"Querida Catherine:
He estado sentado aquí pensando
en todas las cosas por las que quiero disculparme, todo el dolor que nos
causamos mutuamente, de todo por lo que te culpé , todo lo que necesitaba que
fueras o dijeras ... lamento eso.
Siempre te amaré porque crecimos
juntos y me ayudaste a ser quien soy, sólo quería que supieras que siempre
habrá una parte de ti dentro de mi y estoy agradecido por eso.
Solo quiero que sepas que en
quien sea que te conviertas y donde sea que te encuentres en este mundo , te
envío mi amor, eres mi amiga hasta el final .
Con Amor
Theodore..."
Leer a Stendhal da ganas de
vivir. Al contrario de cualquier lectura erudita, obligatoria, académica, que
siempre resulta tan ajena a nuesta vida y que a lo único que aspira es a estar
colgada en una pared como un diploma escolar, o prendida como una medalla de
una logia aburrida.
Todo lo que se lee de Stendhal
dan ganas de aplicarlo el fin de semana mas próximo, o en una charla con un
amigo ingenioso o con una hermosa mujer en el bar. Stendhal nos enseñó a
detestar lo aburrido, a actuar más allá de la literatura, a pertenecer a ese
grupo pequeño y selecto que no es ni intelectual, ni literato, ni filosófico ,
sino simplemente catalogado como los "happy few", almas sensibles que
viven felices juntos.
Aconseja temeridad a los jóvenes:
"Con las mujeres se tiene suerte con una de cada diez. Pongamos una vez de
cada veinte; pero ¿acaso la posibilidad de ser feliz una vez no vale la pena
arriesgar diecinueve afrentas e incluso diecinueve ridículos?"
El ingenio no necesita vanidad
barata, ni abogados retóricos , el ingenio se defiende solo, incluso cuando se
ataca a si mismo...
“Si Cleopatra hubiera tenido una
nariz más corta hubiera cambiado la faz del mundo", escribe Pascal,
intentado explicar así que el más mínimo detalle impacta en la historia total.
Si hubiese tenido la nariz más corta o una belleza más modesta para la época,
ni Julio Cesar ni Marco Antonio hubiesen apostado su poder por ella. Sólo los
lógicos pueden creer estas cosas ya que los historiadores piensan más “en
largo”," Longue durée", diría el historiador Braudel.
Un antecedente más se ha agregado
a la premisa de Pascal con la cual podemos quizás irritar más a los
historiadores. No fue precisamente por la nariz de Cleopatra el encandilamiento
de los generales romanos. Cleopatra era experta en el arte de felación, cosa
que Pascal seguramente ignoraba y que no hubiese aceptado ni comprendido en su
condición de incólume célibe.
La primera versión, la amparada
por Plutarco, que es la que debemos enseñar en los colegios, es la que destaca
en Cleopatra su cultura, retórica y habilidades diplomáticas, ya que manejaba
siete idiomas sin contar los innumerables dialectos. Según este historiador
“Platón reconoce cuatro tipos de halagos, pero ella tenía mil.”
La segunda, la apócrifa, habla
del apodo con que los griegos le habían bautizado: “la Merichane, La boca de
los diez mil hombres”. La felación tenía cierto carácter sagrado y dice la
leyenda que Cleopatra fue capaz de realizar el sexo oral a cien soldados
romanos en una noche. Los romanos pusieron en peligro su gobierno por semejante
gesta.
¿Qué es lo que realmente hace
girar el mundo? ¿la economía, la política, una nariz o una felación?
“El que no tiene fama por sus
aventuras amorosas o no paga renta anual a una casada, no está bien visto por
las mujeres y es despreciado...” (Lucio Anneo Séneca. Corduba, 4 a. C. – Roma,
65 d. C)
Desde niño nunca me gustó hacer
ningún tipo de trámite y siento, no sin un poco de desconsuelo, que hasta amar,
escribir un libro, ganar dinero, viajar, progresar, estudiar, etc., son meros
trámites del deseo . No hay cosa más triste en la vida, por ejemplo, que llenar
un formulario de una beca o del Fondart, de “burocratizar” la creatividad, de
oficializar en papeles, perfectamente ordenados, algún tipo de belleza.
