el narrador imparcial, homérico, de allí la teoría, el que no
participa. En los tiempos que debí amar me refugié en la teoría y sucumbí, de
ahí mi desconfianza actual con ella.
Y en esas posibilidades nos
podemos plantar frente al amor. La imparcialidad, Aquiles y Héctor. Nunca luché
como los romanos, por ningún altar doméstico, siempre la soledad. La manera
griega debió ganar. Y así, con la muerte absurda de todos los héroes, es como
el amor fue castigado a lo pasajero, a lo efímero, a lo oscuro, a lo que nadie
recuerda. Ese es el verdadero infierno griego...
Quizás deba postular al premio
del hombre que menos ha viajado en Chile. Y me produce mucha curiosidad que la
gente recomiende con tanto fervor el viaje (hoy corre la noticia que una línea
aérea venderá pasajes a $10000) que ya me siento como si fuera un hippie de los
sesenta, donde todos estuvieran locos tomando ácido distribuidos gratis por el
país, mientras yo estuviese destinado sólo a tomar un tecito con mi madre...El
viaje es el nuevo LSD y está barato. Sin embargo...El Tao, Kant, Pascal, Pessoa
y Kafka recomiendan no salir de casa. Justificarme con ellos, pertenecer a su
misma línea aérea...
Hoy, después de años, y no sé por
qué razón, me dieron ganas de andar con la camisa adentro del pantalón. Quiero
ser uno de esos personajes de Carver, que riegan su jardín y soportan con
hidalguía el matrimonio...
"Aquellos que entienden al
babuino aportan más a la metafísica que Locke..." (Charles Darwin
"Ensayo sobre el instinto")
Veo "De Roma con amor"
de Woody Allen. Cada vez los obreros aparecen menos en sus películas, y si lo
hacen, sólo actúan en forma de extras, figurantes o decorado. (El que le sirve
la cena al universitario o el café al galerista que va a contar el chiste) Probablemente
de los obreros no se pueda hoy extraer un humor fino, o por lo menos el humor
existencialista que le gusta a Allen, mezcla de Bergman y los hermanos Marx. La
cuestión social no hace reír ni la mitad de lo que hacen reír las peripecias
pequeña- burguesas de sus apesumbrados personajes. Esas reflexiones a lo Pascal
sobre la vida y la muerte, como dice Valery, que sólo se les ocurren a los que
no tienen que mantener hijos ni ganarse el pan. (Hay que leer a Pascal en clave
humorista).
En una de las escenas, Woody
Allen que va viajando en avión, se queja con su mujer de por qué tiene que ir a
ver a su yerno a Europa (irritado y con pánico por las turbulencias) -Es
comunista- le dice ella tratando de mostrar el carácter del joven. Woody
responde: -"A su edad yo era de izquierda, pero nunca comunista. No podía
compartir ni el baño..."
“Los artistas interesan a las
mujeres no en cuanto son artistas, sino en cuanto tienen éxito en el mundo.Es natural. Casarse es hacerse
una posición, ¿y qué hombre -el más altruista- se emplearía, teniendo
posibilidad de elección, en una empresa no sólida? Así proceden las mujeres, y
hacen bien..." (Cesare Pavese. "El oficio de vivir")
"El impulso de la creación
artística es una táctica de apareamiento..."
(Geoffrey Miller, psicólogo
evolucionista).
Los escritos
"misógenos" de Pavese, aún así muchas mujeres le leen, comprenden
profundamente , no se ofenden y ven en el hombre que las desafía, quizás mayor
riqueza espiritual que en el hombre que las hagazaga y les da siempre la razón
(¿de este último no hay que desconfiar?)
Pavese escribe "Con la mujer
del otro no sé que hacer"
Por su parte Camus, (quien lo
creería de un romántico ) escribe algo similar: "Fuera del amor, la mujer
es aburrida."
Son momentos de rebelión, de
rabia con la mujer, con lo sagrado , no hay que tomarlo de otra forma y
envenenarse.
El hombre que desafía y hasta
rechaza lo mas sagrado, el más utópico , muere por no poder resistir tanto
tiempo la fragilidad del amor ...Niños con rabieta, quizás simplemente no
soportan que no pueda existir nada fuera del amor...Evidentemente han sido
heridos y bautizados en el mismo momento...
"Sabemos utilizar la
estrategia amorosa sólo cuando no estamos enamorados..." (Cesare Pavese.
"El oficio de vivir")
Me junto con C, tarde bella de
ser tan real, confesiones, intimidades que sacan risas. "Todas las
familias son locas". A propósito de familia, me sumerjo en el síndrome
Karl Ove Knausgård, le leo de vuelta a casa, treinta y ocho páginas sólo para describir
un cumpleaños de niños donde asiste con su dos pequeñas hijas y su esposa.
Treinta y ocho páginas de fina ironía, para decir sutilmente que todo
"eso" es estúpido , insisto, sutilmente. Pero ¿Que es todo
"eso"? Pregunta dolorosa, ¿la familia?, ¿los demás padres y sus
conversaciones?, ¿los niños?, (Sí también los niños), ¿la comida?, ¿los ritos?,
¿los pañales?¿La felicidad de la clase media?¿El artista que juega a
insertarse?
