jueves, 28 de febrero de 2008

Notas del Kayak



Soy el custodio del ser, aquí en un Kayak, bote ártico ahora plástico, que algún navegante entusiasta y poético lo vio como la gran fusión entre embarcación y cuerpo, a la manera de un centauro marítimo uno entrega sus piernas y solo “peina el agua”-
Cormoranes o Yecos, primera atención a sus nidos, tratan de defenderse. Vuelan alrededor mío rasantes, quieren distraerme, soy un navegante poco invasivo con este sistema de navegación, aun así invado. En mi improvisada bolsa estanca al agua llevo mi cámara y “El origen de las especies” de Darwin, leo en los descansos, frente a los totorales. ¿Que seria de la naturaleza sin una conciencia que la anime?, Lo que estoy seguro es que sería. Un devenir ciego, suelto, sería mas no existiría.
Los Kayaks suelen ser de diversos tipos, de aguas blancas como les dicen a los que atacan los rápidos , pero los hay también de travesía o de mar, estos serán el transporte investigador de ríos y lagunas del futuro, un transporte silencioso y mágico . Los expertos son entusiastas y amables. No sienten envidia. Quieren enseñar. El modo de Kayak “Sit on top” es para el principiante, no se requiere instrucción para navegarlo, los demás modelos son mas complejos.
Volviendo a los nidales del Cormorán que me dejan por largo rato solo observándolos (al igual que ellos a mí). Consulto literatura de aves de Chile, la descripción del Cormorán, su comportamiento y ubicación es fiel a la praxis, arboles tapizados con sus fecas, nidales en ríos y lagunas interiores de la costa, dieta marítima. Vuelo y migración desde Nicaragua al sur, etc.
Otra observación: Como las riveras de los ríos del sur chileno se atestan de una especie invasora y depredadora. El Aromo, este árbol lucha por el exclusivismo de las riveras, somete a las demás especies nativas a un segundo plano en relación al río. Como cualquier desequilibrio el Aromo fue introducido, aunque es bello su prolifera producción de semillas no tiene competencia. No esta en cuestión de que sea el mas apto, de hecho por su fuerza expansiva lo es, sino el desequilibrio que produce la intervención humana en su introducción. Dejémosle los estudios profundos a los ecólogos o botánicos, yo solo observo la notoria hegemonía (y a veces cansadora) del Aromo en las riveras de los ríos. Pese a esto descanso en sus sombras a comer un chocolate energético para poder seguir navegando río arriba - Pienso en el experto del Kayak enseñando entusiasta “el giro esquimal”.

Ver un Roble es la dicha mas grande que pueda sentirse, parece representar algo, si es adulto aun mayor es la satisfacción, aunque no quiero confundir estética con ética (¿o es lo mismo?), en relación a ética ecológica, los bosques de pino hacen saber su artificialidad, su hegemonía es enferma , todos sabemos de la acidez de los suelos en los cuales están situados y la “contaminación” que estos generan a la diversidad de especies, el pino es hegemónico y es un asunto del ingeniero forestal. El roble junto a otros nativos es reemplazado por las coníferas, por su costo, resistencia, rapidez y comercialización. No por ello el pino es feo. La naturaleza no pretende ser estética, la naturaleza no pretende ser nada. Hay un tono extrañamente Hegeliano en el ecologismo.
Fotografío Loicas, Tiuques, Queltehues. Todo tan silvestre que me parece extraña la domesticación del buey en la orilla, de reojo me mira, de reojo le miro. Yo remo, el pasta, que paradoja la del observador con conciencia. Valora y narra, en suma, una nueva forma de pastar.

Aun así extraño la tormenta, sin Eris no hay avance o contracción. No hay ética sin dolor. No hay Roble sin muerte. Esta lucha por sobrevivir, esa “voluntad de vida” en la naturaleza ( y en el hombre según Schopenhauer) me inquieta. Deviene y encierra en circulo. Kant la abre con la llave del “deber moral” que ejerce libertad en el sujeto trascendental.
¿Y el Tiuque? Dice Neruda en su Arte de Pájaros: “Inaceptable, necesario, pájaro impávido, inspector, embalsamado sin morir…”-
Si el Cormorán agita sus alas con histeria para poder mantenerse en el aire, el Jote -pariente del cóndor -solo aprovecha las corrientes y su estructura aerodinámica para deslizarse. Esta desidia aérea parece darle elegancia, aunque prefiero el graznido de chancho del cormorán y su esforzado aleteo. Las alas se someten al uso y a la adaptación. La elegancia es un recurso poético estéril. Tomo de Darwin : “La noble ciencia de la genealogía pierde esplendor por la extrema imperfección de sus archivos”. No esperemos tanto de la teoría. Volvámonos aunque sea por un tiempo nuevamente pequeños Homeros. La naturaleza tiene que nuevamente ponerse el disfraz de monstruo, sino el hombre se atragantara en la técnica.

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