(Hoy por la mañana creo que vi
algo más triste. Un hombre joven pero avejentado por la vida, con una fealdad
no innata sino más bien autoprovocada, sentado en un banco de la calle
República, miraba con un entusiasmo canino previo a su ración de comida, a dos
bellas jóvenes que pasaban por enfrente suyo. Ellas no lo ignoraron, ignorar
significa por lo menos rechazar, ellas lo vieron y siguieron. Si el banco
hubiese estado vacío, ellas no habrían hecho ninguna diferencia en su actitud.
El hombre de la mirada canina no existía para ellas, era uno con el banco que
estaba sentado . Me acordé de John Fante cuando escribe: “Las calles estarán
llenas de mujeres provocativas que no poseeréis jamás y las tórridas noches
cuasitropicales os hablarán de historias de amor que no viviréis nunca; pero no
os preocupéis, muchachos, seguiréis estando en el paraíso, en la tierra del
sol...”
Cuando se alejaron las jóvenes,
vi el deseo simple e inocente en los ojos del hombre como un gran incendio
triste que seguía ardiendo en competa soledad, un incendio que nadie ve y nadie
se molestará en apagar, solo la muerte. Quizás el paraíso masculino no sea el
de la paz, como históricamente lo han ofrecido, el hombre sólo se contentaría
con un paraíso donde pudiese alcanzarlo todo, que cada instante de combustión
sea aplacado. Que toda pulsión, ese aguijón interno que no se detiene nunca,
sea satisfecho en su totalidad. Si él pudiese ver su deseo como un trámite más
de su libido, quizás no le afectaría, pero vi sus ojos de impotencia y sé que
no lo hace. Hace tiempo que no cerraba un paréntesis con tanta tristeza, la de
la mirada abatida de ese hombre de la mañana y de todas sus mañanas.)
Bueno me acuerdo que Jorge
Teillier en una entrevista dijo que leía poesía para poder aguantar la vida,
para poder soportar, por ejemplo, hacer la fila en un banco.
El infierno no necesita verdugos
ni latigazos, y si Dante hoy existiera, siempre tan perspicaz, no necesitaría
desmenuzar tanto las penas en jerarquías y modos de castigo. Haría una gran
oficina y pondría a los condenados a hacer trámites todos el día, hasta les
dejaría tiempo libre para llegar a casa y saludar a su mujer, no sin esto exigirlo
también como un trámite, tal como efectivamente sucede hoy en la mayoría de los
hogares ya gastados . Mejor aún, sometería a una tortura mayor: pondría a un
hombre sentado en un banco de la calle a ser ignorado por las mujeres por el
resto de la eternidad.
Camino unos metros y giro para
ver al hombre solitario que sigue extasiado aún con lo que no posee y nunca
poseerá, un éxtasis extraño, melancólico. Ese hombre que parece esperar una
especie de beca en el amor, que cubra un poco el rechazo constante.
Quizás ya no se lea poesía para
soportar la fila de un banco, pero si se lea poesía para aguantar la
sistemática indiferencia al deseo, milenario, insaciable, triste . Quizás se
lea poesía para sobrevivir a la belleza, al rechazo, a la indiferencia.
Rilke escribe : “Pues la belleza
no es nada sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces de
soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente desdeña destrozarnos...”
Un zorzal hembra perdió su cría
hace tres días atrás. Lo supe porque mi papá me contó, ya que el pequeño
pajarito fue rescatado por una vecina, pero igualmente murió. La madre ha
cantado casi sin parar desde el incidente buscando la cría.