Sólo hace 20 años todo el mundo
era distinto. Hoy no. El infantil cumpleaños noruego de Knausgard, es igual de
insípido que nuestros cumpleaños locales. Antes no. Recuerdo cuando niño a ese
vecino que se había ido a EEUU y que cuando venía de visita, todos los jóvenes
de esa época lo rodeaban cómo pieles rojas, deslumbrados, preguntándole como
era ese gran país. Nunca nadie del barrio había visto antes en vivo una
zapatilla Nike. Ahora no hay nadie en el mundo que no sepa con todo lujo y
detalle, como es ese "gran país". De hecho el "flaite" le
debe su nombre a una zapatilla Nike "Fly".
Luego, la joven universitaria en
el bus a Pudahuel no lanza ni el más mínimo coqueteo a ninguno de los jóvenes
obreros que van arriba. Se lo prohibe a si misma. Nadie que vaya en esa micro
quizás sea muy interesante, partiendo por su servidor. Pienso que nunca he
tenido un amorío con alguien de Pudahuel. Siento un vacío por ello. Me visto
mal, es decir con unas zapatillas Nike que funcionarían bien a los 20 años,
pero no ahora, funcionarían si fuese el único que las tuviese, como el vecino
de EEUU. Por eso hoy cuando entré a la tienda de ropa donde disjockeaba una
joven, me sentí cómo un tío de esos adolescentes, ese tío que se emborracha
siempre y se mantiene en forma con su moral juvenil. He escuchado tanta música,
que siento que una adolescente poniendo electrónica y distorcionando su voz con
un aparato hasta hacerla parecer masculina, no es tan deslumbrante como para
evitar huir del lugar a los cinco minutos. Esa joven cantando en la tienda,
podría cambiar su voz también en Tokio o en Berlín y nadie notaría la
diferencia.
No me visto bien ni hablo cosas
cuerdas para el grupo etario femenino que podría requerir mis servicios
sentimentales. Síndrome Knausgard: necesitaría a lo menos 38 páginas para
explicar mis intenciones sentimentales.
Antes, en treinta y ocho páginas
Shakespeare ya bosquejaba todos los sentimientos humanos. Hoy todo el mundo es
igual. Todas las familias son locas, todas las intimidades, desde Noruega a
Pudahuel, son literarias.
Necesitamos a lo menos, treinta y
ocho páginas para contar la exultante banalidad de un cumpleaños infantil, y
otras treinta y ocho páginas más, para explicar la ligazón del uso de una
zapatilla con el debacle sentimental de su usuario....
"Si un hombre se enamora de
alguna hermosa, de un cuerpo de mujer o hasta solo de una parte del cuerpo de
la mujer (un lujurioso me comprendería), es capaz de dar por ella sus propios
hijos, de vender a padre y madre, a Rusia y a la patria; aun siendo honrado,
robará; aun siendo un hombre manso, degollará; aun siendo fiel,
traicionará..."
(Fiódor Dostoyevski. "Los
hermanos Karamázov")
En Chile hay una famosa viña
llamada Casillero del Diablo. Hacen tour gastronómicos. Lo primero que cuentan
en ellos, es que el nombre de la viña se debe a que el patrón de esta inventó
una leyenda: El diablo rondaba en las bodegas asechando a cualquiera que se
inmiscuyera allí . El objetivo de esta historia era ahuyentar a los
trabajadores de ese lugar y así evitar que le robasen el vino.
Ocurre lo mismo con el trabajo,
se creó una leyenda de dignidad en torno a él, con ciertos objetivos
estratégicos, objetivos religiosos pero principalmente objetivos en torno a los
capitales. Los calvinistas fueron ese patrón de la viña y los inventores de ese
gran cuento sobre el trabajo y su dignidad, que al contrario del cuento del
vino, goza de excelente salud hasta nuestros días. Los profesores de historia
están tan ocupados en amar su trabajo, que no tienen tiempo en aclarar nunca
estos mitos...
Stendhal en su diario: "No
escribo hace ocho días, porque el escribir disminuye la felicidad..."
¿pero no escribir la aumenta?
No he estado hace por lo menos
cinco años ni siquiera siete días sin escribir. De los días sin escribir no se
puede hablar, quizás era feliz, nunca lo sabré. La condena de la felicidad
quizás radica en que no se puede fijar. Fotografiar, anotar un día feliz, nunca
se me ocurrió, esa falta de ocurrencia por retener esos momentos, me hace
pensar que debe ser parecido a estar drogado. Uno es inimputable...y claro eso
es exactamente, la felicidad no es ningún proceso, no requiere argumentos,
defensas ni procesamientos. Es el momento donde la culpa, esa extraña compañera
histórica, se suspende.
Y por esto sé , estoy seguro, que
ser feliz es algo que no llegará mientras uno la esté esperando sólo con la
intención de registrar el momento, para cazarla, estudiarla o escribirla, tal
como el biólogo que con su diseño genético hace realidad su sueño
cinematográfico de resucitar dinosaurios, pero al final estos se convierten en
monstruos que terminan asesinándolo. Así sé que la felicidad no llegará porque
simplemente no sé vivir ya los sentimientos sin estar atento, a su vez, de
registrarlos.
Mas adelante Stendhal dice:
"Por otra parte Bene dicendi sapere est fons. Este latín debe querer decir
que para escribir bien hay que comenzar por saber mucho" Justamente esto
es lo definitivo. Empezamos a conocer, a saber, enemigos palpables de la
felicidad. Cuando me di cuenta que estaba sabiendo muchas cosas, me resigné a
no sentirlas, y hoy cuando nuevamente quiero sentirlas ya es tarde. La
felicidad sabe que sólo quiere ser conocida, no vivida. Entonces no volverá de
otra forma que monstruosa...
En este sentido tiene razón
Stendhal. El escribir disminuye la felicidad.
Delacroix escribe en su diario:
"Todos los días que no se han anotado equivalen a días que no han
sido". La felicidad es ese extraño periodo que "no ha sido" y
por eso mismo es tan importante. Quizás sea lo único real.
Truman Capote en una entrevista
contesta: "soy un genio". Trato de entender esa autocalificacion del
escritor y de tantos ¿que quiere decir hoy calificarse como un genio?
Pensarse como genio es pensarse
como un noble, es separarse de la masa, pero no por la sangre, sino por los
genes que serían la sangre del genio. Pero los nobles , los
"nobilitas", que etimológicamente respondían simplemente al concepto
de los "conocidos" del pueblo, reconocían toda una genealogía, sus
leyendas y escudos, eran parte de una rama de un gran y sólido árbol que no se
mezclaba con el bajo pueblo. En el caso del genio es distinto, paradójicamente
los genes no responden a una genealogía ni a un cuerpo articulado, en el
sentido que un genio puede haber nacido de una familia de idiotas o inmerso en
el pueblo. El genio proviene del azar, es un noble al azar, y eso le da más
sustancia aún al asunto. El genio es un cometa, independiente y fácilmente
identificable, que cruza el espacio con cierta suficiencia.
No creo en esa figura del genio,
aunque exista, para mí es ridícula. Todo lo que le pido a los hombres y mujeres
, es eso que los moralistas franceses llamaban "carácter". El genio
genético es inútil, y a veces contraproducente, para engendrar un gran
carácter...
El genio como jugada de dados,
sin ninguna cuna ni sentido de la herencia, sólo sirve para eso, jugar y
jugarse ante la sociedad. El carácter es mundo, desicivo, poco azaroso,
fuerte...Capote en vez de decir soy un genio, debió decir soy un gran carácter,
el asunto hubiese perdido su tono circense y ganado en dignidad...No sé de que
podría servir ser un "genio", porque está claro que en la actualidad
la humanidad no necesita más faros sino más payasos, que entretengan la eterna
e inevitable deriva..
"Me aburren las mujeres que
nos aman. Las mujeres que nos odian son mucho más interesantes..." (Oscar
Wilde. "El retrato de Dorian Gray")
Por la mañana conversación con
los adictos a la pasta, son como esos personajes salidos del corazón de las
tinieblas de Joseph Conrad. ¿Qué esperanza puedo brindarles yo? Quizás ellos
tengan más. Se ven decididos, serios, incluso, aunque parezca extraño, lúcidos
con la misión que se han impuesto, por ejemplo conseguir fuego, misiones así
pequeñas, inmediatas, que demandan decisiones claras. A veces los veo como
esclavos, las más como seres antiguos, primitivos adictos que han cruzado el
límite ceremonial de la alucinación. Abusan de su anonimato, porque se sienten
cómodos en el. ¿Quién no? No poseen identidad, por una extraña inercia orgánica
no se enferman, quizás por mantener su enfermedad en perfecta salud. No poseen
en absoluto la mas mínima porción de esa proyección abstracta y llena de deseo
que llamamos futuro.
Curiosamente no me separan muchas
cosas de ellos, a no ser su sumisión irrevocable a la zona eléctrica de sus
cuerpos, que es la que les envía todas las órdenes a su carácter.Yo recibo
quizás otras órdenes, de otras zonas neuronales, pero órdenes al fin y al cabo.
Yonki de corazón , Yonki de Pulmón, Yonki de escritura.
Los demás, los sociales, al pasar
a su trabajo, hacen como que no existen, les temen o los ignoran, ejercen ese
poder burocrático de quien se cree sano y capacitado para entrar con vítores a
cualquier porvenir. Los solucionados, los consolidados, los engranajes mas
aceitados de la sociedad, prosiguen su marcha con el poder lubricante de su
maquinal aceite, que hace que todo ruede, todo prosiga y se reproduzca...
Conrad escribe en El corazón de
las tinieblas , casi como si estuviese pensando en los adictos de mi barrio:
“Una salud triunfante en medio de
la derrota general de los organismos constituye por sí misma una especie de
poder...”
Me gusta cuando llueve salir al
centro de la ciudad a hacer fotografías, mas aún cuando llueve, porque el paraguas
me estorba en la mano izquierda cuando disparo con la derecha. En el fondo me
gusta esa sensación.
En la micro intercalo una mirada
por la ventana con otra al libro de Chejov que voy leyendo (Este anota cuatro
tipos de temperamentos según la ciencia: El sanguíneo, el colérico, el
flemático y el melancólico, pertenezco sin duda a los primeros). Que fácil es
ser feliz sin esperar algo de otro, excepto el paisaje y un médico- escritor
ruso que ya ha muerto (también humorista).
Antes cuando muy joven, salía a
hacer fotos los días de lluvia sin siquiera saber el resultado de estas, que
sólo se revelarían semanas después. Toda esa extraña época cuando el mundo no
era como el de hoy, nada se anunciaba. El mundo no era como este gran citófono
actual, cómplice automático de todo, con el que el amante anuncia a la
encargada del motel que ha terminado de hacer el amor y quiere retirarse.
Las fotos tenían un periodo de
"latencia", misterioso y oscuro, la vida también. Uno fotografiaba
algo y la imagen descansaba dentro de la cámara analógica, hermética y
desconocida, uno se acostaba sin saber lo que había fotografiado, igual que
cuando conocía a una niña, uno volvía después de besarla y no sabía mas de ella
quizás por semanas, no tenía como enterarse de nada acerca de ella, todo esto
sin preocuparse . Perdimos esos periodos de latencia y jamás los volveremos a
recuperar.