Parece un historia triste de un
cuento infantil. Pero me es imposible ver la naturaleza con un sentimiento. Es
puro instinto, fuerza y necesidad de preservación de la especie. No puedo
diferenciar ese canto del sonido de una máquina de una fábrica y la necesidad
de seguir vivo al azote de una tormenta o una erupción de un volcán . Sólo lo que
piensa existe. Esa es mi religión y al igual que el evangélico mas fanático ,
aunque quiera salirme de ella me es imposible. Enternecerse por un pájaro , a
lo "ruiseñor y la rosa" es cosa de poetas y románticos. Es cierto que
en cierto punto es necesario, para afinar la máquina interna de la compasión,
pero ni los budistas se enternecen por el pájaro en si, ya que este no
existiría y sólo se enfocan en las cadenas de causas y efectos de los malos
karmas que este ha llevado, pretendiendo que avance a otro tipo de vida
superior que le posibilite iluminarse. En el fondo, para los budistas el pájaro
no importa, es ilusión. "Solo el hombre vulgar piensa abstractamente"
dice el joven Hegel. El zorzal en sí, es una abstracción.
La tristeza del ave sólo existe en
nuestra interna máquina de poetizar, no tiene nada que ver con esa fuerza
ciega, con esa voluntad de vida que avanza misteriosa por sobre los pájaros,
peces, mamíferos y todo lo vivo, en busca de preservarse a como dé lugar y no
conoce la ternura...Incluso si lo extremamos todo, la compasión y el
pensamiento también están inmersos en una función evolutiva de preservación y
no se diferenciarían en su objetivo final del canto de ese pájaro. Pero el
pensamiento se piensa a sí mismo, rompe la naturaleza, alumbra al ser, es
historia, tiempo. Esto más que generarme orgullo, me da terror...Sísifo: el
único ser vivo soltero, angustiado e inútil de la naturaleza...
"Ya sabe que con las mujeres
hay una oportunidad, pero una sola. Si entonces se falla, uno ha terminado, y
el primer hombre que llega detrás se la lleva casi sin lucha. No es el hombre
por quien la mujer suspira el que recoge la cosecha de la pasión; es el que
viene después que ella ha perdido al otro. Me daría rabia pensar que he estado
trabajando para que otro se beneficie ¿no?..." (William Faulkner.
"Mosquitos". 1927)
Mi pequeña ambición: ser un
observador de los carácteres de mi época. Y si por una hipotética y extraña
fantasía se me hubiese concedido, como un gran billete de lotería ganador, la
facultad y la bendición espiritual de haberme convertido en un “filósofo”, no
lo aceptaría y tomaría mi humilde y entretenida platea de moralista social.
Hegel, en sus “Lecciones sobre la
historia de la filosofía” cataloga a mis admirados Montaigne y Pierre Charron,
dentro de lo que denomina, “filosofía popular”; clasificación que define como
“esfuerzos subjetivos, emocionales, volubles, tergiversados, confusos, donde
los pensamientos son como las erupciones de un volcán que se forman en su
interior pero son salvajes e irregulares y, por tanto, son poco aptos para
entregarse a la paz serena de la ciencia. Ellos,- prosigue Hegel- no hacen
girar sus investigaciones en torno al gran problema que interesa a la
filosofía, ni razonan a base del pensamiento: por eso no pueden ser incluidos
propiamente en la historia de la filosofía, sino que pertenecen más bien al
panorama de la cultura general y se mueven dentro del marco del sano sentido
común”
“La paz serena de la ciencia”,
como la llama Hegel, no me interesa aunque de eso dependiera la salvación del
universo. Sí me apasionan siempre los volcanes, volubles, salvajes,
irregulares, tal como la tierra misma que piso a diario, o las pasiones de los
romances que cuenta Casanova.… ¿Será cierto como dice Wallace Stevens que “a la
larga la verdad no importa“? Que bello sería…
Hegel como el guardia absoluto
(porque es el que tiene más fuerza) , plantado en la puerta , custodiando la
aburrida y eterna cena burguesa de los pensadores…El filósofo de la síntesis
murió el 14 de noviembre de 1831 víctima de cólera, es decir de diarrea, nunca
meditó sobre ella. Montaigne meditó sobre sus cálculos renales, los pedos y su
pene...La historia ya juzgó...