Entro a la feria del libro, me
encuentro con un lanzamiento que reune a viejos marinos con sus risas y
perfiles británicos, me abro paso rápidamente mientras ellos dialogan
incesantemente cosas que no me molesto en escuchar (los imagino trotamundos,
caminando por las calles de Amsterdam, las mismas que recorrieron en el siglo
XVII Spinoza, Descartes, Rembrandt, Vermeer pero sin saberlo) , en el local hay
un piano real pero curiosamente han decidido que suene un piano por los
parlantes. Hojeo los diarios de Teresa Wilms Montt pero me aburren sus
continuas quejas, con las de uno debería bastar. Tan bonita y tan infeliz, si
hasta que le piquen los zancudos le provoca una crisis existencial (como
corroboré en la entrada del 16 de enero de 1916)
Vuelvo a casa y me doy cuenta de
que no he hecho ninguna foto y que olvidé el paraguas en la micro (cosa que me
irritó mucho, ya que me había concentrado en no hacerlo)
Me quedo sin fotos, sin paraguas
y sin ese hermoso periodo de latencia que escondía lo mejor de la vida.
Anoté una frase de Goethe a punta
de lápiz en la librería, y que consuela un poco el no haber fotografiado nada
hoy:
"La migaja de alegría que los
griegos han traído al mundo, se evapora por completo antes las tristes imágenes
añadidas..."
"Sólo hay dos temas para un
escritor: el descenso al mundo de los muertos y el regreso al hogar..."
(Sándor Márai)
Decirle a una mujer que quizás
quiera conocerme, que no hago nada y que probablemente siga en ese proyecto
toda mi vida, es como lanzar un escupitajo en la cena la primera cita a los
cinco minutos. Se han empecinado ellas (y lo recalcan con vehemencia) que
detestan la mentira. Pues bien hay que ser fiel a eso.
Cualquier conversación se
condimenta bien con un buen proyecto lanzado de entremés . Proyecto de irse a
Escocia, de postular a un fondo estatal, de iniciar un negocio, incluso de
plantar papas en una isla del sur.
Ya no puedo, aunque lo intente,
decir otra verdad, no hago nada y probablemente seguiré así por mucho
tiempo.Aunque ese "hacer nada" vaya entre comillas, pero en una
conversación estas no se ven y da pereza ya explicarlas..Esa energía de no hacer
nada es nuclear, pero esto ya corresponde al ámbito de la ciencia ficción.
“No hay nada menos erótico que
una conversación sobre el futuro” escribe Kierkegaard, intentando dar pautas
sobre seducción. Se equivoca para nuestros tiempos, donde lamentablemente lo
único erótico que queda es el futuro...
"No hay nada menos erótico
que una conversación sobre hacer nada", habría que actualizar al
filósofo...
Hay algo de ejecutivo y
empresarial en los pequeños triunfos de los escritores, mucho trabajo de lobby,
camaradería, autopromoción, vida social, tolerancia infinita a la adulación
ajena que intelectualmente nunca es muy elaborada. En el fondo un
"trabajo" igual de repudiable que todos los demás...
La literatura que no trabaja. Eso
busco ¿Existe? Sí, probablemente oculta en unas nuevas cuevas de
Altamira...Huellas de manos desesperadas que sólo quieren cazar para comer, y
sin embargo, quieren también estampar esa hambre con cierta belleza ....
¡Cuánto habrán sufrido los rusos
y eslavos con esto, diseñados exclusivamente para la espiritualidad y no el
cotilleo empresarial! Por esto Wysława Szymborska escribe:
"La literatura se rige por
una lucha de talentos desalmada y darwinista; sé que ganan los más
fuertes..."
Me he entregado toda mi vida con
pasión a mi único objetivo, tener ocio. En una clase social baja este proyecto
es peor que el suicidio, tanto como elegir la soltería en una tribu primitiva
en camino a extinguirse.
Desde muy pequeño, por ejemplo,
todo gesto de acción me pareció muy ridículo. Siempre pensé que el que quería
ganar el primer puesto del curso, nos quería jugar una broma con su neurótico
entusiasmo por obtenerlo . Pero no era una broma, era y sería así toda la vida.
Sólo he sido cuando me he
entregado a la contemplación noble del ocio, y he dejado de ser cuando me he
alquilado como una más de las numerosas máquinas corporales del mundo...
Dora Diamant sobre Franz Kafka:
"Forjamos muchos planes. Pensamos en una ocasión en abrir un pequeño
local, en el que él mismo quería trabajar como camarero. De ese modo habría
podido observarlo todo sin ser visto. Habría estado en medio de los
acontecimientos de la vida cotidiana. En el fondo, eso es lo que hacía, aunque
a su manera."
Nietzsche: "Alcanzar a
tiempo un objetivo externo, un pequeño empleo que lo sustente a uno. Vivir de
manera que un vuelco de todas las cosas no pueda perturbarnos mucho."
Qué insignificantes era la vida
externa, los trabajos y otras distracciones para estos grandes espíritus. Todo
iba orientado en torno a lo fundamental. Un pequeño empleo, un camarero, son
perfectos reductos para ocultar un pensamiento gigante... Un gran empleo, una
vida externa consolidada, está impedida de ocultar nada...
Hay algo que no hay que
perturbar, que hay que proteger del ruido tosco y la ganancia del mundo...
El fácil así descubrir un
espíritu profundo, sumido en su nulidad social y económica, está destinado a
proteger en silencio algo sagrado. Es una especie de templario de si mismo, con
la insignificancia social como escudo...El pequeño empleo externo que protege
el gran reinado interno..
"El amor consiste casi
siempre en conversar..." (Honoré de Balzac. "Fisiología del
matrimonio")
Rousseau tuvo una lavandera de
amante, Thérése Levasseur desde los 23 años, que se quedaría con él 33 años y
con la que acabaría casándose, de esta dijo "No he sentido nunca ni una
chispa de cariño por ella". El primer hijo que tuvo con Thérése, lo envió
envuelto en un paquete a un orfanato.
En sus Confesiones escribió:
"Dejaría esta vida con aprehensión si llegara a conocer un hombre mejor
que yo, con un corazón más amoroso, más tierno, más sensible..."
Tolstoi tuvo un hijo con una
mujer casada, Askinia, a ella la empleó de sirvienta y al hijo bastardo de
ambos lo hizo cochero de uno de sus hijos legítimos.
En sus diarios escribió: "No
he conocido ningún hombre tan bueno como yo. No recuerdo haber actuado una sola
vez mal en mi vida. Y, sin embargo, nadie me quiere. Es incomprensible..."
Admiro demasiado a los
escritores...
Una vez en una inolvidable
conversación en una librería de Viña, un viejito me dijo que si se leía con
cuidado, en La Odisea se podían encontrar todas las enseñanzas de la vida.
Recuerdo el fascinante episodio
cuando Ulises tapa los oídos de sus marinos y el mismo pide ser atado al mástil
para evitar el peligroso canto de las sirenas.
¿Porqué no se tapó él también los
oídos y decidió escuchar?
La explicación práctica dice que
los marinos debían seguir remando. Pero uno puede adentrarse en muchas
interpretaciones más. Es distinto no escucharlos y seguir, a decidir
escucharlas y padecer voluntariamente la seducción. ¿Cuales son los cantos de
sirena hoy en día ? ¿Quién rema y los ignora?¿quien los escucha atado al mástil
?
Pascal Quignard dice que cuando
desataron a Ulises del mástil, fue la primera vez que los griegos usaron la
palabra "análisis", y lo quisieron describir como un desate...(Para
Kafka las sirenas no cantaron, pensando que su silencio era aún más terrible
para el héroe, este entre el éxtasis se engaña, toma el silencio por canto)
Los remeros no necesitaron de
"análisis", pues no iban amarrados sino sordos...
El viejo Ulises de Viña del Mar
tenía razón, para escuchar las enseñanzas de la vida y las amenazas de su
canto, hay que ir siempre en un mástil y no en la sordera práctica del
remero...
“De arriba abajo, de acá para
allá, vueltas y vueltas: éste es el ritmo del universo, monótono y carente de
sentido. Cualquier hombre de inteligencia media que haya llegado a la edad de
cuarenta años habrá experimentado todo lo que ha sido, lo que es y lo que está
por venir...” (Marco Aurelio. "Meditaciones" 170-180 d.C)
No deja de producirme cierta
ternura, por no decir ridiculez, que quizás, sólo quizás, deje algun tipo de
huella en el mundo, gracias a la inmadurez, ¿Cuál es esta?, el deseo de no
hacer otra cosa en la vida que escribir. Cultivar esa inmadurez . No dejar que
se diluya en el frío de los proyectos adultos.
No conozco a mis antepasados más
allá de dos generaciones, las familias que no son nobles , las campesinas, bien
poco tienen que atesorar, su fuerza es comunitaria y es dificil indagar en
nuestro linaje sin llegar a algún agricultor oscuro del sur, del cual no sabemos
más que su nombre y que no sabía escribir. Cuantos deseos surgen de saber de
esas gentes perdidas en el tiempo, deseos de que cada familia tenga un
historiador y un escriba para señalar las rutas de su pasado y tradición. El
futuro sólo requiere de un trabajo menos artesanal y bondadoso, el futuro sólo
necesita ingeniería y no huellas.
Pero volviendo a la inmadurez de
mi huella, no espero que esta se apoye en el talento sino en la resignación. La
misma resignación histórica de esos dinosaurios que dejaron sus huellas en el
barro petrificado hace millones de años. Han hablado al universo sin quererlo,
sólo por el empecinado paso de su marcha. Yo sólo quiero ser como ese
dinosaurio, si no tengo el talento necesario habrá alguien en el futuro que lo
tenga y de la planta de mi pie que otorgo con la simpleza de mi marcha,
reconstruya a un hombre completo...
¿Que nos hace mantenernos niños
en marcha?, ¿Por qué qué convertir la materia orgánica del barro en la
resistencia de la piedra que graba el vacío del ser ausente?
Por que somos el animal
inexistente que sin embargo grita...
Vivo una vida de dueña de casa ,
como la que eligió y disfrutó Lennon cuando nació su hijo Sean. No entiendo por
qué las mujeres han luchado por emanciparse de un lugar tan lleno de cultura
auténtica y la han reemplazado por el insípido reino masculino: La empresa, el
biombo de la oficina, la escalera de la productividad, la competencia
financiera, el narcisismo esquizofrénico del bar...Independencia le llaman y se
proletarizan...