Nietzsche : “Unos millares de
años más por la vía del siglo pasado! — Y en todo lo que hará el hombre, la
suprema inteligencia se hallará manifiesta — pero de tal manera, precisamente,
que la inteligencia habrá perdido por completo su dignidad. Será sin duda
necesario ser inteligente, pero será asimismo algo tan corriente que un
espíritu más noble sentirá esa necesidad como una vulgaridad…”
Jaspers: “Un hombre
extraordinario es un hombre ordinario…desde mi juventud pretendí sobre todo no
dármelas de sabio...”
Proust: “Cada día atribuyo menos
valor a la inteligencia”.
Investigo, leo muchas solicitudes
de mujeres en las redes a los hombres del mundo con una clara advertencia: “Me
gustan los hombres inteligentes” dicen. Curioso.
Los hombres de visión sabían ya
hace mucho tiempo que en el futuro la inteligencia será una cosa superada, ya
que aferrada completamente a la “piel” no se podrá hacer de ella ni condición
ni virtud, más que de cualquier otro funcionamiento orgánico y común del cuerpo.
Se necesitará , para los tiempos
más sombríos que se avecinan, un nuevo romanticismo, quizás el definitivo, que
se ocupe en labores más peligrosas que ser inteligente: indagadores anónimos de
la memoria, del gusto, del optimismo. Aristócratas inspectores del “ánimo”.
Perros sabuesos de la literatura, olfateadores del verdadero orgullo de los
hombres: “el carácter”. La inteligencia sólo puede bailar frente a legislaturas
lógicas (si a es que a eso se le puede llamar bailar).
Por esto Proust advierte: “Cada
día me doy más cuenta de que sólo fuera de la inteligencia puede rescatar el
escritor algo de sí mismo y la única sustancia del arte. ..”
Me imagino una hermosa y poética
solicitud femenina del futuro : “me gustan los hombres que bailen por fuera de
la inteligencia”… Falta tiempo para esto…
Siento nuevamente necesidad de
estudiar un poco de filosofía por las mañanas , sin ninguna mediación,
disciplina ni sistema, para simplemente desarrollar un placer personal y
extender un pasaporte legislativo a mi juicio el resto del día . Sin excederse,
ni sistematizarse, sino por decirlo simplemente: para aceitar un poco la
maquinaria pesada de la inteligencia, afinar la voluntad y soportar la droga
absurda de la necesidad de éxito...
Pensar, o intentarlo, genera una
extraña comunión histórica con las luces heroicas de la humanidad.
Wallace Stevens dice: "El
éxito consiste en ser feliz con los sabios."
En Grecia el fin de la guerra no
era la paz sino la derrota, en Roma por el contrario, el fin de la guerra lo
marcaba un tratado, un “foedus”.
Dos cosmovisiones políticas que
pueden aplicarse también a cómo reaccionan dos tipos distintos de amantes
cuando finaliza el amor.
Aunque quiera, yo no puedo ser en
estas cosas más que griego.
Ovidio sobre el amor: un Militia
Amoris, "El amor es una especie de milicia"
Stendhal en Henry Brulard:
"Por mis campañas con Napoleón estaba tan familiarizado con el vocabulario
militar que llamaba a mis antiguos amores, mis victorias, mis derrotas"
Lo fabuloso de la cualquier red
social: uno se enamora de una foto no de la persona, en el fondo este error no
lo es tanto , ya que mas que enamorarse de una esencia , cosa que no existe, la
gente se enamora de la construcción que una persona hace de sí misma . Un tipo
de arquitectura, de arte. Se enamoran de tu arte…Uno nunca conocería a la gente
si fuese sincera sobre sí misma, ya que esto es imposible, pero si podría
adquirir ideas poderosas sobre el otro al observar como este “construye”…Quizás
toda la obra obsesiva de Orson Welles rondaba sobre esta idea. (La fascinación
de Deleuze sobre la escena de los espejos en La dama de Shanghái)
Creo que fue Onetti el que
describía ese intempestivo momento que le surgió de niño cuando se dio cuenta
de que todas las personas que amaba se iban a morir, y de ahí nunca pudo recuperarse
.
Ese momento a mi gusto es la
verdadera madera del filósofo. No caben posteriores amaestramientos
intelectuales forzando a participar de la filosofía, se tiene esa iluminación
infantil, terrible, insuperable, traumática o no se la tiene. Porque todos
alguna vez toman conciencia de la muerte. Los funerales convierten a los
vecinos por unas horas en filósofos, pero luego y en pos de la supervivencia se
olvidan. No olvidar ese momento de niño , mantenerlo , exprimirlo, extenuarse
con el, constituye una de las más grandes demostraciones de que se está en un
camino innato a la filosofía.
“Cuando se piensa en la muerte no
se puede tener una profesión.” dice Cioran, nada hay más claro que esto.
Montaigne se contradice, defiende en sus ensayos el aprender a morir, por ende
tener en consideración la muerte, pero luego critica el estar pensando
demasiado en ella. Pascal se ríe de los hombres que no pudiendo solucionar la
muerte se propusieron simplemente no pensar en ella.
El saber, la inteligencia y todos
esos mitos modernos son sólo títeres de ese primigenio despertar del niño hacia
la muerte que ya nunca más se irá de su vida. Por eso el filósofo es peligroso,
siempre esta amenazándose a sí mismo de huir del mundo , y si se mantiene allí
por un momento en la caverna como Platón, es sólo para instruir a los ciegos
que deambulan en ella y mostrarles la luz que espera al filosofo en la
intemperie. En el paraíso y en el exterior de la caverna no existe ni puede
existir nunca la política. Es un entorno eterno, solitario, si se erigen leyes
y se hace política (eso es posible exclusivamente en la caverna ) es sólo para
preparar el escenario idóneo para que el pensador se libere, siempre en
completa soledad.
Pero volvamos al niño. Estoy
convencido que la primera relación con la muerte, es decir si se acepta para
siempre o se toma como algo natural (o simplemente no se la piensa y no produce
ninguna merma existencial), es crucial para formar el temple del filósofo y no
tiene que ver con la escuela o la instrucción . Es lo que llama Michel Onfray
un “hápax existencial”. Hápax es un término gramatical, (una palabra que se ha
instaurado una sola vez en un idioma)…Un hápax existencial es un giro único en
la vida de un filósofo y que de inmediato cambia su manera de pensar , la caída
del caballo de Montaigne , la caminata frente al lago Silvaplana donde Nietzsche
tuvo la visión del eterno retorno, la famosa hora de Pascal entre las diez y
media y la media noche del 23 de noviembre de 1654. El fuego de la chimenea de
Descartes que le hizo descubrir el cogito. Todas estas, instancias
cotidianamente corporales y únicas.
Ser filósofo para mí no es
estudiar filosofía, ni siquiera en estos tiempos ser sabio (¿Quién lo es?) es
no poder recuperarse de la primera impresión de muerte en la infancia. Ese “no
poder recuperarse” se concibe siempre en el mundo (no se desea otro, eso es
enfermería) pero sin invertir en los negocios del mundo.
Camus en el siglo XX, de la mano
de Dostoievski, llevó más lejos esta idea. El único problema relevante de la
filosofía sería el suicidio. Es decir la muerte sumada a la voluntad.