Me pasan muy pocas cosas,
viviendo casi en el grado cero. Ya me pasaron las suficientes para que este
"grado cero" me inquiete. Creo firmemente en este estado como el
ideal para el que escribe. Pero uno no es un ser que escribe las 24 horas del
día. Quizás sí...Si no, no soportaría este grado cero y entibiaría un poco más
la vida como lo hacen los demás, trabajando, estudiando , inscribiéndose en un
taller de manualidades, luchando por alguna condecoración, formando una familia
por inercia, soñando un porvenir. Entre menos me pasan cosas observo con más
claridad lo que les pasa a los otros. ¿Y que les pasa a los otros?
Han ido complejizando sus trucos
para evadir el pensamiento de que van a morir...
Escribe Tolstoi en sus diarios:
"En Estados Unidos las ejecuciones se hacen sin público y sin dolor (con
electricidad). Si no es para la intimidación ni para el sufrimiento, entonces,
¿para qué es? Para excluir de la vida. Pero, ¿quién ha tomado a su cargo la
decisión de quién puede ser excluido de la vida? Voy a desayunar…"
Ese "voy a desayunar"
es fascinante. Muy similar al "por la tarde fui a nadar"de Kafka.
Seres atrapados de por vida en la reflexión metafisica, de pronto tienen que
despertar un minuto al quehacer tribial del mundo, para luego sumergirse nueva
e incesantemente a la reflexión. ¡Que vida más terrible!
Recuerdo cuando el reflexionar
era un don de la niñez, del cual profesores y parientes se enorgullecian, y
ahora que ya sabemos con creces que es la peor maldición que puede padecer un
ser humano, sólo deseamos la piscina, el desayuno. Pero ya es tarde, nos hemos
arruinado por completo...
"Siempre he vivido como un
transeúnte, con la voluptuosidad de no poseer; nunca hubo objeto alguno que
fuera mío y me horroriza lo mío. Me estremezco de horror cuando oigo a alguien
decir mi mujer. Soy metafísicamente soltero..."
(E.M. Cioran,
Cuadernos,1957-1972)
Goethe en conversaciones con
Eckermann:
"Siempre se habla mucho de
aristocracia y democracia, cuando en realidad el asunto consiste simplemente en
lo siguiente: en nuestra juventud, cuando aún no poseemos nada o bien no
sabemos valorar las posesiones en su justa medida, somos demócratas. Pero si en
el transcurso de una larga vida conseguimos reunir cierto patrimonio, no sólo
querremos saberlo seguro, sino que también pretenderemos que nuestros hijos y
nietos puedan disfrutartranquilamente de lo adquirido. Por eso en la vejez
todos somos aristócratas sin excepción, por mucho que en nuestra juventud
hayamos sentido cierta simpatía por otras tendencias."
¡Qué idiota es esta opinión de
Goethe!. Me da mucha esperanza, por decirlo de una forma simple , que las luces
de la humanidad como él, digan semejantes idioteces, porque descomprime al
espíritu. Y en ese sentido la idiotez es democrática e inclusiva. Nadie está
inmune a ella. Que asocie la aristocracia a una simple preocupación patrimonial
que se guía por las hormonas, es francamente ridículo. El cuidado y
administración de una hacienda o herencia es sólo un simple y neurótico terror
de cualquier burgués medio. ¿Qué tiene que ver con eso que los griegos llamaban
"aristoi"?
Goethe quería administrar todo,
hasta su inmortalidad, por eso Stefan Zweig lo ubica como la antítesis vital de
Holderlin, Kleist y Nietzsche. Me imagino a estos hablando de la administración
de su patrimonio. Lo único que podemos heredarle al mundo es nuestra locura.
Sin embargo, la mayoría de la humanidad occidental piensa como Goethe, que lo
mejor (aristoi), está allí, en ese tumor informe que vamos acumulando por la
vida y que llamamos "propiedad", y que es tan fuerte y grande que lo
proyectamos sano y salvo en una especie de "más allá jurídico",
reunido y gozado por toda nuestra casta..
"Sólo hay una pregunta que
realmente merece pensarse y esa pregunta es: ¿cuál es la vida auténtica?..."
escribe Robert Musil en "El hombre sin atributos". El hombre
contemporáneo responderá de inmediato, "es fácil, la que elija
cualquiera". Es decir, si un hombre se quiere bañar en champaña en su
yate, entonces esa será la mejor vida. Pero no olvidemos que la pregunta no
apunta al champaña, es decir no abarca al apelativo de buena y mala, tan inmune
a la posmodernidad . La pregunta apunta a un término mas complejo , no tan
inmune a la idiotez, Musil dice vida "auténtica ". La labor del humanismo,
quizás su labor principal, es no dispersar esa pregunta. No enviarla a yates ni
a fábricas , ni a orgías ni a conventos, ni siquiera responderla, quizás su
labor sea simplemente conservar esa pregunta siempre viva y con salud...
¿Cual es la vida auténtica? ¿Hay una
o millones?
La vida auténtica es la que vive
en esa pregunta como en su principal reino....
Hoy esos días que sueño con que
voy a Italia, un sueño siempre muy parecido. Sé que una vez allí, me enfermaría
de tanta belleza. Siempre leo con envidia los paseos de escritores por Italia:
Goethe, Stendhal, Handke, sumado a ayer un programa de TV mostrando la plaza
del Campidoglio, todo el genio de Miguel Ángel volcado en la calle, libre y
gratuito para todos, la gente caminando indolente por arriba del cenit del
espíritu humano...Así el inconsciente se entusiasma.
Pero ¿Porqué no contentarse sólo
con la lluvia en cualquier parte del mundo? ¿o caminar por calles sin
genialidad, por los adoquines puestos a la rápida, alejados de la proporción
perfecta?