En estos tiempos de confusión
espiritual, la fórmula no ha cambiado y no puede cambiar, desde Aristóteles ¿Se
nace o se hace el filósofo? Creo que se cae en un error en ambos orígenes. El
filosofo se "impacta" ante el espectáculo de la finitud, teniendo una
idea aunque vaga e imperfecta (pero teniéndola al fin) de lo eterno. Tenemos el
asombro. Entonces ¿Que nos diferencia de los griegos?, que ese impacto cae en
un sujeto sumamente aislado y alienado, que ha descubierto su voluntad, sea lo
que sea, y esta le pesa porque está por sobre él. La historia le ha dado una
sobredosis de responsabilidad e intimidad para resolver los dilemas del cosmos
que antes los resolvían tribus y panteones completos. Por eso el hombre desde
el siglo XX no le quedó otra que contemplar la retirada de los dioses en total
silencio y soledad, y oponerle lo único que puede hacer en estos casos, lo
mismo que hizo el niño que descubrió la veta invencible de la muerte: angustia
de por vida.
Por eso el filósofo en estos
tiempos no puede ser más el sabio de la polis, sino el neurótico de su
habitación. No deambula heroico y elocuente con la toga radiante como el
heleno, sino que se encierra abatido con su caparazón inmunda de cucaracha…
La mujer de Tinder (la médula de
la clase media) valora los servicios “intangibles”, por ejemplo los viajes, una
cena, los bailes, un abrazo a un delfín, en resumen su valor es empírico, por
el contrario el hombre valora lo tangible, símbolos en su mayoría fálicos: la
guitarra, el automóvil , la cámara fotográfica. No ha habido mucho cambio desde
hace 10000 años aproximadamente. Los publicistas, tanto de la toalla higiénica
como de la Nikon lo saben. Ellos son los nuevos profetas.
Dicen que este sistema de
aparejamiento de Tinder es frío y artificial, puede ser, pero creo que tiene
que ver más con cambios en los sistemas de producción , la hiperconexión , la
división del trabajo, la administración del ocio , la evolución demográfica,
etc . Pero si se ponen a pensar en el sistema de aparejamiento de vuestras abuelas
lo pensarían dos veces: el novio era elegido por la familia, sin derecho a
acostarse con él hasta después de la unión religiosa y prisionero de un
sacramento divino y poderoso como el matrimonio (y que en el fondo era un
contrato económico) Este casi nunca se podía disolver, debiendo soportar hasta
el fin de sus vidas en el caso de la mujer, todas las afrentas posibles de un
hombre criado con un machismo puro como un diamante . Ese Tinder si que era
complicado.
Roland Barthes escribe sobre
todo, incluso hasta del detergente OMO. Por supuesto que si hoy estuviese vivo
dedicaría un capítulo completo de su libro Mitologías a Tinder.
Se pregunta Barthes en uno de sus
escritos: ”¿Ustedes creen que la finalidad de la lucha libre es ganar? Pues no,
su finalidad es la de comprender.”
Trasladando la pregunta a nuestro
contexto: ¿Ustedes creen que la finalidad de TINDER es flirtear? Pues no, su
finalidad es la de someter.
Freud decía que el hombre sufrió
tres grandes humillaciones: primero tras Galileo descubrimos que no somos el
centro del universo, tras Darwin que no somos la corona de la creación y tras
el mismo Freud, que no controlamos nuestra propia mente ¿entonces que es el
hombre? ¿Cuál será la cuarta humillación? El "Hombre" quizás ni
siquiera existe...Sólo sería una pura energía deseante , innombrable, oscura
para sí misma...
Gonzalo Millán con cáncer,
desahuciado, escribe en su diario: "Me cortaré el pelo y las uñas en la
peluquería de fuego. Seré humo del horno, seré polvo, ceniza..."
Tremendo...Hay cosas más
profundas aún que la literatura: los pensamientos del cáncer , día y noche sin
detenerse, chocando como una ola incansable y ruidosa en la rompiente delicada
del corazón humano. Todo como en el último acto que se le permite a la
conciencia, demasiado lúcido porque siempre es de dolor ...
Por la mañana el libro de Job.
Qué gran poeta el que escribió la parte cuando no es sumiso (lo más probable es
que haya sido escrito por más de uno: un sumiso y un filósofo )..¿hazme
entender porque contiendes conmigo? Le pregunta. Dios da una vasta y vacía
respuesta, enumerando sus poderes como un matón que no convence a nadie. En el
mundo no hay justicia, el justo sufre tanto o más que el malo, sospecha Job .
Cállate yo soy el dueño y soy poderoso. Si me sirves te daré algo más grande
que el mundo, contesta Dios . El poeta sumiso termina hecho siervo, pero al
filósofo no le interesa eso "más grande que el mundo", quiere algo
más simple y desconcertante que el paraíso, quiere "entender ", pero
su mundo aún no está listo para eso, bárbaro y lejos de Atenas. Entonces el
único refugio es el obedecer...
Job, un Dostoievski de su
época...
"Physiognomonica" se le
llamó a un tratado atribuido a Aristóteles que fue uno de los primeros en
ocuparse sobre la relación entre los signos corporales y los estados del alma.
Digo esto después de ver el rostro de Alejandro Zambra, fotografiado
recientemente para una entrevista. Un rostro que hasta hace poco años era
normal, como de un joven medio de Maipú , ni feo ni bello, sino así de simple:
un rostro de Maipú. Un poco mejor que uno de Pudahuel sin llegar a ser por
ejemplo, uno de Ñuñoa. Tiene el peso del mundo. Se nota que está realmente
"en" la literatura para bien o para mal. Es la misma evolución
estética de los rostros de Artaud, Kafka o Cheever , que en un momento de su
juventud fueron normales, hasta cierto punto bellos y que después la enfermedad
y principalmente la literatura, fueron cincelando hasta demacrarlos. Zambra
está demacrado a mi misma edad. Preciso, demacrado, no me atrevería a decir
feo, porque ese derrumbamiento, ese crack up, le hace tener un aspecto incluso
con cierto atractivo, casi demoniaco. Su mirada es de quien vivió ciegamente un
trozo felicidad y por ende al perderla la terminó de conocer. Un "paradise
lost".
Comparemos su rostro por ejemplo,
con el de Roberto Ampuero, terso y diplomático. Habría mucha tela que cortar de
su comparativa Physiognomonica. Pero eso da para mucho más. Los escultores sí
que saben de esto. Arte tan misterioso como sublime. Observen el rostro de la
virgen en la Piedad de Miguel Ángel , así dicen que hay que llegar a ser como
ser humano , un rostro ideal que ya nada conmueve ni derrumba.
Zambra a pasado por Perec y
Pavese como un experto y quizás por su propio infierno privado. ¿A nadie se le
ha ocurrido escribir un libro sobre los rostros de los escritores chilenos? Por
los rostros determinaríamos previamente sus deseos y fracasos (que en parte son
lo mismo) cada zurco y profundidad de mirada hablaría enseguida cuanto de su
alma habran entregado al demonio de la literatura. Las miradas de Baudelaire y
Rimbaud por ejemplo, capturadas por el mismo fotógrafo, Carjat, hablan por si
mismas, la conclusión no es difícil: están endemoniados. Quizás Zambra también
tenga la bendición de endemoniarse, por lo menos un poco, a la chilena ..Su
rostro le impulsa a ello.
¿Le habrán enseñado a los
editores chilenos un poco de Physiognomonica? Pues deberían, para empezar a
hacer más dignos sus catálogos...
Sigo atento, más que a la
evolución bibliográfica de Zambra, al derrumbamiento de su rostro..
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