Los pueblos alejados de la
historia y sus paisajes, quizás puedan caminar mas ligero. Pienso esto y marcho
a comprar el pan...
Que sensación de alivio se siente
cuando una persona se libra de su Iglesia e intenta caminar por el terreno de
la autonomía intelectual. Pero al salir a la calle de inmediato asalta la duda.
El otro día en Lastarria, veo todo tipo de estructuras éticas en forma de
panfletos, carteles, sermones , ya sea con la condición sexual, con la vida de
los animales, con la militancia de izquierda, con el trato a las mujeres, etc.
Por todos lados está escrito por estos jóvenes lo correcto, lo que se debe
hacer o decir, y señalado explícitamente el castigo social por transgredir
cualquier norma que amenace a su grupo político, minoría o especie animal,
entre otras excentricidades de la ética juvenil. Salimos de una iglesia antigua
para meternos en otra, una nueva, con su correspondiente y juvenil
inquisición...
Increíblemente esto lo había
profetizado Baudelaire, el gran observador de la calle, ya en el siglo XIX. En
sus diarios escribe:
"¿Quién no es un sacerdote
en estos días? La juventud misma es un sacerdocio —a juzgar por lo que dicen
los jóvenes..."
Es Chejov, que cuando Gorki le
escribe con pasión sobre la política , la pobreza y la revolución, no sabe
responderle otra cosa que literatura, es Kafka saliendo de la oficina e
ignorando a los obreros de una fábrica en huelga que estaban a su paso , es
Flaubert protestando por la internacional, el socialismo y todo eso que
"no deja pensar en el arte" . Es la literatura de la indolencia, que
prueba que lo mejor de las letras puede ser peligroso para la sociedad, no
tanto por su rebeldia política, cosa inexistente, sino por una rebeldía
apática, que no se compromete con nada más que con la literatura misma. Una
rebeldía que no se rebela.
Chejov, Kafka, Flaubert como
contrapunto de Voltaire, Zola, Sartre que tanto bien social hicieron a las
gentes de su época.
Chejov, Kafka, Flaubert los
grandes desesperanzadores. No vinieron para hacer el bien ni nadie se los
pidió. ¿Entonces a que vinieron? El gran misterio humano. Hay gente que no
viene a hacer el bien y sin embargo son buenos...
Chejov: "Las mujeres no
comparten las alegrías de los hombres"
Y parece cierto, en mis
averiguaciones muchas mujeres declaman sin complejos su felicidad. "Soy
muy feliz" se repite con sinceridad en muchas descripciones de ellas, como
lo fundamental. No sé si el hombre entiende muy bien la palabra felicidad, más
bien necesitan la "grandeza". Camus dice una frase curiosa al
respecto: "Las mujeres no tienen la obligación de la grandeza". Por
lo demás obligación repugnante.
Dos seres que no comparten jamás
sus alegrías se buscan incesantemente sin conseguirlo. Ser feliz o ser grande.
¿Puede existir amor entre dos alegrías distintas? Evidentemente no...
En las casas pobres, el que lee
da un aspecto de flojo. Me crié sin biblioteca y siempre me escondí para leer.
Los libros son portales a los países de la holgazanería.
Leer deriva su etimología del
"legere", escoger, de ahí también "legión" en el sentido de
"los escogidos". En las casas pobres no hay escogidos.
Una vez visité una casa de gente
de dinero, donde tras el almuerzo leían el padre, la madre y sus hijos. Me
pareció repulsivo...
Los únicos pensamientos
originales de los modernos, según Simon Weil, son sobre la espiritualidad del
trabajo, en Rousseau, Tolstoi , Proudhon, Marx, Sand, etc., los demás todos son
herencia de los griegos.
La biblia frente al trabajo, lo
describe como un castigo sobre el pecado original , "te ganarás el pan con
el sudor de tu frente", luego como que lo acepta y se resigna, "el
que no trabaje que no coma". Todo al final en relación con la comida. Por
último Jesús y sus discípulos, todos cesantes, pero comían bien.
Los calvinistas son los que echan
definitivamente a andar nuestro mito moderno. El dilema: no se trata
específicamente del amor al trabajo sino de mantener la mente ocupada, de
alejar pensamientos deshonrosos. El éxito en la empresa económica no sólo ayuda
a determinar que tenemos el favor de dios, también impide que pensemos, que nos
divirtamos.
El silencio filosófico de los
griegos frente al trabajo era simplemente porque lo consideraban un insulto.
Sólo un libro que se rebele
frente al trabajo para mí sería sagrado. Intentar vivir lo menos posible en ese
insulto...
Revolucionario de Iphone,
seductor de sofá , "lazy single", y todas esas peyorativas etiquetas
que denuncian al individuo que agita desde la inmovilización. Todas lanzadas
como un insulto. A mí me fascinan. Me gustaría, si de mí dependiera, insidir en
el mundo a través de un joystick...Cada vez veo lo que escribo menos como
literatura y mucho más como un videojuego...
No fue un buen día porque no hice
nada de valor, es decir no salí de mí mismo. Para compensarlo, ahora muy tarde,
veo un documental de Nina Simone que sé que lo arreglará todo. Escucharla
cantar, escuchar lo que dice en sus entrevistas, como de pronto se levanta del
piano, camina unos pasos y mira al público fijamente, todo es fascinante . Ver
a Nina Simone es como ir a una iglesia, a una buena iglesia .
Le preguntan sobre que es la
libertad, ella contesta, vivir sin miedo, y que daría mucho por vivir siquiera
una pequeña parte de su vida así. A eso me refiero con que Nina Simone podría
ser una iglesia. La iglesia de Nina Simone y todas las iglesias de esos santos
del soul, que nos ayudan a salir de nosotros mismos, nos ayudan a no tener
miedo....
"Carezco de vigor para
integrarme al cuerpo social", escribe alguien desconocido en su tumblr.
Por la mañana leo algunas páginas de "Senectud" de Italo Svevo. Cada
vez me interesan más los viejos. Hubo periodos de la historia donde, por
asuntos demográficos o antropológicos, se les veneró, o casi no existieron o se
les ignoró, como en el actual mundo occidental. Al contrario de los jóvenes que
son pura empresa (me acuerdo siempre de una chistosa frase de Beigbeder
"me aburre el entusiasmo de los jóvenes" a mí también y por eso cada
vez más los evito), los viejos son absoluto misterio, tienen la desidia del
poeta y la melancolía del héroe. Todos por destino estamos a un paso de la
muerte, hasta los niños , pero no todos estamos en profunda conciencia de la
muerte. Y en el viejo no se ve la conciencia improvisada del joven enfermo que
se llena de neurosis, sino una conciencia impávida, sistemática ante la muerte.
Los viejos, si es que tienen dioses, ya no los miran con temor, ni los miran
por encima de los hombros. Recuerdo una de las bellas y extrañas imágenes de la
biblia, Abraham ya no era en su vejez súbdito de dios sino "amigo",
la autoridad ahí parece suspenderse, o en último caso volverse irrelevante. Un
dios sin autoridad. Un mundo sin autor. Lleno de amigos invisibles, eso es la
vejez.
Dios no existe, es un grito
propio de la débil rebeldía adolescente. Un dios "simplemente" es, un
dios no "funciona" y esa rebeldía profunda sólo la descubre un viejo.
No ver función en los dioses es ya no esperar ningún rescate. La edad profunda,
la edad abandonada.
Los antiguos se dividen, algunos
elogian la vejez, como Cicerón o Séneca, otros la deploran como Juvenal y
Mimnermo de Colofón, esto al parecer guarda relación de como nos relacionamos
con el mundo, de cuanto lo necesitamos o de como dejamos de necesitarlo,
tratando a la dignidad como algo meramente mental, ya que el cuerpo ya no puede
brindarla.
Kafka nació viejo, como muchos
otros. "Carezco de vigor para integrarme al cuerpo social" parece una
frase suya, y de todos los jóvenes-viejos sin ninguna empresa mundana solvente.
Una de las grandes revelaciones de estos hombres, los jóvenes-viejos , es
simplemente haberse dado cuenta muy pronto que no pueden ganarse la vida, solo
observar como pasa...Quizás "literatura juvenil" sea un oximoron, un
exceso de confianza, un malentendido. Todos los escritores en su esencia serían
seniles...Viven en un mundo donde todo puede existir, incluso dios, pero nada
funciona...
Una de las cosas mas fascinantes
es darse cuenta como los escritores y su literatura, están conectados con
sentimientos íntimos que nosotros por el hecho de sentirlos nuestros
(principalmente en la niñez), los creíamos exclusivos. Pero luego leemos que ellos,
igual que nosotros, ya los habían sentido antes en sus textos...
Nombraré dos.
De niño cuando llovía y hacía
frío y yo estaba acostado muy arropado con una manta, deseaba que lloviera más
fuerte, por que así el calor de mi cama se disfrutaba aún mas. Deseaba a veces
que viniera un diluvio para amar más mi intimidad, mi arca. Esa sensación no
tenía nombre, y por no ser bautizada aún con un concepto, más placer me
producía. Ya adulto descubrí que esto ya lo había escrito siglos antes
Baudelaire, que se inspira a su vez en De Quincey:
"El pide anualmente al cielo
tanta nieve, granizo y heladas cuantas puede contener. Necesita un invierno
canadiense, un invierno ruso ... con ello su nido será más cálido, más dulce,
más amado..." (Baudelaire. Los paraísos artificiales)
El segundo caso , los perros en
la noche de mi barrio, también en la niñez. Sus aullidos y ladridos hacían que
me desvelara y pensara en todas las cosas mas oscuras que a una metafisica
infantil puede ocurrírsele: el mal, dios , la muerte. Esos perros no dormían y
no me dejaban tampoco dormir a mí , gracias a ellos me sumía en pensamientos
oscuros sobre la existencia, que hacían al otro día parecer a las lecciones del
colegio como palabras huecas e insignificantes. Hasta el día de hoy escucho (trasnochado
y triste) a esos perros.
Esto ya lo había escrito Albert
Camus hace décadas en sus carnets.
"En las noches de Argelia,
los aullidos de los perros repercuten en espacios diez veces más vastos que los
de Europa. Se adornan así con una nostalgia desconocida en estos estrechos
países. Son un lenguaje que hoy yo sólo puedo oír en mi recuerdo..."
La lluvia con frío, el aullido de
los perros. Me doy cuenta así que el escritor no trabaja para su presente, su
misión es aún más delicada. Su trabajo lo requiere muerto. Él trabaja
anónimamente para todos los miedos y obsesiones del niño del futuro, el cual
nunca conocerá...
1 comentario:
Te leo; es un cóctel con muchos ingredientes. Me encantó lo de pensar y luego marchar a comprar el pan. Saludos.
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